El veterano senador federal de Arizona, John McCain, tendrá 72 años de edad, si resultara electo, al tiempo de su inauguración presidencial y $31.5 millones de dólares, en la mano, para llegar a la Casa Blanca. Tácticamente, un hombre de derecha, héroe de guerra que, en ciertos asuntos, es capaz de cruzar las banderías de partido. Unos de los pioneros en la defensa de legislación para cuidar el ambiente del «calentamiento global». Defensor de los veteranos y los heridos en guerras para quienes propuso la ley, ya aprobada, «Dignified Treatment of Wounded Warriors Act» que da un aumento salarial del 3.5% a los militares estadounidenses de ambos sexos y todos los rangos.
Por CARLOS LOPEZ DZUR
Sin embargo, pese a la confianza de McCain, a cinco meses de la contienda que tendrá con su rival demócrata, él escasamente cuenta con el 29% del electorado latino que expresa sus simpatías en las encuestas. Barack H. Obama iba en la delantera con el 62% de la intención de voto del hispano, según la encuesta Gallup de mayo.
Para estas elecciones del 2008, los votantes latinos pudieran representar tanto como el 11% del total del electorado de la nación, un alza del 6% respecto a las elecciones del 2000, según John Zogby. En California, la participación de los latinos en el Super Martes casi ha duplicado sus números desde 2004. Es una fuerza capaz de decidir el resultado final de una elección. Los números se traducen en poder, si este sector vota y reacciona.
PUNTOS DEBILES DE McCAIN: Ante los electores hispanos, según informa Los Angeles Times, el punto más desfavorable de McCain es su visión estrecha, inflexible y feroz del problema migratorio. El latino lo percibe como un anti-inmigrante dentro del círculo típicamente conservador de los republicanos. Y la verdad es que, según avanzan los meses y una vez que Obama acabe de definir su agenda para los latinos, McCain mostrará su verdadera cara, el antiimigrante que es. Por de pronto, corteja el voto hispano y se ampara en el terreno seguro de la aureola de moderado. Peter Wallsten, del personal de L.A. Times, nos recuerda que la imagen de McCain ha sufrido a causa de que ha renunciado a muchos principios moderados que ante sostuvo en materia de inmigración y que lo hacían simpático ante los hispanos. La careta se le cayó durante el proceso de las primarias del GOP. Sus movimientos han de ser, en lo sucesivo, crear una distancia entre él y la Administración Bush para que el electorado no piense que él es una continuación de Bush, 4 años más de lo mismo.
En la revista Vanity Fair, el premio Nóbel en Economía, Joseph E. Stiglitz escribió: «The economic effects of Bush’s presidency are more insidious than those of Hoover, harder to reverse, and likely to be longer-lasting. There is no threat of America’s being displaced from its position as the world’s richest economy. But our grandchildren will still be living with, and struggling with, the economic consequences of Mr. Bush». [Los efectos económicos de la presidencia de Bush son más insidiosos que aquellos de la de Hoover, difícil de revertir, y más proclives a ser duraderos. No hay la amenaza de que Norteamérica se desplazada de su posición como una de las economías más ricas del mundo; pero nuestros nietos continuarán viviendo y luchando con las consecuencias económicas de Mr. Bush». Ver
(1) Ya no se trata del McCain, patrocinador de una legislación que abría el camino a la ciudadanía, «a path to citizenship for most of the nation's estimated 12 million illegal immigrants». El McCain de ahora es uno que afirma que la prioridad del gobierno es la seguridad de las fronteras. «Government must focus first on securing the U.S.-Mexico border before dealing with illegal workers». Una plataforma sobre inmigración que pida cumplir con la ley de un modo que se produzcan deportaciones masivas es capaz de llevar números sin precedentes de latinos que votan por primera vez y a sus familiares aliados a las urnas. Quienes entre ellos fueran conservadores republicanos, bajo la premisa de que este Partido está por valores familias, tornarían su voto en rechazo. Frank Sharry, director ejecutivo del National Immigration Forum, lo advirtió al decir que es «incompatible que se vote por quien, por un lado, pide el voto por razones de unidad familiar y valores cristianos, y por otro lado, manda a los agentes migratorios a tu vecindad y deporta a los seres que amas, tus parientes». Para ejemplificar, recordó que la ambivalencia de McCain entre ofrecer unas protecciones verdaderas contra tantas medidas antimigratorias en el Senado Federal lo aleja del electorado hispano. «McCain candidacy alone cannot guarantee Latino support this November».
(2) Un segmento de latinos más o menos reducido vota por nominados republicanos. Se identifican como el bloque latino conservador («conservative Latino voters»). Ese bloque está más dividido que nunca. Un informe de Pew Hispanic Center el año pasado destaca el hecho de que el 44% de los votantes hispanos registrados opina que el Partido Demócrata plantea una preocupación más legítima por su comunidad, en contraposición del 8% que percibe tal preocupación por el bienestar de esta comunidad en el Partido Republicano. Y, a pesar de tan reducida base latina en el Partido Republicano, opina Marcela Sánchez, columnista de Washington Post, lo que hace el GOP es ahuyentarlos. En sus palabras, desmantelando su ilusionismo republicano, «the respect that has some Latinos reconsidering their flight to the Democrats».
(3) McCain aún no entiende que el tema de la inmigración es para los latinos el asunto más crucial, «the most important or one of the most important issues in deciding their vote». Esto se ilustró en 2005, cuando una legislación de castigo, propuesta por el jefe del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, F. James Sensenbrenner, inspiró que millares de hispanos marcharan por las calles en oposición a su propuesta. Al encuestarse un año después, antes de unas elecciones regionales en 2006, se halló que uno de cada dos electores latinos opinaba que lo llevaría votar el asunto de la migración y que sería con el voto que castigaría los anti-inmigrantes de la Cámara de Representantes federal. El nombre del Sensebrenner se convirtió en un símbolo de la insensibilidad republicana.
(4) Muchos republicanos admiten que la economía va de mal en peor. La tasa de desempleo es la más alta en 22 años. 7.4 millones de norteamericanos sin trabajo. 7.3 millones de familias perdiendo sus hogares. Mes tras mes hay pérdida de empleos; la guerra de Iraq debilita los ingresos de la nación. Y el veteranísimo senador McCain es el único que no se entera y dice: «The fundamentals of America's economy are strong. We're the greatest exporter, the greatest importer, the greatest innovator, the greatest producer, still the greatest economic engine in the world» [Bloomberg Money & Politics, 4/17/08], todo está mejor que hace 8 años atrás. Sin embargo, en la euforia de defender lo indefendible, si algo es cuestionable, es que Bush, su jefe, no es bueno en economía. Véase lo que recientemente dijo:
(5) McCain no provee a Norteamérica un incentivo especial de historia. «A pivot point in history», como dice Ted Anthony, escritor de asuntos nacionales de Prensa Asociada. Pese a su carácter, el de un hombre, con el vigor y la energía, para imponerse un desafío como el servicio a la nación, a su edad, y seguir una vida activa, es Obama (como pudo ser Hillary Clinton), quienes dan a Norteamérica este momento histórico. Ted Anthony lo describe de este modo: «Los momentos históricos tienen que ver en todo con la historia — tanto con lo que ha sucedido en el pasado como en el instante o la era cuando las cosas cambian. Y cada uno de los principales candidatos este año están profundamente conectados con algún aspecto desafortunado de nuestro pasado y con la urgencia de avanzar... Para Barack Obama, es la tradición americana de la discriminación racial it — y finalmente superarla. Para Hillary Rodham Clinton, ha sido la desigualdad de — y la promesa de que una mujer puede verse en la Casa Blanca».
(6) McCain, después de 22 años de servucio en la Marina de Guerra, es un jactancioso guerrerista. Bush, Cheney, Kyl-Lieberman y él con acordes con el uso de la presencia militar para amedrentar a Irán; coincidieron en dar a la administración Bush la autorización para atacar a Irán, extendiendo la guerra en Iraq. Contrario a Obama que introdujo una resolución en el Senado aclarando ante el mundo y la nación que no fue un acto del Congreso el que diera la susodicha autorización para atacar a Irán, McCain descarta la diplomacia regional de Obama como ingenuidad y falta de experiencia en asuntos internacionales. No hay ninguna garantía de que los republicanos puedan comprometerse con el agresivo esfuerzo diplomático que es necesario para crear estabilidad en Iraq y los países del Oriente Medio. La mentalidad de McCain ya es consabida, desconfiada por el mundo islámico, incluyendo Iraq, Irán y Siria. Obama, sin duda, ofrece una oportunidad de reconciliación y ha expresado que aislar a Al-Qaeda entra en sus planes, así como hacer seguras las fronteras iraquíes y proveer apoyo financiero para la reconstrucción de Iraq. McCain sólo sabe echar cortinas de humo sobre este asunto y seguir preservando una doctrina de imperialismo económico, político y militar, a través del intervencionismo violento.
(7) Dedicación a la guerra: Si uno analiza el aviso televisivo Safe de la campaña de McCain es obvio que es un hombre obsesionado con con la guerra. Quiere ser visto como un héroe de Vietnam. «I was shot down over Vietnam and spent five years as a POW». Es la memoria de los sufrimientos bélicos lo que define una emoción que se place en la venganza. Obviamente, la guerra no es algo para hablar románticamente de ella. Odia la guerra cuando ésta no es dentro de su país; pero la justifica como una aventura de intervención. La guerra de Vietnam es una de las guerras criminales de los EE.UU, contra una nación pobre que luchaba su soberanía y autodeterminación contra un sistema colonial europeo. Contrario a su pretensión de que de la guerra no se debe hablar fraudulentamente, es éso precisamente lo que él hace al decir: «And I know how terrible its costs are». ¿Sabe los costos terribles quien justifica que los EE.UU. utilice $3 trillones del dinero de los contribuyentes para atacar a Irak e imponer un sistema de pacificación allí? Pura demagogia y emocionalismo. Y aún propone más: Ofrecer más de 25 pagas especiales y bonos que alienten el reclutamiento militar y la retención en el sistema de servicio militar; $4.0 billones para vehículos resistentes a bombardeos, MRAPs; Construir 5 buques de guerra y financiar los submarinos de la clase Virginia; en fin, armamentismo, aperturas e incentivos para sus amigos en la industria para competir «for the billions of dollars that the Department of Defense spends on contract services», como dice en uno de sus discursos... Ciertamente, toda esa retórica suya sobre la guerra contra el terrorismo es bazofia fraudulenta.
(8) McCain es un «bushista-pro-rico»: McCain tiene un expediente de votar por las políticas administrativas y una y cada una de las posiciones de George W. Bush, Jr. en un 89% de los casos. En 2007, su alineamiento partidario se ejercitó en el 95%. En materia de recortes presupuestarios, su posición es hacerlos permanentes. En cuanto beneficiar a las clases pudientes, aunque a los menos afortunados se los lleve el diablo, es inconsecuente y partidista.
McCain votó a favor de un recorte presupuestario por $60 billones que benefició a familias con ingresos de $100,000 o más al año. «The tax cuts would follow equally drastic cuts in spending on programs vital to working families». Quienes han analizado estas políticas y el apoyo de McCain a las mismas concluyen que McCain favorece en materia fiscal el beneficio de «the Wealthiest Americans at the Expense of Working Families», a expensas de las familias trabajadoras. [Republican Presidential Debate, MSNBC, 1/24/08] No en balde muchos norteamericanos le describen como «un pretencioso cristiano y patriota, insanamente deshonrando la cultura cristiana y la regencia de la Constitución», «a Neo-Conservative puppet, Insane McCain» y ésto considerando sólo sus desempeño y experiencia en tareas tales como: (1) Sacrificar la riqueza y la sangre americana para el solo beneficio de Israel; preparar junto a Feingold legislación para supreimer (2) la libertad de expresión, (3) su promesa de ocupar a Iraq por 100 años y mantener cautiva a Afghanistán; (4) McCain-Leiberman manipulando la legislación de control de armas de fuego, (5) permitir que se pierdan los empleos en los EE.UU. y que se exporte a la China la tecnología estadounidense y (6) su casi nulo papel correctivo en las irresueltas crisis del cuidado de la salud y el Seguro Social.
(10) La riqueza los vuelve címicos: Sin contacto con la realidad del pobre, Cindy, la esposa de McCain, se da el lujo de gastar $35,000 en un sólo vestido. A McCain se le olvida que tiene 7 viviendas. Y su jefe político, George Bush, se atreve presumir que no es multi-millonario, no como un gesto de humildad, sino como forma de esquivar preguntas necesarias. Durante n coloquio en Kirkwood Community College en Cedar Rapids, Iowa, Bush se excluyó de llamarse millonaria su fortuna personal: «If you can't raise enough by taxing the rich, I am from the not-rich. That's all of us». El y la Primera Dama Laura Bush ostentaron ingresos por $822,126 el año pasado, pero sus activos generadores de ingreso, según Wall Street Journal, pudieran llegar a $18.9 millones.
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Bibliografía
Marcela Sánchez, «Will McCain Bring Latino Voters Back to GOP?». WashingtonPost.com
Ver
«Fundamentals Of Our Nation's Economy Are Strong». Real Clear Politics.
Ver
«John McCain: Fundamentally Wrong on the Economy», en: FoxBusiness.com
Ver
Chris Isidore, «Nation's economic pain deepens». CNNMoney.com
Ver
Ted Anthony, «America: At the edge of history once again?». AP
Ver
Dan Froomkin, Washington Post, July 21, 2004; WhiteHouse.gov, Remarks by the President in 'Ask the President' Event, Kirkwood Community College, Cedar Rapids, Iowa, July 20, 2004
Mark Silva, «Obama vs. McCain: Study in contrasts», The Chicago Tribune. Ver
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