Wednesday, September 7, 2011

Las hienas / Capítulo Seis


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Capítulo Seis

Traumas del Colegio Marista
Recuerda cuando se lo dijo a Pierluisi y a Jorge, su hermano. Sí. Rosselló le resultó un Santa Claus, bobamente generoso. Derrochó su confianza, tal vez porque fue sorprendido en un ejercicio de magreo. Esto no lo dijo. Llegada ;la noche,todos terminaron hablando sobre obsesiones hinduístas. «Lo kármico en la historia, diría Ed». Jorge se divirtió mucho. No sabía en torno a intimidades curiosidades culturales y mitológixA que divierten por igual aL consultor de campañas y finanzas políticas Ed Gillespie. .

El por que de lo que Luis había contata en uma primera ocasión, Pedro Rafael Pierluisi lo expresaba con tono crudamente recriminativo.

«Me gustaría, por el contrario, si soñara con vacas gordas», le dijo Luis Guillermo a Pedro, viejo amigo del colegio. «Estas pesadillas asquerosas son insufribles. Me molestan. Me inquietan; no digo que me depriman. Sólo que joden cuando se repiten».

«Es lo que te dije. Un trauma de pequeño. Será por las películas de terror y las bromas pesadas, ¿recuerdas? Tú nacíste el Día de Halloween y las brujas te van a echar mierda cuando vuelen o crucen el cielo en sus escobas; pero no creas en eso. Son pendejadas del Colegio Marista de Guaynabo».

La primera vez que se le apareció un animal flaco como imagen del sueño fue una vaca. La segunda vez, una gata persa venida a menos. Ya, estabilizada la imagen, el animalejo suele ser un elefante, o son bestias trompudas y de corto rabo que han dejado de ser voluminosas. Desde la infancia, Luis Guillermo lleva años con la recurrencia de tales sueños. Historias de Zafnatpanea, el niño hebreo vendido como esclavo a Egipto, testigo de vacas y elefantes. El descifrador de sueños del Faraón. «Vacas flacas y vacas gordas que mugen en mi cara con tristeza».

Todavía, ido de San Juan y estudiante de su bachillerato en la Universidad de Georgetown en Washington D. C., le persigue esta ensarta de disparates y alegorías del Colegio Marista. Los cuentos otrora dados por brujas y sacerdotes. «No me gusta soñar con hambre, con elefantes flacos. Ahora no es un gato, Pedro. Veo claramente, me despierta una manada de elefantes flaquientos, apestosamente anémicos y orinados».

Pedro Rafael (y no es la primera vez que se lo dice), jamás con humor, sino con seriedad que molesta, le aconseja que vaya a un sicólogo o terapista que le avive alguna memoria de la infancia. «You must understand the hidden notion of the conflict». Insiste que si el sueño es tan reiteratvo en su vida, lo significativo es que mienta una causalidad o raíz de trauma que estará escondida en el inconsciente.

«Tu inconsciente».

«No es trauma, Luis. Yo soy feliz».

Le ripostó que, como él, no sabe vivir con lo profundo. «Con esos asomos de lo desconocido» y lo impenetrable cuando se asoma difusamente.

«Yo no creo en el inconsciente. Creo en ésto...», sacó la billetera del gabán. Y la aseguró bien a un bolsillo interior antes de estarse en mangas de camisa.

«Déjate ayudar antes que se te vuelva insomnio. Que nos sirva de experimento», enfatiza y, en fin, que ambos hicieron una cita con cierto sicólogo shamánico de la ciudad, a quien consultan muchos cabilderos y políticos de Capitol Hills. Uno que lee el Tarot y echó fama de adivino. Pierluisi Urrutia es quien tiene la firme inquietud de consultarlo, y no porque tenga traumas ni traumitas.

«Yo sí que soy feliz. No nací el día de brujas»

Luis Guillermo sí que tiene un encono con el día de su nacimiento y los cumpleaños que coinciden con Halloween. Lo buscan para embromarlo y de niño tenía que jugar al Treat or trick. En esa coyuntura se tendría que explicar que sueñe con el desagradable mal aliento de una anciana (que no por anciana, él asocia a su madre, Shirley Burset, dama de Yabucoa). En el sueño, según lo sospecha, está su padre / Fortuño Moscoso, el cagüeño, aludido con dientes y con mal aliento.

«Pero es el olor a meado, a halitosis, y esa imagen de la mujer sentada sobre un elefante hambriento lo que me enfogona, Luis... De perdida, que me gustaría si soñara con vacas gordas o si es digno de un Fortuño. No un elefante caga'o».

Entondes, Pedro pone su cara de amigo preocupado. «You must understand the hidden notion of the conflict».

Van a ir a ver un brujo.

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LAS HIENAS: Indice /1. Las Vacas Gordas y la Muñeca de Trapo / 2. Lecciones sobre nuestros nombres / 3. El reino mágico de El Dorado / 4. ¿Qué te dieron a tí? / 5. Cuando iba a cerrar la puerta / 6. Traumas del Colegio Marista / 7. Derecho de antiguedad o de llegar primero / 8. Cómo se escocotó el soberanismo / 9. El líder del Chavito Prieto / 10. Coquito y los PNPeos / 11. El regalito /

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