Saturday, March 5, 2011

Excepcionalismo / Los civilizadores


Excepcionalismo



«I believe in American exceptionalism, just as I suspect
the Brits believe in British exceptionalism
and the Greeks believe in Greek exceptionalism»;

Barack Obama, presidente de los EE.UU.
En principio, creo que en toda persona
hay una sensibilidad, anhelo por algo superior
a sí mismo y lo que tiene. En todos, una curiosidad
y una inocencia que tarde o temprano se adormece.
No se crea el poeta ni el sabio el único sensible,
el único que no sueña dormido y el único
que observa el mundo, cuando su brutalidad
saca chispas al alma y enciende el desencanto.

Es un proceso largo, contínuo, gradualizado
éste que transforma la inocencia en añicos
y basura estorbosa para abrir la codicia
y el resentimiento y echar escrúpulos
de amor a las cloacas.

Es tan dura y camaliónica esa hazaña
que persigue y asfixia al niño,
al adolescente, al que crece, con imágenes
que no le pertenecen ingénitamente,
pero que te las sirven hasta en platillos
de plástico, o las tomas a mano pelada
para que dejes de tener la visión de mundo igualitaria
en la cual cada ser, aún los que pasan a la imaginación
como Barney el Dinosaurio y cada hombre,
sea especial y merezca su caricia,
su porción de abrazos, dosis confraternizante.

En algún momento, se pasa esa película
del excepcionalismo, que «yo soy el mejor
y tú, el pendejo, yo soy el sensible,
con grandes misiones y talentos, yo,
el que salvo y nadie es especial, excepto yo».

Van a decirte eso. Dicho asi, a sumirte
en juicios de competitividad rivalista,
en sectas de ego, para que enjuicies al prójimo
y lo imites, lo oprimas y te convenzas
de qie existe uno que será la Bestia,
Barney prehistórico
ante el dominialista que quiere ser
el dirigente del mundo, el único sensible,
el único sabio, el único idóneo,
e investido con grandes misiones
y la prerrogativa de todos los derechos.

04-06-2010 / De «La Revolución profunda»

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Los civilizadores

Cuando el amor se vuelve una mercancía
que se paga con la falsa moneda del desprecio,
entenderás qué es exactamente el invasor
que llega a tu playa, o se asoma a frontera.
O pretende que bajó del Cielo
coronado de plumas solares
o luces de colores.

En los mitos, los endiosan como aquellos
que instruyen sobre un amor que es mejor que el tuyo
o una libertad que es más profunda.
Lo primero que te piden es la tierra
(puede que oro, o cobre, o maderas
de tus bosques, o el litio que no sabes
ni para qué sirve, te piden adláteres
y hospitalidad, porque sus armas son más convicentes
que tu lealtad a lo tuyo, nadie en tu tribu
es tan generoso y tan puro como para darte
lo que ellos te ofrecen, dizque protección,
desarrollo y progreso). Puede que te pidan
las hembras de tu casa para forjar una raza nueva,
superhombres, los excepcionales que ayudarán
a forjar un imperio... pero, al final, descubres
que la liberación ofrecida ni es completa
ni auténtica. Es un espejismo por el que has renunciado
a tí mismo, a todo lo que tuvíste, que no has conquistado
la condición de apropación del capital divino
ni aquel naturalmente dado, que poco o mucho,
era tuyo... descubres que no eres dueño
de las materias primas y las herramientas de trabajo
ni la tierra a la que díste nombre tal vez en dialecto
que ya comenzaste a olvidarlo, tal vez hablarás
con otros rostros, que son trabajadores
pero que no te entienden...
entonces, entenderás qué es exactamente
el invasor y cúal ha sido su legado,

24-06-2010 / De «La Revolución profunda»

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Sunday, March 6, 2011 1:03 PM. Comentario de Alejandro Drewes, poeta, traductor y crítico argentino, a los poemas Excepcionalismo y Los civilizadores, en:

...señal deplorable de una autentica civilización de enanos con navaja, como la yanqui, con su eterno complejo de inferioridad respecto de Europa. No casualmente los Brits de pura cepa hablan de los yankees de USA como «las colonias». Y me pregunto por dónde andarán los Homeros, Platones, Parménides y Heráclitos de Yankilandia. ¿En alguna cárcel de la CIA, tal vez??

De paso, sospecho que para esta clase de «excepcionalismo» que invoca Obama... Aquí, no hay el menor apoyo ni fundamento. Muy otra cosa es la imposición de la fuerza bruta globalizada con sus hordas de matones asociados y el control y lavado de cerebros a escala planetaria.

Precisamente la época de oro de Grecia, es más que sabido, es la de las ciudades-Estado, la de la polis y la khora; no su etapa de expansión connatural a la pérdida de los estatutos de la democracia; y la dilapidación a tambor batiente de la herencia de Clístenes. ¡Nos libre Dios de los civilizadores!!

Un abrazo, y gracias por este nuevo poema. Aquí, donde parece que casi nadie lee ni el diario, sabes que cuantas con mi lectura siempre. Jens

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