Sunday, June 29, 2008

Palomilla, pandilla y rivalidad (3)





Una pandilla es captada ejecutando el ritual de las manos. El gesto, o señales de manos, constituyen símbolos o lenguaje corporal espontáneo. Como tales revelan manifestaciones del grado espiritual de las personas, o el anhelo que se tiene hacia ese fin. El movimiento simbólico del cuerpo y las figuras que adopta mueven la mente, transmitiendo algo que se quiere. Los gestos de los pandilleros, por lo general, hablan infantilmente de alegría y victoria. En la América Precolombina y en la Europa Antigua, los gestos o lenguaje de las manos, fueron muy importantes, aunque ya son un arte perdido. En Oriente, el conocimiento y valor de estos gestos se valora más, con el nombre de «mudras» y tienen una significación iniciática en torno a la canalización de energías y la representación de la Tierra, el Agua, el Fuego, el Viento y el Vacío.


Comenzamos el estudio de la relación entre palomilla y sociedad con una definición especial. La palomilla, como antecedente inocuo de la pandilla criminal, es sólo una alternativa de organización y de afirmación de la identidad masculina entre jóvenes. Advertimos, sin embargo, que las comunidades toleran a las palomillas desde la perspectiva de un riesgo reconocido y que siempre confesaron.

Entienden que ya no hay rituales iniciáticos, donde el grupo comunitario pueda identificar a los mentores. Ida y regreso, como la esencia de un ritual de separación de la familia y libertad ganada para el joven, fue algo que estuvo normatizado y hoy no lo está. La comunidad donde el mentor debe existir ha cambiado. Las razones por las que él huye de la familia no son legítimas. Su noción del tiempo, su uso, su sentido de historia e identidad, son problemáticas. La comunidad ya no confía en quienes alguna vez fueron sus portavoces. Para las comunidades, sus instituciones básicas han fracasado en su misión. La complejidad de ideas y expectativas sobre las cuales hay que tomar una decisión, después de recibirse una orientación competente, complican el proceso. Los ritos de paso han desaparecido y con ello mucha de la lealtad que la comunidad dio a quienes pueden dar la orientación, «aquel conocimiento» que se tuvo por sagrado y que los jóvenes necesitan.

Las comunidades ya no representan una sociedad libre donde, al decir de Henry Steele Commager, en su libro Freedom, Loyalty, Dissent (1954), estos conceptos estén claros, bien definidos y respetados en cuanto tales. La comunidad es un hervidero de inconformismo. Sus miembros ignoran si animar a la palomilla o convalidar a los que piden su aniquilación. Es el Estado lo que infunde más temor. El ciudadano y el Estado se están peleando. Las familias dentro de las comunidades lo que mejor conocen es que, en la nación más rica del mundo, la niñez y la juventud viven la situación más lamentable. No se puede garantizar ni la supervisión básica a muchos de los más pequeños. Diariamente, por cifras estadísticas del 2002, cerca de 7 millones niños quedan solos entre las cuatro paredes de sus viviendas sin un adulto que los supervise. Son predominantemente niños de educación primaria que regresan de la escuela a sus hogares y no hay nadie que los espere ni quede con ellos.

Estos son los niños que un día darán un paso adelante para integrar las palomillas. Sus padres reconocerán que el tiempo dado a ellos fue muy poco. Mas una familia, con ingresos insuficientes para salir de la pobreza extrema, no tiene el tiempo para lamentarse por lo que pudo haber sido y no fue.

La palomilla se separa de la comunidad como una reacción a la confusión con que la comunidad misma se plantea su percepción de libertad, lealtad e inconformidad ante el Estado. Sobre las reacciones juveniles a la comunidad y al Estado, las familias más comprensivas, menos prejuiciadas, se limitan a decir que la edad juvenil, la edad de sus hijos, es una difícil. No se les ha preparado bien. Que la inmadurez de ellos les llevará, si no al desastre a la excentricidad. Su reacción inconformista y rebelde pasará. No son tan fuertes como para enfrentar lo que contra ellos vendrá: el enfrentamiento con las fuerzas del Estado y los conglomerados de ciudades, con sus propios intereses, prejuicios y agendas.

La familia comunitaria no censura el propósito inicial que, en el joven, se trasluce como una búsqueda, en medio de una sociedad que no es verdaderamente libre y que está atrapado en las manos del Estado. La pregunta es: ¿cuán cautelosa es tal actitud? Los jóvenes se sienten abandonados y traicionados.

Commager valida la discresión y actitud con que la comunidad reconoce a la palomilla como institución neesaria. «El más grande peligro que enfrentamos no es que exista algún tipo de pensamiento», como es el inconfomismo de la juventud, «el más grande peligro es que enfrentamos es la ausencia de pensamiento... Una sociedad libre debe fertilizar el terrenoen el cual la no-conformidad, la disención y el inndividualismo puedan crecer». En la sociedad, libre o no, donde los jóvenes se individualizan y proponen un nuevo tipo de relaciones sociales más libres, en el contexto de una crítica a la moralidad política y la moralidad de los negocios, hay que dar atención a los mensajes que ellos aportan. En las comunidades pobres, las menos libres, se comprende que está una frontera de choque, donde cada vez que entra la policía, la Guardia Nacional o cualquier aparato represor, la juventud tiene las de perder y los invasores institucionales las de ganar.

La mayor parte de las comunidades identifica el peor de los riesgos que se pudiera enfrentar: el motín. Los motines son trampas que pone la mente criminal de los poderosos que nunca la oyen. Es interesante que los motines se dan en los territorios más agredidos por la pobreza, la intolerancia y las carencias sociales. Por la debilidad de su poder económico, social y político, la comunidad pobre también reconoce a la xenofobia y el racismo de la mayoría, como una agresión. Los xenófobos no sólo rechazan y excluyen los extranjeros, persiguen a los inmigrantes donde quiera que estén. Invaden los barrios. Promocionan la teoría de que los inmigrantes pobres y pobladores de barrios son el competidor por los recursos existenciales. La gran maldad delanglocaucásico es convencer a los afroamericanos que el latino / mexicano / es su enemigo. Utilizan las rivalidades para que ahondar en la división entre razas y destruir los nexos posibles de solidaridad. Este es el proceso histórico del recelo.

Un sondeo de opiniones, realizado en Nueva York, en 2007, arrojó el siguiente resultado. «Los latinos, sean nativos o nacidos en el extranjero, coinciden, en proporción igual (60%) en que los inmigrantes y los afroamericanos sufren por discriminación y que juntos deben combatirla y luchar por iguales oportunidades; en contraposición, los afroamericanos nativos, que son el más grande grupo de bajos ingresos en Nueva York, creen que los inmigrantes tienen menos problemas u oportunidad más fáciles de triunfar económicamente que los africoamericanos y que a menudo les quitan sus empleos (46%)».

Pero este ha sido un debate muy largo. Una campaña tan intensa que es difícil sacarla de la mente de ese 46% al que se suman los anglocaucásicos por racismo y xenofobia. Mientras persista este miedo a la competencia desleal de la clase trabajadora hispana, se echará leña al fuego de la explosividad de las pandillas multiétnicas. En un website de una organización policíaca, Paul Joseph Watson escribe, el 22 de enero del 2007: «El Departamento de Policía de Los Angeles (LAPD) calcula que ahora hay 22,000 pandlleros latinos en la ciudad de Los Angeles únicamente. Eso no es sólo más que todos los Crips y Bloods; es más que todos los pandilleros negros, asiáticos y blancos comvinados. Casi todos los miembros de pandillas latinas en L.A. -- dejando a un lado de otras ciudades de California-- son leales a la Mafia Mexicana. La mayoría ha sido adoctrinada con el racismo violento de la Mafia Mexicana durante sus estadías en prisión, donde la mayoría de las pandillas se clasifican racialmente».

En el mismo website Prison Planet, se le adjudica a las pandillas latinas angelinas («L.A.Latino thugs») un programa de limpieza étnica en los barrios, al asesinar indiscriminadamente a los afroamericanos, sin importar si pertenecen a la subcultura pandilleril. En tal pieza de sensacionalismo xenofóbico, contra los mexicanos, se expone que la presunta purga genocida se inspira en la Teología de Aztlán. «Genocidal purge aligns with radical Aztlan theology. Racist Mexican gangs are indiscriminately targeting blacks who aren't even involved in gang culture, as part of an orchestrated ethnic cleansing program that is forcing black people to flee Los Angeles. The culprit of the carnage is the radical Neo-Nazi liberation theology known as La Raza, which calls for the extermination of all races in America besides Latinos, and is being bankrolled by some of the biggest Globalists in the U.S.» Obviamente, se trata de una retahila de disparates, divulgados por mala fe, que sólo induce a la mala orientación sobre las relaciones entre afroamericanos y mexicanos.

Las alegaciones menciondas apuntan a la investigación, realizada por años que condujo al procesamiento judicial de 102 hombres vinculados a la pandilla Florencia 13 por delitos de crimen organizado, conspiración para asesinar, posesión de armas, tráfico de drogas y otros. Esta operación finalizada en diciembre de 2007 fue descrita por la policía como «el mayor caso relacionado con una pandilla del Sur de California». Según datos ofrecidos a la prensa, Arturo Castellanos, líder de F13, envió indicaciones en 2004 desde la prisión fortificada Pelican Bay State Prison de que quería que sus soldados de la calle comenzaran la limpieza del vecindario Florence-Firestone, elimando los gángster negros, especialmente de East Coast Crips, y soplones. Thomas Watkins, reporterio de prensa asociada escribía: «Con más de 80 de esas personas procesadas y detenidas actualmente, las autoridades esperan haber golpeado duramente a la pandilla, conocida también como F13... Pero suprimr a F13 no será fácil. Ha sobrevivido durante décadas y se cree que tiene aproximadamente dos mil miembros.... El grupo se extiende por Nevada, Arizona y en prisiones, donde los fiscales aseguran que los líderes encarcelados asociados con la mafia mexicana dieron órdenes de atacar a gángster afroamericanos... Los Ángeles ha sufrido la violencia de pandillas durante años. El resto del país comenzó a ser consciente de la situación a fines de la década de 1980 y comienzos de 1990, cuando se enfrentaron Crips y Bloods, ambas pandillas negras...»

La responsabilidad de F13, en el resultado letal de la actividad pandilleril, de estos años es especulativo. No se ha probado en corte a qué motivaciones y a quiénes habría que adjudicar los asesinados. El saldo es descrito por Walkins en términos de las cifras dadas por la policía: «Hubo 20 asesinatos en los más de 80 tiroteos en alborotos en el violento vecindario Florence-Firestone. Incluso en la zona en la que la violencia de pandillas ha sido común durante décadas, el alcance y la ferocidad fueron extraordinarios. [...] Las autoridades descubrieron casos en los que los líderes de la pandilla establecían como víctimas a delincuentes afroamericanos».
Alejandro A. Tagliavini, en su artículo «Las pandillas latinas en Estados Unidos», tiene razón al indicar que «a mediados de los años ochenta en Los Ángeles... grupos norteamericanos como los Creeps and Blood comenzaron a atacar a los inmigrantes mexicanos, quienes decidieron crear sus propias pandillas». Es la fecha en que las pandillas mexicanas / hispánicas / se declaran abiertamente criminales. Años antes funcionaba como palomillas y organizaciones de acción social.

Los pandilleros mexicanos y los afroamericanos entienden quiénes son sus verdaderos rivales. Las comunidades están comenzando a entender las causas sociales, políticas y materiales de la violencia. Y, por su parte, los enemigos de las comunidades se organizan para dar continuidad a sus agendas anti-comunitarias y anti-nacionales. Ese enemigo es cualquier grupo extremista de los que hoy han sido calificados por el gobierno como grupos de odio («hate groups»). Aún hoy, cuando se creyó disuelto el principal de ellos, el histórico Ku Klux Klan, los investigadores indican que hay más de 150 capítulos del Klan con entre 5,000 a 8,000 miembros en la nación. El KKK ha sido repudiado por los principales dirigentes y medio políticos y religiosos; pero, son invisiles y siquitrillados cabilderos en las agendas nativistas.

¿QUIEN PROVOCA A QUIEN?: Históricamente, quienes más daño, agresiones y muertes, han cometido contra los afroamericanos son los blancos con sus agendas racistas. Estas acciones son la fuente instructora y oculta del pandillismo y la criminalidad que se condonan a sí mismos estas mentes criminales. Mencionemos algunos casos:

(1) La Convención Constitucional de 1864 les dio a los afroamericanos ciertas libertades en el Estado de Luisiana, pero no les proveyó derechos como votantes. En la Convención de 1866, celebrada en New Orleans Rio, surgió un violento motín a las afueras del Mechanics Institute ante la negativa de la Legislatura Estatal a cambiar los llamados Códigos Negros y dar los derechos a los afroamericanos como electores. Demás está decir que la campaña contra conceder derechos como votantes a los afroamericanos se matizó con un sentimiento abiertamente anti-pobre y de críticas a la primera ley del Plan de Reconstrucción de 1865 que aprobó «raciones» de alimentos para los esclavos recién liberados en los Territorios Esclavistas. Al mismo tiempo, se propusieron la creación de orfanatos, esculas públicas y otra gama de servicios sociales para los niños negros emancipados. Y una voz comparable a la que agitó la aprobación de la Proposición 187, en California bajo la administración de Pete Wilson, se hizo sentir en esos años.

(2) Los Motines Raciales de Wilmington (Carolina del Norte) en 1898
(3) En 1917, unos 75 afroamericanos fueroni asesinadod durante un motín en St. Louis.
(4) Medgar Willy Evers (1925–1963), activista afroamericano los Derechos Civiles en Mississipi, fue asesinado por Byron De La Beckwith, miembro del Ku Klux Klan. En los días previos de su asesinado, Medgar W. Evera estuvo involucrado en en la campaña de boycott campaign contra los comerciantes blancos y su labor fue eventualmente muy influyente en el logro de la desegragación de la Universidad de Mississippi cuandon tal institución fue obligada finalmente a admitir al estudiante James Meredith en 1962. En las semanas previas a su muerte, Evers fue objeto de amenazas de muerte. Evers fue asesinado varias horas después que el Presidente John F. Kennedy ofrecieta un discurso por la TV nacional en apoyo a los derechos civiles. El 23 de junio de 1964, Byron De La Beckwith, vendedor de fertilizantes y miembro del White Citizens' Council y el Ku Klux Klan, fue arestado por la muerte de Evers. Durante el curso de la primera audiencia por asesina en 1964, De La Beckwith fue visitado por el ex-Gobernador de Mississippi Ross Barnett y quien fuera General Major del Ejércityo Edwin A. Walker..Un jurado, todas de raza blanca, dos veces ese año se negó a inculpar a De La Beckwith, pero, en 1994, treinta años después, Beckwith fue llevado nuevamente a juicio basado en nueva evidencia.
Beckwith fue convicto de asesinato el 5 de febrero de 1994, despiués de haber vivo como hombre libre por tres décadas después de comterr su homicidio..Apeló infructuosamente y murió en prisión siete años después. Por su parte, en memoria de Evers, músicos de la categoría de Bob Dylan (en su canción de 1963 Only a Pawn in Their Game), Nina Simone (en su canción Mississippi Goddam) y. Phil Ochs, quien compuso The Ballad of Medgar Evers y Another Country, dieron homenajes a quien fuera uno de los más valientes sexcretarios de campo de la NAACP.
Evers, quien había sido un desertor escolar, a la edad de 17 años, se conscientizó políticamente. Desarolló una gran oratoria por su habilidad de debatir al ingresar en 1948, Evers a la Universidad Estatal de Alcorn, donde se graduó de en Administración de Negocios. En el colegop destacó en pista y campo, jugó football y cantaba para el Coro de la escuela y fue presidente de su Clase Graduanda. Evers solicitó ingreso a la Escuela de Leyes de la entonces segregada University of Mississippi en 1954. Su solicitud fue rechazda. Entonces, él se hizo la voz protestativa de una campaña para la desegragación de la escuela desde su adhesión a NAACP. El caso contribuyó a que la Corte Suprema Federal dictara su famoso Brown v. Board of Education, 347 U.S. 483 que declaró la segregación inconstitucional,.
(4) El 11 de agosto de 1965, en Watts, un suburbio de Los Angeles, nadie pensó que el arresto policíaco de un afroamericano ebrio, de su hermano y su madre, posteriormente, dejaría a una multitud de curiosos tan enardecida. En tan sólo 4 horas de lo atestiguado, se destruyeron automóviles y se amenazó el área del cuartel policíaco. Reuniones de grupos comunitarios afroamericanos, que incluyeron a maesros, ministros y comerciantes, trataron de restaurar el orden y sus pláticas con la policías fallaron. El jefe de policía William Parker llamó la Guardia Nacional de California; pero, ésto estimuló más violencia, robos y vandalismo a un costo de $40 millones por daños a más de 1,000 edificios. El daño se concentró en los negocios que habían ocasionado algún resentimiento entre el vecindario debido a que éstos daban trato injusto a la clientela negra. Para el cuarto días de disturbios, 14 de agosto, en medio de 100 brigadas contra incendios, había más de 3,000 guardias nacionales, en adición a la policía; a media noche, el número de guardias nacionales fue cerca de 13,900 en el area. Los daños a la propiedad sumaron ya, a este punto, $200 millones. En los hospitales tuvo que atenderse de emergencia a cerca de 950 heridos. Se originaron cerca de 4,000 arrestos de personas en groupos, acusados de participación en los motines. El primer estudio sobre participación en los motines se enfocó en jóvenes; un segundo estudio en personas con pasados antecedentes penales. Lo más lamentable en tale seis días de disturbios en Watts fue la muerte de 34 personas y 1,032 heridos.


La Comisión del Gobierno de California que dio un informe final de lo sucedido identifiicómo como las causas principales del motí los siguientes factores: «Gran desempleo, escuelas mals, condiciones de vida inferiores» y, aunque subsiguientemente se hicieran promesas de mejorar aquellas condiciones por las que la gente se manifestó con tanta ira, muy poco se hizo. «The government made little effort to address the problems or repair damages. The riots were also a response to Proposition 14, a constitutional amendment sponsored by the California Real Estate Association that had in effect repealed the Rumford Fair Housing Act». Desde el motín de Watts, la intensidad de la violencia racial, la tasa de delitos y la mala educación, los problemas en la escuelas y la vivienda, han decrecido, aunque permanecen latentes bajo la superficie..

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(6) Motines en Louisville, Kentucky, el 27 mayo de 1968, resultan, así como en otras ciudades de los EE.UU., como reacción y secuela del asesinato de Martin Luther King Jr. Un grupo de 400 personas protestaba la posible reinstalación como policía de un blanco que fue suspedido varias semanas antes por golpear severamente a un afroamericano. A menos de una hora del incidente el Alcalde, Kenneth A. Schmied, pidió 700 tropas de la Guardia Nacional lo que originó varios días de violencia. La policía hizo 472 arrestos. Dos adolescentes negros murieron y hubo unos $200,000 en daños principalmente contra negocios. El área era entonces y es todavía predominantemente afroamericana; la actitud de los comerciantes blancos fue decisiva en que se optara por militarizar la zona. El enojo de la comunidad y su presión de las amenazas y otros estallidos de violencia los obligó a que la mayoría de los comeriantes blancos se fueran de la comunidad de Parkland y las áreas circundantes.

Ciertamente, se conoce que 1965 y 1968 se aprueban dos leyes congresionales que tendrán un impacto positivo en la educación de las minorías. Se trata de la Elementary and Secundary Education Act y la enmienda a la misma ley en 1968. Estas leyes (Public Law 8919 y PB 90-247) subsidiarían programas para familais de bajos ingresos, programas de textos escolares, recursos para bibliotecas públicas, materiales instructivos, centros de educación suplementaria, agencias estatales, centros regionales para la educación de niños con discapacidades, diseminación de educación oública, apoyo a áreas rurales, a proyectos para evitar la deserción escolar y de apoyo a los programas de educación bilingüe. Estas leyes son las que abren camino para que el Movimiento de Derechos Civiles de los chicanos se dispongan a una escala de prioridad para la educación.

En 1968, fue la año que los estudiantes chicano en el Este de Los Angeles escenificaron las históricas caminatas desde sus escuelas para protestar los prejuicios académicos y su situación en las escuelas. Se les prohibía hablar en español en clase; aún utilizar los baños durante los almuerzos. Los currículos escolares ignoraban, o negaban por comopletao la historia de los mexicoamericanos. Los consejeros no alentaban a los alumnos étnicos a interesarse por carreras universitarias para que siempre fuesen la clase trabajadora de campo, o la industrai de servicio, o jornaleros de cuello azul. Los gritos de 20,000 adolescentes, en Marzo de 1968, constituyeron una declaración verdadera de lo que se trata el irse-y-regresar de los ritos iniciáticos que los rivales de la comunidad han interesado subvertir y reducir a delincuencia. En el contexto de esa lucha iniciado por el estudiantado chicano es que se manifestaron las fuerzas políticas de la Nueva Derecha anglosajona que protestó los Mitos de Aztlán y las leyes educativas aprobadas en 1965 y 1968. En dicha ocasión, Moctezuma Esparza y otros doce diriegentes estudiantiles fueron arrestados y encarcelados por conspiración para incitar a motines.
(7) Alejandro A. Tagliavini en su artículo Las pandillas latinas en Estados Unidos, escrito en 2005, destaca el papel organizativo de las pandillas en los motines que resultaron de la brutal golpiza policíaca a Rodney King. Fue, a su juicio, la M-13, aquellos que «encabezaron el levantamiento de South Central de Los Ángeles, en reacción al abuso policial contra Rodney King». Al explicar el origen de esta pandilla dice: «MS-13 fue formada por salvadoreños que escaparon de la guerra civil en 1980-1992 y por miembros de la ex-guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Luego se convirtió en una organización transnacional, con miembros en EE.UU. y Centroamérica involucrados en asesinatos, violaciones, secuestros, contrabando de droga y de personas a través de la frontera con México».

Los enemigos del Movimiento Chicano suelen atacar la participación juvenil en política y asociarla a pandillas y conspiraciones para perturbar la paz. Estas mentes sin generosidad sólo sirven para desinformar y neutralizar las iniciativas que una comunidad hace para darse dignidad y voz social cuando la pobreza y la agresión hace que la pierda. Hoy es indiscutible que muchos de los estudiantes que participaron de las Caminatas de 1968 se orientaron hacia exitosas carreras en la política, la enseñanza y las artes. Uno de ellos fue Antonio Villaraigosa –quien hoy es el Alcalde de Los Angeles. Otro el galardonado cineasta Moctesuma Esparza, quien como productor ejecutivo executive elaboró la película que documenta las protestas de 1968 con el título Walkout.

«Por variedad de razones, dice Maria Hsia Chang, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Nevada Renoa, «la tasa nacional de deserción escolar de los hispánicos (la mayoría de los cuales son chicanos), es 30%, tres veces la tasa para .los blancos y dos veces la tasa de los afroamericanos. Paradójicamente, la tasa de deserción para blancos nacidos en los EE.UU. es aún más alta que para los jóvenes inmigrantes. Entre los chicanos, la tasa de deserción en la escuela secundaria se incrementó actualmente entre la segunda y la tercera generaciones. Su bajo desempeño educatuvo explica por qué los chicanos es un grupo pobre a pesar de ser buenos trabajadores». No es sólo que el contínuo influjo de inmigrantes mexicanos alimenta, con mayor resistencia, la cultura chicana que ha crecido con su propio sentimiento de separatividad («their sense of separateness»), mismo que se intensifica, sin concreación hegemónica, pero que da la impresión de que, grupalnmente, los chicanos es más problema que permanezcan inasimilables, semiintegrados, «unassimilated and unintegrated», sea por elección propia o por la circunstancia. En la comunidad espiritual, no en la sociedad instrumental y el imperio oligáquico de ley, el espacio espiritual del chicano, su Aztlán, es posible, no como semi-nación o territorio separado («a separate quasi-nation within the United States»), sino como un espacio cultural. O trinchera comunitaria. Aztlán es el más característico y creativo de los sueños de una palomilla. «Los chicanos son también distintos de otros grupos migratorios por causa de su proximidad geográfica con su país natal. Su proximidad física con México le da a los chicanos la opción de la vida en ambas Américas, en dos lugares y dos culturas, algo que los inmigrantes previos nunca tuvieron».

Lo hasta ahora dicho apunta a que la palomilla es una fuerza capaz de alzar una voz social de representación de su comunidad y elevarla a niveles de combatividad dentro del marco de la ley. No es sólo un conjunto de adolescentes, alocados y jaraneros, en pos de calaveradas. Sabe y supo identificarse con ideales de justicia y, pese a su inexperiencia, entendía el concepto de bienestar general que normatiza al buen Estado-nación soberano. El bienestar general es la orientación ideológica o principio que permite la defensa y mejoramiento de la vida de todas las gentes, sin exclusiones. Es un punto de partida muy distinto a las doctrinas de John Locke, que se inclinan a las propuestas de sistemas imperiales de ley, donde el liberalismo positivo de la oligarquía y su tradición de ley protejen la esclavitud y la servidumbre.

Los jóvenes del activismo estudiantil que fue de 1965 al 1968 y avanzó hacia los Setentas pagaron un precio de sangre por protestar pacíficamente y organizar movilizaciones masivas. Ese movimiento del poder estudiantil es una de las maravillas con que, como esperanza, una comunidad cuenta. Empero, las familias de estos jóvenes sabían el riesgo: el enfrentamiento con la brutalidad policíaca. En una entrevista, con Amy Goodman, los creadores de la película Walkout, comentan sobre la cobertura fotográfica y de video que se hizo por los medios de comunicación. El productor Esparza dice, por ejemplo: «La cobertura fue extreordinariamente censurada en un nivek corporativo, siguiendo la indicación del Fiscal de Distrito, del Alcalde y la estructura de poder. Elos se autocensuraron... Viendo atrás en eso, el hecho es que la CBS y NBC y todas esas estaciones corporativas que tuvieron tremenda capacidad para la cobertura de noticias y estaban allí, y todos esos fotógrafos que estaban allí para L.A. Times y Herald, no publicaron ni mostraron ni cmentaron sobre la violencia de la policía y la violencia de la policía fue extrema. Es decir, lo de Rodney King parecía un picnic, realmente, porque Rodney King fue un caballero quien estaba evadiendo un arresto. Y, usted sabe, lo que se hizo a él fue brutal y atroz, pero la policía con él tenía al menos algún modicum de provocación. Estos eran niños de preparatoria quien protestaban pacíficamente por sus derechos. Eran niños y fueron brutalizados... Se dieron macanazos, registrados en película, que fueron como golpes mortales. Eso fue realmente atroz, realmente atroz. Y cuando los rollos de película fueron finalmente descuibiertos en 1995, cuando se hacía una investigación para el documental de PBS, Chicano, fue sorprendente para nosotros que tales rollos de película hayan sobrevivido y aún existieran. Fue vital porque nos dio la habilidad de mostrar a HBO que lo que estábamos recreando era absolutamente fidedigno y real».
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En resumen, la palomilla fue un sector no conformista que tradujo en acción lo que las familias en la comunidad fueron descubriendo quizás más dramáticamente que antes, después de la Revolución Industrial. Que la moral política, comunitaria, fue lastimada por la moralidad financiera y de los intereses de la gente poderosa. Que la comunidad ha perdido su voz uniforme y coherente, transformándose en una comunidad sin voz. Esto es, incrédula, anti-solidaria, lerda, con desconfianza en sus propias instituciones que incluye la iglesia, la escuela, el sistema justicia y aplicación de ley y orden (policías) y sus Zorros viejos, sus Ancianos, en el sector de subculturas: la folk culture. La crítica e inconformidad de la palomilla juvenil es franca, directa y tiene sus sutilezas para desenmascar las áreas podridas del Establecimiento y las superestructuras ideológicas que inciden en la comunidad.

El Dr. German Cutz, especialista en programas de Extension de la Universidad de Illinoi, al describir la situación sicológica y social de quien ingresa en una pandilla, menciona estos factores: Quien ingresa en una pandilla sufre de (1) una falta de autoestima, (2) una pérdida de control sobre su propia vida, (3) falta de conocimiento sobre como manejar la presión de los amigos, (4) falta de experiencias positivas y exitosas. Cuando carecen de apoyo económico de sus familias, el aspirante a pandillero considera: (1) Que la necesidad de dinero y la manera fácil de obtenerlo se dará con su ingreso a las pandillas y (2) que pertenecer a la banda le dará un sentido de estatus o posición social al tener amigos o contactos adecuados. Anticipa que el «estilo de vida extravagante de los miembros de las pandillas» es un atractuvo social.

A mi juicio, si bien algo de ello es cierto, es una forma muy simplista y general de enfocar el problema.

En estos ensayos, nos concentraremos en las pandillas compuestas por varones. No obstante, las pandillas de chicas existen y es un fenómeno que crece. El número de presas




EL LENGUAJE DE LAS MANOS: kk






Entre las Enseñanzas Iniciáticas de la India, los novicios o aprendices interesaos en los Mudras, o posiciones de las manos y dedos, recibían el conocimiento que este lenguaje encierra: Cada postura de los dedos representa una búsqueda de medios para solucionar una determinada situación. El temario de esa enseñanza refería la importancia de cualidades tales como estabilidad, adaptabilidad, la agresividad o aserción, la benevolencia y la sabiduría. y, finalmente, la cualidad del pulgar, la creatividad y la comunicación.



EL LENGUAJE DE LA SEXUALIDAD:j



Dice MARIA E SALINAS
Han pasado más de 20 años, y lo que comenzó como un plan de defensa propia se ha convertido en una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos donde la MS tiene presencia en 33 estados, y es un factor desestabilizador en varios paises de Centroamérica.No hay cifras oficiales, pero distintas fuentes hablan de entre 40 mil y 100 mil pandilleros miembros de la MS, sólo en El Salvador, Honduras y Guatemala. En esos países las cárceles están repletas de pandilleros que usan las prisiones como cuarteles para una cruenta guerra entre pandillas rivales.

De acuerdo al Bureau de Justicia Federal de Estadísticas, el número de presas en centros estaduales y federales aumento un 5% entre 1995 y 2004. Ya el número de presos aumento un promedio de 3.3% durante igual periodo.En el Distrito de Washington, el número de casos en la Corte Superior relativos a jóvenes mujeres en conflicto con la ley aumentó de 445 en 2003 a 571 en 2004. El número de chicas que enfrentaron un tribunal por ofensas violentas saltó de 225 en 2003 para 322 en 2004, un aumento de 43%.

De acuerdo a la consultora del sistema educacional de Washington Bridget T. Miller las pandillas femeninas no pueden más ser ignoradas. “En 1998 había 25 grupos femeninos, ahora hay 50.” En la gran área del Distrito de Columbia hay 270 pandillas femeninas según Miller, quien en el pasado perteneció a una pandilla femenina.“Trabajo con pandillas hace más de 16 años. Los grupos femeninos están en aumento y pueden ser muy peligrosos”, advierte. Para la especialista estos grupos nacen de tradiciones barriales: “Las chicas también son peligrosas, se involucran en comportamientos violentos y cometen crímenes”.
UN SENTIDO DE LO SAGRADO: KKK
por qué falla la iglesia
terrorismo cristiano

En las pandillas, aunque en forma simplificada, o prosaica, hay las remembranzas o traza alusivas a los rituales. Luigi Zoja, en su fascinante libro Drogas: adicción e iniciación. La búsqueda moderna del ritual estudia la relación entre el consumo de drogas y los antiguos rituales iniciáticos. Para él, la confusa situación actual en relación a la drogadicción, apunta a la carencia de un marco iniciático para el empleo de sustancias psicoactivas.

Muchas situaciones de la vida, en la sociedad moderna, no permiten que se cumplan con rituales. O puede suceder que la consciencia que tenemos de los mismos sea meramente protocolaria. No hay una explicación la importancia de los rituales y los mentores, si bien puede que se haya cumplido con algún tipo de celebración (e.g., bautizos, quinceañeras, confirmaciones, graduaciones, ceremoniaw nupciales, velorios, etc.). El simbolismo ritual se pierde. El compromiso se diluye al día siguiente de lo celebrado.

Supongamos: una fiesta de quinceañera. Los padrinos dejan de funcionar una vez solventados los gastos de la celebración y una salido del compromiso. El compadrazgo es ya una tradición en decadencia. Un amigo que solicita un padrino para su hija, primero, piensa en la conveniencia económica, no en la lealtad de un amigo. El asunto se decide en términos «mi hija quiere una fiesta», «haré a mi hija la fiesta que yo no tuve». Quien se ve comprometido a asentir o pagar por los gastos cumple y hasta ahí.... Conozco a varios «compadres» que sólo funcionan como compañeros de tragos y, a la verdad, que los padres de sus ahijadas no permiten que el padrino se acerque a ellas ni para darles los buenos días.

En cierto modo, asistimos a la muerte de la tradición como portadora de profundos rituales debido a que los llamados a ser administradores y oficiantes del ritual ya no están aptos, sino desacreditados.

Es interesante, sin embargo, que los niños de cualquier sexo y los adolescentes tienen una consciencia más profunda acerca de lo ritual que los adultos, quienes han dejado de respetar lo sagrado implícito en los ritos por razón de otras prioridades. Para los jóvenes, lo ritual es maravillosamente nuevo. Les sugestiona. Ritual es, en términos de esta monografía, una serie de mecanismos para generar y perpetuar acciones y actitudes de intensidad psicológica. Como ejemplo de rituales, mencionaría al sacerdote que parte y distrubuye el Pan y el Vino en la ceremonia de la Eucaristía. El saludo a la bandera.

La persona es un ente de rituales. Que sean religiosos, culturales o seculares no importa. El sentido del ritual es sellar una perennidad y legitimidad. Los rituales son fijadores de símbolos en la memoria personal o colectiva. A falta de información discursiva, la edad de la niñez y la adolescente es naturalmente gráfica y ritual. El rito repite algo que debe ser aprendido, curioseado y asimilado intelectual y espiritualmente. Lo que Van Gennep observó es que siempre hace falta uno que sepa más sobre el verdadero contenido del ritual para que la enseñanza sea efectiva y se complete. El problema que hoy existe sobre las enseñanzas del contenido ritual que es que lo convertimos en una repetición vacía, algo que se hace sin que sepamos por qué, es decir, la ultimidad de su objetivo. No se trata de ritualizar simplemente por ritualizar. El ritual es sólo una manifestación externa para una comprensión interna y profunda.

Los ritos se elaboran como parte de una función pedagógica en beneficio de la cultura de grupo. Como un rito puede ser portador de una intensidad sicológica, el que ejercite su poder para enseñar su significado y control necesita la colaboración de la cultura del grupo y los testigos tácitos.

Es el uso de los ritualesculturales, por parte del acosador, para ejercer su poder lo que explica cómo consigue haceraceptable una violencia que no lo sería en otras circunstancias y le da un sello de legitimidad yde perennidad.concibe como una muerte simbólica: el no iniciado debe morir y renacer con una nueva identidad, lo que implica adquirir un nuevo nombre y recibir algún tipo de marca (cicatriz, mutilación ritual, etc.) que permite que los demás iniciados lo reconozcan como un igual.

La necesidad de conocer el rito y su resultado persiste. Los jóvenes buscan este conocimiento y muchas veces es la palomilla el que se los da. En ocasiones, la escuela es coactiva. Ocasiona fobia y ésto es de este modo cuando el niño

Veamos, por ejemplo, el conocimiento relacionado al dolor en la psique masculina: cómo se manejará el terror, el sentimiento de pérdida, pena y rabia. Lo que produce dolor masculino no debe ocultarse en el mundo oscuro de esa psiquis juvenil. El dolor del que hablamos puede ser la pérdida de una madre, una novia u otro ser querido, el asesinato del padre, o la violencia para la que no se estuvo preparado, de la que surge pánico. La rabia y la pena pueden mentar los deseos sexuales latentes o la asumpción de ellos. En la Era post-feminista, muchos contendos de la crítica al machismo y el falocentrismo, permiten que la hombría sea cuestionada y que surja de Lo Profundo Masculino («the deep masculine», como lo llama Robert Bly) el aspecto sombrío. El Guerrero ancestral se resiente y la energía de la líbido no sabe a dónde canalizarse. José Domingo Alvarez nos habla sobre la doble moral masculina en las relaciones sexuales y la angustia ante la «primera vez» de la pareja como parte de la falta de educación sexual adecuada. Y, en su libro La identidad masculina, nos dice: «Las edades de la pubertad son las edades de la reafirmación de los roles (hetero)sexuales que suele ir acompañada de una violenta expresión del sexismo, una marcada homofobia y un odio feroz a cualquier tipo de disidencia o ambigüedad que cuestione aquellos roles que se imponen como modelos y que los varones interiorizan de una manera mucho más forzada y violenta que las mujeres».

Ningún niño quiere ser blandengue, pusilánime, menguado hasta la cobardía; ni verse deformado ni maleable al grado de no tener una identidad sexual y social que sea valorada y aceptada. Esto es parte del crecimiento sicológico para el que necesita un modelo, una figura mentora y de autoridad en la que pueda confiar, a falta de sus padres. De ésto se trata pasar de niño a hombre y los jóvenes ponerse en contacto con la fuente de su orgullo y poder masculino.

kkk
En realidad esta "comunidad" tiene la forma de un gremio, asociación que agrupa a los artesanos de un mismo oficio. Efectivamente, la organización gremial era cerrada y solidaria; en ella se daban el reparto proporcional del trabajo y el auxilio a los enfermos y desvalidos. Y se encontraba bajo la advocación de un santo. Ello no es sino un vivo retrato de la "cofradía" de Monipodio.
.www.seprin.com/portal2/notas/maras.htm
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Bibliografía

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Thomas Watkins, «Negros en la mira de pandillas», en: 31 de diciembre de 2007. Ver


Alejandro A. Tagliavini, «Las pandillas latinas en Estados Unidos», en: La Prensa (Nicaragua), en: Ver

Saturday, June 28, 2008

Palomilla, pandilla y rivalidad (2)

La Mara Salvatrucha es un ejemplo del enmalecimiento de las palomillas de jóvenes salvadoreños, quienes arribaron a Los Angeles, California, en los principios de 1980. Sus familias fueron víctimas de las guerras civiles internas. La agresión norteamericana, el apoyo a los contras nicaraguenses y lo salvaje de la guerra, marcó con ira las almas de estos jóvenes.


CONTINUACION: En este y anteriores ensayos, elaboramos un marco interpretativo que nos permita entender la situación de los niños y adolescentes en la sociedad. El primer paso fue describir la índole de integración social que caracteriza a una comunidad que produce pandillas. El segundo paso, ya descrito el medio y la posición social de las minorías en la sociedad y sus modos de vida urbana, será describir algunas de las regulaciones impuestas sobre estas comunidades, antes y después que se vean afectadas por el delito o la conducta anti-social de sus jóvenes. Causalmente, lo impuesto y legislado puede o no resultar en las pertubaciones del sujeto y su medio.

Entendemos que las motivaciones de los seres humanos pueden clasificarse en dos reacciones fundamentales: actitudes altruístas y egoístas. Los niños y los jóvenes como grupo son los reflejos de las familias en su dinámica de integración social. La efectiva integración social es decisiva para el buen resultado de la inclinación de los vecindarios hacia el propósito de una movilidad ascendente y la evitación de la decadente. Las expectativas de progreso definen una comunidad saludable. El rezago de un barrio, su paulatino empobrecimiento, indica que hay obstrucciones a la movilidad social y signos palpitantes de actitudes egoístas. Las tendencias a los comportamientos egoístas originan la prevalesencia de estados incompatibles que si se perpetúan duradera e intensamente, dan ocasión a la violencia silenciosa o abierta que perjudica a generaciones de jóvenes, cambiándoles su tipo de organización social y el uso de su tiempo libre.

Explicamos que la organización de los jóvenes en palomillas es natural y les brinda una cohesión identitaria. La gavilla ha existido desde siempre y se ha proliferado, en particular, desde que se perdió el papel de los ritos iniciadores. Robert Bly ha comentado que esa pérdida fue dramática a partir del nacimiento de la Revolución Industrial.

Discutimos el tema de la juventud en pandillas y la desintegración de familias porque la comunidad levanta su voz describiéndolos como fenómenos amenazantes. Asusta el número de grupos criminales, en cuanto la comunidad prefiere que las organizaciones sean protectoras o tengan una función policíaca y benevolente. Inquieta, por igual, a las autoridades del orden público en cuanto el llamado que se imponen es combatir a las organizaciones de jóvenes, cuando se manifiestan antisocialmente. Finalmente, contrario a las pandillas de otras épocas y naciones, en los EE.UU. la pandilla callejera, en muchos modos, es muy distintiva y unica como institución. En su libro The Anatomy of Gangs, Allan M. Hoffman y Randal W. Summers comentan que «nuestras pandillas son mucho más prevalentes, más permanentes, grandes y complejas y mucho más involucradas en el crimen» que otras en la historia del mundo. Ambos autores dan el ejemplo de las pandillas angelinas. «En Los Angeles en 1991 se calculó que el 40% de los homicidios estaban relacionados a pandillas. En el periodo de cinco años de 1986 a 1991, esto repre­sentó 2,400 homicidios cometidos por pandillas».

Según el Departamento Federal de Justicia, el número de pandillas en la nación estadounidense puede ser mayor a 30,000 pandillas, con más de 800,000 miembros. Cerca del 49% de los pandilleros son de origen hispano/latino, 34% son afroamericanos, 10% son blancos no-latinos y 6% son asiáticos. «El problema ha empeorado tanto que el gobierno considera que las pandillas son una de las amenazas más serias a la seguridad interna, después del terrorismo».

LOS PACHUCOS, LA ULTIMA PALOMILLA: Del área del El Paso-Ciudad Juárez, entre 1910 y 1920, el Suroeste estadounidense, vio los modelos y formas de una cultura de palomillas que se integró por cholos y chucos. Laura L. Cummings ha tratado el tema en el ensayo Cloth-Wrapped People, Trouble, and Power: Pachuco Culture in the Greater Southwest. Ella los describe como jóvenes traumatizados por «la violencia, los trastornos y el hambre en el curso de la Revolución Mexicana, que comenzó en 1910, y que ocasionó desplazamientos muy grandes de población y migración hacia los EE.UU. por el área de la frontera de EE.UU.-México, especialmente a través de El Paso, que en aquel tiempo fue el centro de contratación de jornaleros para el oeste de los EE.UU.»
Ellos habían llegados con sus padres y fueron los primeros mexicanos que, por la guerra en su país natal, ven limitadas sus opciones de volver a su tierra. Constituyen las palomillas hispanoparlantes que nacerán en el Norte. Un porcentaje de estos inmigrantes, si consideramos a sus padres y parientes, constituyó una clase acomodada en México y es Norteamérica que empobrecen y se ven en la necesidad de trabajar, sea en el campo o en ciudades.

Durante el final de esos años, en los EE.UU. casi todo el mundo empobreció, si tomamos en cuenta los años de Depresión Económica. El crecimiento económico y aumento de la productividad de los '20 produjo dividendos y ganancias que fueron a parar al beneficio empresarial. Un crash bursátil motivó una reacción en cadena en el sistema financiero. Numerosos bancos que empezaron a tener problemas de solvencia y liquidez y cerraron. Ell pánico y la desconfianza no fue sólo de los banqueros que no podían rembolsar a los depositantes. Fue de todos. El agresivo intervencionismo del gobierno en el sector agrícola y en los aranceles condujo a una carrera mundial hacia el proteccionismo y el nacionalismo económico. La quiebra de muchos negocios y el aumenta el desempleo afectó a los inmigrantes mexicanos y la situación de depresión la resintió todo el mundo. Aún habiendo bienes y capacidad productiva, nadie tenía la capacidad económica para adquirir los bienes.

En medio de la pobreza generada por la Depresión de 1928, a lo largo del decenio del 1930 a 1940, aparece la subcultura del pachuco. Utilizaron una vestimenta distintiva (conocida como los Zoot Suits) y se inventaron un dialecto o caló. Los jóvenes de esta subcultura fueron los hijos de los traqueros, o trabajadores migrantes de los ferrocarriles que seguían la ruta de El Paso a Los Angeles. Estos jóvenes estaban doblemente marginados. Por un lado, por su necesidad juvenil de socialización, limitada por el racismo y la pobreza. En segundo lugar, su etnicidad no fue bien vista por los anglocaucásicos. El anglocaucásico les consideraba punks and troublemakers. A ésto él asociaba la palabra pocho.

La inmigración de las familias que huyeron de las consecuencias de la Revolución Mexicana coincide con el segundo brote de la nativistas asociados al Ku Klux Klan que el Presidente Ulysses S. Grant procesara judicialmente, en cuanto fue posible, por sus desmanes, antes de 1870. En 1915, el segundo movimiento del Klan comenzó sus actividades para originar otro período de tensiones sociales. Después de la primera Guerra Mundial ocurre la llamada Gran Migración que trae oleadas de inmigrantes de Europa Oriental que se suman a los sureños, afroamericanos y anglocaucásicos, se mudan a las ciudades principales del norte en los EE.UU..Cuando los veteranos de la primea Guerra Mundial regresan, resienten a los nuevos grupos de inmigrantes y es cuando el KKK recontinúa una prédica racista, anticatólica, anti-semita y que ahora incluye el anti-comunismo. Durante los años de la Gran Depresión, el Klan ganó mucha popularidad y crecimiento. Después de la Segunda Mundial, perdería influencia y prestigio.

Un hecho sorprendente es que, en los años de intensa actividad del KKK, cuando había, según el censo de 1920, una población de varones blancos de 18 años de edad o más de casi 31 millones, sólo 4 a 5 millones pertenecían al mismo. Hubiera sido más si para la membresía resultaran elegibles muchos que lo pedían. Fundamentalmente nativista, el segundo Klan rechazaba a los inmigrantes fuesen de donde fuesen. No admitía católico-romanos ni judíos. Ni latinos ni afroamericanos.

Mas antes de su debilitamiento a finales del decenio de 1940, el KKK y otros movimientos nativistas descubrieron al mexicano. En particular, a los mexicanos de la segunda generación que han sido asociados al pachuquismo. Les sorprende su manera de vestir. «Innovated a style and attitude that expressed their defiance of mainstream America. Dressed to kill in zoot suits and with pompadour haircuts they hung out on the streets of East Los Angeles, speaking their own language and asserting their difference from everyone around them». Se ha interpretado que fueron el primer grupo subcultural que hicieron su despliegue de rebelión —no como la mafia u otros grupos que ya los EE.UU. conocía desde 1760 y 1812, con las referencias de los Gabelloti y el feudalismo siciliano. Los pachucos desafían con la ropa y su cohesión como palomilla.

La acusación resultante de la creativa autoexpresión de los últimos gavilleros, palomillas no maleadas, fue que los pachucos fuesen identificados como una subcultura de delitos y pandillas. Como resultado de una propaganda acusatoria y xenofóbica, vestir como un pachucho comenzó a significar que se era un pandillero gang member»). «To Anglos, zoot suits were clothes than only hoodslums wore». Contrario a la especulación de Octavio Paz que asocia a la moda del «zoot-suit», una subcultura parelela («zazou») existente en París durante la Segunda Guerra Mundial, es más probable que el pachuquismo se asocie a la inventiva lingüística juvenil antes de tal guerra. La misma palabra pachuco se origina por la mexicanada residente en la ciudad de El Paso, en los años en que los jóvenes la llamaban El Chuco o El Pasiente, dos términos contenidos en el vocablo.

Mas antes de 1943, como ya hemos dicho, fecha en que se marca en Los Angeles, la transición de la palomilla pachuca y su cultura juvenil a una serie de motines, así conocidos Zoot Suit Riots y que los vierten en la notorierdad nacional, es necesario destacar lo siguiente. Ellos son el fin de un silencio muy pasivo. Representan dos guerras en las que se les pagó a sus familias con ingratitud. Eras, entre dos guerras mundiales, en que ni como ciudadanos estadounidenses los mexicoamericanos pudieron encontrar ayuda del gobierno federal ni auxilio de sindicatos ni seguros de vida comerciales para beneficiar a sus familias en caso que faltara el proveedor, por enfermedad, desamparo o muerte. Durante el tiempo, antes y después de las guerras, que un gran número de mexicoamericanos (primeras, segundas y terceras generaciones) dejaron sus vecindarios en el Suroeste y se integraron como trabajadores a los centros urbanos, encuentran una gente, predominantemente blanca y afroamericana. Ambas tienen la misma actitud egoísta: «No vengan. Les cerraremos las puertas». Las maneras en que practicaron la actitud fue mediante la discriminación en el empleo. Se les dijo que son competencia en el área de mejores empleos de cuello blanco y azul. Les condenaría para que volvieran a trabajos en el campo, casi como en la era de los siervos feudales. La metáfora de «Cerraremos las Puertas» se materializó con la discriminación habitacional. Y, además, los mexicoamericanos no fueron admitidos a los empleos en la policía, el sistema de seleccin de jurados y otras oficinas públicas.

Durante los años subsiguientes a la primera Guerra Mundial, se organizó la primera asociación que denunciaría la injusticia que representa la virulencia discriminatoria. En 1929, surgió LULAC, Liga de Ciudadanos Latino Americanos Unidos, cuya meta desde siempre ha sido informa sobre la discrinminación, la desigualdad educativa, la explotación y malas condiciones de vida del inmigarnte, su pobreza, los barrios hacinados, donde el trato ofrecido a las familias fue el de «ciudadanos de segunda» y «tercera clase», aunque fuesen tan ciudadanos como anglocaucásico y ofrecieran sus vidas en las guerras que los EE.UU. peleara.

UN CIERTO DESPERTAR: El 2 de gosto de 1942, el joven mexicano José Díaz, de 21 años de edad, fue golpeado a muerte en las cercanías de una locación llamada Sleepy Lagoon. El racismo y sensacionalismo de Los Angeles Examiner se concentró en echar la culpa a las pandillas mexicoamericanas; pero, a tal fecha, las alegadas pandillas eran meramente palomillas; algunos miembros de estas palomillas jóvenes, empleados en la pisca, que salían de sus barrios rurales y visitaban centros de diversión mexicanos. El caso de asesinato de José Díaz se llevó a los extremos del prejuicio, la burla de todo procedimiento adecuado y, sin que se presentara evidencia de testigos de cargo, unos 24 mexicoamericanos fueron acusados y diecisiete de ellos convictos de delitos que iban de asesinato en primer grado a asalto con armas mortales. Dos años más tarde, el juez que los condenara fue reprendido por incompetencia, hostilidad para los acusados y extremo prejuicio. Tras una apelación en cortes de las familias mexicanas, los diecisiete convictos fueron liberados. Se halló que ellos no habían cometido ningún crimen.

La publicidad mala contra los mexico-americanos, los sleepy-lagooners o, simplemente, goons, siguió en periódicos y revistas. En esta ocasión, tras el incidente de Sleepy Lagoon y su inesperado resultado, que absolviera a los jóvenes acusados, el chivo expiatorio serían los adolescentes pachucos. A ellos tendrían que acusarlos de los aumentos de criminalidad en Los Angeles. Los marinos anglocaucásicos se prestaron al juego de una prensa hostil y anti-mexicana y el día 3 de junio de 1943 once de ellos avanzaron hacia un barrio mexicano. Irían a perpetuar su juego de provocadores. Un enfrentamiento se cuajó inevitablemente. Al día siguiente, los marinos requieren de más ayuda frente a los rudos puñetazos y palos que dan los mexicanos y mexicoamericanos. Alquilaron una flota de taxis que trajo a los barrios de Los Angeles dos centenares de marinos. Para el 7 de junio, ya miles de civiles se habían involucrados en las peleas y motines. Las palomillas mexicanas, ante tanta provocación, peleaban con una pasión inusitada, aunque siempre resultaban superadas por el número de policías, marinos y racistas, haciendo causa común de complicidad y xenofobia.

La escritora Himilce Novas, al describir la actitud gubernamental ante los motines angelinos de 1943, escribió: «The police looked the other way and even arrested victimized Mexican American youths. Downtown Los Angeles was essentially declared off limits to military personnel, but by then the riots had become widespread. The Zoot Suits sparked attacks in Beaumont, Texas, Chicagho, San Diego, Detroit, Evansville, Indiana, Philadelphia, and New York City».

A partir de entonces, la policía comenzó a recibir el mensaje de que no se puede agredir a una comunidad sin una consecuencia de violencia más intensa que los crímenes que se le achacan a sus minorías. Un motín puede ser un detonante de una guerra civil. El entonces Gobernador de California, Earl Warren, y el Obispo de Los Angeles, Joseph McGucken, reconocieron un informe de un Comité Investigador de Ciudadanos que concluyó que los Motines de 1943 fueron ocasionados por prejuicios raciales, animados por la prensa sensacionalista y, posteriormente, por la policía misma. El Cabildo de la Ciudad de Los Angeles debatió una ordenanza para declarar el vestir al estilo zoot suits un acto ilegal. La experiencia de este primer motín, sumado al caso de Sleepy Lagoon, sirvieron como una lección comunitaria para que comenzara a incentivar la lucha por los Derechos Civiles de los mexicoamericanos y latinos en general.

Habría que preguntarse, ¿se entendió el mensaje? El hecho real es que no. Institucionalmente, se ha hecho poco.

¿POR QUE HAY PANDILLAS?: Las familias en las comunidades han llegado al punto de reconocer la importancia del por qué existen las pandillas y ya no son como antes que la pandilla fue una simple reunión de gavilleros y muchachos andariegos y callejeros, que no necesariamente eran unas malas personas. No se puede cambiar las actitudes de la pandilla de hoy sin conocer qué es lo que ellos quieren, qué les afecta y les duele, al punto de que hayan decidido solucionar sus problemas antisocialmente.

¿CUALES SON LAS ASPIRACIONES DEL PANDILLERO?: Una definición de pandillero que puede ser muy útil es: «el chico que se va de la casa, rompe con los valores de su familia y es una presencia vacía o invisible delante de sus padres, custodios y parientes». Este irse de la casa puede ser permanente, o temporal; pero siempre es una reacción a algo que falta en la casa. Se va por una carencia, cuya esencia es algo que él aprecia. No se abandona aquello cuya conexión es significativa, o sentimental o espiritual fuerte. La carencia que provoca la ausencia, la desvinculación del hogar, tiene que ser tentadora. Tiene que suponer algo que se quiere, aunque parezca egoísta. Irse ya presupone una búsqueda y hallazgo de un destino, al mismo tiempo una nueva forma de vinculación. El que se va se unirá a un espacio de admisión. Cree que halló una puerta abierta.

Hay que decir otra cosa del que se va. Su huída del hogar es premeditada. Sabe que se va sin una bendición. Bendición se enterá como sin el permiso expreso de su familia y de su comunidad. Cuando una comunidad identifica un pandillero, lo menosprecia. Lo avizora como un ser-no-bendito. Siente vergüenza de él y, aunque no haya recibido ningún daño de parte de él, el pandillero como joven, sin bendición, lo declara sospechoso, éticamente reprobable. Esto es así porque, como explicara Van Gennep, el único joven admisible en su comunidad es el que ha sido iniciado en rituales iniciáticos que explican el tránsito entre «viajar y retornar», irse y regresar. Esta expectativa de integración social está en la psiquis de una comunidad natural. Si bien es cierto que ya no existen los ritos de paso la idea trasciende los tiempos y la existencia o no existencia de rituales institucionalizados por la comunidad. En las sociedades no industrializadas, en las viejas comunidades naturales, que el niño y el adolescente se sustraiga de la autoridad de los adultos, en la forma de un irse, formar un grupo aparte, «representa un peligro potencial». En las viejas comunidades, es la familia y la comunidad, la que da ese permiso. Los ritos iniciadores, llevados a cabo en forma individual, no se condonan, dice Van Gennep. Son una huída, una deserción. En término de cómo intuye una comunidad, la conducta de un pandillero y cómo lo evaluará por no sujetarse a su trámite es el desertor, no bendito, que huye y quien huye, desafía. La pandilla es el lugar de los proscritos.

LA HUIDA DEL LENGUAJE TRADICIONAL: La primera reacción del niño / adolescente / que rompe sus relaciones con una comunidad que ya no le bendice es adquirir un lenguaje que les diferencíe de ella. La palabra es__- Lo primero que anhela decirle el proscrito a quien le proscribió es que ya ni el lenguaje es común. No los une. El niño / adolescente / los desafiará mediante su adscripción a un caló, jerga o slang, que contengan una actitud desvinculadora respecto al habla general, sea el español o el inglés, que habla su familia y su comunidad en general. Los estudios de Stephen J. Caldas, de Hofstra University, Hempstead, tienden a evidenciar que «en general, los niños evalúan su bilingualismo y biculturalismo mucho más que los adolescentes más viejos y adultos jóvenes» y, de hecho, los adolescentes más que los adultos y ancianos de su comunidad. Dice Caldas que «también los niños exhíben una autoconfianza bilingüe más grande y consciencia propia menos dismininuída o acomplejada que otros adolescentes de mayor edad, cuando se les plantea que, al madurar, decidan sobre su identidad»; pero, esta actitud de autopercepción saludable es vulnerable a la presión cultural circunstancial. «Greater exertion of peer pressure in early adolescence», se impone en la manera de un menosprecio a la condición de niño inmigrado, latino, de ancestro extranjero, sea monolingüe o esté en el proceso del aprendizaje del inglés como segundo idioma, por lo cual el niño minoritario sufre. En Estados Unidos («the US venue in particular did not place high value on bilingualism») no se tiene en alta estima al chico bicultural.

Otros estudios, como el realizado por Alexander Seeshing Yeung, en Can Two Tongues Live in Harmony: Analysis of the National Education Longitudinal Study of 1988 (NELS88) Longitudinal Data on the Maintenance of Home Language, indican que las especulaciones en torno al efecto negativo en la adquisición del inglés como segundo idioma, por hablarse o preservarse el español («home language») no tienen base. Las lenguas extranjeras pueden vivir en armonía y no es necesario poner esta presión en la comunidad. De hecho, los estudios sugieren «la necesidad de apoyo para que se amplíe el lenguaje nativo o primario («first language (L1, non-English») para que su uso proeficiente sea conservado». En el discurso comunitario, la actitud es prejuiciosa. El sistema educativo público ejercita una actitud anti-étnica y pide a la comunidad la renuncia al idioma nativo, la asimilación total, no el aculturamiento y ésto se revela en la presión política que se cierne sobre las escuelas con las propagandas del English Only, desmantelamiento de programas de ayuda para la Educación Bilingüe y otras iniciativas.

Considerado este hecho, el desprecio de la biculturalidad y la bilingualidad, el niño rebelde y tránsfuga juega creativamente con los lenguajes. Crea códigos de intercambio. La pandilla le permite este juego. La investigadora Letticia Galindo, de la Arizona State University, estudia estos fenómenos (la conservación del español, las actitudes hacia el hablarlo con acento, el cómo afecta la identidad étnica y social) entre adolescentes chicanos de Austin (Texas) hasta motrar la variedad de actitudes lingüistica posibles y su función comunitaria entre hablantes.

Cuando la comunidad distancia al adolescente mexicano, o ya mexico-estadounidense por su adquisición del inglés y otros valores de la corriente hegemónica de cultura, le estampa el nombre de cholo. Mas habría que entender que cholo no necesariamente significa a gangster, o pandillero, aunque recientemente el término da por sentado que lo son y que todo cholo es miembro de una pandilla. La más antigua acepción de la palabra fue en atención a su vestir: utuilizando baggy chinos (o pantalones khaki). Cuando son cortos khaki, utilizan calcetines a media rodilla. Cholo es dicho, con cierta actitud despreciativa por ellos, en particular, por miembros de la comunidad de origen mexicano, que conocen el término náhuatl xolo y al indio que lo fue. El cholo no describe ahora un estatus de esclavitud ni inferioridad social; pero connota un más o menos tono de piel oscura.

En 1571, Fray Alonso de Molina, estudioso del náhuatl en su Vocabulario en Lengua Castellana y Mexicana Y Mexicana y Castellana, definió la palabra xolo / cholo como «esclavo, criado, sirviente». En toda América, la palabra designa al mestizo o al indio e, históricamente, en las áreas de la frontera, es un calificativo derogoratorio para clasificar a los inmigrantes de la más baja clase social. El mexicano blanco de las áreas norteñas, como su homónimo suramericano, al decir cholo dice dos cosas: «Eres prieto e indio» y «ya no conoces ni eres fiel a la cultura de su origen». Cholo es el mexicano, «al que viéndosele el nopal en la frente», no sabe el español o la habla muy deficientemente. Al cholo no se le respeta el acento ni se le perdona que se haya asimilado.

El cholo vive en la cultura de la acusación. Se le reprueba su modo de vestir. Se le acusa de pandillero aunque no lo sea. Se le reprende por olvidar el español. Se duda que sea suficientemente inteligente para articular un inglés como una persona educada. Le menosprecia el anglosajón y el paisano. Cholo en el discurso público de la vida diaria significa «indio como insulto»: mudo, incivilizado o poco sofisticado. El trato que damos al cholo aquí es el mismo que da la clase alta y media en México al indio.

Citaré del blog de Exktor H. Martínez, lo que a su vez él transcribe de Nikito Nipongo en su libro Perlas (Lectorum, 2001), respecto a la situación de los indios en México: «Somos así con los indios: los vemos fuera de nuestro mundo, los suponemos inferiores, les hablamos de tú, nos causan risa, no les damos la mano por temor a un contagio, los consideramos siempre sucios, los tenemos por torpes y lerdos, no los concebimos cultos jamás, se nos antoja el color de su piel signo de enfemedad degenerativa, no admitimos que ningún indio pueda progresar, sostenemos la vieja creencia de que los indios son peores que los animales, contemplamos inmutables su miseria, nos parece indecente que tengan parcelas y casa de cal y canto, jamás se nos pasa por la cabeza la posibilidad de ser amigos de los indios, estamos acostumbrados a la descriminación del indio hasta verla como simple costumbre, nos oponemos a su autonomía cultural, no permitimos que adelanten en ninguna forma, tenemos la convicción de que en México los indios significan un estorbo, consideramos que sus mujeres sólo pueden aspirar a ser sirvientas, no condenamos su maltrato ni su exterminio y de ninguna manera les concedemos la calidad de mexicanos. Así somos con los indios los hombres de razón... ¡ah!, mas cuando ellos se rebelan, aullamos: "¡No, no, violencia no, violencia no!» Ver

NO VUELVAS A LLAMARME CHICO: Lo primero que hace el chico étnico, o bicultural, es declarar una independencia lingüística. Ya no será el chico o el kid / boy / young fellow del barrio, o la vecindad donde viva. Entre los calificativos que, según su edad, admite para sí están las siguientes construcciones: boi, boo, boyz (compañwros de su pandilla), homie, homey, homeboy, peeps {gente no de la pandilla con la que se puede hablar), dime (la chica sensual, hot girl), shorty (niña, o chica), haps (la jefa o madre), vato loco (crazy dude),

Cambian las maneras de saludo: Orale («Woah man!»),

SUS RIVALES: Para sus rivales, según sean, tendrá sus nombres: los policías o cops son: popo(s),

Para los miembros de pandillas latinas, los negros son: nigga, niggaz, nizzle, busted (ugly nigga), jigga,

RECONSTRUCCION ILUSORIA DE LA CUADRILLA: lll

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Locations
* areous - area* crib - place of residence* hood - neighborhood* bodega - corner store* the shops - mall somewhere to go shopping



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Bibliografía

Laura L. Cummings, «Cloth-Wrapped People, Trouble, and Power: Pachuco Culture in the Greater Southwest», en: Journal of the Southwest, Vol. 45, 2003

Allan M. Hoffman and Randal W. Summers, The Anatomy of Gangs [ Praeger, 1996. 358 pgs]

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María Elena Salinas, «Las pandillas, el nuevo enemigo urbano», en: Voces de Univisión.
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Horne, Gerald, Fire This Time: The Watts Uprising and the 1960s, Charlottesville: University of Virginia Press, 1995.

Wednesday, June 25, 2008

Palomilla, pandilla y rivalidad (1)


La transformación de la palomilla en pandilla


Por CARLOS LOPEZ DZUR

ORANGE COUNTY: Una palomilla y una pandilla no son la misma cosa; pero, en cierto momento, una palomilla se puede transformar en pandilla. Esta transformación hay que entenderla, histórica y sociológicamente porque los elementos que inducen al cambio son extracomunitarios. Son influencias ajenas a la comunidad natural y solidaria, tema de mi ensayo anterior, basándonos en las Teoría de Comunidad y Sociedad que desarrollara Ferdinand Tönnies.

Este ensayo se enfoca en la experiencia concreta de la juventud y sus padres en los EE.UU.. Es mi reflexión personal en torno al problema de la violencia en la comunidad hispánica y en sus barrios.

Cuando nos referimos a palomilla significamos al grupo de jóvenes que, desde su pubertad y adolescencia, busca fuera de su familia otros nexos de afecto y socialización. Esta gavilla o camarilla es, esencialmente, distinta a la pandilla, «the gang», o «criminal gang». El calificativo de palomilla tiene la connotación afectiva que describe al plebe. El diccionario Larrouse incluye algunas nociones clarificadoras: la palomilla como grupo es compuesta por niños ruidosos, niños vagabundos y callejeros, granujas y malvestidos.

En antaño fue frecuente que se hablara de la palomilla en términos de gavilla. Los gavilleros fue la metáfora para referir a su grupo como uno de baja condición social, pero no necesariamente criminales. El niño gavillero solía ser, en el peor de los casos, el vagabundo y el pilluelo. El gavillero tiene el carácter común al pícaro, a quien le gusta la aventura. En cierto modo, recuerda a dos personajes de Miguel de Cervantes de Saavedra, cuya niñez de inocentes fue tronchada por la noción del aburrimiento. Rinconete y Cortadillo son dos pícaros que escapan de sus casas. Uno de ellos, Cortado, porque le aburre la aldea.

Aquí la aldea implica unos valores centrados en la comunidad natal, ante los que Cortado objetará, sin la madurez para entenderlos ni los medios para superarlos. Es el niño que ya respeta otros modelos o valores: la ostentación y el lujo, parejos a la prosperidad y que, en su deseo de libertad e independencia, se vuelve individualista. La aldea mienta la mentalidad de pobreza del barrio frente a la ciudad.

La palomilla es descrita como un estado ninfático, es decir, una etapa temprana de desarrollo y, como tal describe el mundo orgánico de muchos insectos. Como la mariposa pequeña y nocturna. La palomilla, como diminutivo de paloma, vuela en bandadas. Bandada alude a grupo.

Cuando hablamos de comunidad, lo mismo que de «barrio», nos referimos al vecindario urbano. No sólo como una demarcación espacial y geográfica, o territorio, sino que la comunidad es una continuidad cultural y lingüística con su profunda connotación emocional. El carácter de lo racial es secundario, no así el cultural. El barrio latino trasciende lo meramente racial, porque hay comunidades latinas, con población muy diversa y su gente es ya una con diferentes orígenes, ancestros y razas. Lo que no cambia es el carácter comunitario de sus relaciones y su instituciones. Las instituciones sociales representantivas de la comunidad son la familia y la iglesia. Se discutirá, a lo largo de este ensayo, cómo la emergencia de relaciones impersonales e instrumentales, características de las grandes urbes y ciudades, tensa a niveles desintegrativos las relaciones personales y afectivas típicas del núcleo comunitario.

Rinconete y Cortadillo, de Cervantes, es uno de los primeros documentos de la literatura que nos da la descripción de una comunidad con su consecuente mafia. En la Sevilla descrita por Cervantes se acusa la existencia de auténticas cofradías del hampa en aquella época, el siglo XVII. Es que la palomilla y la posibilidad de transformarse en algo delictivo y mafioso existe desde incontables siglos. En el mejor de los casos, una palomilla puede agremiarse y convertirse en algo inspirador para la comunidad y, en particular, para los más desfavorecidos. Lo que Cervantes nos dice de una pandilla es útil aún hoy.

Cuando Sevilla era la ciudad más rica de España, por su condición de puerto comercial principal para la llegada de galeones cargados de riquezas y oro, provenientes de América Latina y el Caribe, así como por el establecimiento en la ciudad de comerciantes de muchísimos países, la palomilla o el gremio de desprotegidos nacería. También el lumpen. El problema es que había decadencia económica y moral, por otro lado, debido a que la riqueza que seguía recibiendo España de sus colonias no repercutía en las clases bajas. Sevilla, pese a su cosmopolitismo y la prosperidad de sus clases pudientes, era una red de aldeas con bolsas de gran miseria.

Esto debe recordarnos en algo las crisis económicas que están en el corazón del surgimiento post-industral de las pandillas en los EE.UU.. La pandilla como transformación de la palomilla es lo que, en gran número, produce la aparición de pícaros, ladronzuelos y pedigüeños, como los que Cervantes describe echando a la suerte sus voluntades como criaturas, con la preguntas: ¿Qué valores nos son necesarios? ¿Aquellos de la prosperidad, el avance técnico, la buena vida, como la que lleva la Gran Burguesía, blanca y anti-aldeana, o los valores que en sus casas se les inculca: el Pórtate Bien de la religión, Respeta la Ley (patriotismo), No seas abusador (esencia del valor y al autoestima) y Honra a tu casa y tu vecindario (el honor).

La pandilla es un fenómeno no perteneciente a la comunidad, aunque relacionado a ella. Los ideologemas de las pandillas son frutos consecuenciales de la sociedad. La definición básica sigue siendo la unión de personas que se reúnen para engañar, o hacer daño a otros, o por fines ilícitos, capitaneados por un jefe. En la pandilla, la camaradería es condicionada y no puede ser definida como trato amistoso, sino como trato impersonal e instrumental. No hay confianza, hay mandato, recompensa y castigo. La pandilla no es una institución comunitaria, sino un mamarracho empotrado en ella, por fuerzas inductoras no comunitarias.

Al estudiar al pícaro como un antecedente del gavillero y el pandillero, Angel González Palencia hace este retrato de lo que pudiera ser el miembro de una palomilla: «Una clase de gentes no habituadas al trabajo, y que viven de ciertos servicios, y no se avergüenzan de comer la sopa de los conventos. Literariamente es el pícaro, hombre que, sin ser verdaderamente criminal, pertenece al hampa; tiene pocos o ningunos escrúpulos, particularmente en proporcionarse medios de mantenimiento; es humano, buen creyente, aunque pecador; no está habituado en modo alguno al trabajo regular y constante, sino que es perezoso y holgazán; su ocupación normal es la de servir a otro; hurta pero no roba, es astuto, ingenioso e imprevisor y simpático».

No se habitua al trabajo quien no lo tiene. O quien aún no está en la edad legal de emplearse. ¿Qué tal si no hay creadas en la comunidad las oportunidades de trabajo cuando el niño ya arribó a la adultez? ¿Qué tal si no hay disponibles servicios, excepto la sopa de los conventos?

Lo interesante de las observaciones de Cervantes y González es que coinciden en explicar que la proliferación del gavillero, el plebe simpático y el pícaro, reflejan un mundo donde la abundancia es de pocos y la miseria de muchos, puntos de las ciudades donde hay riqueza, comospolitismo (o diversidad étnica) y caos, por un lado, y virtud conservadora, opresión y miseria. En los niños, al salir de su hogar, hay una expectativa de fascinación con lo opuesto a lo que viven en sus aburridos hogares sin ventaja. La palomilla es, inicialmente, un lugar para soñar y romper las rutinas opresivas. Cervantes, quien conoció por amigos las mafias y cofradías sevillas, ciudad donde se desarrolla su argumento, da pormenores de la ideología que organiza a los pilluelos y vagabundos de ese siglo XVII. Como si nos describiera las pandillas modernas, perfiló minuciosamente en Rinconete y Cortadillo cómo están organizadas, los símbolos ante los que sus agremiadoas hacen advocaciones, el desarrollo del lenguaje propio, las germanías, o jergas utilizadas por los rufianes de aquel tiempo. Finalmente, al describir la Pandilla de Monipodio, da los rasgos del Jefe y sus deberes. Monipodio es como un padre entre los gavilleros. Es temido, admirado y querido; tiene prestigio y fuerza para resolver las querellas, así como para asumir la representación de toda la cofradía a fin de defenderla y administrarla.

Antes de abundar sobre los aspectos sociales, daré la siguiente perspectiva sicológica y existencial del adolescente y el joven, provenga de una familia rica o una pobre. Esto nos ayudará a entender que la palomilla puede darse entre ricos y pobres igualmente. Lo que es común en el surgimiento de la palomilla es una carencia. La comunidad, tal como la define Tonnies, a través de los padres, es la que debe proveer los rituales de iniciación («rites of passage»), nuevos códigos de conducta según un niño pasa a la juventud, con nuevas responsabilidades ante la familia y la sociedad. De hecho, el joven tiene también, con su maduración unas responsabilidades ante sí mismo. Sin embargo, como bien dice Eliade, «una de las caracteríticas del mundo moderno es la desaparición de ritos significativos de iniciación».

Los ritos de iniciación, en el contexto de este ensayo y como reclamos de lo necesario, son los conocimientos que nos permiten descubrir al guerrero interior, el ser social que se trasciende a sí mismo y obedece a las demandas de su cuerpo y las causas de su interior, la autenticidad de su psiquis. Robert Bly, editor y mentor del Movimiento de los Hombres, también lo llama el rey interior («the inner king, the one one who's in our soul»», voz de nuestra alma. «El guerrero no es alguien que sale a matar. Ese es el guerrero negativo, uno que no es rey... El guerrero es un defensor de fronteras. Cuando se vive en una familia disfuncional, las personas en la familia invaden tus fronteras todo el tiempo. Ellos abren la puerta, ellos la cierra. La actitud del padre dominante es la más fuerte en la casa. La actitud propia, la de uno, no cuenta para nada». Bly nos puntualiza que los territorios mencionados requieren el defensor que es uno mismo. Los territorios comienzan en el hogar, se extienden al vecindario, a la comunidad entera y a las relaciones con el mundo.

Conocer el guerrero y el rey interior es el proceso de aprendizaje, cuyas etapas consisten: (1) en el vínculo con la madre y a su debido tiempo separarse de ella; (2) la segunda etapa, conectarse con el padre y separarse de él; (3) la tercera fase del proceso, Bly la llama la aparición de la madre masculina («male mother»), que es el varón nutricio. Funciona con las cualidades de una madre diligente y sensible, pero no es una hembra. «El Rey Arturo funcionaba de esa manera con los jóvenes». Es el mentor, que es otro de los calificativos de Bly para la madre masculina, quien es quien ayuda a los jóvenes a separarse de la madre y el padre. De lo que se trata esta tercera etapa es de la búsqueda del mentor. Y la idea que yace, en el fondo de estas descripciones de la búsqueda iniciática, es que en el proceso de aprendizaje de niño a adulto, es necesaria la búsqueda del mentor, que suele ser un Anciano («Older Man», no necesariamente por su edad, sino por su experiencia y su sabiduría. Será éste quien sea capaz, como mentor, de inspirar al joven un compromiso con la comunidad. Bly lo piensa en términos de la relación de Zeus con Prometeo y de la función de las mitología disponible en nuestras vidas. Citando a Gary Snyder, Robert Bly apunta: «La conexión del poeta con la mitología es asunto de siglos. La función del poeta, decía Snyder, es hallar esa parte de la mitología que es útil para el tiempo de nuestras vidas».

La importancia y antiguedad de los ritos de paso, como proceso iniciático, fue introducida a las Ciencias Sociales por el antropólogo francés Arnold van Gennep en el libro titulado, Les rites de passage, publicado en 1909. En las sociedades no industrializadas, tales ritos son un constituyente esencial de la vida social y no se puede ser admitido en la comunidad sin probarse la idoneidad del «iniciado» o novicio.

Se preguntará: ¿qué es lo que hay detrás del rito, qué tipo de información son las que contienen? ¿Por qué se subraya su importancia si algunos ritos fueron crueles, según observamos de sus ceremoniales? Los ritos se realizaban para ahorrar las experiencias dolorosas e incertidumbres de la edad difícil? Sus objetivos fueron instructivos aquella advertencia ciceroniana: Cui dolet, meminit: El que sufre tiene memoria. Los ritos iniciadores reducían las memorias de dolor y preparaban para un conocimiento regocijado de la abundancia y el cuidado. Por esta razón, una enseñanza fue «ahórrate tiempo», «cuídate de acumular desengaños», «adquiere la experiencia mientras más pronto mejor». En su ensayo Of Youth and Age, Francis Bacon decía: «Un hombre joven en años, puede ser viejo en horas si no ha perdido el tiempo». No se debe permitir que la experiencia llegue tarde. Los iniciadores se deban a esa responsabilidad y que obviamente ya se ha desechado.

Los ritos iniciadores enseñan que hay ciclos en la vida del niño y el púber social en que los padres dan algo de sí que no sólo puede describirse en términos materiales, como las actividades de la familia proveedora. Bly concluyó que uno de los ideales más altos que los viejos iniciadores enseñaban para la prevalescencia de sus tribus y territorios es que el más valiente es quien ayuda a otros. Que hay que rechazar la idea de que todos los hombres están en competencia egoísta y salvaje de unos contra otros. Que hay que aprender a admirar para ser admirado, a ayudar para ser ayudado. Desde un remoto pasado, los ritos iniciadores instruyeron a niños y niñas a reconocer el valor terapéutico y trascendental del dolor, el respeto a la vida, a los sentimientos y a la tierra y al tiempo en que se conviven padres e hijos.

Algunos ritos se relacionan al paso de la condición infantil a la adulta; otros a la adquisición de cierto conocimiento especializado, otros a la consciencia de valor y el manejo de energías, no sólo emocionales, sino espirituales. La enseñanza básica de lo iniciático ha sido formulada con dos palabras: nacimiento y renacimiento. Se refiere con ésto a que «la naturaleza no es meramente natural; es también supranatural». La existencia tiene un significado. La sabiduría de los Ancianos, contenida en mitos y, en particulates formas de jargón sicológico, contiene esos principios. Aunque se crea que sólo en el lado oculto de lo inconsciente es donde residen las fuerzas sagradas y realidades trascendentales, éstas pueden ser conocidas y experimentadas. El novicio puede renacer a una dimensión más elevada del ser. «Ahora bien, para acceder a los saberes mitológicos es necesaria la muerte iniciática». La enseñanza de esta muerte iniciática supone vencer «todo odio por lo humano», «el miedo a la felicidad y a belleza», vencer «la voluntad por la Nada». Una victoria que no es un quebrantamiento animal, ni exhibicionismo de la superioridad de la fuerza o el vigor. Se vence por la adquisición de una cualidad moral. Esta muerte simbólica sepulta las limitaciones que nos atan a la animalidad, el miedo y la huída de «toda ilusión, cambio, crecimiento» y crea una nueva proyección, que superpone a la antigua imagen que teníamos de nosotros mismos, naciendo. «un nuevo ser, pleno y merecedor de la abundancia».

En su libro Passages of the Soul, James Roose-Evans expresa que los iniciadores en los antiguos ritos fueron los facilitadores o guías de una experiencia con la profundidad del ser. Esta se da en el momento en que se anhela un contacto con la Divinidad. Así como hay ritos de transición y paso, hay otros que expresan el anhelo de purificación y unidad con la Naturaleza y lo profundo en ella. «Desire to know Divine radiance within their heart, and everyone is deserving of experiencing the profoundness of the sacred». Cuando Roose-Evan, explica por qué es tan especial la música para la juventud y la misma antiguedad de la actividad musical, explica que los rituales son «formas reverentes y vivas de arte». Y es através del sonido, la música, el movimiento y las imágenes visuales, además de las palabras y la propia imaginación, que nos podemos transportar a lo profundo y lo sagrado, saliendo de las rutinas y lo que ocasiona sufrimiento e incertidumbre. Sin música y sin arte, sin una muerte imaginaria de lo cotidiano, no se puede entrar al reino del Espíritu ni tender el puente entre lo humano y lo divino. «Your humanness and your divinity, your inner and outer worlds».

La juventud es la única promotora práctica del ideal de su renacimiento. Hoy por hoy, aquí el error, lo hace por su cuenta. Tiene el apetito dionisíaco necesario para la tarea. Anda en búsqueda de reformular una imagen perfecta de sí misma, donde sea su propio creador. Las palomillas siempre vuelan en búsqueda de un poco de arte. Integrarse a rituales de sonido e información visual. Si el adulto no tiene tiempo para ellos, se irá a escarbar entre discos, CDs, aparatos que les abran las cajas del sonido y la evocación. La juventud con su corazón entiende el valor de lo ritual y quieren integrar lo sagrado en sus vidas dirias. Saben que una puerta que no se ha cerrado ni se cerrará jamás es la voz de los artistas que les orientan al cantar, aunque no estén presentes. Un artista que se convierte en ídolo juvenil es la encarnación de una oferta de comunicación que ha tenido éxito entre los jóvenes. Cuando la palomilla es parte de la masa de los que admiran su presencia, compra sus productos y asiste a sus conciertos, tenemos un ejemplo de cómo la niñez y los jóvenes están en disponibilidad permanente con aquel que les crea un ritual. La palomilla canta y baila con su ídolo. El artista, que es carne y hueso, eleva su convocatorias musical a categoría de personalidad con autoridad. Indirectamente es el Iniciador (su «ancianidad» es tácita; la vejez es asimilada a la experiencia de su triunfo. Lo que espera el joven del ídolo que canta para él es que integre a su repertorio los mensajes, preguntas, inquietudes, temores, aspiraciones, en suma, los conocimientos que él espera, por lo que sufre y se interroga.

Las palomillas piensan sobre lo memorable de un ritual artístico y lo agradable de su participación. A todo niño y jovenzuelo le gustaría ser artista. No siempre pensando en el glamour. ---ampliar

Algo ha ocurrido, a partir de la Revolución Industrial, por decir la fecha dada por Bly, en que la relación de padre e hijo ha sido muy lesionada y el intercambio de tiempo para conversar, transmitiéndose confianza, conocimiento de lo que es psyquis masculina, the male mode of feeling, se ha perdido. La masculinidad suele describirse en términos de los valores hegemónicos de la cultura dominante donde las cualidades adscritas son instrumentales y no representan la profundidad real del ser masculino. Janet Saltzman Chafetz, al listar las cualidfades, enuncia: «No suele es emocional. No llora. Es impersonal. Su anhelo es ser lider, dominante, impartir disciplina, serse independiente, libre e individualista. No busca autoexpresión externa. Vive sin preocupaciones sobre la apariencia o el envejecimiento, prefiere ser lógico, intelectual , práctico, racional y objetivo». ¿Hasta qué tiempo él pudo representar todo éso y de veras cumplirlo? ¿Qué sucede cuando las condiciones que posibilitan tales cualidades decae? ¿Qué sucede cuando la sociedad post-feminista le antepone un nuevo competidor: la mujer misma ante la que fue sexualmente agresivo? ¿Qué será de su futuro y el de sus cualidades cuando faltan para los jóvenes, de cualquier sexo, los ritos iniciadores por sus adecuados mentores?

Los simulacros de ritos iniciadores no la satisfacen. «Encontramos muchas conexiones entre los espacios y ritos viriles de la pandilla, la escuela, el ejército y la cárcel, espacios de resocialización del macho, de purga de cualquier sentimiento o valor femenino», dice Elizabeth Badminter. «Frente a la naturalidad con que se produce la femineidad, la masculinidad es algo que debe ser continuamente construido, reconstruido y demostrado. La homofobia contra los varones adopta así tintes de mayor crueldad y estigma social... La masculinidad es puesta a prueba de manera reiterada y se accede a ella a través de dolor, renuncia y sufrimiento, físico o psíquico».

Para Bly, precisamente para neutralizar esa homofobia, es que el mentor tiene como cualidad cierta feminidad nutricia. Lo llama Madre Masculina como si fuese un andrógino. Lo llama Old Man / Anciano / porque su deber no es ya con una sexualidad activa, que él ya ha vivido y disfrutado. Su respoinsabilidad es orientadora y espiritual. «En verdad, los padres nunca tuvieron la intención de ser los iniciadores de sus hijos... El padre no puede hacer la iniciación con sus hijos porque hay demasiada tensión. Ambos están interesados en la misma mujer. Y ese es el problema. Cuando los hombres entienden que sus padres no pueden hacerlo, ya no hay iniciadores. No hay nadie para dar la bienvenida al jovencito al mundo de la masculinidad. Los adolescentes se sienten heridos y enojados con eso... Cuando ellos buscan una pandilla, lo que estamos viendo es a jovencitos que no tienen a personas adultas («older men») dándoles la bienvenida al mundo de la masculinidad y estn tratándolo de lograr por ellos mismos. Están tratándose de enseñar lo que es valor uno al otro, cuánto dolor uno debe soportar, cuál es la causa. Están tratando de hacerlo, pero no funciona, porque los adolescentes y varoncitos no se pueden iniciar en verdad unos a otros. Sin embargo, se sienten enojados por la ausencia ante los adultos que no están iniciándoles».

La necesidad de renacer es uno de los estímulos ocultos por los que un niño busque una socialización fuera de las instituciones donde intuye que le atacan. Con el nombre de disciplina, aunque sin tacto ni mensaje, hay familias cuyos valores patriarcales se aplican «de forma implacable sobre los propios varones, especialmente aquellos que no se ajustan a todos los modelos y patrones de conductas que se espera socialmente». Cuando ésto sucede, el niño se vuelve un desertor o un fugitivo. Deja la aldea y la casa, como Rinconete y Cortadillo. Aspira a un ambiente más sano, cordial y armónico, no porque quiera sentirse más poderoso que otro; pero porque no desea ser víctima.

Un dato que quiero destacar es que la pandilla, a la que defino moralmente indeseable y, por tanto, como un grupo de riesgo, frente al término palomilla, no crece tanto como la segunda Si bien es cierto que la palomilla tiene una vida precaria y una organización casi invisible, los estudios sociales nos hablan sobre ella como un grave problema. Es, en este grupo palomillero, donde se acusa el fenómeno de los niños fugitivos, escapados o perdidos. En inglés, se les suele llamar runaway children. Cada año cerca de 800,000 niños en los Estados Unidos son informados perdidos y otros 500,000 aproximadamente están perdidos sin que sea denunciado. Algunos expertos calculan que la cifra más real de los niños que escapan de sus hogares cada año es 1.3 millones. Los niños fugitivos dejan la casa sin la aprobación abierta o tácita de sus padres o vigilantes. En algunos casos se sienten como deshechos, en invisible e inconfesado abandono; en otros caso, los padres los declaran claramente indeseables y los empujan a irse («push-outs»). Estorban. Niños y adolescentes tratados de ese modo no están satisfechos con su vida hogareña.

Hay niños que son las víctimas de las disputas por custodia y uno de los padres los «secuestra». Sólo un pequeño número suele ser la víctima del secuestrador ajeno a la familia («stranger abductions»). Lo que es indudable que la cifra de niños / adolescentes / niñas fugitivas es inmensa y que sus quejas siempre son las mismas: (1) en sus familias falta la comunicación; (2) sufren con sentimientos de no pertenencia y de rechazo (por no haber sido suficientemente buenos); (3) recibieron maltrato físico o sexual; (4) los padres les dan ejemplos de pleito constante y violencia; (5) tienen problemas con los padres, o padrastros o la parentela; (5) algunos en la familia les incomoda por su problema de adicción al alcohol o las drogas; (6) el niño fugitivo tiene un problema de consumo con el alcohol o las drogas; (7) no sabe enfrentar el sentido de pérdida de un ser querido (sea la muerte, el divorcio o separación de sus padres); (8) su hogar está padeciendo una gran dificultad financiera; (9) no quiere mudarse a una nueva área escolar ni separse de amigos inseparables; (10) será una madre soltera («teen mother») sin apoyo sin aceptación de la familia; (11) siente una fuerte presión («peer influence»), (12) está siendo atraído a las pandillas; (13) sin privacidad, invasión de espacios; (13) escapa de una institución custodiante que los retiene, entre otras razones.

Una organización que ayuda a estos niños tiene un significativo y, por cierto alertoso nombre, «The Street is a Brutal Parent». La mayor parte de las quejas del niño fugitivo apunta al hecho de que las familias en los EE.UU., pobres o ricas, pasan por problemas que lastiman a los niños y, en algunos casos, empuja al niño a buscarse otro lugar no familiar. Por otro lado, es un hecho fundamental que la soledad daña a los niños. Un hogar de crianza es aliento y expectativa de esperanza y consolidación para las mentes frágiles de los niños. Un niño puede sentir deseos de escapar de un hogar abusivo; así como de una institución que los tiene en custodia, sin en ésta no se cumplen sus mínimas espectativas de buen trato. Pero las palabras de volver a tener padres son como su miel, representan un renacimiento. Lawrence Adams, quien escribe que en el año 2006 habían 500,000 niños en el sistema de cuidado de crianza en los Estados Unidos, 123,000 de ellos disponibles para adopción, observa que a más se demora una adopción, por la falta de interés de la comunidad en hacerles partes de sus vidas, el niño sufre. Miles de niños huérfanos o abandonados (y que son adoptables) en el limbo significan «serios detrimentos en su autosentido de valía y en sus habilidades sicológicas y social». Lo que impresiona del comentario de Adams es que «Irrespectivamente de lo que oiga usted en la televisión y lea en los periódicos, nuestro gobierno federal no está intensamente preocupado con los niños del país. Esto se hace evidente en las contínuas reducciones al financiamiento para las escuelas y la falta de preocupación por el muy rectificable asunto de los hogares de crianza y su sistema, entre muchos otros»..

En este país, según estadísticas de 1996 de agencias protectivas de la niñez (cps), más de un millón de niños han recibido maltrato físico. Un 1.5% de los niños de la nación han sido víctimas confirmadas de maltrato. En el 77% de los casos confirmados, los padres han sido los victimarios y en un 11% de los casos el daño lo han producido otros familiares. Los casos de maltrato sexual son cometido principalmente por varones, mientras las madres y mujeres, en general, se expresan delictivamente con abandono, violencia verbal y desatención. Lo trágico es que más de 1,000 niños murieron por causa del maltrato en 1996.

Las estadísticas de 2002 indican que un niño o adolescente estadounidense muere cada dos horas por un arma de fuego. Nueve cada día. Desde 1979 a 2003, han sido 87,000 niños y adolescentes. Es más seguro ser un policía en servicio, tratando con el delito, que ser un niño menor de diez años en los EE.UU.. Un policía jamás sufrirá, ya que es funcioario bien pagado en nuestro sistema público. Pero, en la nación, hay más de 12 millones de niños que son pobres y, entre ellos, millones que están hambrientos o en riesgo de estarlo, a pesar de vivir en los vecindarios peores, casas inadecuadas o en el desamparo.

El maltrato y desamparo de la niñez no es sólo cuestión de los 581,000 que, según estadísticas del 2002, se hayan en el sistema de cuidado de crianza, o de los más de 9.2 millones que carecen de seguros médicos, sino que mienta el futuro y cada minuto del día. Uno de cada cinco niños en la nación es pobre y cada 43 segundos un niño nace en pobreza. Sólo uno de cada niños pobres recibe cierta ayuda de cuidado infantil a través de programas públicos. Al menos, 3.6 millones de niños provienen de familias trabajadoras que pagan la mitad de sus ingresos por hogares destartalados, bajo los estádares de habitabilidad, o hacinados por compartirse por varias familias, o ser demasiado pequeños para el número de inquilinos. Las agencias de beneficencia pública de la nación informan que cada día un promedio de 7,900 niños sufren algún tipo de malatrato o descuido y más de 2.6 millones, en vez de ser atendidos por sus padres, lo son por sus abuelos u otros parientes, instituciones u hogares privados de crianza.

En 1996, el descuido constituyó el 52% de los casos confirmados de maltrato. El descuido se define como no satisfacer las necesidades básicas del niños —lo que se incumple de muchas formas. El descuido material (más allá de los límites impuestos por pobreza) incluye no proveer de alimentos adecuados, ni vestimenta, albergue o supervisión. El descuido emocional mienta no satisfacer las necesidades emocionales, ni protegerlo de daños o peligros que puedan afectar su desarrollo infantl normal, en el área de su crecimiento sicológico. Esto incluye permitir que utilice drogas ilícitas en la casa; o servirle de tapachín si las drogas las consume fuera y no hace algo para evitarlo.

Uno de los peores y particularmente inconfesado por muchos padres es el que se comete contra el niño feo y, si bien en la escuela, éste pone cara a las burlas, cuando más duele, es cuando los priopios padres lo rehuyen e ignoran, cuando lo juzgan menos que atractivo. En el artículo «Unwanted Children: Parents Need to Accept and Love Their Ugly Kids», publicado AC Associated Content, se discute el problema: «Un niño está muy enterado de los sentimientos de sus padres y pueden detectar en sus expresiones faciales del adulto si es amado. Cuando un niño detecta que es visto como carente de valía, el mundo del niño se quiebra y tales piezas no podrán jamás ser reconstruídas... Los niños feos («Homely children») que no son amados se traumatizan por el rechazo de sus padres y comprenden que son vistos como feos. Los niños saben acerca de su apariencia a través de los padres sin que una palabra haya sido dicha; y hay padres que no pueden amar a niños que no son atractivos. Hay criminales alguna vez llamados Plug-Uglies que se hicieron tales porque fueron «homely» y emocionalmente maltrados por eso..Mcuhas personas que nacieron feas («that were born homely», sin recibir amor desde su infancia, se volvieron criminales por coraje ante un mundo que les trató como ciudadanos indeseados («unwanted citizens»). Ver

Si bien es cierto que la apariencia de una persona, más o menos poco atractiva, no decide cuanta bondad y sensibilidad hay en ella, ésta no es pocas veces el criterio para que se le rechace y ofenda. Hay que tomar en cuenta la cantidad de calificativos que puede sumar un grupo escolar, con actitudes homofábicas, para referirlas: ___. Si su propia familia no se exime de castigar verbalmente su persona, ¿qué esperar de los demás? No es extraño que en muchas pandillas, ya criminalizadas, la existencia del feo, socialmente castigado por sus grupos primarios, sea quien más deposite su enojo y su rabia. El prejuicio y el racismo latente de policías se concentra en estereotipar, con preconceptos, que la belleza del alma no tiene espacio en ese sujeto. Lo criminal se asocia a lo animalesco, a lo menos tierno y claro de una apariencia.

El año pasado, con el libro Kids with ADD and ADHD: A New Generation of Gifted Children Called Indigos (2007), Rob McCormick Jr., confirmó la curiosidad que despiertan en sus padres y en las autoridades escolares una clase especial de niños. Los niños-problema o problemáticos. En ocasiones se les nombra como altamente sensibles, «highly sensitive children» (HSCs); una personalidad que, según la neuroterapista Elaine Aron, la tiene entre 15% al 20% de la población. En otras ocasiones, su mención se hace como Spirited Childs, como es que Mary Sheedy Kurcinka prefiere al describir a tales «niños, que son más intensos, sensibles, perceptivos, persistentes y energéticos que otros». El término que los puso de moda, por primera vez, aunque en forma más compasiva, fue niños índigos, acuñado por Nancy Ann Tappe en 1982 y Savannah Thomas Arrigo con unas propuestas teóricas que asocian el color del aura a la conducta de los niños excepcionales. N. A. Tappe ha estado estudiando estos niños desde 1970. Doce años después presenta el libro Understanding Your Life Through Color, donde incluye el cálculo de que el 60% de la gente, con edades entre 14 y 25 años y el 97% de los meres de diez años, puede que sean indigos, de modo que hoy hay niños y adultos índigos.

Para muchos científicos, la idea del niño índigo como es defendida por los creyentes de que se vive una Nueva Era bajo los auspicios de la constelación de Acuario (tras la muerte del Pez, Cristo). como todos sus argumentos, son cuestionables o inseguros por falta de evidencia empírica. Algunos, como Sharon Jason, han dicho que las cualidades que se asocian al niño indigo, o altamente sensitivo, son interpretaciones arrogantes y egoístas de padres con ciertas conexiones filosóficas con las ideas de la Nueva Era, cuando se propalaron creencias como las relaciones sexuales de extraterrestes, ángeles y otros entes, con las criaturas humanas. Los noeristas describen a sus niños, altamente sensitivos, como Niños de Cristal o Niños Siderales («Crystal Children», «Star Kids», etc.), presuponiéndoles «un claro sentido de autodefinición y un fuerte deseo de que necesitan hacer una diferencia significativa en el mundo». Los noeristas y defensores de estos niños creen que pensadores independentes, en estado infantil, que prefieren hacer las cosas a su modo antes de cumplir, en rodillas, con las figuras de autoridad. Son niños empáticos. Detectan fácilmente, o se ponen a tono con los pensamientos de otros. Pueden ser muy armónicos o reaccionar en rechazo. Les atraen los asuntos relacionados a la espiritualidad, los misterios, los fenómenos paranormales y lo oculto, al tiempo que son enemigos de la autoridad incuestionada, dogmatizada y anti-convencional.

Richard Boylan, Ph.D., quien abogado por estos niños, y les llama Star Kids, niños de las estrellas, asocia a los genes de un visitante extraterrestre («Star Visitor») como donate al material reproductivo de una madre humana, completándose una ingeniería genética, pionera en su tipo que supone una misión deliberada del Visitante Sideral. La avanzada tecnología biomédica del Star Visitor ha sido capaz de alterar de la psiquis de nuevos niños. El Dr. Boylan que en la Tierra hay personalidades (espíritu-alma) y genomas reemplazadas cósmicamente por su equivalente de un Visitante Sideral («Star Visitor spirit/soul/personality»).

Pensemos, por de pronto, que tal teoría es una mera posibilidad especulativa y el sistema educativo no tiene por qué convalidar los hallazgos. Centrémonos en el hecho más concreto que hoy es conocido como los «HSCs», con necesidades especiales. A estos niños están asociados ciertos diagnósticos siquiátricos: e.g., Attention Deficit Hyperactive Disorder (ADHD), Attention Deficit Disorder (ADD), Obsessive-Compulsive Disorder (OCD) y tambiém autismo. La escuela pública no está preparada para tratar con este fenómeno de los niños problema, sea cual sea el nombre que se les asigne. A muchos de estos niños se les receta uel estimulante llamado Ritalin para que puedan funcionar normalmente en la escuela y cumplir tareas rutinarias. En la medida en que su existencia y especial condición se han enfocado de modo diferente y en sus escuelas se aplican metodologías especiales, se ha comenzado a admitir que los niños hipersensitivos (HSCs) se inclinan a la sutileza, la reflexión profunda, pero se excitan y agobian fácilmente. Estas cualidades harían a esyos niños muy listos, conscientivos y creativos, pero si tienen por padres a unos equivocados, ignorantes y negligentes, y por escuelas maestros hostiles e impacientes, son los niños que se comportan vergonzosa y tímidamente, o se descontrolan

«Muy pocos padres y maestros entienden por qué se manifiesta esta conducta y como resultado –nos dice MacCorminck, Jr--, a menudo los HSCs son malcatalogados como excesivamente inhibidos, temerosos, o melindrosos, o se le clasifica como niños problema. En muchos casos, con los síndromes deficitarios de atención. Sin embargo, si se criaran con la debida comprensión y cuidado, los HSCs no serían más propensos a estos problema que los niños no sensitivos y crecerían para ser adultos felices, saludables y bien adaptados».

Elaine Aron, la autora de The Highly Sensitive Child: Helping Our Children Thrive When the World Oveerwhelm Them, coincide con los números que calculan y publican Tracy L. Morris y John S, March, los editores de Anxiety Disorders in Children and Adolescents, cuando escriben: «Pediatric anxiety disorders are among the most prevalent forms of childhood psychopathology, affecting approximately 20% of children and adolescents at some point in their lives...» [«Los desórdenes pediátricos de ansiedad están entre las formas más prevalentes de sicopatologías de la niñez, afectando aproximadamente al 20% de los niños y adolescentes en algún punto de sus vidas»].

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