Friday, January 9, 2009

Cantos de la Experiencia: En torno a William Blake (3)




El cuerpo de Abel, hallado por Adán y Eva, de William Blake (detalle de Caín). Tate Gallery, Londres

Por CARLOS LOPEZ DZUR / Historiador y poeta


Parte III: Blake y la experiencia mística / Parte II / Parte I

Hay en la mística de William Blake, una noción poderosamente sugestiva que lo haría el precursor poético del principio antrópico, idea que se comenzara a teorizar en el campo de la cosmología en 1973. Según este principio, el Universo fue perfectamente diseñado para la vida humana en el contexto que Brandon Carter, entonces físico de la Universidad de Cambridge, expuso durante una conferencia ofrecida en Polonia en homenaje a Copérnico: «Hay un principio antrópico (“weak” anthropic principle} que simplemente dice que estamos viviendo en un tiempo y espacio especiales en el universo donde la vida es posible. La vida no habría sobrevivido en un estadio temprano del universo antes de que se formaran las estrellas, de modo que el universo tuvo que haber alcanzado cierta edad y estado de evolución antes que la vida surgiera... El principio antrópico (“strong” anthropic principle) es otro comentario más audaz. Declara que las mismas leyes de la física se inclinan hacia la vida. Citando a Freeman Dyson, físico renombrado en el Institute for Advanced Study en Princeton, el principio antrópico fuerte implica que el universo sabía que, como Humanidad, veníamos». [1]

El Geómetra Divino que Blake opone a los científicos de su época es uno que instituye ese Principio Antrópico Fuerte. Ciertamente, las imágenes y símbolos que el poeta presenta son cónsonas con el comportamiento del universo en el que la vida no es un accidente, sí un plan o diseño. O como diría el físico Andrei Linde: «Life is not an incidental component of the universe, burped up out of a random chemical brew on a lonely planet to endure for a few fleeting ticks of the cosmic clock». Y someter ésto a la prueba de las verificaciones empíricas es ciencia dura; para el poeta Blake, intuición de Genio y consejo. No se contaba con una ciencia como la tecnología de hoy permite. Linde se fue por el camino de la comprobación científica y confrontó estos hechos: «Si duplicáramos la masa de un electrón, la vida como la conocemos desaparecería. Si cambiamos la fuerza en la interacción entre protones y electrones, la vida desaparecería. ¿Por qué hay tres dimensiones espaciales y una sola dimensión de tiempo? Si tuviéramos cuatro dimensiones espaciales y una dimensión de tiempo, entonces los sistemas planetarios serían inestables y nuestra versión de la vida sería imposible. Si tuviésemos dos dimensiones espaciales y una dimensión de tiempo, no existiríamos».

No es extraño que Linde diga cosas que parecen sacadas de los poemas de Blake: «Para mí, la realidad de muchos universos es una posibilidad lógica. Usted pudiera decir: Puede que sea una misteriosa coincidencia. Puede que 'Dios haya creado el universo para nuestro beneficio'. Bien, no sé si Dios, pero el universo puede que se reproduzca a sí mismo eternamente en todas sus posibles manifestaciones».

Como estudioso de la teoría convencional del Big Bang, Linden supo que el Universo tiene una uniformidad sorprendente pese aque nació del caótico estallido / Gran Explosión / y una temperatura en el espacio que es la misma en todo lugar, sólo 2.7 grados Celsio por encima del cero absoluto, dos cosas que no están explicadas del todo. ¿Cómo es posible que diferentes regiones del universo, separadas por enoprmes distancias cósmicas, todas tengan la misma temperatura? «En la versión estándad del Bing Bang, no podrían. El Universo como un todo ha estado enfriándose desde que emergió de la bola de fuego de la Gran Explosión. Pero hay un problema: Para que todo alcanzara la misma temperatura, diferentes regiones del universo tendrían que haber intercambiado el calor, así como unos cubitos de hielo en un té caliente tienen que haber alcanzado una temperatura uniforme en el té. Pero como Einstein probó, nada —incluyendo el calor —puede viajar más rápido que la velocidad de la luz. En la teoría convencional del Big Bang, no ha habido simplemente el tiempo suficiente desde que el universo nacio para que cada parte del del cosmos se haya conectado con cualquier otra parte y enfriado con la misma temperatura» [2].

El hombre sin el consejo del Anciano de los Días, su Genio, cree falsamente que formula perfecciones y, sin embargo, no revela la luz interior y el propósito de la Creación. La Novia del Cordero no será desposada, ni quedará embarazada, si no existe el poder de llevar lo potencial a lo real. La revelación del nacimiento de la Nueva Jerusalén, o la insurreción apocalítica, requiere del Genio y el genio humano es una revelación de la Vida Esencial, el secreto de la concepción espiritual, y de contactarlo a él, que es el Verdadero Geómetra Divino y el habitante del Espacio Abstracto Absoluto. Origen, oriente, y dueño del Palacio de la Sabiduría. Pitágoras lo llamaba «Fuente de la Natura, modelo de los Dioses».

Los místicos hebreos enseñen que «cada uno de nosotros tiene en el fondo de su conciencia un Anciano Venerable, éste es el primer Logos. El Kether de los Cabalistas». Kether: El Anciano de los Días. Este Anciano es representado simbólicamente como el Gran Viento. O La Corona. Esta precisamente la petición del hablante de Blake cuando le pide la protección A la estrella nocturna: «¡Ponte la radiante corona y sonríe a nuestro lecho nocturno!» Siendo «el Ser de nuestro Ser, el padre y madre en nosotros», «es lo oculto de lo oculto, la misericordia de la misericordia, la bondad de las bondades». La paz es luz, esencia emanada de lo Absoluto. Es la luz del Anciano de los Días de la que Cristo dijo: «Mi paz os doy, mi paz os dejo». En el texto de Blake hay esta petición de protección: «Que tu viento occidental duerma en el lago», porque «El Gran Viento es la Ley terrible del Anciano de los Días. Una revuelta social contemplada desde el mundo del Anciano de los Días, es una ley de acción. Cada persona, las multitudes enteras, parecen hojas desprendidas de los árboles, arrasadas por el viento terrible del Anciano de los Días». En el frontispicio del poema Europa, una profecía (1794), Blake ilustre al Anciano Venerable en soplo sobre la tierra.



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y, en segundo lugar, la tarea es simbolizada por la consolidación de la nueva Jerusalén:

And was the Holy Lamb of God
on England's pleasant pastures seen?

***

Till we have built Jerusalem
in England's green & pleasant Land
.

(Preface, en: Milton, 1804)

El Cordero representa a todos los hombres en Jesús. Al hombre que se pierde y se encuentra en su más profunda autoreflexión y sin falso pudor ni falsa modestia. El Cordero tiene una mansedumbre que es su apertura espiritual, su elevación sobre la animalidad. Jesús es quien encarna el acto más sublime: «El acto más sublime consiste en poner a otro delante de ti». Por otro lado, la Novia del Cordero no es la iglesia, que sólo representa coacción, ley y orden corruptos, las ordenanzas autoritarias; la Novia del Cordero representa la Ciudad Deseada en la Delicia, el desposorio con las energías armonizadoras, la plenitud de la realización humana. Quizás pudieramos pensar en el matrimonio de la Tierra con el Infierno, de Psiquis con Cupido, del Hombre Caído con el Paraíso Perdido. El matrimonio espiritual es una transformación activa, lucha y compromiso. Dejando atrás la «ilusoria infancia» y juego desordenado, representado por el niño de «ojo vagabundo», nacerá el Niño Colérico al que se compara con el león, en el sentido de que: «La ira del león es la sabiduría de Dios». [Proverbios del Infierno]. Este es el que sabrá ser el guerrero, el que provocará la huída de «osos, leones, lobos, todos huyen aullando» [Viajero Mental].

¡Dadme mi arco de oro ardiente!
¡Dadme mis flechas de deseo!
¡Traed mi lanza!
¡Abríos, oh nubes!
¡Traedme mi carro de llama!

No cejará en mi espíritu la lucha
ni ha de dormirse en mi mano la espada,
hasta que levantemos otra Jerusalén
en el solar verdeante y dulce de Inglaterra.

[Versión traducida por Màrie Montand]

En los inicios de la Iglesia Cristiana, el inminente advenimiento de la Nueva Jerusalén se convirtió en el tema de la primera herejía, los montanistas que predicaron en Asia Menor. Marción de Sinope, por ejemplo, enseñó que el Dios bueno, misericordioso revelado por Jesús, el Cristo, y el Creador («Demiurgoi»), emanación del Ser Supremo que creó el mundo y lo que contiene, son dos seres distintos. La unción del Cristo no se genera por la experiencia de la carne ni su tiempo finito. Si bien «la eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo» y a «las horas de la locura las mide el reloj, [...] ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría». [Proverbios del infierno]

Cristo es una manifestación mística del Padre. Jesús sólo fue un profeta del espíritu de amor, cuya misión fue derrocar la creencia del Demiurgo. Hasta aquí Blake coincidiría con Marción. [7] No interpretaría tampoco, como Arrio enseñara en tiempos anteriores a él, que el Hijo fue destituído de las perfecciones dadas por el Padre, no pudiendo ser Jesús consustancial con el creador; pero en favor del Hijo no enfatizó su virtud ni sustancia transmundanalmente ni por encima de la Creación. No. Contrario a la herejía del sacerdote libio Arrio, discípulo de Luciano, la herejía de Blake consistiría en afirmar que la herencia del espíritu liberador se adquiere en tierra, aquí y a hora. Que la armonía original hay que apetecerla en la historia, con meticulosa paciencia de genio, a veces malencarados y en mufla, pero siempre apasionadamente. «El rugir de los leones, el aullido de los lobos, el oleaje furioso del mar huracanado y la espada destructora, son porciones de la eternidad demasiado grandes para que las aprecie el ojo humano».

Según Blake, Jesús fue el Mesías de la tradición judaica. El hecho histórico de su captura y crucifixión, una vez que Jesús fue entregado por sus propios sectarios y despreciado por los judíos como profeta menor, lo confirmaría. Por supuesto, Blake no pensó de ese modo. De lo que Blake adquiriera de su lectura de Marción, la idea que más lo cautivara fue la concepción de la religión que para ambos, Marción y Blake, fue «la creación... por la obra nefasta de un dios caído, nunca obra del poder supremo». En la cosmogonía particular de Blake, «el Creador aparece como un tirano vengador que hace reinar la consternación y propaga el mal». [Casdeiro, op. cit.]

Es clamor destituyente de intérpretes racionalísticos, sin inspiración, creadores de miedo y evangelismo retrógrado, que se acuse a Dios, el Padre, de atormentar a sus criaturas en los infiernos eternos, privándolas además durante sus vidas del gozo de las delicias de la carne. La religión que desprecia la sensación (Tharmas), el sentimiento (Luvah) y la intuición (Urthona), para posicionar el Análisis Racional (Urizen) al tope como el Summum Bonum e indispensable, es desfiguradora. Es una enseñanza avergonzante y religión de humillación. Blake, antes que una instrucción religiosa pasiva, como dice en Proverbios del Infierno, prefiere a los apasionados: «Los tigres de la ira son más razonables que los caballos de la instrucción». Los que van al Palacio de la Sabiduría por la Senda del Exceso. «La prudencia es una fea y rica solterona cortejada por la incapacidad. / Quien desea y no actúa engendra la plaga».

La verdadera enseñanza equilibra los Cuatro Zoas. Blake asigna del modo siguiente los atributos del hombre integrado en Alma y Cuerpo:

The head Sublime,
the heart Pathos,
the genitals Beauty,
the hands & feet Proportion.


[La cabeza lo Sublime; / el corazón, lo patético; / los genitales, la Belleza; / manos y pies la Proporción.]

Con 'Jerusalem'y 'Four Zoas', tenemos de los más libros más extensos de Blake con similares preocupaciones. Y sucesivamente, en sus Proverbios del Infierno, condena a los sacerdotes que han menospreciado los más justos y naturales gozos de la creación:

... the priest lays his curse on the fairest joys.

Por otro lado, Blake se impuso una tarea depuradora en su interna lucha por combatir el dualismo entre sujeto y objeto, entre el ego y Dios, a la que no pensaría renunciar. «I will not cease from Mental Fight», dice con agónica devoción y, muchas veces en parafernalia alucinativa, en pos de la actitud metafísica y de la actitud práctica que lo afirmaran en su creencia, edificándolo en la fe, diría que «el poder de descubrir... sólo puede ser adquirido por la experiencia», «el hombre que no conoce cuál es el objeto de su búsqueda es un idiota». Blake diría lo mismo de los Grandes Ideales de perfección y belleza:

«(Those) are not be sought in the heavens, but upon the earth».

En el invierno de su vida, como había predicho, cosechó algunos hallazgos: el valor afirmativo de su fe ante muchas ideologías en boga. Su idealismo está más próximo al Espíritu trascendente de Hegel que al Yo absoluto y radical de Fichte. En ambos casos, la sustancia última de lo real es espiritual. La preminencia de la imaginación se impone sobre cualquier empeño descriptivo y mecanicista de interpretar la realidad.

Lo espiritual no es ultramundano, o un mundo sin progresión de agentes contrarios. La existencia de los contrarios es necesaria. Para que la dicha y el despliegue de la voluntad humana alcance sus frutos cimeros son necesarios la Atracción y la Repulsión, la Razón y la Energía, el Amor y el Odio. Lo que ha sucedido y que a Blake le parecen falsos conflictos entre contrarios es que, por artilugios religionistas, el conflicto se ha planteado entre el Bien y el Mal. Nada ha sido tan racionalizado artificiosamente con fines de confundir a la Humanidad.

Contrario al desprecio por el mundo imperfecto de Jehová que difundieron los marcionistas, Blake se regocijaría en la carne y en lo material; haría una «apología del placer sin freno y de la promiscuidad», «aunque ésto no quitaba para que la religión fuese algo fundamental para él: una religión muy suya, centrada en la figura de Satanás y Jesús». [8]

Sobre todo, Blake aceptó el modelo de Jesús, el histórico profeta, quien fue hijo según insinúara de una adúltera y que sufrió la máxima censura, su crucifixión o asesinato. Jesús crearía para él su espíritu, al fin. Con el órgano del espíritu a su disposición, el ser humano experimentaría el más grande de los sentimientos: «Que los anhelos humanos son infinitos, que la posesión (de estos anhelos) es infinita y que el hombre mismo es infinito», de modo que la Razón y el promedio de lo que ya hemos conocido «no es lo mismo que lo que conoceremos cuando conozcamos más».

En los apuntes de su rechazo a la Religión Natural, se indicia el por qué Blake halló sus limitaciones al pensamiento de Marción, haciéndose éste parte pasiva del conocimiento de lo ya conocido; de hecho, Marción tuvo mejor suerte que Jesús, el crucificado. Fue excomulgado en Roma en 144 después de J.C. y pudo haberle ido peor por sus ideas.

Si los sacerdocios del Bien han instruído que el conocimiento de la Energía y la Materia Eterna es perverso y diabólico que sobre ellos caiga la maldición. Predican e invocan a un jamón con chorreras; Blake pretendería otra cosa y su obra es la documentada antífrasis sobre lo que la Iglesia predica al plantear una lucha entre el Bien y el Mal, donde el bien es el principio pasivo que obedece a la Razón y el Mal un agente activo que manifiesta la Energía. Para mi satisfacción como lector y bendición de sus otros lectores, el poeta se vuelve un antíteta de esta comprensión convencional del cristianismo.

Blake presenta al desafío su nueva hermenéutica. Redefinirá lo diabólico. Se opondría a los preconceptos asociados al Bien y la Razón. Para entender su poesía, su mitología y sus pictografías filosóficas, hay que elegir entre dos propuestas de Blake:

«Good is Heaven» y «Evil is Hell».

El seleccionó la segunda: oír y cumplir con los proverbios infernales.

Los predicadores del Bien son saboteadores de la libertad y la imaginación; pero hablan en nombre del Cielo y de la Razón. Por otra parte, los emisarios del Infierno predican que un nuevo cielo ha comenzado. «The Eternal Hell revives» y la abejita hacendosa, la Humanidad, ya no tiene tiempo para entretenerse con angustias y zozobras. El Diablo se desenvuelve, entre nubes negras y es el Pájaro que corta el paso del aire, trayendo «un inmenso mundo de delicia». Este diablo es el gran Deshollinador, el único que dará un padre a todo huérfano, como fue el caso del pobre niño Tom Dacre cuya lengua apenas pudo clamar por limpieza cuando dormía en hollín.

El Diablo deshollinador, con sus ángeles, será quien sacará pardójicamente a la Humanidad de su ataúd. Lavará en su río sus cuitas y regresará a la Humanidad a su mañana, con protección. Este es, pues, el diablo. Enseña a caminar sin temor a los tormentos y a las burlas de locura, «among the fires of hell, delighted with the enjoyments of Genius», a los que así lo desean, hasta que, colectivamente, aprendan que la Eternidad está en amor con el tiempo humano. Muchos de estos momentos, de jactancia espiritual, con temple de certidumbre, recuerdan las epístolas del apóstol Pablo.

Los hablantes poéticos de Blake alegan que hay que estar siempre prestos, no en chifla. Han de decir lo que sienten y piensan y, al hacerlo, harán que huyan los autoritarios, cobardes e insinceros. Enseñarán que la Ley ha construído más prisiones que justicia, la Religión ha originado más rameras y fornicarios que santos y devotos y que el acto más sublime es dejar que el pensamiento rebose en inmensidad. En el infierno está la delicia, no el tormento.

Pero, entretanto, la religión halló un nuevo aliado durante el periodo comprendido entre 1690 y 1790 en Inglaterra, época que fue conocida como la Edad de la Razón y en Francia como Siglo de las Luces («The Enlightenment.») Si bien hubo entonces una intensificada crítica contra el status quo, lo único que, por cierto, Blake consideró útil de la etapa fue la doctrina sobre la soberanía popular frente a los reclamos del derecho divino de los reyes a gobernar.

Algunos reyes pusieron oídos a las ideas de este periodo y se convirtieron en déspotas ilustrados; pero, sin dejar la grosura de privilegios y corruptelas que ampara y engorda a la tiranía. Y muchos de los exponentes de nuevas ideas acerca de la soberanía como derecho de la comunidad y de los pactos sociales para que el rey o tirano proteja las libertades individuales y la doctrina de separación de poderes no vieron más allá que el humanitarismo, lleno de taras y parches. Blake seguiría insatisfecho. Su Jesús infernal fue mucho más ambicioso.

Celosos de la búsqueda y protección de libertades individuales, los enciclopedistas no entendieron muchas de las aspiraciones que había en hombres de la enjundia de Blake, para quien el nuevo enemigo a enfrentar, ya no sería la religión, sino el bloque histórico, orgánico y triunfante, de los empiricistas. Estos combatían el carácter poético y profético de individuos adelantados como él.

Blake se resentía de verse arrojado en el mismo saco de los «locos». Esta avanzada doctrinaria, The Philosophic & Experimental, con su agenda incapacitante forzaría, entre los creadores de Inglaterra, «no otra cosa que la repetición», «the same dull round over again», «at the ratio of all things». Quiso entonces construir una sicología que sirviera cuestionara y libera la consciencia ante la Ley, la Etica individual, la Ciencia y la Religión.

Blake acusaría como hipócritas a Teofrasto Paracelso (1493-1541), el médico y alquimista suizo, precursor del cientificismo moderno, y a Jacob Behman, su contemporáneo, en Inglaterra. Les llamaría «terríficos, arriba en el Cielo» como abajo, en el Infierno. Los acusaría de propulsar el poderoso y horrible cambio que amenaza la Tierra. Crear una ciencia que es como agua estancada. «The man who never alters his opinion is like standing water, & breeds reptiles of the mind». Consideró los talentos de esta gente como puramente mecánicos y, a la postre, como Swedenborg sólo pruducirán opiniones superficiales, «Swedenborg has no written one new truth». [9]

Entonces, el neoclasicismo inglés se redujo entre muchos poetas, artistas e intelectuales a la praxis de la imitación, a la mera absorción y observación de reglas, sin una autenticidad de la experiencia. Se había perdido el apasionamiento, el anhelo de absoluto.

Blake se posicionó críticamente en contra del racionalismo de Bacon, Locke, Newton y Voltaire, anhelando que arte y ciencia se aliaran como síntesis para que cada objeto de búsqueda pudiera ser discernido a la luz de la inspiración, no meramente reducido al análisis y a las reglas. Sin embargo, Blake reconocerá como «la gloria más grande de la mente humana» la disposición por «particularizar» y «distinguir el mérito», separando grano y paja, ya que, contrario a lo que Burke pensara, «generalizar y clasificar», hacer abstracciones tan sólo por crear Conocimientos Generales, es idiotez. «As fools that adore things and ideas, to generalize is to be an idiot. General Knowledges are those knowledges that idiots possess».

Blake recordaría a Sir Joshua Reynold, a quien se atrevió llamarlo el Presidente de los Tontos. «The Man who on Examining his own Mind finds nothing of Inspiration ought not to dare be an Artist; he is a Fool & Cunning Knave suited in the Purpose of Evil Demons». Diría que: «Sir Joshua prueba que la Filosofía de Bacon hace tanto a los hombres de Estado como a los artistas idiotas y rufianes». [10]

Blake defendería que la verdadera naturaleza de los hombres creadores es el Genio poético. Esto es lo que el Cordero de Dios representa en la última y suprema de la instancias: la Inspiración. El verdadero hombre consiste en su Genio. «The true Man is the source of the Poetic Genius». Así como todas las formas de las cosas, incluyendo la forma externa del hombre, son derivadas de su genio, las religiones de todas las naciones se derivan de la habilidad receptiva de cada nación para asimilar el Genio Poético y adecuarlo, o adaptarlo, a las debilidades individuales. El ateísmo de Diderot, la incredulidad de Voltaire, defensor del despotismo ilustrado, las insuficiencias de Bacon, Locke y Rousseau, para entender la dialéctica universal del conocimiento, picaron su cresta y su curiosidad. Y sufrió por ello, teniendo que desmostrar que sus principios religiosos y políticos [la idea de su Jesús / Genio / y su hermandad universal en acorde a Los] merecía un respeto.

Después y durante el tiempo que Blake se mudó a Lambeth, al sur de Tames, en 1790, inició sus libros profético que incluyen Las visiones de las Hijas de Albión (1793), América: Una profecía (1793), El Libro de Urizen (1794) y El Canto de Los (1795). Había conocido las ideas de Enmanuel Swedenborg, las que finalmente rechazó. Cada vez sus preocupaciones por liberarse de la lucha de las energías naturales de su alma con la razón esterilzante y la religión organizada fue mayor. Y quienes vieron su talento, también se enojaban con él. Así lo hizo el rico William Hayley, poeta y benefactor de poetas, quien para el 1800 lo alojó en su casa de Felpham en Sussex por tres años. Allí trabajó en su libro Milton, en dos volúmenes (1803 y 1808). Entre 1804 y 1818, para su propia edición de su poema Jerusalén hizo 100 grabados. Pero, para 1803, en Chichester, ya estuvo siendo condenado «with high treason for having 'uttered seditious and treasonable expressions» [Vid. Henry Fuseli & William Blake: Masters of Gothic Romanticism, en:

En 1809, vive agravado por problemas económicos y una exhibición de sus trabajos artísticos no tiene éxito. En vez de deprimirse, trabaja. «He continued to produce energetically poems, aphorisms, and engravings». Según expllica Enslie and Neil, tener la admiración de un círculo de artistas y amigos se dará a partir de 1818. Sin embargo, le llegará el tiempo en que le digan Blake, el Loco y se le vea como un Profeta de los Infieles: «Blake's last years were passed in obscurity, quarreling even with some of the circle of friends who supported him». (Cf. Iain McCalman, The Infidel as Prophet: William Reid and Blakean Radicalism, in Historiciz-ing Blake, ed. Steve Clark, David Worrall (New York: St. Martin's Press, 1994). Iñigo Sarriugarte, en un artículo titulado Las Alucinaciones Mentales de William Blake como Base de su Obra Literaria y Artística: ¿Genialidad O Locura?, indica: «Con motivo de este tipo de experiencias místicas o simples alucinaciones mentales, le apodaron Bad Blake (el loco Blake), ya que nunca ocultó su facultad paranormal de conversar con los espíritus, especialmente con los de Voltaire y Milton. Para muchos, más que visiones místicas sufría de una galopante esquizofrenia». Revista [Razón y Palabra, Agosto - Septiembre 2004]

En el sistema místico de Blake y tal como se revela en su cuadernos poéticos Book of Urizen (1794) Song of Los y Book of Los (1795), el componente de los Cuatro Zoas (que equivale a los cuatro aspectos de las personalidades de la sicología junguiana) es importante para desentrañar, sin confusión, el rol asignado al principio creativo («Los») que se eleva sobre la visión aislada, unificándose en la visión total y en el cuaternio (de Jung).

«Los» actúa contra Urizen, cuyo único propósito existentivo es reducir constantemente al hombre a la medianía de las realidades conocidas (y aquí el término medianía nos recuerda el concepto heideggeriano del Decaer) evitándole el disfrute de la Armonía Original. Urizen es el zoa que más completamente expresa a la facultad intelectual. En la integración del mapa universal de la personalidad humana, Urthona es el zoa que está más relacionado con la imaginación. «Blake considers (that Urthona is) the seat of wisdom». [11]

Rudhven Todd observó correctamente que Blake como sicólogo estuvo muy adelantado a su tiempo y que sus libros, con mayor intención didáctica y contenido profético, contienen muchas ideas que han inspirado a otros y han servido como fuente o punto de partida para importantes búsquedas que sólo hoy «hemos comenzado a reconocer como ciertas». De modo que Blake se plantó en su tiempo «como un gigante, como su propia Albión. El fue ciertamente un Príncipe Intelectual («Mental Prince»). [12]

Es un error creer que en el hombre operan dos principios irreconciliables: la Carne y su Alma. En el fragmento A Memorable Fancy de The Marriage of Heaven and Hell, como el primer mandatato para rescatar la dinámica de lo infinito y sagrado en el hombre y que se crece con poder de didáctica suprema es: «But first the notion that man has a body distinct from the soul is to be expunged... If the doors of perception were cleansed every thing would appear to man as it is, infinite».

La mente tiene una naturaleza orginalmente pura. La energía es su única vida y ésta da forma al cuerpo, que es una porción del alma discernida por los cinco sentidos. Esta es la principal objección suya a la noción de Locke de que el entendimiento es una tabla rasa, sin nada escrito.

Contrario a ésto, Blake concibe que el principio de la sabiduría (Urthona) fue dispensado en su primera emanación, la Mente que aún hoy domina y que está representada por el intelecto, con sus pretenciones de dividir la realidades en dualismos. Según Blake, Urizen (el Intelecto) es la principal causa de la pérdida de la Visión Divina.


Blake prefirió la atmósfera del cristianismo visionario, cuya meta es el replanteamiento del alma. Creció y maduró al margen del cristianismo institucionalizado que construye sobre los dualismos irreconciliables. El poeta afirmó que todas las religiones son Una y por su interés por las herejías, hereticaba. O mejor decir, por el consabido cálculo temporal, se volvió visionario. Supo leer entre líneas y discernir los códigos sagrados. Sobre el Querubín bíblico, símbolo del racionalismo, dijo que fue quien indujo a los hombres a lo perverso. El hombre encadenado, «in the bonds of religion and reason was evil»; el intelecto («Urizen») «sólo ve la medianía, el promedio», oscurece la Visión Divina, que es el estado natural de la psiquis integrada del Hombre Universal.

El Hombre Universal tuvo cuatro sentidos eternos, a los que Blake llamó sus Zoas. Originalmente armonizados, al cabo de los siglos, los zoas fueron pervertidos y desarreglados por la religión o, al decir de Ferrara, se satisfizo el empeño de dividir la realidad en cualidades dualísticas, no percibiéndola síquicamente como una compleja unidad de propiedades. ¿Cómo pudo gestarse esta pérdida o atrofia de los sentidos eternos del hombre? Esta es la pregunta que la obra poético-filosófica de Blake intenta contestar:

(A) La Naturaleza Sensual, Zoa de Tharmas: En la historia del accionar humano, el hombre ha sufrido la privación del uso de su verdadera facultad para comprender, que no es otra que aprender de las experiencias. El oscurecimiento de sus sentidos se ha intensificado al verse la humanidad privada de la satisfacción de sus deseos. Obviamente, aquí Blake coincide con Epicuro (los placeres naturales son un bien) y con Freud, quien postula el principio del placer («Lustprinzips»). La líbido, no es sólo la fuerza impulsante de la sexualidad, también es una fuerza creativa divina en la Naturaleza.

Blake, quien reconociera que la sexualidad es la experiencia más elemental del hombre y la mujer, cuya desnudez es obra de Dios, creyó que la copulación y el placer erótico son actos sagrados e imprescindibles, expresan la energía de la Eterna Delicia y, por consiguiente, supo clamar por su provisión ante el apetito venéreo:

Bring me my Arrow of Desire!

Su petición tuvo un enemigo: los sacerdotes que visten de negro:

And Priests in black gown were walking their rounds,
and blinding with briars my joys & desires.


(De The Garden of Love, en: Song of Experience)

En su condición natural («status naturae»), cuando los hombres y mujeres andaban desnudos, el hombre conoció la transparencia universal de sus cuatro sentidos eternos. Sin embargo, a ese ser que había aprendido con sus cuatro sentidos eternos a apreciar la vida, la salud y los bienes materiales a su disposición, se le empezó a instruir en la primera doctrina de tipo religioso: «our true and perfect independence from Nature». [8]

Es cierto que el género humano está equipado con una naturaleza o impulso cognitivo. Este lo llevaba a cambiar las circunstancias y a dar expresión a su existencia particular; pero, con las concepciones adquiridas por él, no se debió pretender que se meta fuese trascender la Naturaleza, dominarla y contradecir los deseos que son según ella. De hecho, como observara Schiller, la existencia como ser sensual convierte a la naturaleza en el «guardián vigilante» dispensado en la vida física para la autopreservación humana.

Al considerar la inocencia original humana, Blake la centraría en la capacidad humana de vivir con certidumbre, en disfrute de la verdad sensual de su funcionamiento y manifestación. La aprehensión de lo eterno e infinito es la verdadera meta. La verdad no implica la necesidad de negar que hay dolor y luto, sino que, sabiéndolo, se vivenciara el gozo de igual modo. El corazón humano (y sus «Zoas» correlacionados en armonía) no se cuajaron como instrumento para el frívolo ostentamiento, la carcajada abrupta y el embrutecimiento de los sentidos. «Man was made for Joy & Woe», declararía Blake y, por tanto, el corazón es patogónico, así como el principio intelectual («the Head») es sublime. El alma se eterniza por las lágrimas sinceramente sentidas. «Every tear from every eye become a babe in Eternity».

El uso metafórico con que Blake refiriera a las estaciones del año (por ejemplo, al plantear el invierno eterno y los siete veranos de La niñita perdida y La Niñita encontrada), así como sus referencias a los puntos cardinales y su impacto en la perversión de los Zoas, son componentes de su doctrina sicológica, según la cual la humanidad, orginalmente inocente, tuvo la capacidad de asimilar el peligro y el dolor, creando «entirely different arragements for the preservation of her strength». [9]

A los pervertidores de la inocencia y certidumbre originales Blake los compara con leones y lobos y juzga que se han encarnado en individuos como Paracelso, Voltaire y Behman. Ninguno de ellos fue capaz de entender la voz de quien grita en el desierto, las tierras de lo desconocido, para dar testimonio de que todos los hombres son iguales y similares en su disfrute y despliegue de la expresión del Genio Poético.

Voltaire menospreciba la fe como insuficiente. «Il ne suffit pas qu' une chose soit possible pour la croire»; también sus dudas ante lo espiritual le permitían equipar a Dios como una concepción superflua, cuasi supersticiosa. Todo ello sería suficiente para que Blake esgrimiera lo suyo contra él, recordándole que todo lo que es posible, aún por la imaginación que lo concibe por antelación, es una imagen de la verdad. Lo que hoy es asunto probado fue alguna vez imaginado.

(B) La Naturaleza Emocional, Zoa de Luvah: Así como Tharmas es la esencia de la forma corporal de la Albión Universal, Luvah es el aspecto emocional común a todos las criaturas humanas. Ya que el primer daño causado por la prédica religiosa fue la oposición entre el mundo ideal y el corporal, sentimiento de orfandad y de culpa serían las primeras manifestaciones. El temor a lo no-racional se hizo accesible al ego (Urizen) introyectándose un sentimiento de desamparo, viéndose al hombre universal por primera vez como un impotente e inútil («helpless individual»).

Pero un león hambriento, con falsa sabiduría, no es el león que lame las manos a los padres tristes de Lyca entre profundos valles. En el poema The Little Girl Found, la niñita perdida y encontrada duerme tranquila y protegidamente en lo profundo de un palacio y entre tigres salvajes. La escena alude al reino de Luvah, reino aún no inmerso en el temor. El león de la sabiduría puede decir: «In my palace deep / Lyca lies asleep». La naturaleza emocional descrita en este poema de Cantos de la experiencia corresponde a la época de la consciencia en que las «pequeñas ovejas» conservaban su inocencia y:

Great things are done when
men and mountains meet.
This is not done by jostling
in the street...



En la doctrina del hombre natural o del noble salvaje de Rousseau ya las criaturas inocentes no existen. El espectro del temor ha sido engendrado. Esta es la época del «cruel Patriarchal Pride», de la orfandad, «a man's worst enemy are those of his home & family». Esta es la crítica blakeana sobre la ley moral y el patriarcalismo que destituyó a la sabiduría del león, el tigre y el zorro, sin traer nada nuevo. El hombre enemistado con la naturaleza es incapaz de confiar. Este es el momento en que la pesada melena del león lanza al piso a los padres de la niñita perdida («bore them to the ground») y el león se pone al acecho, no para lamer las manos de su presa, sino para retirar su espíritu armado en oro («a Spirit arm'd in gold»). Blake desarrolla «la idea de que la verdadera inocencia resulta imposible sin la experiencia, transformada por la fuerza creativa de la imaginación humana». poder de la palabra

Ahora la inmediata percepción de lo que antes fue llamado Tharmas dio origen a los terrores en la imaginación. Dejaría de existir lo sublime y surge «the gap between the sensuous and the trascendent capability», la brecha dualística entre lo sensual y lo trascendente. «All the delight in the sublime is grounded directly on this consciousness alone», «the entire essence of the sublime is founded upon the consciousness of this, our rational freedom», de modo que, al decir de Kant, el irresistible poder de la Naturaleza admita su impotencia y quede diferenciada la sublimidad de «nuestra disposición racional». [10]

Blake describió este proceso en términos del ennublamiento de los Zoas. Oscurecimiento de los sentidos por influencia del egocentrismo discriminativo del dualismo del Yo cognoscente («lapsed Soul»). Las migraciones («reposicionamiento geográfico») incidirían en los comportamientos y en la toma de decisiones de los hombres universales:

And the Four Zoas clouded rage East & West $ North & South.
They change their situation, in the Universal Man.
Albion grouns, he sees the Elements divide before his face...
And Urizen assumes the East,
Luvah assumes the South...
And the Four Zoa's who are the Eternal Senses of Man...


Albión, como Satán, son símbolos para la Humanidad. Mas su profecía es que Albión puede ser recobrada y depende de que Los / la divinidad / el Amigo / se manifieste; sólo Los mantiene la visión de la divinidad de Albion, siendo Jerusulén tipo y figura de Albión. Toda la Humanidad está contenida como un cuerpo en la Divinidad y verá resurreción. Los Zoas son parte de este «mystical body of the God-Man, the "human form divine» [John Esmilie], cuya cabeza es Jesucristo. «He is the Shepherd of Albion, he is all in all», dice Blake, quien utilizó un nombre vernacular para Inglaterra.

En la antiguedad, la isla occidental hoy llamada Gran Bretaña fue llamada Albany, o Albion. Posiblemente, el nombre fue dado por las tribus de los antiguos celtas del área. Los celtas se mudaron en la tercera centuria antes del nacimiento de Jesús de la Europa central, al este de río Rin, a los Balcanes, al norte de Italia y Francia, y alcanzaron los islas británicas en sucesivas oleadas. En su visión mitológica de Jerusalén, en la Sinagoga de Satán será crucificada la última Babilonia y su Ley Moral de Auto-justificación y, para Blake, ésta es Albión, la Inglaterra en que naciera y donde cada niño inglés verá al Cordero del Dios que caminara a su lado:

En El Libro de Los / The Book of Los, Blake cuenta con un tono épico la vida de un gigante llamado Albion, quien cayó de su estadio divino, «and whose real humanity [was] slain on the stems of vegetation». Albión, según Blake, «was originally fourfold but was self divided». Explica cómo el gigante «became self divided, subject of great sublimity and pathos». [Emslie]

Albion gave his deadly groan,
and all the Atlantic Mountains shook.


Albion 's Spectre from his Loins
tore forth in all the pomp of War:
Satan his name: in flames of fire
He stretch'd his Druid Pillars far.

(De Jerusalem, 1820)

Cuando Blake habla de Satán, habla de la humanidad misma cuando no vive por las virtudes de Los, por su Urthona (como símbolo de la facultad que conduce al Palacio de la Sabiduría por los puentrs vivientes del Paraíso. [«Strong Urthona, the living gates of heaven»]. La criatura inclinada al Orc es demónica. Lo que revela una propensión o Fuerte Urthona es el arte, la poesía, la pintura, la música y la profecía.

En la sociedad de hombres y mujeres libres e iguales, la estructura físico-social fue igualitaria porque las comunidades eran simples y aisladas; no había acumulación de bienes; ni había una necesidad de discordia. La emoción no cantaba sus vanidades ni la abejita hacendosa («busy bee») se atenía a la posibilidad de desgracias. La alimentación («wholesome food») no requería de hurto ni de artimañas («a net or a trap»); aún los fenómenos de la Naturaleza y lo contradictorio en el hombre se observarían desde una perspectiva integradoramente divina:

The roaring of lions,
the howling of wolves,
the raging of the stormy sea,
and the the destructive sword,
are portion of eternity,
two great fod the eye of man
.

llamándose al Bien como su deber moral y prohibiéndosele todo lo que aparenta originarse en la ciega, no-consciente natauraleza de la carne.

(C) La Naturaleza Intuitiva, Zoa de Urthona: Esta dice que nunca hubo un intento por la Naturaleza de ejercer un dominio sobre el hombre. Cuando todo es juzgado con visión divina, la misma lujuria del chivo significa otra cosa: «liberalidad de Dios». La desnudez de la mujer se honra sin opresión. «La ira del león» como sabiduría de Dios se comprende. El alma depende de la potencia de Dios, no del tiempo mundano ni la racionalidad humana. Es por lo que Blake compara el alma con un pájaro y anota: «No hay pájaro que vuele demasiado alto si lo hace con sus propias alas». La sabiduría está más allá de las diligencias y medidas de lo humano. Tales recursos sólo sirven para los tiempos de la escasez. Con Urthona se refleja en la vida humana, la divinidad como Eterno Profeta. Urthona nos da las llaves para recobrar la Humanidad de Albión: la eterna Jerusalén.

La restauración de la Visión Divina, como bien interpreta Ferrara, consiste en «the reinstatament of Urthona to his rightful place in the seat of consciousness. When Urthona is restored, reality is no longer percieved in ratio. No longer are the senses darkened and petrified against the infinite» [11]

(D) La Naturaleza Intelectual, Zoa de Urizen: El crecimiento de la cultura se realiza con la subyugación progresiva de la parte animal del hombre, de su Zoa thármico; coincidiendo con Freud, Blake cree que la supresión de la naturaleza instintiva y lo que la civilización sanciona como pecaminoso origina neurosis. El «alimento sano», como símbolo de virtud y autenticidad, no se envenena con el método, la red y la trampa. Las prohibiciones, sin razón, quitan el gozo. Si un niño pide nadar, «Sumergid en el río a quien ama el agua». Tharmas: he is instinct and power - the labourer. In the world of time and generation he holds the power of reproduction.

Doth put the Light of Knowledge out,
the Strongest Poison ever known.


(De Auguries of Innocence, en: Blake, loc. cit)

Para Blake, restaurar la Visión Divina / la Fuerte Urthona /requiere de la reintegración de la mente. Esto incluye iluminar el intelecto, levantar la cabeza al Aguila, buscar la porción del Genio que nos fue dispensada y seguir, en fe, la experiencia de la infinidad y el goce de la vida, porque ésta es Energía. El hombre y la mujer verdaderas pertenecen al Reino de la Energía, que Blake define como Delicia. La enseñanza está escrituralmente codificada en la visión del profeta Isaías cuando da nuevas a los hombres enlutados, los afligidos de Sión, a los que son llamados a ser llamados sacerdotes y ministros de Dios y árboles de justicia (Is. 64: 2-3), después de los escombros de muchas generaciones.

La Novia del Cordero, la naturaleza de la carne y de sus genitales, cuya belleza es exuberancia, según Blake, será desposada para vergüenza del sacerdocio falso, religionista y externo, que la ha desamparado y menospreciado. Los sacerdocios hipócritas y coactivos no instruyen ni liberan. Crean una prudencia que embrutece y desorienta. Blake la compara con una Novia indeseable. «La prudencia es una fea y rica solterona cortejada por la incapacidad»; pero el hombre que se acciona y perfecciona su anhelo se vuelve el León, el Sol invictus, y se hace digno de la Novia. «Dejad que el hombre vista la melena del león y la mujer el vellón de la oveja»:

Nunca más te llamarán Desamparada,
ni tu tierra se dirá más Desolada;
sino que serás llamada Hefzi-bá,
y tu tierra, Beula; porque el amor
de Jehová estará en tí,
y tu tierra será desposada
: Isaías 62: 4.

Este pasaje sobre el gozo del esposo con la esposa (Is. 62: 5) y en los que Hefzi-bah se traduce como mi deleite está en ella y Beula, «Desposada», son la misteriosa fuente de su libro The Marriage of Heaven and Hell (1790). La mujer que viste el vellón de la Oveja es finalmente bendita aunque antes haya llorado. «El exceso de pena ríe; el exceso de dicha llora». Al final, hay una recuperación de la dicha. El desamparo queda atrás. Blake describe otra de de las cuatro Zoas como Tharmas: representando el instinto y el poder. En algunas metáforas, Blake las refiere como the labourer. El trabajador. «In the world of time and generation he holds the power of reproduction», dice Emslie.

La Novia del Cordero es la convocatoria a la recepción del Genio Poético que nos ofreciera la tradición judeocristiana, a fin de confinar tal experiencia a la natural sensación de nuestra corporeidad. La Jerusalem que se anhela, por anhelo de infinitud, se edifica o traslada de una edad a otra, toma la experiencia de lo distintivo de lo particular en este mundo concreto de la novia, la sensación y lo terreno de nuestros afectos, y lo manifiesta como propuesta general y universal del Genio. Todas las edades han sido iguales en cuanto que toda época se visualiza como lucha y empeño; aún el necio debe persistir para ser sabio; pero la Novia, el Eterno Femenino, un día se manifiesta como esposa del Genio Poético, universalizándole: «Ages are all equals, but Genius is always Above The Age». [12]

Lo que no es amor, inocencia inspiradora, es sólo espectro; el lado oscuro de la autoexaltación y el orgullo. Dark Urthona, dice Blake,.

«Quien sólo consulta la Razón (the Ratio) sólo se ve a sí mismo».

And O thou Lamb of God, whom I
slew in my dark self-righteous pride,
Art thou return'd to Albion's Land?
and is Jerusalem thy Bride?
Come to my arms & never more
depart, but dwell for ever here:
Create my Spirit to thy Love:
Subdue my Spectre to thy Fear.

(De Jerusalem)

Hay cierta premura blakeana en la presentación de sus temas. Para él, Inglaterra adormecida (durante el tiempo en que vivió) no escuchaba el llamado del Cordero ni de la Jerusalén, hermana y novia, Ciudad espiritual deseada. Sus contemporáneos ingleses optaron por un ideal de prudencia («Golden Rules» y «Good English Hospitality»), así como por el orden coactivo que sustituyó al espíritu cristiano, cuya esencia es regocijo, vestiduras de gozo.

No significaba que teóricamente, al menos, la primacía de la fe hubiera dejado de importar, pero con la consolidación de los obispados y la edificación del orden sistemático para administrar la fe, en ese proceso de siglos, Inglaterra quedó cautiva en los entrejuegos de la condena que apuntala y sin la bendición que relaja y trae gozo. Para Blake, Bacon es la repetición del epicureísmo que él rechaza, no en cuanto a su contenido hedonístico ni por la propuesta de una vida sencilla, sino por la doctrina egocéntrica («selfish doctrine») que contiene. El epicureísmo propone que se evite «all outside ties, as in marriage, public ambition, or pusuit of wealth... virtue was a meaningless concept except insofar as an outwardly virtuous life might ease one's relations with one's fellow men; and friendship was utilitarian». [13]

«Bacon is only Epicurus over again. Bacon's philosophy has ruin'd England», dice Blake.

La teología natural y el empirismo habían comenzado a convencer a los isleños de Occidente y a muchos de sus otros vecinos europeos, que el regreso a la inocencia espiritual no es posible. «Happiness is not for us, poor crawling reptiles of the earth», dice un personaje de Blake. A la luz de otros personajes simbólicos de An Island in the Moon (1784), el poeta explicitaría que el panorama intelectual inglés estuvo influído por «an abundance of Enquiries to no purpose», «thinking of nothing», «vanities» que, en la mayoría de los casos, tuvo por objetivo el señalamiento de que «we are all poor creatures».

A este religionismo de condenación y pesimismo, Blake lo llamaría «el sistema de otros hombres que esclaviza». Comparó la pretendida prudencia y humanitarismo avergonzado, ejercidos en nombre del sistema obispal, con el acortejamiento de una doncella rica, vieja que embelesa a los incompetentes y a los faltos de energía y habilidad para expresar la delicia de la fe elevada al intelecto sublime. A veces esta Doncella rica y vieja es presentada como flor y nata de la gentileza, «the Flower of English Nobility & Gentry»; pero la misma se comporta matreramente; son capaces de llevar a los artistas al hambre; no utilizan ni el arte ni la ciencia para destruir las tiranías, sino que el progreso regular de una vida cultural se utiliza para instrumentar el ornato, el utilitario sentido de acomodo y pretenciosidad. Blake compara ese mundo puritano, no sin ironía, con un jardín de amor, lleno de prohibiciones.

Fui hasta el jardín del Amor,
y vi lo que jamás había visto:
una Capilla construida en su centro,
sobre el verde donde de niño jugaba.

Los portales de la Capilla estaban cerrados,
y escrito sobre la puerta había un "No lo harás",
así que me volví hacia el jardín del Amor
donde crecían tantas delicias floridas.

Y vi que estaba lleno de tumbas,
con lápidas donde debían verse flores;
y Curas de sotanas negras rondaban
y ponían vallas a mis gozos y deseos.

[The garden of Love / Original en inglés]

En The Marriage of Heaven and Hell (El Matrimonio de la Tierra con el Cielo, 1790), dejar de enamorar a la Doncella Rica y Vieja equivaldría a consumir en fuego a la Antigua Tradición que enseñaba mediante sus fábulas poéticas y que había sustentado, con el rango de sabios y veedores, a unos bribones que tomarían ventaja de los creyentes simples:

Till a system was formed was formed, which some took of, & enslav'd the vulgar by attempting to realize or abstract the mental deities from their objects: thus begun priesthood... Chossing forms of workship from poetic tales... And at lenght they pronounc'd that the Gods has ordered such things... Thus men forgot that All Deities reside in the human breast. [14]

Las musas («Fair Nine, forsaking Poetry»), motif explotado en el neoclasicismo en boga sirvieron muy poco. Las cuerdas de sus liras, sus antiguas melodías, languidecerían; la humanidad no se orientaba por el Este sublime, el amor solar que los bardos de antaño, en su tiempo, disfrutaron. Hoy es diferente. «The sounds is forc'd, the notes are few!» (To the muses, en Poetical Sketches, 1783). En su apreciación de John Milton (1608-1774), Blake anotó que su genio poético no fue obtenido por la invocación de la Memoria y de sus hijas, las Sirenas, «sino por la oración devota al Espíritu Eterno, quien puede enriquecer con toda las voces y conocimiento y enviar su Serafín con su mágico fuego a su altar para tocar y purificar los labios de aquellos que él plazca».

Para Blake, se viaja inspiradamente al Cielo y al Infierno en búsqueda de ideas y de verdad. En adición a sus raseros de esterilidad y superficies espectrales, el mundo subterráneo, el infierno que constituye a nuestra imaginación o herencia olvidada y desfigurada por el alma confundida, tiene otro secreto muy guardado: ¡el espíritu!, «la cualidad más llena y secreta del alma». En los seres caídos, aún calificados infernales, hay la posibilidad de rescatar tal esencia individual y pura, lo que implica que aprendemos «a adorar (nuestra) propia humanidad», sin falso temor y sin falso pudor.

Todo lo que existe es Santo.
Todos los deseos, todas las pasiones,
todo los placeres son sagrados.
[15]

La imaginación, el viaje interno, es la ventana que convierte al hombre en un verdadero intérprete de las esferas de la realidad: sean las sensibles o las inteligibles, el mundo de las ideas. «El hombre que no viajó al paraíso, con su mente y pensamiento, no es un artista»; la imaginación es la única facultad que nos da asidero sobre la realidad y el proceso existencial, allí donde las percepciones de los sentidos y el sensualismo fracasan. Por desgracia, a los artistas que estaban por encima del básico entendimiento («above a plain Understanding»), se les estigmatizaba como «demenciales»: «Vague Enthusiasts or Madmen».

Blake construyó un mundo metafórico y pictórico que, contrario al que la religión oficial elaborara, no esquilmaría ni despreciaría el Arte y la Ciencia. Sobre todo, su empeño fue Crear y Restaurar, verbos que Blake utilizara en mayúsculas para enfatizar la importancia de la tarea:

I must create a System, or to be enslav'd by other Man's,
I will not Reason and Compare: my business is to Create.


(Jeresalem, ps. 10, 120)

En el camino de crear su sistema, él comprendió que el poeta debe convertirse en observador del pasado, el presente y el futuro; en recobrador y depurador de símbolos, en anticipador. A Blake se le reconoce como un precursor del simbolismo. Un mérito que comparte con Baudelaire. Como ilustrador de los cuadernos poéticos Cantos de la Inocencia (1769) y Cantos de la experiencia (1794), Blake anticipó el modernismo: su imaginería.

Pese a su generosidad, su voluntad para admirar profundamente la obra de otros autores y para prestarse a ilustrar los versos de sus admirados con su gran talento de artista del pincel y el grabado, la obra poética de Blake es casi marginal en su época. «All of Blake's work were ignored or dismissed until long after his death». Otros, con tanta o menos precocidad y talento que él, se suicidaron. A veces hubo más ambición que talento.

Un ejemplo fue Thomas Chatterton quien, a los 17 años, desilusionado por el impacto negativo de la publicidad que originara su caso, el presunto descubrimiento prosa y versos de la Edad Media y que resultaron ser cosecha de su autoría, se suicidó. No se admitiría que, a estas alturas, alguno sacara sus conejillos de la manga o que algún charlatán quisiera pasarse de listo ante los scholars, litterateurs & wisemen de Cambridge y Oxford, incluyendo Horace Walpole. [16]

Si bien el contenido blakeano es cristiano, su proceso creativo destiló este contenido, restaurándolo con nuevas luces. Lo sometió a profundas y ricas transformaciones. Octavio Paz observó que las agonías del gnosticismo se hallan en los libros proféticos de Blake y que el Cristo de Blake «son el reverso de lo que nos proponen las religiones oficiales». Con su apoyo a las Revoluciones Americana y Francesa, él se vuelve partícipe de las ideologías que «rompen las prisiones y sacan a Dios de las iglesias». [17]


Notas bibliográficas

[1] Tim Folger, Science's Alternative to an Intelligent Creator: the Multiverse Theory, en: Discover, publicado en online, November 10, 2008. Vid. La teoría del principio antrópico, aunque interesante para algunos científicos languideció a finales de la década del 1970; pero el físico Andrei Linde, de Stanford University (Palo Alto, CA), con sus investigaciones sobre la Física del Big Bang, parece volver a confirmar lo que da sentido a la teoría y propuso el astrofísico inglés Brandon Carter. Carter llamó principio antrópico a la idea de que el «universo debe tener unas propiedades que permiten que la vida se desarrolle porque está diseñado para generar observadores». Vid. Bob Berman: The laws of physics seem stacked in our favor. How did we beat the odds? [Discover, February 1, 2003] Las leyes de la Física claman por la aparición de la vida: «Physical laws clamor for life: the universe knew we were coming». «Our universe may be but one of perhaps infinitely many universes in an inconceivably vast multi­verse. Most of those universes are barren, but some, like ours, have conditions suitable for life».

[2] Tim Folger, loc. cit.

[3]



[8] Blake, Marcion, Montanistas -- amopliar Vid. Mark S. Ferrara, «Ch'an Buddhism and the Prophetic Poems of Williams Blake», en: Journal of Chinese Philosophy, Vol. 24, 1997, ps. 59-73. En Ruthven Todd, «Introduction», en: Blake, p. 111.





[8] Chester G. Starr, A History of the Ancient World (Oxford University Press, New York, 1991), p. 425

[9] Friedrich Schiller, «Of the Sublime: Toward the further elaboration of some Kant Ideas».

[10] Schiller, loc. cit. p. 3. Del arte sublime de Blake, muchas reacciones son tardías. Se ha dicho que, para el decenio de 1820, un grupo de jóvenes artisras inglesas, que sienten afinidad la seriedad de la ideass religiosas de Blake, lo toma como centro de sus inquietudes, entre elllos Samuel Palmer. «One of these artists commissioned him to create two series of large watercolors, one inspired by the Book of Job and one by Dante's Divine Comedy». De Blake se han realizado lecturas interpretativas que lo toman como un gnóstico (Harold Bloom), otras como «crítico revolucionario de Inglaterra durante la Revolución Industrial» (Terry Eagleton), o Blake como «a disciple of Swedenborg and Boehme» por otros). Lo fundamental es que la poética de Blake contiene además de su belleza verbal y poder visionario, los «polyvalent symbols energised with multiple meanings». Posiblemente, el misticismo radical de Blake se hace más apasionado a final de su vida. José Luis Palomares, al ejuiciar ésto, explica que «al final de su vida escribió poemas tan abiertamente heréticos en los que rechaza de plano la figura autoritaria del dios del Viejo Testamento, al tiempo que nos representa al Cristo bajo la aureola del réprobo insumiso, carente de toda prudencia (una especie de enfant terrible), imagen perfecta de su fobia hacia toda forma de tiranía» [El matrimonio del Cielo y el Infierno, Colección, Hiperión, 2000]. Al Jehová viejotestamentario lo llamaba Nobodaddy (el padre de nadie), o Urizen. Este término es, dice Mauricio Otero, «un juego fonético entre your reason (tu razón) y your horizon (tu horizonte). Y no podía menos, puesto que a la edad de ocho años tuvo su primera visión y no dejó de cantar versos divinos este místico anarquista, precursor social, para quien política y religión eran lo mismo: hermandad», dice Otero: Willliam Blake: Mistico Radical en la revista virtual Escáner Cultural.


[11] Ferrara, loc. cit.

[12] «Talent thinks, genius sees». decía William Blake, proponente de un arte visionario, no intelectual. «He believed that the arts offered insights into the metaphysical world and could potentially redeem a humanity fallen into materialism and doubt. His belief that imagination is the artist's critical filter indicated the dawn of Romanticism, but his peers failed to recognize his genius until his later years». Vid.

[13] Chester G. Starr, A History of the Ancient World (Oxford University Press, New York, 1991).

[14] The Marriage of Heaven and Hell [].

[15] Casdeiro, loc. cit.

[16] Horace Walpole (1717-1797), 4th Earl de Orford, es recordado por Blake porque fue a él que el falsificador Chatterton envió en 1769, la History of England, allegadamente escrita por Rowley. Sabido el fraude del documento el joven Chatterton se suicida y Walpole es acusado injustamente de inducir el trágico final. Walpole revivió el estilo gótico décadas antes de sus sucesores de la era Victoriana con su novela The Castle of Otranto. Al parecer, Blake echaba sus puyas y sus recelos contra Walpole. En ésto, más que la fama de homosexual de Walpole, o al menos la sucesión de «unconsummated flirtations with unmarriageable women» de Walpole, tiene menos que ver que los diferendos en cuanto a lo que es verdadera imaginación. En Inglaterra, se considerba que la prosa gótica de Walpone eran «a manifesto for the modern Gothic romance» y que él restauraba las cualidades de la imaginación y conducía a la invención de la ficción contemporánea.


[17] Octavio Paz, El Arco y la Lira, p. 237

[18] Starr, ibid. «In 1791 most of the civil disabilities in Great Britain were repealed».


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