Tuesday, July 23, 2013

A GLORIA TREVI


Don Perico / Cuento / De EL PUEBLO EN SOMBRAS / MEMORIA DE LA CAVERNA / Primera parte / EL LIBRO DE ANARQUISTAS / JOSEF STALIN / EL LIBRO DE ANARQUISTAS / VERSION NUEVA / NOS CAYO LA MACACOA / Del libro CUADERNO DE AMOR A HAITI / VARIACIONES ACRATICAS / INDICE / POESIA, COMUNIDAD Y VALORES / HEIDEGGERIANAS / PARTE UNA / NOTAS / TANTRALIA / RAYOS POR CELO DE TU CUERPO / Libro de cuentos / Don Perico / Cuento / De EL PUEBLO EN SOMBRAS / MEMORIA DE LA CAVERNA / Primera parte / EL LIBRO DE ANARQUISTAS / JOSEF STALIN / EL LIBRO DE ANARQUISTAS / VERSION NUEVA / NOS CAYO LA MACACOA / Del libro CUADERNO DE AMOR A HAITI / VARIACIONES ACRATICAS / INDICE / POESIA, COMUNIDAD Y VALORES / HEIDEGGERIANAS / PARTE UNA / NOTAS / TANTRALIA / RAYOS POR CELO DE TU CUERPO / Libro de cuentos / Miguel López Ortiz, musicólogo y periodista



A Gloria Trevi


Cuando vengan los vendedores de romances
y los jardineros de lágrimas, quienes siembran
bellotas en lo triste, burlones, canallas, traidores,
y te pidan la pose de la gloria
por la amenaza de esconder la chavalada
y separarte de tu pasado de alegría,
¿dónde se meterá a sátiros gritones
que se perviven contigo,criatura?


¿Dónde esconderlos que no puedas hallarlos
ni se olviden de tu cuerpo y tu silueta
de estrellita atolondrada?

Ahora que te sobra vida y vibra eterna,
sin edad ni cansancio, se arma Troya
por la nueva vanguardia farandúlica:
Se compone contra el amor y se oscurece
por tanto mencionarlo con clichés...
'te adoro, te idolatro, cariño, me gustas,
me engañaste, me quemas, piel adentro
o piel afuera, nos jodimos'...

¡Sí, que se habla del amor como del vaso de leche
y el gato y la muina y el boleto de circo,
pero no te aman; eres vulnerable,
eres su carne pasajera,
su deslumbramiento!

Menos mal que tú compones emoción
y travesura y ennobleces una hora más del poeta
y estás en el cine y en el calendario 
para que te apetezca la mano más fecunda
 y se reconstruyan los ojos de los ciego
scon tu silencio tangible de belleza.

Tu ritmo es sano y fresco porque lo bailas
como ninfa y dejas tu locura divertida
de ratera en la espontánea atención
de los que escuchan.

2.

Menos mal que vives exactamente
en la raíz de tu metáfora y se te puede creer
que amas y piensas, con el coqueto esplendor
de las niñas del mundo y las doncellas
que sienten en su piel mariposas y duendes encendidos
cuando menstruan y miran a los faunos.

Menos mal que eres greñuda todavía
y, por más tristeza que sientas, nos regala
el cartel de tus nalgas, o tus pechos,
o contornos del asombro 
con que eres y nos amas.

¿Que será de tí, deva sin aparatos moraloides,
sin vendas, sin gusanos chupándote las alas,
el día que ni tú misma te comprendas 
ni te sientas cautivante, dueña
de tu rebeldía y tus voces?

¿Se detendrá tu vuelo al infinito,
tu conexión con los que imitan tu aventura,
al repetir tus versos terrenales
o al andar con pelo suelto
entre clamores?

Cuando comience a tentarte la seguridad
de alguna fórmula y el guateque 
del comportamiento diseñado
,¿recobrarán tus palabras la energía?
¿Seguirán siendo tus ojos avizores
y tu alma transparente?

Cuando envejezcas y no te quiera el novelero
y el cazafortunas, ¿sabrás que los sátiros
seguirán contigo, los peludos fans de la Arcadia,
panteístas a capa y espada, 
gloriómanos de tu signo?

6-3-1993






A Jacinta Piñuela

Aquí puedes llegar, Jacinta,
el traspatio te espera.
El sendero sonríe.
Mi puerta se conmueve.
Mi escoba con ternura
a tu paso echa flores.
El sofá tira besos.
La cama conspira
y te recibe.


Abre mi nevera 
que la cocina te aguarda.
Llenemos una copa 
con escarcha del freezer.
¿Recuerdas? ¿cuando niñajos?
... no teníamos cervezas
(por tanto, juguemos como antes
a raspar el hielo y cubrir de tamarindo
el agua congelada).

Ahora es diferente, Jacinta.
Nos sobran las mieles
para el beso robado 
y el raspado en el alma
con botellas de vino. 

Llenamos las botijas del deseo 
con la piel más cómplice que en vela...
Nos comunicamos tan gratamente 
como costillas golpeadas por Dios
hecho ternura y por el Diablo traviezo,
ardidos en pecado por comernos a besos.

Por eso, visitante deliciosa, acércate
con tus clavos y martilla mi cruz:
mi boca ha de sangra como Cristo que aprendió
hacer parábolas con la mujer en ajetreo,
o sus intrigas y su dulce presencia
en hacendosa friega, por amor.

Seca la vajilla de tensión que te emociona.
Una toalla de mis ojos en la cocina se tiende
y te va alcanzar, no lo dudes, Jacinta.
Sudaremos por amor y nos secaremosd
espués de mirar, a párpados desnudos
,la humedad con que el placer devuelve
al fuego originario, su magma más caliente
y sus piedras lanzadas irrefrenadamente.

Entra a mi baño.
El espejo se aburre de verme con mi barba a solas
y tu carita más suave que los pétalos
será la novedad, la nueva fiesta, la grata imagen
que se guarde, sin réplica imperiosa de rutina.

Empapa mi rostro con el jugo de cebollas
de tu tacto, haz mil tasajos con tus artes galaicas de cocina; 
pero, el puerco no lo como, ya lo sabes,
yo prefiero al cordero, tan judaico, y a tí, borrica femínea
sobre el lecho sin contemplaciones.

El piso más limpio, el alimento más sabroso, son tus labios. 
 Tu escobillón, que desempolva todo, nunca más detergente
que cuando me ensaliva limpiadoramente la piel,
tu boca ardiente; el paño de tus muslos
refriega a las paredes
(me reluce in profundis, por misa de tu higiene).
El tiempo de tu piel, agua caliente.

Regresa, Jacinta. Esta es la casa que te pertenece.
Son tus objetos. Tu presencia dio virtuda cada puerta,
a cada patio, a cada escondrijo.

Y la madera cruje, el hormigón se arma.
El mobilario te aclama y el amor, por ser tanto,
se escapa por ventanas, se refugia en las flores,
se trasiega entre bardillas, atajos y callejas,
y se regresa una y otra vez, creyendo
que hemos terminado, pero estamos en amor aún.

Y así será, siempre que me invadas
y me entregues tus diligentes cuidados
de jovenzuela enamorada,
mujer, amiga, amante.

Estos objetos ya son gritos de tu piel.
Nada me llama a la mesa, sin tí.
Toda olla tiene alguno de tus nombres.
Cada sartén me calienta al evocarte.
Cada cortina es un vestido que voy echar abajo
para entrar al misterio más bello y puro...

Por eso, tu cuerpo es más sabroso que la sal.
Más inmenso e incontable que las arenas
(deseado como playas del Caribe que es mío;
afortunado como ha sido arribara tierras de Orense,
tu tierra donde han formado su casa Los Piñuelas...)

Todo lo que has tocado ha cobrado el encanto
de tu mágica tibieza y el peso existenciario
de tu vidase refugia, como gesto, que te copia
y crea curvaturas en mi espacio.

2. 

Me gustas y mi casa te llama
con el mismo pretexto, le gustas.
A primera vista, se tentaron mi corazón y el tuyo
y nos entró por los ojos el afán de ser ventanas
en la casa de nuestros propios cuerpos
y arroparnos bajo la imisma colcha
para explorar un mismo anhelo.

Jacinta, tu boca es agua de pozo.
Mi pozo te llama con nostalgia de tus veneros.
De tus pechos, pende la tersura que yo anhelo,
frutas que tú provees, fascinaciones
que se materializan 
porque mi devoción te cita
y mi casa es el santuario
que comparto contigo.

Toda tú me gustas. ¡Toda!
Eres la verdadera casa de mi casa.
El descanso verdadero de mi cama.
El verdadero ver de mis ojos
cuando estás en los pasillos.
La verdadera luz que se enciende
cuando busco, en vano, la sabiduría
desde esta urgencia de solidez
que nos dan los cuerpos.

Lo que sostiene el abrazo del cielo con la tierra
sí algo, divino es como mujer,
bello es como muslos suaves, 
ojos grandes, pelo largo,
pechos de mujer,
boca de mujer,
iluminado es como el alcoiris
que traes formado de gestos,
asombros, detalles, risa,
ingenio, ternura de mujer...

¿Cómo fue posible que fabricaras mi casa verdadera
con la energía tan pura y elemental
que se expresa en el ser?

Bajo mi techo, cada cosa habla de tí, Jacinta
y tan sólo por causa de tu feminidad... 

*  Del libro LA CASA /mi primer libro
[textos residuales de HAZEL, poemario adolescente]









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