Sunday, June 14, 2009

El arte como práctica de la vida cotidiana


La realización del arte en la vida significa la propia extinción del arte como otra cosa independiente de la vida, que hablaría a la vida desde otro lugar. César de Vicente Hernando.

Por Antonio Orihuela / poeta y profesor

Con viento y con palabras, unidos, un año más, recogemos los frutos de la IIIª. Bienal de Mail Art en Homenaje a Juan Ramón Jiménez, en el centenario de la publicación de sus primeros libros de poesía: Ninfeas y Almas de Violeta”, con ellos, cumple, la Galería de Arte Fernando Serrano sus nada fáciles, por otro lado, diez primeros años de vida pugnando, desde la periferia del mercado, por mantener un espacio abierto a la promoción y disfrute de los artistas jóvenes más prometedores del panorama actual; y la Fundación Juan Ramón Jiménez, su firme voluntad de seguir apostando por todo lo que pueda vincular la figura del poeta de Moguer, con otros poetas y artistas, para celebrar, desde el arte y la poesía, la vigencia de la creación como gesto desprendido del amor.

Celebramos pues, no sólo la apuesta de estas dos instituciones, una privada y la otra pública, al dar cabida y refugio a las otras formas de entender y relacionarse con el hecho artístico, sino también, el apoyo incondicional a eventos, como el presente, donde se articulan, de un lado, la aventura centenaria de revolucionar los discursos estéticos en la
que participó Juan Ramón Jiménez desde su militancia modernista, y la continuidad de ese mismo espíritu transgresor hacia las normas que, bajo las redes del arte postal o mail art, une y hace solidarios con él, a aquella inmensa minoría para la que el premio novel moguereño escribió y a la que dedicó no sólo su obra, sino también su vida en la poesía, desde la actividad febril que por la renovación de las formas estéticas desarrolló Juan Ramón tanto en su obra personal, que fue, en el mejor de los sentidos, obra en marcha y experiencia vital inconclusa en el deseo de alcanzar la plenitud de la palabra; como en su vida pública, ayudando a otros a dar a conocer sus primeras obras, apoyando a los jóvenes con su aliento y magisterio, y alineándose por la defensa de la democracia y las libertades frente a la barbarie que le llevó hasta el exilio.

Como él, dando fe de su ejemplo vital y desde el Mail Art, continuamos apelando a la esfera de lo volitivo, al deseo de participar en la vida social que se recubre, en esta ocasión que quiere servir a su homenaje y memoria, con la forma de libro de artista, objetos híbridos producto de la fusión de códigos literarios y plásticos manipulados en el límite de sus posibilidades de conceptualización como tal soporte. En ellos, escritura, pintura y escultura se mezclan con otras técnicas afectando formatos, encuadernaciones, tipografías, composiciones, ilustraciones, etc... que refuerzan, anulan o lo transforman en un “sentido visual, sonoro, táctil o conceptual (Villanueva, 2000:63)”, hasta el extremo de llegar a poner al límite, más allá de su mera apariencia, el mismo concepto de libro, eafirmándose como forma autónoma de conocimiento. Así, refrendamos aquellos dos primeros libros del poeta, Ninfeas y Almas de Violeta, con la presentación y exhibición de estos 160 libros, llegados desde todos los rincones del planeta que, desde códigos muy variados, se constituyen como variantes literarias y plásticas de aquellos.

En España, no será hasta los años ochenta cuando, al amor del crecimiento de la nómina de los artistas vinculados a los movimientos de producción y difusión de arte a través de las redes alternativas que ofrecía la extensión del soporte mail art, este tipo de manifestaciones empiecen a ocupar un espacio, siquiera restringido pero real. Su novedad y curiosidad, extrajo al libro de estos circuitos y momentáneamente, lo colocó en las salas de las galerías de arte privadas más experimentales e incluso, fueron adquiridos por institucionales públicas. Desde entonces, aunque marginalmente, se han celebrado algunas exposiciones, pero es esta la primera vez que una de ellas convoca a un número tan elevado de artistas (160) de más de treinta países; y en la que la muestra se hace, girando en torno a un mismo tema, sobre el que los practicantes de esta faceta del arte ven condicionada la elaboración de sus materiales.

El libro de artista, nacido con las vanguardias históricas, y elevado a la categoría de objeto estético por los surrealistas, constituye, aún hoy, un producto extraño, dentro del mercado del arte, prácticamente olvidado por los galeristas; y como tantos otros productos culturales, marcados por su contradictoria relación con el mercado, condenados a circular por los canales paralelos de la marginalidad y la independencia que conforman el marco general de lo que se viene llamando como “la escena alternativa (Stabile, 2000:5)”, horizonte donde se pierde de vista lo que aún queda por andar y donde, casi sería mejor, andarlo con la certeza de que es un camino sin fin, hecho de
efímera vitalidad, de viento y de palabras, donde se construye sobre ellas sólo para el hoy, en la constancia de la distancia del mundo que reclamamos, por el que laboramos y que aún no existe.

Mundo al revés, el de los conspiradores del arte postal, donde, frente al mercado, se defiende a estos productos en su valor de uso, de sublimación, del deseo, de la sensación... Negación de la mercancía y de los valores de cambio susceptibles de circular por el mercado bajo determinadas reglas que, para recubrirlos de valor, el mercado ha levantado con la ayuda de una legión de profesionales previamente aleccionados y reconocidos por él, que deciden sobre el cumplimiento de determinados cánones o controles de calidad que lejos de ser objetivos, están tomados por convención, y sostenidos por la tradición y su reproducción autoritaria. Una vez activada la circulación en el mercado, la única forma que a los individuos insertos en el capitalismo les parece viable de validar sus productos es intentando ajustarlos a los controles de calidad que para ello han sido establecidos.
La jugada es perfecta porque no solo niega la creatividad individual, que acaso sea el bien más preciado del ser humano para reconocerse como tal, sino que institucionaliza esa misma creatividad para que lejos de devenirla como
manifestación de lo no productivo, negador de la misma base del sistema, quede transformada en un bien, en manos de aquellos a quienes en base a su sumisión a los dictámenes académicos se les reconoce como únicos propietarios de esa cualidad y por tanto, únicos productores, con exclusividad para ponerla en circulación en el mercado.

Esta tiranía, que es causa y efecto de las relaciones sociales de producción capitalistas, es la que la sociedad asume, ideológicamente, como natural, distinguiendo entre el genio artístico y el botarate. Es por eso por lo que se convierte en un error utilizar sus patrones como criterios selectivos del gusto, por que por encima de lingüísticos o sintácticos son economicistas e ideológicos, y por tanto es ahí, desde donde hay que juzgar un discurso.

Frente a ellos, el soporte Mail Art, continúa siendo un magnífico escenario a ser ocupado por la creatividad socializada, en él, los productores han saltado sobre las prohibiciones que les niegan la posibilidad de producir desde discursos al margen de los establecidos. Con esto no queremos elevar determinados campos de expresión o introducirlos como nuevos productos, antes inexistentes, en el mercado, pues esto, como estrategia, ya está contemplado por el capital. La cuestión continúa siendo ideológica; las obras de los mailartistas sólo tienen capacidad para convertirse en un instrumento de ejemplaridad, de mostrar verdad, de apelar a la realidad para transformarla y no para seguir generando mercancía y ganancia para los capitalistas, aunque, bajo esa forma sea como únicamente puedan circular masivamente, estas obras, en este sistema.

Es esta perspectiva, a pesar de los nuevos ataques contra esta expresión de libertad que llegan desde el ámbito de lo virtual, acaso la última celada y el más novedoso recinto de control social conocido por la humanidad, la que nos hace continuar esperanzados sobre la continuidad de estas redes altruistas de la desobediencia, del feliz anonimato pleno de vida cotidiana donde, por encima de los individuos, es el proyecto el que se realiza, la invitación a interpretar acontecimientos, propuestas, y formular imágenes que niegan el consumo pasivo y la esclavitud estética (Sousa, 2000).

Acción horizontal, “maniobra difusa de quienes la toman por suya (Sousa, 2000:50)”.
Temblor solidario en el lado de acá de lo imposible, en esa parte confundida que está detrás de todo y que, quién sabe, tal vez, un día, continuando sobre el roce de las palabras del poeta de Moguer, venga de lo temprano, se asome desde la dulzura hasta el milagro que llevamos siglos esperando con la ilusión dolorida que harta de crecer para dentro, encuentre desde lo dentro, el borde del rebozo, el lugar de la esperanza florida, de la luz finalmente blanca y el agua para todos en la mañana nueva sin duración ya. La salida, como vaticinó Marx, de la prehistoria del sinsentido, sobre la ausencia de memoria de los verdugos y de los estómagos cerrados...

Bibliografía

-DE VICENTE HERNANDO, C. (2000). Contra la superficie: La Internacional Situacionista y la realización del arte. Rev. Quimera.
-SOUSA, P. (2000). Del mail art a la huelga de arte. Arte del Siglo Pasado. Granada. (pp: 41- 50)
-STABILE, U. (2000). Prólogo. La Escena Alternativa de los Editores Independientes. La Escena Alternativa. Actas de los Encuentros Internacionales de Editores Independientes. Punta Umbría. Huelva 1994/1999. (Uberto Stabile, Coord.). Punta Umbría. (Pp:5-12).
-VILLANUEVA MUÑOZ, E. A. (2000). Container: Encrucijada de lenguajes. Arte del Siglo Pasado. Granada. (pp: 53-76)
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