LOS PINTORESCOS / TIPOS PINTORESCOS / PEPINO / / ¿POR QUE ES IMPORTANTE ESTUDIAR / RESCATAR DEL OLVIDO 'Los Tipos populares, Folclóricos y Pintorescos'? [1] / PRIMEROS COLABORADORES DEL PROYECTO / DEL HOMBRE PINTORESCO, INCOMODOS JUGLARES Y SABIOS RETROGADOS / PERSONAJES DE LOS '40, '5O Y 60 / CRONOLOGIA / PEPINO / COMERCIO
INCOMODOS JUGLARES / SABIOS RETROGADOS: MONOGRAFIA SOBRE LOS TIPOS PUEBLERINOS
Por CARLOS LOPEZ DZUR
El investigador y poeta Fidel Sepúlveda
Llanos (1936 - 2006) contribuye a que identifiquemos, valoremos, preservemos y
difundamos «el uso y beneficio social de las diversas manifestaciones que
constituyen nuestro patrimonio cultural, en especial de aquellas referidas al
patrimonio inmaterial, y en la comprensión del rol protagónico de las personas
y comunidades en la identificación y significación de lo patrimonial como
acervo y construcción social colectiva, integral y dinámica que, constituyendo
una herencia de generaciones que nos han antecedido, son valoradas ,
apropiadas, vividas y enriquecidas por las personas y comunidades en el
presente, con vocación y voluntad de proyectarlas para el futuro y para las
nuevas generaciones». [1]
Se interesa en la noción de Paideia [en griego παιδεια, educación] y el amañamiento que viene por
el afán acceso a la esencia misma del alma (Ethos), para una etapa de formación,
con su solverse cotidiano, Ha de darse mañas para sobrevivir, adquirir su
gramatica parda o luminosa. Desde este fundamento de la condición humana
se vive y pervive. Bildung', o lo que adquiere
como formación libremente en cuanto puede, es el 'amañamiento'. Hay, pues, una
educación sinceramente sentida y buscada y que, por tanto, se hará el mensaje
que él o ella da, aunque carezcan de la plena y rigurosa Paideia como los
'cultivados' y 'civilizados'. Este sujeto que llamaremos el Tipo / con rol
folclorizado / tiende a ser un viej@ / sabi@ / por los años vividos / y
retrógrad@ por su aferramiento nostálgico y la testarudez con que teme a la
torsión ética que lo descalificaría. Además, ante la técnica occidental que
constituye la época en que «reina el máximo olvido y
oscurecimiento del ser, es decir, el máximo peligro para el hombre», se incomoda. No
cabe. Sufre. Se sdiente despojado der sus viejos altares y como que se acusa no
ya no saber.
EL PRESUNTUOSO EN EL FOLCLOR: Resumiría aquí lo que
hasta ahora dijimos sobre el espacio
empático donde
el hecho y la persona del folclor surgen. El espacio empático es
imprescindible, como sitio natural y cultural de aprendizaje y formación, del
Tipo humano o el evento que se focloriza. Para que haya folclor, de cualquier
tipo, el espacio empático provee un diálogo, un atestiguamiento público, una
crítica constante de la novelería, en que no falta un choteo verificador, pero
que nunca llega a ser escarnio. Se alimenta de cierta complicidad y tolerancia
de la persona, aunque haya comicidad y/o excentricidad en sus posibles
anécdotas y evento folclórico que lo asocia. Es humano que al viejo sabio
le falle la memoria o la habilidad por la vejez.
A menudo el espacio empático / formativo /
de los atestiguadores / crece y asocia a otros. Novelerea equívocamente como si
quisiera recrear sus fronteras y predominar sobre la persona que es tipo
pueblerino, metiendo a todos en el mismo asunto. Entonces, los parentezcos son
evocados en el espacio de empatía y aplicados arbitrariamente con quien no
encarna un Personaje Típico. Por ejemplo, Ñito
Cubero,
carpintero, buen guitarrista en sus ratos libres, persona seria, era popular
por ser sobrino de «Don Funda», el padre del Gringo
Cubero, a
quienes hay asociadas anécdotas de intenso folclor. Mas no califica por esencia
con una categoría pintoresca propia del folclor. [2]
Entre los pepinianos asociados a folclor,
se ha alegado que está Sinforoso Vélez Arocho. Mas haber sido «el
primer soldado recluta puertorriqueño del US ARMY y combatiente en la 1ra
Guerra Mundial», no le hace personaje folclórico ni pintoresco. No reclamaba
'heroicidades'. Dice el Dr. Torres Feliciano: «Ni
él mismo hablaba sobre haber sido el 1er soldado en servicio de los EE.UU. en
Puerto Rico.... Un gran hombre y buen vecino nuestro en Tablastilla, vivio casi
100 años y nadie le conocia como personaje tipico del pueblo» [op. cit.].
Otro compueblano que sólo compartía, dentro
del espacio empático, la tendencia a folclorizarse y ser choteado con un apodo
humorístico fue Anacleto (Cleto) Arvelo, a quien se le
nombraba como Cleto Cuatro Esquinas. «No
era personaje típico del pueblo. Era comerciante con tienda de todo tipo de
mercancia en la calle donde vivia Hernán Sagardía, exactamente donde William
Quiles tenia la farmacia. Era un hombre serio y bondadoso». Tener una tienda, en
cada una de las cuatro esquinas del pueblo, fue la razón del bautizo como Cleto
4-Esquinas. [3]
Es característica del espacio empático
llevar un registro dialógico de lo que fue primero y tenderá a desaparecer,
i.e,. la carreta y la persona del carretero. A la carreta la sustituye el
camión de recogido o carga o la guagua de pasajeros. En este renglón, habría
que considerar a uno de dos italianos que se hicieron populares en el Pueblo de
Pepino. La novelería centró su curiosidad en la persona de Eleuterio
Bottari, alias Don
Bottari,
quien desde el primer decenio del siglo X, fue «el
primer chofer de carro público en Pepino, viajando ida y vuelta 3 veces al día
hacia Lares (tiempos en que la carretera era terrible y cuando llovia, se
inundara). Se tardaba el dia en esos 3 viajes», contaría el padre de uno
de sus pasajeros (Torres Feliciano, loc. cit.). Lo único que haría foclórico a
Bottari, padre de Calín y Luisa, sería su origen italiano y marcar una transición
revolucionaria en el transporte. Su carro fue el primero en ser visto en pueblo
y campo en nuestra aldea. Don Eleuterio Bottari inicia la etapa en que
habría que verse la carreta como un transporte en vías de extinción en la vida
comercial y social. [4]
El espacio empático perpetúa la memoria de
otro italiano, quien bien juzgado no fue hombre peculiarmente folclórico;
tampoco el único extranjero que conviviera en el Pueblo. Este fue Ferrante, ganadero y
agricultor, fue amigo de Don Cecilio Echeandia, quien también se dedicaba a lo
mismo. En la finca de Ferrante, «se manufacturaban
dulces de frutas que cosechaba y disecaba, enlatándolas con mieles de
varios sabores; y quesos blancos que exportaba a USA y a Europa». Es descrito como «un
tipo de buen semblante y muy gregario, así como su hijo Bambino». [5]
La moral de trabajo es cualidad que se
valora en el espacio empático y que trasciende hasta el hecho y anecdotario
folclórico. Consideremos el caso de Chalo
La Mancha, pregonero
y dulcero que, con artesa bien decorada sobre a cabeza, al vender sus
dulces pregonaba: «¡Llora, llora nene pa'
que te compren dulces sabrosos!" El manufacturaba su propia
mercancia. Vestia muy bien. Torres Feliciano le describe: «Era
un tipo alto y blanquirojizo, místico y luminoso».
También, como curioso dulcero y pregonero,
fue el hijo de Polo Castro, maestros de Pepino.
Ambos, padre e hijo, tenían espíritu de vendedores. Los dulces que vendía Rey
Castro se
los compraba a su padre. Contrario a los arriba mencionados, donde el buen
semblante y la actitud emocional iba pareja a destrezas sociales de
convivencia, Rey Castro mostraba cierta
retardación mental, explosivos ataques de histeria al pensar que se le quería
engañar con el pago de la mercancía o el temor a las avispas. El Pepino le
recuerda como Rey, el Bobo de Polo Castro. Y ni bobo ni
disfuncional lo era. En condiciones normales, sin tensión, era muy simpático y
se enamoraba a lo adivino de niñas escolares.
SABIOS
AMAñADOS: Repasaré
ahora el concepto heideggeriano de amañamiento. Dice Heidegger que
«el ser descansa sobre una profunda vocación ética en la medida en que aspira a
auspiciar el surgimiento de una nueva relación con el ente en su totalidad». O,
lo que es lo mismo, a crear un estado de situación y nuevo Ethos que renuncie
al afán de dominación, inautenticidad y competencia, que aumentan su zozobra
[6]. Sabio el que busca ese espacio en su empatía, en su dimensión original, sin despotenciarse por presunciones y malas mañas.
Nos referimos al espacio empático no sólo
como «el lugar de residencia esencial del
hombre, es decir, su Ethos» (Heidegger), sino como el donde se
prueba la calidad de persona que se es, el marco para su análisis de
conciencia. «El rasgo esencial de la existencia humana
en su anhelo por tocar la dimensión originaria del Ethos». La humildad es
necesaria en este estado formativo. Existe el que falla. Se despotencia y
desvalora. Esta es la historia de Nico
Chavito.
Desde éste espacio empático del Tipo, es
que sufre las implicaciones éticas de su comportamiento y la presión de la
facticidad social, su pobreza y su éxito, la intensidad de su aceptación y su
rechazo por la comunidad en que ha nacido. En el ethos de la culpa sufre; por
la depotenciación de la subjetividad moderna «que
cuestiona la soberanía que ésta se atribuye a sí misma», que genera los
vicios y las ofertas tentadoras, [7] sabrá si el alma que forma su paideia es
humilde, En la peor, de las acepciones, la del sujeto seco, merecedor de verse
bajo el humus, el espacio lo prueba. Hubo un serenatero en el Pueblo de Pepino
que como tal fue aceptado: pero el Serenatero
Nico Chavito manifestó «una
torsión de la ética» en su vida. Un retrotraimiento que no pudo echar
luz sobre la existencia del ser, amenazado por las drogas, al punto de situarlo
contrariamento en el habitar deseado, que fue el espacio empático.
Dejó su historia, malamente amanada en el ethos,
en una frase: «Este es un pueblo cagao. Yo no quiero que me entierren aquí».
Conté su historia en un cuento que resume su vida [8]. Sobre Nicolás
González es que la carta de Joaquín Torres, en mi Archivo, alerta: «Nico
Chavito, casi a las puertas de la muerte, cuando le dijo a su esposita
'dominicaina': 'Aqui, en esta tierra de cocodrilos y salamandras, no me
entierres. Hazlo en Aguadilla, a los pies de aquellas mareas; aunque me
arrastren los marullos y las orcas mas humanizadas me acariciasen el culo». [9]
En este enfoque hideggeriano sobre la
esencia del folclor es útil conocer 'qué' estaría implícito en el término Bildung / Formación / tal
como Heidegger lo utiliza y lo primero es el'acto
formador' (ein Bilden) que «imprime, o impone, a la cosa, un
carácter o rasgo, según el cual ella se desarrollará, pero al mismo tiempo,
conforma, constituye, a esa cosa, en relación a algo que se llamará o erigirá
en el 'modelo' (Vor-bild)» y, a partir, de
este modelo comprensivo o de portación, se exhibirá públicamente la verdadera
Paideia que el Sujeto Pintoresco ha anunciado con su conducta, ya que es movido
por un acto formativo que «atrapa y transforma al alma misma para hacerla
apta a esta percepción de las cosas tal como son». [10]
Y las cosas del mundo, en cuanto a cómo
son, y la forma concreta que incide en éste / sujeto incómodo / el incómodo
retrógrada en nuestro tiempo es esencia de todo ente sometido y submitido a
voluntad de poder y oscurecimiento de su ser. Por esta razón, digo que los
tipos incómodos / estorbos anti-metafísicos en una sociedad que no quiere
juglares y nadie que capaz de mentar la 'ausencia
de ser', a
ellos se les relega al olvido.
Ejemplifiquemos esta tensión o incomodidad,
pero con pepinianos que si han entrado al corazón colectivo y honraron el Ethos y la Estética de la
Sabiduría Popular.
AMAñADOS
POR DISTORSION PERCEPTIVA: En el espacio de empatía, visto como unidad
psíquica, etiológica y etnológica, donde se adquiere 'ethos', las personas
articulan auquellas«carateríticas que nos hacen humanos (creatividad, toma
de decisiones y autorrealización» (Rogers), a fin de
afianzar la dignidad humana y protejerse del amañamiento en el camino de la
educación, El amañamiento negativo / reinterpretante / conducirá a confundir la
libertad con libertinaje o interpretar equívocamente lo amenzante o los rigores
de la ansiedad, que proviene de lo externo.
El espacio
de empatía es como el espacio de guerra, en el que el Yo (quien soy
realmente) accesa un Yo ideal, «lo que tal vez la sociedad pide que seamos». A
mayor empatía recibamos, más las que devolvemos o reciprocamos. En las
relaciones de la persona, hay dos direcciones de amaño: laintrapersonal (la relación con nosotros
mismos, saber auto-querernos, para que, en el examen interior, seamos humildes,
calmos) y la interpersonal (la relación con los
demás, con la reciprocamos, con el asomo generoso hacia los demás). No importa
cuán humildes y pobres seamos, la humildad es la magia que atrae y seduce como
la flauta de Hamelin. Torres Feliciano, sicoanalista, aplicó la noción de
'atracción' de la fábula de los Hermanos Grimm a la descripción de un personaje
pintoresco de Pepino. Sobre Pelo'e Rata dijo: «Era
flautista y aglomeraba gente mientras tocaba. 'Pelo 'e rata' debido a ser
flautista como el de Hamelin que atraia gente como si fuesen las ratas y por
tener el cabello gris abultado y reseco». [11]
Carl R. Rogers estudia que el amaño / que
instruye o desorienta al Self (al Yo) / incide sobre «la valoración orgásmica
de las necesidades y recepciones de recompensas positivas»; pero el Yo armónico,
calmo y humilde, puede sufrir de incongruencias. Esto es lo que es llamado la 'incongruencia
de Roger', o
más adecuadamente, la neurosis de estar desincronizadi de tu propio Self y del
Ser ideal, del Yo soy y Yo debería ser» [12]
Vistos desde la perspectiva de la Teoría
de Rogers, en
estos amaños y distorsiones, pudo verse la presencia en el espacio de empatía y
comunidad Nico Chavito, Marco el Loco,sobrino de Polo Castro y
el pirotécnico Carlos el Soco. Descrito por Torres
Feliciano este último, dice: «Carlos
El Soco perdió su brazo pescando en el Lago Guajataca con 'Cohete de Bomba'.
Tenia mucha chispa. Vivió en Chicago. Se las daba de Dandy. Vestía muy bien y
decía ser conocedor de todo tipo de mujer: 'Esta voz ladina sabe conquistar, y
cuando el de abajo me traiciona, el soco entra en acción'. Años luego, se dio a
llevar niños a la Iglesia Presbiteriana los domingos. Dejó el alcohol para
siempre». [13]
EL
AMAñO ETICO DEL YO-IDEAL: Dentro de lo posible de su espacio,
el atestiguador y quien novelerea como vecino el fantasma el folclor y de
una Etica originaria, [14] el tipo
pintoresco expone su simpatía. El borrachín Marco
El Loco, quien
era laborioso en sobriedad, trabajaba como pintor de brocha larga. Estas
observaciones sobre su conducta son interesantes, reflejos de
incongruencias: «Como alcohólico caia con ataques de
pataleta en medio de la carretera. Para los días de la Guerra de Korea, se
vestia de Kaki como los soldados, y salia calle por calle, saludando al
vecindario. Compraba el uniforme usado, en la Plaza de Mercado». [15]
En torno a Bernardino
Sánchez,
hay historias que apuntan a explicar su Yo-ideal:«Siempre
enchaquetao y perfumado, destaca 'pero soy humirde, y soy el Barbero de los
ricos». [16]
Era un creyente en el espiritismo doctrinario kardecsiano, y del valor descrito
por el amar al projimo. La ansiedad de la distorsión perceptiva lo hizo víctima
y sobre ésto hay un cuento incluído en mi libro El
pueblo en sombras. [17]
____
NOTAS:
[1] Fidel Sepúlveda Llanos, «Patrimonio,
identidad, tradición y creatividad». Centro de Investigaciones Diego Barros
Arana, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile (DIBAM). Santiago.
Chilem 2010 y El valor de la solidaridad en la cultura
tradicional. 1987 Arte-vida,
folklore, identidad latinoamericana. Revista Nuevamerica n°12. Buenos
Aires. Argentina.
[2] Carta
personal del Joaquín Torres Feliciano. Archivo 2013.
[3] Homenaje
a Anacleto Arvelo / 4 Esquinas, en: Carlos López Dzur, Epica
de San Sebastián del Pepino (San Sebastián, Ed. KoolTourActiva,
2013), ps 137-142. Ver texto en la red
[4] Sobre el primer chofer del
Pepino, el italiano Don Bottari y la pintoresca hija
suya, la bella Luisa Bottari, he incluido estampas en varios de mis libros.
Ver: Como una amazona,en la red: http://carlos92701.tripod.com/bottari.html
Además: Carta
personal del Joaquín Torres Feliciano. Archivo 2013. En
una de estas escribe sobre Ferrante y Bottari: «Me
parece que los dos italianos vivieron como cualquier parroquiano accesible en
los espirales de la época. Uno triste, pobretón, y resignado, y el otro en las
cosechas del éxtasis que le traia la fortuna. No sé cuan especial pudo ser
cualquiera de ellos para tener el privilegio de ser enlistado en ese rollo de
personajes iconográficos del 'pueblito cagao' que refirió Nico Chavito, casi a
las puertas de la muerte, cuando le dijo a su esposita 'dominicaina':
'Aqui, en esta tierra de cocodrilos y salamandras, no me entierres. Hazlo en
Aguadilla, a los pies de aquellas mareas; aunque me arrastren los marullos
y las orcas mas humanizadas me acariciasen el culo».
[5] Ibid.
[6] Para el exitoso amañamiento, a fin de
entrenarse en la sabiduría quelo amaña, se aprende a jugar con el advenimiento.
Según Heidegger, «Ereignis es al mismo tiempo
unEnt-eignis. El advenimiento,
adviniendo y para poder advenir, se sustrae». Vivir sabiamente es advenir y
sustraerse. El terreno de la sustracción es la ética, el habitar del hombre en
medio del ente en su conjunto, en cada época histórica, en cierta disposición
afectiva fundamental y. en particular, la que se corresponde con su Espacio
Empático. «El advenimiento de la disposición
afectiva fundamental propia del nuevo Ethos proviene del destino del ser y
no puede ser forzado por el hombre». Cf. Teoría
humanista de Rogers,en: El Rincón del Vago, en:
[7] Juan Carlos Tealdi, Director, Diccionario
Latinoamericano de Bioética (UNESCO y Universidad Nacional de
Colombia, 2008), cita de Mónica Cragnolini (Argentina) y de Javier Luna Orozco
(Bolivia) sobre el concepto de consentimiento comunitario. «La
realidad ampliamente diversa de los grupos que conforman lassociedades humanas,
de acuerdo con características genéticas propias de su raza,
idiosincrasia,cultura, religión, lengua y medio geográfico en el que habitan
es, de por sí, un tema que debería llevar a un análisis mucho más profundo de
las nociones de consentimiento que han venido aplicándose en la práctica
médico-asistencial y en la investigación. Aceptar únicamente la definición
médico-legal de consentimiento informado (...) es una definición limitada que
no da lugar a considerar esa diversidad» (p. 223).
«De
Lévinas en adelante se observa «una urgencia para pensar la alteridad de
una manera más radical». «En esta línea de pensamiento, en la que el otro es
extranjero, es necesario pensar conceptos como hospitalidad,amistad y
comunidad, algunos de los modos actuales de mentar la alteridad. Hospitalidad
es un término que remite a Lévinas, y ha sido retomado por Jacques Derrida...
En Lévinas el rostro es la huella del otro, que inhabilita la posibilidad de
ser pensado en relación con un yo (sea por identificación, homologación o apropiación» (ps, 22-25). Ver
pdf.en:http://www.unesco.org.uy/shs/fileadmin/templates/shs/archivos/DicoParteI.pdf
[8] López Dzur, Nico
Chavito,
en el libro en preparación El pueblo en sombras. Cf. leer versión en
la red en: http://carloslopezdzur-carlos.blogspot.com/2008/09/nico-chavito.html
[9] Carta
personal del Joaquín Torres Feliciano. Archivo 2013
[10] Martin Heidegger acuña el
término “ética originaria” en la Carta
sobre el humanismo, pero se niega a dar pautas morales o de
conducta al «negarse a escribir una ética» o plantear la
adquisicón de una formación en términos del amañamiento y la estancia.
Asimismo, explica que, por acto formador, «se debe pensar la esencia del
lenguaje a partir de la correspondencia (Entsprechung) con el ser,
concretamente como tal correspondencia misma, esto es, como morada (Behausung)
del ser humano”, con la consecuencia de que, en todos lo casos, «ya se trate
del propio Dasein, del mundo, del ser,
de la palabra o de la técnica, es el paradigma sujeto-objeto el que debe ser
superado. La superación del humanismo es simétrica a la superación de la
metafísica: el hombre no es un sujeto, ni el ser un simple objeto». Vid; Luis
César Santisteban Baca, La ética del “otro
comienzo” de Martin Heidegger en: Diánoia, vol. XLIX, no. 53
(noviembre 2004), ps. 71-92.
Heidegger declara que el advenimiento de la
disposición afectiva fundamental propia del nuevo Ethos proviene del destino
del ser y no puede ser forzado por el hombre. El tránsito hacia ese nuevo
Ethos, u Otro Comienzo, es asimilado a la torsión o superación (Verwindung) de
la metafísica, como un mero dejar atrás el estado de cosas que ésta representa.
[11] Torres Feliciano, ibid.
[12] «En su última etapa, Carl R. Rogers
enfatiza la relación terapéutica como el único motor de mejoría del cliente.
Esta relación debe tener tres características básicas: la autenticidad (o
congruencia, el terapeuta debe ser sincero, sus no-juicios no deben ser
fingidos sino auténticamente sentidos, no debe temer expresar sus propios
sentimientos, sus propias debilidades; si no es así la terapia acabará
fracasando), la consideración positiva incondicional y la comprensión
empática... Desde estas posiciones se entiende que la conducta es
indeterminada, ya que, por uno de sus axiomas centrales, la persona es libre.».
Cf. Teoría humanista de Rogers, loc. cit.
[13] Torres Feliciano, op. cit.. En
torno al personaje de Carlos El Soco revise el cuento, que se integrará al
libro El pueblo en sombras, en:
[14] En torno al concepto de la ética
originaria, v, cf. del Prof. Jorge Acevedo Guerra,«Ética
originaria; Heidegger y la psiquiatría» (Revista
Observaciones Filosóficas,Universidad de Chilehttp://www.observacionesfilosoficas.net/eticaoriginaria.html
En su artículo se define «El sentido
fundamental de êthos no es, como se indica usualmente, ‘carácter propio’ o ‘modo
propio’ sino estancia, morada (Aufenhalt ), lugar del habitar,,, ética”
entendida como modo de pensar (que) tendría que apuntar en la dirección de un
meditar la estancia del hombre, el lugar donde habita o mora... El hombre
habita en la verdad del ser (Wahrheit des Seins), su elemento originario. Tal
verdad del ser fue denominada sentido del ser (Sinn vom Sein)». En Ser
y Tiempo (1927),
para referirse a lo mismo, se hablará del lugar (tópos) localización del
ser (Erörterung des Seins). «Lo que Heidegger denomina ética
originaria (ursprüngliche
Ethik) no es pues tanto un conjunto de normas o indicaciones para el buen
vivir, sino la estancia». Para fines de nuestro estudio sobre el folclor, la
ética al espacio de empatía induce, a lo que Gustavo Cataldo Sanguinetti,
llamara «el habitar poético». Y es principio que, «sólo hay mundo donde hay
lenguaje». Y este lenguaje está
ricamente amañado en mundo: «Todo lenguaje
poético, tanto en este sentido amplio como en el más estricto de lo poético, es
en el fondo un pensar. La esencia poética del pensar guarda el reino de la
verdad del ser... Poetizar es propiamente dejar habitar. Poetizar, como
dejar habitar, es un construir». Vea: El
habitar poético: La crítica de Heidegger a los humanismos históricos (Universidad Andrés
Bello. Santiago de Chile, en: THÉMATA. Revista de Filosofía.
Núm. 39, 2007), ps. 217-222.
El amañamiento positivo se presenta con el
fenómeno del Mitsein o coestar. Es por
lo que, aunque en desventaja educativo, el hombre o mujer pintoresca, busca
empatía, caer bien a la comunidad. No quieren ser asociales y las artes ayudan,
aunque pueden convertirse en instrumentos de información manipulados y
manipuladores. «A través de la distorsión perceptiva, discutida por Singer, se
incide en una torsión de la ética que se retrotrae a la dimensión originaria
del Ethos con la intención de superar su olvido».
[15] Torres Feliciano, loc. cit. Ver además
el cuento «Marco el Loco», incluído en: Carlos
López Dzur, El corazón del monstruo (Outskirt Press,
Denver, Colorado, 2001), ps. y en la red, en:
[16] Torres Feliciano, ibid.
[17] Ver en la red Los
tipos folclóricos de Pepino, el cuento «La
mosca muerta y el barbero» que formará parte del libro El
pueblo en sombras en:
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