Wednesday, May 6, 2009

El plan capitalista y sus privilegios




El plan capitalista para prolongar sus privilegios: un estado totalitario global


Por Rómulo Pardo Silva

Los capitalistas corporativos se preparan para organizar ‘su’ Tierra después de la crisis del colapso.

La crisis capitalista recién comenzó, financiera, alimentaria, climática, energética, demográfica… de escasez de recursos naturales. El sistema en algún momento va a derrumbarse. Es inevitable. Lo saben los gobernantes capitalistas de los países desarrollados y previsores se ponen de acuerdo aún con tiempo para ganar posiciones y asegurarse, también, una supremacía en las condiciones de la próxima civilización. La herramienta según algunos debe ser el establecimiento de un gobierno centralizado del planeta. Hay un documento oficial para la OTAN de enero del 2008 que lo plantea implícitamente como objetivo. (1) Olga Chetverikova, miembro de Strategic Cultural Foundation, en su artículo ‘La crisis como medio para erigir un Estado totalitario global’ (2) se refiere con claridad al mismo tema.

Algunas de las afirmaciones de la autora:

“Mientras la crisis financiera y económica mundial llega a su punto máximo, los dirigentes políticos y elites occidentales tratan de inculcar a la humanidad la idea de que esta convulsión terminará por “convertir al mundo en algo diferente.”

“A pesar de que la visión del ‘nuevo orden mundial’ sigue siendo vaga y difusa, la idea principal es bastante clara: Un solo gobierno global, dicen, tiene que ser establecido si no queremos que prevalezca el caos generalizado.

“De vez en cuando, los políticos occidentales mencionan la necesidad de un ‘nuevo orden mundial,’ de una ‘nueva arquitectura financiera mundial,’ o de alguna clase de ‘control supranacional,’ llamándolo un ‘Nuevo Trato’ para el mundo. Nicolas Sarkozy fue el primero en decirlo, cuando se dirigió a la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2007 (es decir, antes de la crisis).”

“… Declaraciones hechas por ciertos representantes de la ‘elite global’ indican que la actual crisis está siendo utilizada como mecanismo para provocar convulsiones sociales cada vez más profundas que harían que la humanidad – sumida como ya está en el caos y atemorizada por el fantasma de una violencia generalizada – inste por su propia libre voluntad a que un árbitro “supranacional” con poderes dictatoriales intervenga en los asuntos del mundo.

“Los eventos siguen el mismo camino que la Gran Depresión en 1929-1933: una crisis financiera, una recesión económica, conflictos sociales, el establecimiento de dictaduras totalitarias, la incitación a una guerra para concentrar el poder, y el capital, en manos de un círculo limitado. Esta vez, sin embargo, un ejemplo claro es la etapa final en la estrategia de ‘control global,’ en la que se daría un golpe decisivo a la institución de la soberanía nacional de los Estados, seguido por una transición al poder privado de elites transnacionales.

“A fines de los años noventa, David Rockefeller, autor de la idea del poder privado que debe reemplazar a los gobiernos, ya dijo que nosotros (el mundo) estábamos en el umbral de cambios globales. Todo lo que necesitamos, siguió diciendo, es alguna crisis en gran escala que haga que la gente acepte el nuevo orden mundial.

“Jacques Attali, asesor de Sarkozy y es jefe del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (EBRD), afirmó que las elites habían sido incapaces de encarar los problemas monetarios de los años treinta. Temía, dijo, que se volviera a cometer el mismo error. Primero libraremos guerras, continuó, y dejaremos que mueran 300 millones de personas. Después vendrán reformas y un gobierno mundial. Pregunto si: ¿No vale más que vayamos pensando en un gobierno mundial en esta etapa?”

“Esta discusión tiene como telón de fondo presiones relacionadas con la información que ayudan a aumentar las ansiedades humanas, el miedo y la inseguridad. Parte de esas acciones son las siguientes: Pronósticos de la OMC en el sentido de 1.400 millones de personas probablemente caigan bajo la línea de la pobreza en 2009; una advertencia del director general de la OMC de que en el futuro inmediato se espera el mayor declive en el comercio mundial en la historia de la posguerra; una declaración de Dominique Strauss-Kohn del FMI (protegido de Sarkozy) de que una crisis económica mundial es inminente a menos que se implemente una reforma en gran escala del sector financiero de la economía mundial, y un colapso que con gran probabilidad conducirá no sólo a descontento social sino también a una guerra.”

“El 19 de marzo, Henry Kissinger fue a Moscú como miembro de los ‘Hombres Sabios’ (James Baker, George Schultz, y otros), quienes tuvieron reuniones con los dirigentes rusos antes de la cumbre del G-20. Dmitry Trenin, director del Carnegie Center de Moscú y participante en la última reunión de los Bilderberger, calificó la reunión de ‘señal positiva.’ El 25 de marzo. Moskovsky Komsomolets publicó un artículo: “La crisis y los problemas del mundo,’ de Gavriil Popov (actualmente presidente de la Unión Internacional de Economistas) quien expresó abiertamente lo que normalmente se discutía tras puertas cerradas.

“El artículo mencionó un Parlamento Mundial, un Gobierno Mundial, Fuerzas Armadas Mundiales, una Fuerza de Policía Mundial, el Banco Mundial, la necesidad de colocar bajo control internacional las armas nucleares, las capacidades de generación de energía nuclear, toda la tecnología de cohetes espaciales, y los minerales del planeta, la imposición de límites a las tasas de natalidad, la limpieza de la reserva de genes de la humanidad, el fomento de gente intolerante hacia la incompatibilidad cultural y religiosa, y cosas semejantes.

“Los “países que no acepten las perspectivas globales,” dice Popov, “deben ser expulsados de la comunidad mundial.

“Desde luego, el artículo de Moskovsky Komsomolets no dice nada nuevo que ayude a comprender la estrategia de la elite global. Otra cosa es importante. El establecimiento de un orden policial totalitario y la eliminación de Estados nacionales son sugeridos como un programa abierto de acción, y se recomienda lo que tanto liberales, socialistas y conservadores siempre vieron como un ‘nuevo fascismo,’ como si fuera el único camino saludable para toda la humanidad. Existe quien quiere que la discusión de esos proyectos se convierta en la norma. En este contexto, se destacan algunos representantes ‘particularmente fiables’ de Rusia, de esa Rusia que se convertirá en la principal víctima de la política de saqueo total si el ‘gobierno global’ se hiciera realidad.”

“Ya en febrero de 2006, LEAP fue sorprendentemente preciso en la descripción de las perspectivas para la ‘crisis sistémica global’ como consecuencia de la enfermedad financiera causada por la deuda de EE.UU. Los analistas de LEAP ven los eventos actuales en el contexto de la crisis general que comenzó a fines de los años setenta y que ahora está en su cuarta final, y la más grave, la así llamada ‘fase de decantación’, en la cual comienza el colapso de la economía real. Según Frank Biancheri de LEAP, no se trata simplemente de una recesión sino del fin del sistema, en el cual colapsó su pilar principal, la economía de EE.UU. “Estamos presenciando el fin de toda una época ante nuestros propios ojos.”

“En el umbral de conflictos planificados en varias áreas del planeta, se está estableciendo un sistema que proveerá un centro supranacional basado en una maquinaria punitiva a gran escala total: un control político, militar, legal y electrónico total sobre la población. Ese sistema utiliza el principio de la administración de redes que permite empotrar en cualquier sociedad estructuras paralelas de autoridad que informan a centros exteriores de toma de decisiones y que están legitimadas mediante la doctrina de la prevalencia del derecho internacional por sobre el derecho nacional. El cascarón sigue siendo nacional, mientras el poder real se hace transnacional. Jacques Attali lo llama ‘Estado basado en la ley global.’

“El centro gobernante del Estado basado en la ley global está ubicado en EE.UU… La aprobación de la Ley Patriota de 2001 no sólo permitió a los servicios de seguridad el control de la población estadounidenses y de extranjeros sospechosos, sino aceleró la transferencia de responsabilidades del Estado a manos de estructuras corporativas transnacionales.

“Las actividades de inteligencia, comerciales o bélicas, sistemas penitenciarios, y control de la información están pasando a manos privadas…

“En 2007, el gobierno de EE.UU. estableció que un 70% de su presupuesto de inteligencia secreta es gastado en contratistas privados… Para la sociedad estadounidense (incluido el Congreso), sus actividades siguen siendo confidenciales, lo que les permite reunir más y más funciones importantes en sus manos.

“…la
Agencia Nacional de Seguridad [NSA] depende más y más de compañías privadas que tienen acceso a información confidencial…

“Lo mismo sucede con compañías militares privadas (PMC) que han estado asumiendo más y más funciones militares y policiales… Actualmente, las PMC son verdaderos ejércitos, cada una hasta de 70.000, que operan en más de 60 países, con ingresos anuales de hasta 180.000 millones de dólares
(según Brookings Institution, EE.UU.)…”

“Los mayores logros han sido hechos durante los últimos años en el área del establecimiento del control electrónico sobre las identidades de la gente, realizado bajo el pretexto del contraterrorismo…

“… el ex congresista y candidato presidencial en 2008, Ron Paul, dijo que EE.UU. se está convirtiendo gradualmente en un Estado fascista: “Nos acercamos no a un fascismo al estilo de Hitler, sino a otro más suave, que se muestra en la pérdida de libertades civiles, en la que las corporaciones lo dirigen todo y… el gobierno está en la misma cama con el gran dinero.”

“Estamos presenciando la creación de un campo de concentración electrónico global, y se utiliza la crisis, los conflictos y las guerras para justificarlo. Como escribiera Douglas Reed “la gente tiende a temblar ante un peligro imaginario y es demasiado perezosa para ver el conflicto real.”



El socialismo revolucionario analiza los hechos y causas de las crisis, denuncia sus consecuencias sociales, defiende las luchas populares, argumenta la necesidad de crear organización social y política y las crea; pero en general no va más lejos en su discurso. No explica el desarrollo de la amenaza de un fascismo mundial. No construye pensamiento crítico desde la urgencia capitalista de controlar la natalidad o de conquistar recursos naturales por cualquier medio (Chetverikova menciona el control de los minerales, el saqueo, por ejemplo, de Rusia por las transnacionales).

Hay que elaborar una prospectiva completa de los problemas globales para proponer, en consecuencia, una respuesta programática sólida y atractiva en bien de toda la humanidad.

Notas:

1. Ver Claude Nicolet, Un imperio occidental con vocación exterminadora: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=64346, Michel Collon, ¿Cuál será mañana la política internacional de Estados Unidos?: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=74164

2. Ver http://www.rebelion.org/noticia.php?id=84464

Tomado de
Alainet

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