Saturday, May 24, 2008

Pobreza y política en California (1)


Por CARLOS LOPEZ DZUR / Ex-editor de Miniondas y ex-reportero de Excelsior

La pobreza es la pesadilla de todos, en especial, de los políticos en tiempos de elecciones. Es un tema incómodo que obliga a los demagogos profesionales a decir muchas mentiras, a hilar racionalizaciones, o medias verdades. La búsqueda de culpables se convierte en el principal ingrediente del discurso. La economía en deterioro puede costarles la cabeza y quitar de la escena pública a muchos políticos que se creyeron «indispensables». Todos los políticos quieren titularse como campeones en el combate de la pobreza; ninguno quiere sentirse culpable de haber patrocinado decisiones y estrategias de política pública que ayudaran a crearla.

Un decenio atrás, por ejemplo, los políticos profesionales dieron la excusa de que la economía iba en picada por causa de gente haragana que vive del gobierno. Una sociedad parasitaria se come las finanzas públicas. Habría que sanear el Departamento de Servicios Sociales o la Beneficencia Pública («Welfare»). Los políticos lo hicieron con la Reforma del Welfare de 1996. No significa que ésto frenara la pobreza; pero, el espectáculo publicitario, les salvó la cabeza a políticos que se pusieron a la vanguardia de la acusación y crearon la tónica de que el Gobierno no debe ser altruísta ni exagerar su espíritu humanitario.

En aquellos días del ANTI-WELFARE PANIC había medio millón de inmigrantes que recibían servicios médicos a través de Medi-Cal. California brindaba en 1995-96 una ayuda de manutención, a través de su programa federal de Ayuda a Familias con Hijos Dependientes (AFDC) a 870,000 hogares, equivalentes a 2.5 millones de personas. No todos eran familias latinas; pero una gran porción de inmigrantes, con problemas de inglés, destrezas laborales y escolaridad.

En la nación, una cuarta parte de los adultos tienen muy bajas destrezas básicas. «That is, they cannot follow simple written directions for performing a single mathematical operation... In 1992, 41percent of welfare recipients in California had very low basic skills compared with 24 percent for the rest of the nation». La Reforma a la Benifencia castigó al pobre, con menos o ningún ingresos, por ser prácticamente un analfabeto funcional. Lo emplazó a buscar trabajo con sus muchas desventajas.

En sondeos de opinión pública, efectuados del 5 al 9 de junio de 1996, realizados por la firma ICR Survey Research Group, filial de AUS Consultants, la opinión que favoreció la cesación de los beneficios sociales para las madres solteras, no empleadas después de dos años, subió del 47% al 65% entre los encuestados. La encuesta Spending for Health halló que el 81%, cuatro quintas partes de los californianos, apoyaba la idea de proveer de servicios de salud comunitarios sólo a inmigrantes legales y un 53% se opuso a que se extiendan a los inmigrantes indocumentados (loc. cit., p. 28).

¿Cuál fue el resultado de la Campaña Anti-Welfare y cuáles fueron las consecuencias? Melissa Healy, en un artículo titulado de State's Welfare Rolls Stubbornly High, publicado en Los Angeles Times, 14 de febrero de 1997, ps. A3 y A-28 y un informe sin firma, titulado Anticipan Deportación de Cinco Millones de Mexicanos, en: La Opinión, 22 de marzo de 1997, Sección A, ps. 1 y 6, destacaron lo siguiente al año de triunfar la reforma:

(1) Las nuevas leyes de reforma a la inmigración y beneficencia pública ocasionarían la deportación de 2 millones de personas en el breve plazo de cinco años y ya, en 1996, habían reducido el flujo de mujeres migrantes en la frontera por un 8%. La cifra de casos de gente inscrita en la beneficencia bajó un 46%. California hizo el «42nd among all states», una baja menor que el promedio nacional. «PPIC research estimates that the state’s caseload decline would have topped 60 percent if California had adopted the welfare policies of the average state»

(2) En California, únicamente, unas 70,000 mujeres afrontaron el peligro de perder los servicios de cuidado prenatal. Cf. La Opinión, 25 de octubre de 1996, p. 5B. Cerca de 1.3 millones de mujeres californianas, quienes sufrieron en tal fecha un 200% bajo el nivel de pobreza, definido por el Gobierno Federal y estaban en riesgo de embarazo indeseado, pudieran ser víctimas de la reforma. La mayor parte de esas madres solteras son latinas.

(3) El 55% de los casos eran madres solas / abandonadas / con sus hijos. Familias de ambos padres fueron el 11% de los casos. Otro 34% lo constituyeron niños («child-only cases») en los que ningún adulto recibió ayuda entre 1989 y 1995, casos que alimentaron en parte el rápido aumento de familias inelegibles, con hijos que son ciudadanos o no ciudadanos. La Reforma de Welfare no pretendió ser compasiva ante el hecho de que uno de cada 5 latinos pasa hambre en Estados Unidos. «Es inclusive más alarmante que más de uno de cada cinco, un 21.6% de hogares con niños, también carecen de suficiente comida. Esas familias son las que más padecen el riesgo de pasar hambre», dice un informe de la Fuerza de Tareas sobre el Hambre y la Falta de Vivienda de la Conferencia de Alcaldes de EE.UU. Desde la reforma migratoria de 1996, la ley estadounidense impide que se otorguen beneficios como estampillas de alimentos, subsidio para personas de bajos ingresos y residentes legales, a quien no lo es.

(4) En California nacen tantos como 70,000 niños cada año entre madres adolescentes. «Muchos de tales niños se criarán sin un padre en sus vidas. Las consecuencias de esta trágica tendencia para los niños de California son alarmantes. Los niños de madres que nunca se casan tienen el doble de propensión a ser tratados por problemas emocionales, el doble de probabilidad a dejar la escuela y están en mayor riesgo de abusar de las drogas y tomar la violencia como un estilo de vida», según indica el informe de la Secretaria de Salud y Bienestar, Sandra Smoley y la directora del Departamento de Salud de California, S. Kimberley Belshé, vid. Highlights: Governor Wilson's 1997-98 Budget Proposal, Enero 1997, p. 8.

(5) Las nuevas regulaciones sobre los beneficios del programa Medical a los inmigrantes indocumentados, a partir de julio de 1997, en California, eliminaría los cuidados prenatales para 70,000 mujeres inmigrantes. Cf. «Ven peligrar cuidado médico a pobres», en: La Opinión (Los Angeles), 20 de febrero de 1997, ps. 1A y 6A; «Mayor Deterioro en Salud Pública», en: La Opinión, 5 de marzo de 1997, p. 5B y Elena de la Cruz, «1.6 Millones de Niños Sin Seguro», en: La Opinión, 20 de marzo de 1997, ps. 1A Y 6A.

(6) Sin embargo, en los debates en el Senado Federal, a fin de mantener solvente el programa de beneficios de Medicare (que es el seguro de salud de los pobres), los congresistas de ambos partdos propusieron abonos más altos por parte de los jubilados, en momentos en que el gobierno anunció que los gastos en el sector de salud aumentaron 5.5% en 1995; pero los egresos gubernamentales en programas como Medicare se elevaron al 8.7%. Los costos médicos en el sector privado aumentaron sólo el 2.9%, según el Departamento de Salud y Servicios Sociales (DHHS, siglas inglesas).

El Programa de Medicare tenía entonces cerca de 38 millones de beneficiarios de edad avanzada o incapacitados; pero, si bien es cierto que tuvo receptores de servicios médicos acaudalados, ésto sirvió de excusa para imponer más aumentos en la prima que pagan los que son pobres. Cf. «Consideran aumentar la Prima de Medicare», en: La Opinión, 28 de enero de 1997, ps. 1 y 6A.

¿Qué ocurre hoy cuando la economía está tan mala como antes? Hoy la excusa no puede ser el Welfare. Siquiera en California, donde los casos de gente dependiendo de beneficencia bajaron: «Welfare caseloads have declined sharply since the mid-1990s», según informes gubernamentales, pese a que, desde 1989, «California has had a higher poverty rate than the rest of the nation», ha tenido un índice de pobreza más alto que el resto de la nación.

¿Qué ocurre hoy? cuando el 12.8% o más de los californianos son pobres comparados con el 11% del resto de la nación. «Between 1998 and 2000, for example, poverty rates for children, African Americans, U.S.born Hispanics, and residents of San Joaquin Valley were closer to 20 percent». ¿Qué ocurre? Que hay necesidad de utilizar otra excusa, otra gente que señalar y acusar como culpables inmediatos de la mala economía... y se ha reeditado la noción del que pobre es pobre y orogina, por el mero hecho de serlo, más pobreza, más gastos públicos que beneficios. Ese casi 20% de los niños y adolescentes en pobreza y que son hijos de inmigrantes, arriba mencionados como US-born Hispanics, son los cholos.

Según cálculos y estudios, serán para el año 2010 los indeseables. Tan indeseables como sus padres. Los adolescentes y jóvenes son el 61% de la población carcelaria de Califonia. Los afroamericanos son el 38% de esa porción; los latinos / cholos / hispanos, el 32.6% de los encarcelados. Un tercio de esa población tiene menos de 25 años. Tenerlos fuera de la cárcel, en esa edad tan peligrosa y violenta de sus vidas, es un problema político. De modo que los políticos profesionales ya tienen un culpable, un tema, una justificación y un enemigo a quien señalar como la fuente de males: los padres de ellos. El nuevo chivo expiatorio tiene que ser el inmigrante, porque, la delincuencia [narcotráfico, grafitti, balaceras, pandillas, etc.] de muchos ellos, sumado al costo del patrullaje policíaco y de encarcelamiento para el hijo delincuente y el padre / madre / indocumentados vacía el fisco público. Representa un gasto.

No se puede esperar hasta el año 2010 para que estalle esta bomba. Si los costos de la administración de las cárceles y el pago de jueces y de policías es ya de por sí exhorbitante y la cifra de los arrestos altísima, en el renglón de los delitos violentos, ¿qué hacer en previsión de que sea el doble para ese año? Si no se quiere, en rigor, discutir las verdaderas causas de la pobreza creciente, en los contextos de mala economía, ¿qué es lo mejor? El político profesional necesita ir a pescar en el río revuelto. En la mitología de los culpables y los indeseables. Antes fue el Welfare; diez años después, el jornalero indocumentado y su engendro, el cholo pandillero.

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Fuentes consultadas:


MaCurdy,Thomas E., David C. Mancuso, and Margaret O’Brien-Strain, Does California’s Welfare Policy Explain the Slower Decline of Its Caseload? (PPIC, 2002) / www.ppic.publications/PPIC155/ index.html.

Kimberley Belshé, Highlights: Governor Wilson's 1997-98 Budget Proposal, Enero 1997, p. 8.


Holzer, Harry J., and Michael A. Stoll, Employers and Welfare Recipients: The Effects of Welfare Reform in the Workplace (PPIC, 2001), www.ppic.org/publication/PPIC143/index.html.

López Dzur, Carlos, «Problemática del Migrante: Choques culturales y etnofobias», artículos en MINIONDAS, recogi-dos en: http://www.geocities.com/SoHo/Den/2060/sicologia2.html

Melissa Healy, «State's Welfare Rolls Stubbornly High», en: Los Angeles Times, 14 de febrero de 1997, ps. A3 y A-28

Karen A. Bodenhorn y Lee D. Kemper, Spending for Health (California Center for Health Improvement, Sacramento], Enero de 1997

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