Tuesday, July 29, 2014

EL MEJOR DE TUS BIENES / Del libro Heideggerianas




EL MEJOR DE TUS BIENES

(La poesía)… sitúa al hombre en la zona de las supremas conquistas y, a la vez, lo tiene en el ámbito de la caída abisal: Martin Heidegger, Conferencia de 1937, en: «Hölderlin y la esencia de la poesía» «En este sentido la poesía, a través del ciframiento de lo esencial, se torna una práctica más peligrosa que la filosofía y la ciencia, registros que, por lo general, se desviven por la captura del sentido y la resolución de la aporía a través de lo dicho»: Martin Heidegger

 1.

¿Cómo qué cosa serías, Padre del Espíritu Libre?
si ya no quisiste ser Mar Cerrado,
sin toroidal modelo, chorrito de semen
falocéntricamente seco y vaciado
por medidas caprichosamente dadas?
(ah, jódase «lo dado»;
su ontología es abstrusa encrucijada).
¿Dónde quedarán tus juramentos
por este y aquel negocio,
bajo el muslo, y sobre tus Textí-Culos…
si rompiste una hegemonía de milenios
con la advertencia: «Soy el más peligroso
y el más inocuo de los bienes,
rigor y bondad atemperadas?»

Si declaras «rompo el sintagma metafísico»
del dualismo de mundos, o jódase el ‘ontos’
(pretensión de querer que uno sea “verdadero”,
lo otro  “aparente” y engañoso), ¿acaso dispones…
que es hora de morirte? ¿Pasar el mando
al Caos, o acaso nos fundas
una Ciencia Jovial, gayal de regocijo,
en que ya la ‘cosa en sí’  cedió su lugar
de mundo verdadero, y advino
como lo mejor de gewissen Relativismus /
cierto relativismo, der Sturz / la caída
en la objetividad positivista?

Ya muerto Tú, o en agonía,
por este grande acontecimiento
¿se nos exime de llamarte la Absoluta Idea,
kantianísimo Nóumeno, padre Dios,
amo y creador del relámpago aquel 
que, desde la Luz y el Trueno. nos Habla?

¿A dónde llevar la extrañeza y el sentimiento
que nos diera interioridad, si desde hoy
se modifica subjetivamente lo que antes sentimos?
Nos arrojaste fuera de la Nube masturnadora
de Tus Protecciones, puñeteaste la última extrañeza
y nos echaste Tu Semen al rostro?
… ¿y es realmente que has muerto
o que quieres morirte? ¿o es que se abre
un espacio para que tengamos aurora?
¿Tendremos que no verte, de modo que veamos
asombro en nosotros mismos, gratitud
en nosotros mismos, regocijo, expectación,
para el ocaso de los viejos ídolos y las viejas
Tablas de Valores, ahora que se trastoca
lo que antes creímos y no valdrá lo que digan
los muertos y los dioses idos?

        2.

Antes, en la vieja metafísica, quienes mejoraron
la Humanidad también se castraron
y se negaron ellos mismos a expresar el gozo.
Uno tras otro se dejaron impregnar
la cara con Tu gratuito absolutismo,
les orinaste el alma a cada uno, los cagaste
con tu semen que marca la energía,
Tu Semen dominador de Amo Creador,
fecundador de todos los siervos y transmisor
de la Mana en sus culos… ahora:
¡qué responsabilidad creadora pones
en la criatura, abres la Mar y da las llaves
para que se abra la supraconsciencia…
Tu profecía de una venida en tu reino
se cumple cuando activas el potencia
a que seamos tus miméticos aprendices.
Y ejecutemos una orgásmica réplica
de tus maromas y masturbalias gratificadoras
hasta cumplir con la conquista y dominio
de lo inútil  y mostrenco.

Estoy feliz y tengo miedo.
Inventaré nuevos sentidos para la existencia
acostado y en rijo sobre matriz perspectivista.
Nunca antes ha estado el “mar tan abierto”
Y sus muslos separados y yo bogante
y con remos y el nihilismo tan claro
ante mis ojos que avergüenza.

El poema creador, la interrogación
de cada gran preguntante reitera el gran peligro
y la habladuría acusa con saña inusitada,
hoy de veras no odia, la enconamos
y viene con las armas de la asfixia.
En nuestros fueros se depositó
la pregunta fundamental y más olvidada
¿sabemos quiénes somos ahora?

Si emprendimos la lucha por saberlo,
lucha de captura  y contra capturas del sentido,
¿será posible que nos hagamos cargo
y que el sin sentido nos lleve al naufragio?
… y ponga en juego, el mejor y el más peligroso
de nuestros bienes, la experiencia poética.

     3.

« … a través de su obra el poeta logra instaurar lo que realmente permanece: la pregunta por quiénes somos. La poesía nos trastorna existencialmente al confrontarnos con lo irresuelto. Tal es la insoportable peligrosidad que implica el lenguaje poético, y lo que explica su carácter inofensivo y terrible a la vez: un habitar lingüístico traspasado por la ambigüedad y la incertidumbre».  Lucas Soares, La muerte de Dios
¡Ay, cómo los impávidos son!
que matan de ese modo! y no siendo tontos,
se acobardan, traicionan, sin estar en peligro!
Les falta inocencia de poetas, preguntarse
quienes somos en rigor que Dios /
el Absoluto ignorado / el viejo Déspota 
nos dio su confianza / su Chesed y Gevurah /
y nos dijo: Sean ustedes ahora
como los dioses organizadores y solitarios
que se fueron; tengan mi lugar y microcosmos.

¡Cómo son! Con abrir la boca a tiempo,
habrían puesto al desvalido a salvo,
habrían concertado a quienes organizan
el socorro, la defensa, el altruismo,
pero son agresores pasivos.

Y no hay guerra que no tenga a uno
de ellos en su horizonte: allí,
son como el cómplice, el cobarde,
el que pasa de largo, el silencioso,

Mas se le entregará una parte de la guerra.
A quien sembrara la brisa inconmovida,
que le llueva, que del obsoleto viento
de su cobardía, tenga clara y reciba
la tempestad resultante.

Venga al luto: coseche el agosto
perjudicador del saldo amargo.

[...]

16.     EN TORNO A MARTIN HEIDEGGER
Y LA DECADENCIA DE OCCIDENTE

«Deinós es el adjetivo que mejor le cuadra al lenguaje poético: peligroso, temible y maravilloso a la vez… Creo en el poder de la imaginación para rediseñar el mundo, para liberar la verdad que vive dentro nuestro, para contener la noche, para trascender a la muerte»: Lucas Soares


Como si tuviera  por nido el buen Cuidado
de un ambiente ideológico, no una nueva derecha:
conversé sobre La decadencia de Occidente
y hablé de Spengler y de Heidegger,
que vio en la Cura un sentimiento originario,
constitutivo del ánima occidental.

Creí que había que llevarse por custodia
de tradición la autoridad de una voluntad
de futuro y deshacerse de lo siniestro a dentelladas.
Que en tu pequeño grupo, selecto,
estaban los virtuosos de la tierra.
Y no los ganapanes que sólo se procuran
una falsa seguridad, dizque el Sorglos liberal,
una comunidad privada para su refugio
y su cura y cuidado. La Sorge.

Lo creí y practiqué como el devoto
que descubre aforismos de Kama
o ‘máximas sobre el amor’ de Vatsiaiana.
Creí en el Sino, en el marzo amistoso,
en lo Santo del Obispo, en lo devoto del claustro,
en la Capilla, en las rodillas peladas,
en el bautismo que limpia, en tus februalias.

... pero vi a los mercaderes en el templo
y los porcentajes más nimios de Tu Mundo
(la burocracia autoritaria)
comiendo de las grosuras de abundancia
(el 60% de los pobres del planeta
mendigan su 5% de miseria y producción)
y, por su queja, los menosprecian,
los empujan, los exilian.
¡Los matan!

Y ya no quise más esa migaja unitaria
de mentira, tu robo, mi apuro, tu síntoma,
el supremo instante, tu causalidad
transformada en situación violenta,
mi legado, mi objección al destino.
¡Tu capitalismo!

Desde entonces, no creo en tus clases dirigentes
ni en las panaceas de vitrinas de progreso
dejo perdidos los sutras y, por poco pierdo,
la cama y el deseo y el kama-sutra
que con nombre tuyos y templos se levantan.

Ahora ni creo en la ideología humanitaria
que promociona tus luchas contra el hambre
ni tus donativos para las modas de altruísmo.
No creo en la dignidad humana
que se promete al salvaje, al jodido, al analfabeto,
al indio, mientras se le aniquila y tortura.
Tu unidad de humanidad es mi despojo
como ser identitario.

Tú me desapareces, me matas
con cuchillo de palo,
con un beso en la mejilla de tu boca.
A tus crucifijos, talismanes, fetiches sacrílegos
de prostitución e idolatría universalizadora,
matriz ideológica de mi propio etnocidio,
me tienes en tus manos, me desapareces
del mapa, dices adiós con mi cadáver
a diferencias más honestas con el mundo.

Ahora: ¿quién habrá que asista,
con ingenuo confianza a los cursos tuyos
sobre la cotidianeidad o la “Sorg-losigkeit”,
si son ausencia de cura. De la Sorge
que refuta la praxis sangrienta de lucha?

¿Qué es entonces el suelo primordial
para justicia, si de la praxis,
se transforma en Ur-praxis / theoreín
y  posibilidades de ser dadas a priori
en medio de un vacío, que no tiene cuidado
ni misericordia...  ni conducta fáctica,
económica para el hombre que vive.
si a la miseria y la opresión
hay que llamar por fuerza del apriori
vivir, ser-ahi, donde nos parta un rayo...

         15 Junio 2011

 Tomado de Esteticas mostrencas y vtales.
ps. 299-201


*

Homenaje a Martin Heidegger


... Lo expresado es precisamente el ser-afuera: Martin Heidegger
El habla es el destino mal descrito
y la palabra su premio más desnudo,
la crisis, el soluto...


Sin embargo, siempre está el hostil vecino
que grita a las raíces y no quiere
que revienten los retoños en clamores.


Cuando paladeas delicias y sangras el espacio
con tu dulzura sólida, el modulador acecha
para obstruir las ondas de tu imaginación
y lucrar con tus vibrantes maravillas.


Sediento de tósigo, confunde sus prudencias
de isocracia con el Ser y sus letargos.


      2.

Por el quién del Dasein,
por alcanzar la ninfa que huye
como voz interior de la consciencia,
vuelto-a-sí, puesto en su lugar,
el poeta paga el precio y deja el rostro
transido a bofetadas y el que ajusta las cuentas
Zurückholen
le atropella en sueños conocidos
donde el Uno se conjuga.

Para ser-sí-mismo, el Quién del hombre
oye a quien se ha desoído y se desoye
en el ir a oír, Hindhoren al Uno.


      3.

La habladuría es la comprensión que ha perdido su raíz: M. Heidegger
Al Pastor se inventa sin habladurías,
se lo esconde con gritos cada vez
que se invocan las ovejas.
De modo que los rebaños son símiles oscuras.
huellas ya borradas de borregos.
ínfulas del poder-ser que no-ha-sido
porque el hombre no ha terminado
de inventarse todavía.


La orfandad del habla,
rasera y seducida por los oscuros
marasmos de las declaraciones,
se evidencia en el barrio,
donde se mata un verbo a cada hora,
donde en la esquina de una calle
se vende el alma por la boca
y se sueña con polvo
para drogar las enunciaciones. 


Y el peor calvario del vírgen adjetivo
es salir de noche y ser violado
en la esquina donde manda la pandilla
que, en su pensar como presentación,
decae en la representación de su caída.


¿Qué dirá la indefensa metáfora
ante la intimidad desesperada de las vírgenes símiles
cuando la destroza, sin piedad, la habladuría?


    4.

A veces uno sacude el coxis demasiado.
Camina, baila, despasea, vaga y recula
con pura cáscara,
con mecanismos a la mano
y fastidios ordenados
y niega el placer a la sombra,
quieta y muerta, al parecer,
del fondo de los mares.


Pero, para la sagrada misión
de lo exceptuado, para la escapatoria
(hacia la roja víscera de la hada durmiente)
está la mano prostituta del poema,
la sabrosa salvaje que hace a los sesos
su delicia y conforta con tranquila inducción
de oxitocina la corva navaja,
la afila de tal modo que se monda sola y se babea
como morronga chipocluda
y escupe lo que el molino tiene que decir
para la harina, el bollo blando de pan de canelón
(que es duro, por más levadura, que lo amase).


¡Qué terapia después del urbano paisaje
tu calle de manotas, qué terapia
a los ojos llenos de polvo e imágenes comunes
que estés ahí, sedienta de polla,
sin otro apetito visual
que tu agarrada de bolas,
tus ónticas deudas traducidas a pivote,
palanca para voltear el mundo!


      5.

Suerte que eres ilícita.
¡Y qué rico es estar a solas con tus uñas
tendidas —a yemas— sobre mi ombligo
como táctiles estrofas
y tu lengua que gana mirtos al alba
cuando chupa, tus labios que son dos estrellas
bajo el estómago que secan la vía láctea!


¡Vale la pena dar par de limosnas
a tu eterna cochambre de musa
y dejar que metas musarañas con el ápice
de tus colmillos afilados de víbora
en lo profundo del sol que vas babeando
para que la punta del capullo pierda el nombre
y de la rabadilla final, callejón sin salida,
salga un poema, texto seminal, desconocido!


    6.

¡Ahora sé por qué bucean los sapos
y los cocodrilos y por qué duerme
en la rana —el útero divino!
Chotéame, de punta a punta,
hasta donde el sol no quema:
la gramática diaria del ajoro,
el sudor y la fatiga.

Entra por detrás y por debajo
hacia el túnel del cráneo
bajo el piojo y la grasa de lo externo.
Y aplica manos santas, dedos tenues.


     7.

Suerte que ella es ilícita
y gusta de la fantasía de la frontera:
hallarse en aras de beneficencia
en el downtown inframundo.

Darse un cartel falso de loca y menesterosa
para sincerarse con rufianes y mendigos,
con hambrientos de ella, con ladrones,
con exilados sin comunicación.


Y aplicar sus manos ligeritas de ratera,
sin hablar lengua de culpa
ni masticar más rumor que gorgoritos
por su lanzada boca mamadora...


¡Qué señora la palma de sus manos
cuando nos mira sin trusa de homo habilis
y nos grita: —Respira, desténsate, goza,
mono bruto, jorobado, sin pañales
y seamos crudos, verdes, medio-chiles,
felices, naturales, ricos en potasio
como pulpa de plátano!


¡Ay, qué piruja más coñosa,
qué perrada de soluto se aprendió de memoria
para soltar mi trapo y el suyo
en un masaje de Eros tan sabroso!


Ahora me gusta el mar profundo
con el peso de las olas hecho dedos, labios,
víboras que se agitan
sobre arrugas mal cicatrizadas
y superficies de derrumbamiento en mi ser!
Ahora sé que hay olas imprevistas,
con olor a yodo, pero saladas de vida.


      8.

A las ganikas...
Yo, el sediento de realidad, pregunto
por el sabor de tu entrepierna
admirada socialmente, inocultable,
manifiesta, ganika, por ganicas de tí.

En esta geografía, se escribe con deseo
y se purga la condena de no verla
cuando la ganika no va.


¡Qué pura realidad, prostituyente,
sin salvación, sedienta de más gozo
en la corteza y vesanía!


Sanar la corte de la culpa
al mirar hacia el mons pubis 
antes que a sus ojos
que son grises, grandes, caprichosos,
objetos de religare y superticio,
porque somos prebenderos de oficio.


Yo, que escribo del topos uranus
para halagarla y ser cortesano de su deseo,
ella, por ser silueta cavernaria de meleé,
estamos en apuros.

La corte sana a todo el mundo,
excepto a ti, ganika.


Nadie te quitará la lengua suelta,
la pierna en asta,
la almohada debajo de la espina,
el magisterio de godear a gordiflones,
a los calvos y promiscuos,
sin normas selectivas.

Tienes por tribuna los exordios de la romería,
la perecta salud de los orgasmos
y cada año, cada hora, por los siglos,
se te busca para quemar el malhumor
en las carnestolendas.


Los mequetrefes se olvidan tan pronto
que los hincaste ante tus pantas 
letales ¡por placer a escondidas!
aunque ahora parezcan, arrepentidos,
castigados por culpa
bajo siglos de moralidad
y prestigio cultural.


     9.

a las jineteras de La Habana

¡Qué ganicas, guajira de brillarse
la hebilla y bien vivirse sobre ágiles
guachinangos de la costa!
Da grumos verse el asta revolucionaria
ya que terminas de bordar en las macetas
las franjas de los muros, con tus vellos musgos
y verdes escamas.


¡Qué malecón para aguantar
sin gritar viva la zafra, la molienda
de la boca chupadora, qué ganicas,
guajira, de venderse y de comprarse
porque la calle está dura,
la patria jodida, la moña pelúa,
y cuesta tener pantaleta sin remiendo
y reloj y comer carne y llamar a Miami!


Te dan Jesús del Monte
sobre ágiles tiburones y caimanes,
se te quema la brava cadera, la ola,
y cómo remas, balsero,
y tu novia, tu hemana, tu madre,
cómo se jinetean para bloquear el embargo
con las nalgas y democratizar el placer
que parecía privatizado en el tabú
y la superstición burguesa...


... porque ya no hay que ser chusma
para buscar la esquina del turista:
¡se revuelcan guerrillas del ovario
desde ambiciones de maestras,
sociólogas, médicas, ingenieras y burócratas,
y amor y sobrevivencia se vinculan!


Del avantrén a la prolonga, se oye el grito
cuando se brota la clavija
y se empelma al fondo de las piernas
y un color de yagrumo se agita en el malpaso
de bullentes espumas y playas en girones.


Ahí va a caballo, la siboney alfalacuda
y el gachupín, de gran harina, que promiscua
dólares en polvo, por la sideral vía
de escroto-láctea-land...


     10.

Así es que nos matamos:
caídos en el todo-lo-entendemos
cuando apenas los ojos se nos abren.
Percibimos noveleramente, Neugier,
la hazaña vulgar del pistolero.

Así nos partimos la torre
decayendo: instrumentales
como mecanismos parásitos
de usura epistemológica.


7-6-1995
*

Su existir fáctico


... tuvo la mala suerte de tropezar en su curso terrenal con Hitler, creer, como los islamistas, que es posible encarnar política e institucionalmente la emancipación de los entes: Santiago Alba Ríos

Tú no me gustas del todo,
josefín en la Tierra de las ratas,
objetor de las zorras del estero.
Timonero de la historia, elegíste
oficio entre canallas, el exterminio.


No. No me gustas tan solemne
ni en Selva Negra, ni en el rito académico
con que hablas al silencioso y descuidado.
Exterminador, lloran ante tí
las ratas del Hebrón selecto.


Tus colegas universitarios.

En medio de las correrías del nazismo,
con sonido de trompetas anunciaste el Cuaternio.
Donde a las zorras les aplican candilazos,
ahí triunfas y te ufanas . Sabes callarte.


*

Oportunismo y elitismo


... la tentación totalitaria de Heidegger, su decisión de militante, y su pueril soberbia josefinesca, como indisociable del papel que otorgaba a filósofos y poetas en el alumbramiento de esa nueva humanidad topofánica que siguió defendiendo hasta la muerte: Santiago Alba Ríos

Avanzas, de allá para acá,
por ningún lado, ¿quién te vigila?
¿Don Nadie? ... callar tan inconexo,
para que no haya dudas y sobrevivan
los marcos estatales, con la identidad del ser
que dice y su verdad, la aletheia.

En trasiego de túneles y galeras de reos
ninguno que haya percibido lo que sientes.
No me gustas, tan enigmático, suertudo
en el Timón, extraviado, elitista, por no ser
ni en Rectoría clandestinamente zorro,
suficientemente rata.

(En presidios kafkianos no has pensado).
La angustia vendrá después y en aras
de socorro la llevarás a la boca como pan.

Otros, los perseguidos, ratas sin fe,
comerán, por mendrugos de seguridad,
la paz de simulacros y les sabrá a queso
el ente emancipado, el juego de espejo
y laberinto, vivencias postergadas.


*

El hombre económico


No me gusta la tonada del Temple.
Ni el chillón acomodo del silencio
que vino como eco. Al menos José
soñaba, josefín no. Este vive como vedette
de los equívocos, sin enunciar la visión.

Un proyecto futuro es placer verdadero:
el Hombre Económico y su canto.
A las vacas flacas les vendrá la abundancia.
Serán las vacas gordas, zorros con maña,
ratas despreocupadas, saciadas,
libres de estrés y el acondicionamiento,
quienes reconstruyan históricamente su Soluto.


13-6-1984
*


Temporalidad


En el mundo espaciado, cuento horas
y el giro circundante me recoge
en la detención de sus fenómenos y entes.

Y en el trajín de cargar con la caída,
con muertos dejados en los ojos,
con la orilla que pisamos, semi-vivos,
uno hace tratos-con la gana de esquivar
el recuerdo, o sus clamores,
o su no sé ni por qué...
¡matamos el ser más trascendente!

Y la llama cotidiana arde
queriendo entrar
sin quemarse en este abrirse,
llevar al acaecer su luz entre penumbras,
y la lluvia, el viento o la piedra son
como importunos tenderales
que dan sombra al lugar que no quieres.
El cadáver nos sigue, dentro y fuera.


2-12-1990
*

Werwindung


Werwindung, el modo como el pensamiento piensa la verdad del ser en cuanto destino o transmisión: la Metafísica, incluso superada, no desaparece: Martin Heidegger

Me hacen falta dos ojos más para mirarte.
Ojos que no sean metafísicos, oscuros de seidad
por los vértigos de artefactos que los comen
como come la tierra, sin aniquilar la nulidad de nada.

Te añoré tanto, Verdad, y, empero, mi canción entera
se volvió pedacitos, me perdí en los gorjeos
de la boca de Nadie y la verdad oculta del Ser.

Mi lira ya no tiene alas
(tan sólo módulo y medidas)
ni halla delicia restaurada de Tikkun
ni inspiración, su aliento.

La noche y el submundo se parecen mucho.
Son un espantoso cuerpo de Qlippah
satisfecho de su propia dualidad
forjada de oceánidas de carapacho duro.


Como en habitáculo cercado de condena.
el corazón se despasea, de extremo a extremo,
la esperanza está vencida por las dudas.
El viento fuera brama y temo.

A paso de tortuga, el aliento se levanta
de la Madre de las formas, Binah,
y mis ojos salen a las lágrimas.


Escapo de este viaje nocturno
de la Sabiduría, creatividad incondicionada
y la polaridad me atrapa en lo arbitrario.

Un ego palurdo en años soy de Yesod
y no encuentro el camino de Kether.
Señales confusas extraje de mares de Binah.


¡Como quisiera una ventana
hasta un trayecto hermoso, luz diurna
que abra el firmamento y en apofántica verdad
hasta un hallarme como soy, recién naciendo,
ante tí, con mi canción cimera, mi voz
abriéndose entre dos encarnaciones!


5-6-1993
*

Prosopeya del Juicio Final

La uva maduró y la langosta de rostro humano.
El caballo se apresura con cola y boca de dragón
y el granizo y la voz del Séptimo Angel gritan
ante el «para qué» de cada obra
y ante el «cómo» de la cotidianidad:
Hecho está...


El Gran Lagar de la ira
y la angustia no es ni fue ni será
en ninguna parte, no se ha visto,
pero su inminencia quiebra como patada de mula
la espinilla del Gran Encubrimiento.


El caballo bermejo quita la paz al mundo
cuando anuncia corrida y alarde de galope.
Con la nada, cada quien avanza
hacia la posibilidad extrema
Sein-zum-Tode, ¡estar-a-la-muerte!


¡Bienaventurado el que lee y el que oye las palabras
de esta profecía sobre la Noche Oscura
y la raíz de toda posibilidad, la Nada misma!

Su jinete trae la muerte.
El cuarto sello anuncia la primacía
óntico-ontológica del Dasein y la condena
ante este rechazo a todo preguntar originario.


¿Qué pasa con el Ser y su pastor
y su morir, posible imposibililidad de la existencia,
qué pasa con lo que está en la luz
y se muestra en sí mismo, como ente,
y con los fenómenos que nunca son apariencia,
aunque ésta, Vida-Cosa, se patente
como parte del fenómeno,
qué coños pasa, apocalíptico Juan?

Sólo donde hay muerte, hay resurrecciones
y sólo al matar las apariencias
se desoculta y se quita el engaño del aviso.


Mirad al Fiel y verdadero que juzga,
entre el humo de pozos de oscurecimiento,
a la gran ramera; miradla, uva negra,
coco seco, ángel caído,
a quien con hoz aguda segará...

Ay, por la VendeSIDA entre las benditas!
¡ay, por la vieja cerrada, frígida zorra, ay,
por los aspérmicos neo-Nazis de la erótica,
que son sus amantes y cómplices plutócratas
del tipo Jerry Falwell, Donald Wildmon, Pat Buchanan,
ay, de ustedes, policías contra lo auténtico!
¡ay, por la gorda vulgar, tucho del ghetto,
Roxanne en la pantalla de la tele,
Humberto Luna,
por la radio ¡de peluche!
ay, hecha de mierda
ay, por los mediocres raseros,
distancias y medanías!
¡ay, por la Madre blasfema
que solidifica la huída cotidiana
y divierte al Ser en habitualidad
para evitar la primera resurrección de la palabra
y el preguntar originario
y el elegirse y el ganarse
sin perderse en la falsa propiedad e impropiedad,
ay, por la publicidad y el olvido.
¡Ay, del Decaer!


Hijo del Hombre, enviado del Lagar de Ira,
adviene, sé-en-el-mundo, con tu éxtasis señero.
Despréndete del clamor que viene desde sí
y, sin embargo, sobre sí y contra sí,
sin nada que informar o enunciar
o dar por alegato, que no sea
el silencio y habla de desasosiego.
Bajad al llamamiento, perturbador.
¡Falta que hace un clamante de tu talla!


      2.

El descubrimiento fáctico es siempre, por decirlo así, un robo:                             Martin Heidegger

¿Dónde está ese ausente, carajo,
sin idiotismo condecorado y sin adorno,
ese valiente?
Un redentor, al que nadie espera,
porque es ladrón de jerarquía
en los callejones sin salida
del sentimiento sin comprensión
y el escapismo con vanagloria.

¡Ese anacoreta incontaminado
que siente y comprende
y odia a los mogrollos
que bailotean sin danza!


¿Dónde, dónde está él,
al que nadie contempla
porque dejó la escena de esta lindura hueca,
a locas y a tontas sustentada por jotos,
publicistas, cholos y rapados,
nacos y billetudos,
prosudos del acceso democratizador?


¿Dónde guarda su botín
el descubridor de los entes intramundanos,
dónde persevera lo descubierto
contra el parecer y la desfiguración?


     3.

Que gire como trompo,
que rote el eje de la evolución cósmica
con antrópicas ganas de matar y morirnos
y despierte a Kundalini, si es que puede,
ya que tal vez sobreviva alguna vírgen ovulante
y haya una esencia fundamentadora
de la posibilidad: libertad...
en esa estancia abierta del útero.


Que venga en forma de palanca de Arquímides,
de tolete marca diablo, Príapo faludo,
vara mosaica que traga víboras
y tiñe en sangre las aguas de intriga y poder,
de crueldad pomposa de miel y megalomanía.

Que venga el moscardón y el aguafiestas.
Que comience a desvirgar a las canijas
y no quede Cosmopolitan girl sin su parchada.
Que se acabe de una vez
el romanticismo de hopalandas
y la teología lujuriosa
que se esconde en valores puritanos.

Que venga el rompe-esquinas,
sin cobros de sofomanía,
con pulgas por bolsillos,
con dientes por cartera,
y se meta entre las piernas
de las golfas contentoñas.
Que las coja confesadas
por Cristina Saralégui
y Ophra Humphrey.

Que venga el Gran Verdugo al riserío
y la bullanga de tanto payasismo cultural.
Desciende, perro, muerde sarna.
Llégate al Punto Omega, vulva adentro,
en favor de este calvario de pruritos.
Las viejas en bruto están papando moscas.
Consagran sus imágenes de tronga cosiéndose
las tetas de teflón y curándose el espanto
con purgante de yocol y uña de gato.


En rosas-telenovelas,
han de cavar sus tumbas en vida
y agonizarán con ojos pelones mirando
a Guicho Domínguez y Verónica Castro,
burradas de muchas letras
y sofaldares y capítulos
y cuernos y besarracos
y faldas cortas y lagrimones...


¿Acabará, algún día, este circo
de estrellas de lo vano,
este espejo de ramplonería,
con que se víste al galán y al anti-héroe,
a filósofos de esquina
y escribidores de sopas Campbell
y teatro Proctor & Gamble
a falta de comprensión de sus útiles a la mano?

Tendrá que ser un perro con hocico,
una bestia con olfato que entienda para ladrar
y sienta para morder el comportamiento estante
en lo abierto hacia los entes...


4.

La interpretatividad pública retiene al Dasein en su decadencia: Martin Heidegger

No. No. ¡Puede ser una hiena!
Baja, hiena. ¡Déjate ver, demonia!
Mira a estos payasos de las calles
creyendo tener un corazón bajo la guanga ropa
y dos bolas de granito por timbales
y son puro gesto retorcido y ademán de campana,
sin tañido, sin canción, sin designio.


Coquetos de cabeza rapada, neo-bocones,
asimétrica colmena de gorgojos,
¡ved lo que vendrá!


Establecida será la promesa, córam pópulo.
Si la enunciación representa la cosa tal como es
y hacia lo patente como tal el Dasein se comporta,
¿tendremos que creerles?


¡Así que lámelos con tu lengua rasposa, desocultadora,
en medio de estos falsos comportamientos diseñados!


¡Que muestren el cobre las doradas Thalías
y las Doñas parisinas del hipódromo
y que relinchen como burras sobre el heno
y felices marías en los establos!


¡Qué importa que tengan tatuajes en el culo
o aretes en las entrañas, uñas negras y pezuñas!
Te sobrarían los colmillos para morderlas
y el olfato para desocultar
lo acordado por sus cómplices...


Búscalos donde quieran que se metan
porque son más cobardes que las sabandijas.
Desbarata las ilusiones de su metafísica.


Descodíficalos y verás que Don Nadie
les construyó su escondite en el tugurio
lo mismo que en salones de oropel:
patéalos, hija mía, con saña de Karate Kid
insúltalos con llamadas de Pacific Bell
apendéjalos con ternura Downy
manda a Rambo y, desde Total Recall,
a los Ninja Turtles y las Vomiting Vipers
y que se persone cada títere de humo
y cada mequetrefe de virtualidad disparatada.


Que se diviertan con rap y radio-bemba, sí, pero...
atosígalos con Rush Limbaugh o Pancho del Rancho.
¡Y que mueran en el Lagar de Tu Ira!


    5.

El solver en el hallarse es más original y profundo que cualquier conocimiento: Martin Heidegger

Estoy en la estacada del exilio
con patuco de misa y de misericordia.
Que sirva de preludio y bienvenida
al que se echará la albarda de venir
como buey suelto y bien lamido
donde nadie lo llama,
el modo cotidiano del soluto.

Estoy entre rajputas de Los Angeles
en el día que grandes lluvias se desatan.


¡Vieja hiena, me imagino, que te orinas
sobre los cráneos de esta bola egomaníaca
de brahamanes y sus treinta y seis castas
descaradas que -pro domo sua- 

promiscuan
con la raja del rajá
sobre el kâya del sambhoga!

Derrama el alúd,
sepúltalos entre musgo y fango.
Ha muerto Sharon Tate, Vietnam aplaude
el perdón, la Flor ecologista,
sin napalm, sin My Lai,
el humo marihuano, el Op-Art 
y el canto beatnik...


Puja el granizo, ángel de la séptima copa
o la séptima trompeta o el séptimo reposo:
porque el amor que no entiende el dolor no es amor
y donde no hay asombro no hay inteligencia
y lo acordado no se deja aprehender
como vivencia ni como sentimiento.


Estoy entre místicos de baraja y pandereta.
Oigo que leen las palmas de lo oculto
y consultan oráculos.
Walter Mercado les deifica los tatuajes
inconscientes y junguianos, desde líneas
de siquismo y aquelarres de pazguatos
sibilinos y oráculos del ano.

Estos charlatanes van al templo
de lo admitido por el uso en cada caso
y en la residencia abierta de la erranza
siembran la sombra como luz
y la verdad como convenientia
(por supuesto, en lucro cobrada).


¿Y dónde está el desmentidor con su navaja
y el estrangulador con sus manos salvajes?
Hay que callar la concordancia
del adequatio intellectus
con otra oscilación de la penuria
y otros todavía-no,
llenos de bronca
y posibilidad
y vela
y sobrepujo.


Aquí, en esta democracia dominguera,
el tecno-sonsonete que idiotiza
con la banda siniestra de Los Machos
y la Sonora Show a la diestra...
¡Cállalos, patarata timbirichera,
aunque mueran las orejas quebraditas!


Por rencor a la otorragia, asesinen al General
y a Locomía, a Chalino Sánchez y Gerardo,
a estos temerarios, a estos barrio's boys,
a estos dictadores de la mafia disquera
entre mojarras, todos sombrerudos
con rascuaches voces
y folclórica sosera vendida, a troche moche.


Que jeringuen a los monos y a las ranas,
a las moscas y a las bacterias, macarena:
ya chala hasta la piltra el canturreo de los gangosos
y los ojitos verdes y la escotada bragueta
y el desparpajo de la voz letrina
y la bronquez del canto.


   6.

Lo que tiene historia hace historia y determina en el presente un porvenir:        Martin Heidegger

No se puede escapar a la historia
que reviene deyectándose.

El que viene con garrote de profeta
para temporar el ser-ahí con el hoy efectivo
del ahora y la conexión vital de lo todavía manifiesto,
irrumpe hasta al conexo de acción 

con sus copas de destino,
pero no cante victoria el que habla de pasados muertos
y revoca lo que repercute en el hoy, lleno de miedo.


No se jacte el que predica el progreso
y la réplica de la posibilidad.
Hay un destino con-los-otros
y con el propio Dasein enardecido.


*