Saturday, July 13, 2013

LA ALEGRIA Y RIESGO DEL COMPRENDER FILOSOFICO


PARA EL FUEGO SE FORJO DOLCINO / LA PALABRA FUNDANTE / LA ALEGRIA Y EL RIESGO DEL COMMPRENDER / NOTAS SOBRE TANTRALIA / HOMENAJE A LAS TORTAS /


LA ALEGRIA Y RIESGO DEL COMPRENDER FILOSOFICO

Por CARLOS LOPEZ DZUR

(1)

Recuerdo que, a los 20 años de edad, en la Universidad, un compañero me dijo que una carrera filosófica, o meterse en tales honduras, era como jugar con fuego. El riesgo de quemarse como ocurriera con el cura Dolcino y o de muchos otros que se vieron referidos como herejéticos / sospechosos / inconformistas desclasados / tan solo por su 'amor a la verdad', amor al conocimiento. Respondí que este primer impulso por la filosofía lo sentí muy temprano en mi vida y es no asunto de quemarse, o de riesgos, sino de profundas alegrías.

En estos tiempos el amor a la honestidad del Decir, a la libertad de la palabra teorizadora, a un clarificar de lo Enunciado por cuenta propia, cuando la Academia se vende al capital y en la conformidad del papagayo y el radio-bemba 'se las gasta todo el mundo', es la única alegría de que el filósofo puede jactarse.

De hecho, hallé la definición siguiente que es una que me atrae y simplifica la actitud: la filosofía es apetito, ir por algo que deseamos conocer, o que tal vez pudimos conocer y validar. La filosofía es un 'activo ir hacia' lo que es y que, desde el presente, se alimentará de futuro.

Es pues 'Orektiko', apetito por alcanzar lo que apenas se sabe, o  'todavia no es', se devela y descubre. Un filósofo es alguien que 'gime por deseo' (en el mismo sentido que el Espíritu gime en la psiquis humana, lo más profundo de ésta, según una metáfora de San Pablo). 'Ahí', como gemido, comienza el filosofar, con el encender los afectos, con el desafiar al temple, con lo apenas conocido. No es tanto ir hacia descubrir lo nuevo y absolutamente ignoto; sino que lo que complace es el mero comprender bien lo que ya es cotidiano y verse muchas veces solo en la tarea, sin la bendición de nadie..

En mi poema  'Orektiko', se expresa lo que Martin Heidegger, en su momento, designó la disposición afectiva ['Befindlichkeit'] o temple animico para emprender la actividad filosófica.

 Orektiko

Toda filosofía es ir por algo,
apetito por alcanzar lo  que apenas
pre-comprendido, una vez
lo supimos
aunque ya lo olvidamos.
Ya no sabemos.

Somos, en conjunto y por demás
,filósofos de la lucha, conjuradores
de olvido, seres inclinados,
en riesgo de sesgo, pero apetentes.

En cada quien el deseo gime.
Gratificarse incentiva el egotismo sicológico
que viene con urgencias que no siempre son
cognitivamente intelectuales, armónicas.

Mas bien, son 'agoneé', por el impuls
ohacia quién sabe dónde o qué
y la alegría cuelga de un cómo y por qué.
Todo nos excita con curiosidad,
pese a lancertidumbre.

05-02-1979 

Hay además del temple anímico, prerrequisito de apertura espiritual para el trabajo, una cautela que reconoce que en su poder-ser, inspirador de magnánimas apetencias, hay elementos del 'todavía-no- es', límites a lo deseado y lo pretendido. Ortega y Gasset sabía que la tarea de pensar tiene que tomar en cuenta a la vitalidad de lo fáctico, sin el lugar común y el cliché y que la Razón no es la sola herramienta para limpiar el terreno.

Si no se participa plenamente de lo buscado, ni del gozo y dolor, asombro y riesgo de la vida y sus perspectivas, es a causa de los desvíos y disrupciones traicioneras, muchas de las cuales  nos hacen suponer que todo es una Lógica racionalística, o una Revelación iluminadora, cuando se plantea el proyecto. Mi texto 'Philei to sophón' explica este momento en que sabemos que el filósofo es un sospechoso, es vedado, con la peor veda. La indiferencia por serlo.

Antes sí, en la epoca de Dolcino y Jon Huss, Galileo y Abelardo, los filósofos eran candidatos para la hoguera o el suplicio, ya no. Hoy basta que se crea que están locos, o son inútiles y que no hallarán oficio en que ganarse la vida.

Ahora sé cómo se llama el Adversario,
gran separador que rompe la Unidad
sin reciprocidad con el Deseo.
Rostro que no tiene una amable sonrisa
para otros; cara payasa de egoísmo,
asesino y divisor de mi armonía,
philei to sophón, anti-filósofo en vereda
de corto atrecho hacia la Orexis.

Ahora sé el nombre de los filósofos de la crisis,
nihilistas siquitrillados, oportunistas
de sofistiquería, productores
de Tensión innecesaria,
ocultadores de la reciprocidad unitaria.

Le sé sus nombres: Distanciadores
de lo que se busca en toda ética originaria
(la armonía): desarmonizadores.
¡Ese es el nombre, tu nombre, Orexis,
autor de innecesaria tensiones,
beso de Judas!

17-02-1979 / Heideggerianas

El instrumento disruptivo del esfuerzo filosófico útil, unitario y armonizador, socialmente aprovechable, es la interpretación en cuanto exposición, que si bien puede visualizar, mostrar, también puede «ocultar de antemano un determinado modo de ser a partir de sus posibilidades», y el cálculo de los sesgos  de la la disposición afectiva y el propio comprender desde un método, se utiliza para desfigurar otro  modo de ver y de entender previo para serse, Las filosofías se combaten unas a las otras cuando se les vulgariza como ideologías.

Orexis traicionero

Aún los racionalismos sicológicos
son deseos disfrazados.
Besan el corazóny emponzoñan
la intuición con sus ínfulas
de fuerza, virtud, norma, hedonismo.
Nada más traidor a la Noble Orexis
del primer impulso,
nada más ingrato que esa careta
que apuñala por la espalda
cogniciones.

¡Qué festival homicida trae
este determinismo sicológico que clama
en los portales:
Cierto es el pensamiento del más fuerte;
cierto es lo mejorque se aproxime,
cierta es la razónde los aclamos,
cierta solamente
la preeminente certidumbre
del mayor número!

15-02-1979


Si la actividad filosófica y el comprender dependen del estado de ánimo, o el temple anímico, mi pensamiento se ocupará de lo cotidiano y de un pertenecerse a si mismo, con consistencia esencial, sin esclavitudes. Se cuidará a si mimo y a su comunidad de la Orexis traicionera. Esta traición, desde el determinismo sicológico, es una que se diseña para confundir lo poderioso y positivo de las esencias con una neutralidad indiferente y un mundo poco solidario.

 De este modo, mal educa y forma a los Don Nadie, hombres-masa, que se arrodillaran ante la preeminente Certidumbre del Mayor Número y los valores del consumismo y la obediencia técnica y deshunanizante. Por otro lado, la robótica de la dogmatización. Los dogmas dan más seguridad y confort que la angustia, pero la persona / el filósofo en su ser-ahi y cotidianidad, no pretende una anunciación cosmovisiva que no se valide con hechos ni 'sabidurias' conceptualizadas.

La comprensión no busca dogma, profecía, sino lo propiamente concreto del origen, el 'aún-no' de la dispersidad (Zerstreutheit) fáctica o, al decir de Heidegger, la esencia del Dasein en general o su esparcimiento (Streuung) originario, que en una perspectiva muy determinada que mienta el Cosmos, o nuestra relación con lo Infinito.

Este es el camino del filosófo potencial y que gratifica con la Noble Orexis. En este sentido, la alegría de ese buscar es gracias a la aperturidad del espíritu que gime, porque es puro como su comprender y mucho de lo que sospecha «viene desde el futuro como un manantial de posibilidades para que él pueda-ser, proyectando, interpretando y dando sentido a cada instante de su cotidianidad», su única posibilidad de  ser.

En resumen, ¿qué es lo que el hombre busca y que le hace gemir filosóficamente?

Busca lo que apenas sabemos, mas, de algún modo,  pre-compremos y no deseanos larriesgarlo a que se diluya. Algo que concierne al vivir y existir humano: un modo de ser que, siendo finito y temporal, es más que un sobrevivir para la angustia. El modo determinado de ser del filósofo supera la angustia, la admite, cuando accede a su poder ser expresamente en tal ser y surge así una extensión de su ser. Y esta extension de su ser es la misma sobre la que habllo en El hombre extendido, mi poemario.

En su carácter comprensivo, con referencia al tiempo futuro y la cotidianidad presente, la filosofía tiene que ser 'proyecto' ―'Entwurf'― y este proyectar que no es comportamiento planificador, sino que alude a que el Dasein ya siempre se ha proyectado y es proyectante mientras existe.

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