FACEBOOK / CARLOS LOPEZ DZUR / COMENTARIOS SOBRE EL PUEBLO EN SOMBRAS / EN BARNES AND NOBLE / ORGANUM / A Julia de Burgos / LOS LIBROS DE CARLOS LOPEZ / SEQUOYAH / SMASH BOOKS / ICONOGRAFIA DE EROS / RAYOS POR CELOS DE TU CUERPO / CUENTOS SEDICIOSOS Y BOLIVARIANOS / EL PUEBLO EN SOMBRAS / LEYENDAS HISTORICAS Y CUENTOS COLORAOS
Como Marzo 8 es el Día Internacional de la Mujer, aquí un poema a una de las mujeres que más admiro. El texto se incluye en mi libro LAS ZONAS DEL CARACTER...
«Ya que parece que todo corazón que late por la libertad no tiene derecho a otra cosa que a una pequeña descarga de plomo, yo demando mi parte. Si me deja vivir, nunca cesaré de gritar por venganza»: Louise Michel
Para romper el hielo de mi conversación,
te digo que me lates un resto,
que yo no busco a nadie que no comprenda.
A ti puedo dialogarte, ¿sabes?
Una cosa que me gusta de ti es que eres clara.
Hay mucha gente con la mente dispersa, fragmentada.
Juegan a las adivinanzas. Te hacen perder el tiempo
con eso de hacerse misteriosas,
inasibles, pluscuanperfectas,
con rollos que no tienen sentido.
Creen que no ha llegado el tiempo de romper
los hermetismos, de señalar el Claror de la Montaña.
Pero tú eres directa y pagarías el precio
de equivocarte al soñar. Erras haciendo, activa
y eso me late. Sí. Tú me lates un resto.
2.
Sé que eres hija de una criada, bastarda,
pero aunque no te quisiera tu padre,
que no lo sé, te amaron tus abuelos,
te educaron liberalmente, consignada
a que seas valiente, decidida
y no los defraudaste.
Que seas la Virgen Roja me late
y todo lo que piensas y epigrafas
con tu alias de Clemencia, lo disfruto.
Bueno, aprendo algo que confesaste.
Aún el revolucionario, odiador y combatiente
contra opresiones, dará su espacillo a la misericordia.
La misericordia la merece hasta el perro
que está siendo apaleado y el caballo
bajo el látigo del jinete.
«El origen de mi rebelión contra los poderosos»,
dijiste, fue tu horror «por los sufrimientos infligidos
a los animales».
A ti confiaría sobre
el perro y el gato que más amo.
¿Ves cómo todas tus casas me laten un resto?
Supongo que mucha de tu ternura viene de observar
ambos lados de las cosas.
Al terrateniente Charles Demahis,
tu abuelo, debiste quererlo; yo conozco a bastardos
llenos de amargura, a madres solteras y pobres
que terminan siendo abofeteadas por los hijos,
pero tú amaste y ese lado misericordioso,
perdonador, lo veo.
Hay cosas que valen más que tenerse
lástima e ir por la vida, culpando a otros
de X amores negados, de X faltas de apellidos.
Cuando tu padre Laurent se casó dejaste la casa.
¿Para qué vivir junto a ellos: dos seres tan mezquinos,
tan distintos al abuelo? Ella, tu futura madrastra,
te dijo 'bastarda', pues mándala al carajo
o dile --gracias, pero es mejor no vivir un segundo
a su lado.
Hiciste bien, amiga.
Una madre como ésa será una permanente
pateada de culo.
3.
¿Sabes que más me gusta de ti?
¡Que eres apasionada, así como deben ser
los poetas de verdad! Yo, que como tú, he deseado
ser poeta, escritor o lo que sea, odio esa literatura
fría y cerebral que es como la gente fragmentaria
de la que te hablé, imposibles para el comunicarnos:
ellos ven el mundo haciéndose pedazos
y miran al cielo, se cuelan en el limbo,
y te juro
me cae tal cosa en los cojones.
Ellos no escribirán como Hugo,
Los miserables (es que a los miserables
los originan ellos, o son ellos mismos,
pese a su riqueza, miserables;
no escribirán El jorobado de Nuestra Señora de París,
pueden que vivan en París y no lo saben
y el jorobado no existe, nunca miran
al pobre y al deshecho.
Están en su mundo color de rosa,
en su miopía cotidiana,
en su cerebralidad de mierda.
No tú. Eres apasionada en lo que escribes.
Apasionada en lo que haces,
apasionada en tu labor de maestra,
apasionada al cartear a Victor Hugo o Paul Verlaine
o a tanto loco suelto que te gusta,
quiero decir, científicos y anarquistas,
alcohólicos y seres amados.
4.
Volviendo a lo que no me gusta del mundo,
sobre lo que merece cambio, es cómo
la gente con poder y estorban el libre albedrío
y a quienes no son meros seres caprichosos.
Otros a cada paso producen el capricho de quitar
la oportunidad a que otro cumpla con lo suyo
o el karma y dharma al que tienen derecho
y lacten por sus aprendizajes necesarios.
Cuando aprendo de tu vida, Luisa,
mujer que ha sufrido tanto, me sorprende
cómo tu espíritu rebelde se extiende
a los últimos 30 años
de tu vida, sin autocompasión ni lamento,
sin cejar en lo mínimo, sin tedio ni cansancio
y sé que te han condenado a muerte,
te han metido en mil prisiones,
te han forzado a mil clandestinajes
y no paras, mujer... no te doblas.
[¿Ves por qué te digo que me lates y fascinas?]
Así eres, o habrás sido, para el amor y el odio,
tenaz, cuando repruebas la moral de los opresores,
sea la de Napoleón III (que si lo piensas dos veces,
seguro que lo matas) o sea Adolphe Thiers,
el «monstruoso gnomo» y «Tom Thumb parlamentario»,
del que Marx se burlara (¡ay, apasionada odiadora,
si durante el Sitio de París y la invasión prusiana,
ante que rendirse, te ofreciste... yo mato
a ese traidor... una pistola y yo misma
mato al vendepatria...
5.
No eres una virgen lacrimosa,
o tallada en los templos sobre nichos de mármol.
Te llaman Loba Roja, o la Buena,
así te califica la prensa de Versalles
cuando viviste tus 20 meses de prisión
antes de verte deportada, ¡ay, Bonne Louise.
Louve rouge, y no paras!
¿Quién doblega a una loba,
quién a una consciencia libre de la Comuna de París,
educadora popular,
amada del obrero, quién entiende mejor
que moralizar a los trabajadores se cumple
al ayudarlos, quitando el desespero
de los hijos del pueblo?
Su pobreza es la causa de los vicios.
Ni la segunda condena a cautiverio
por seis años te quitará el cetro:
¡Loba roja y buena para siempre!
6.
... porque te recuerdan (y si vivieran todavía)
quienes alguna vez desde 1866 fueron tus niños
de primaria, o hijitos de deportados,
supe que volviste al magisterio en el exilio
y eras la Loba a quien el Gobierno le negó
oportunidad de enseñanza
en escuelas públicas del Estado
porque si no jurara lealtad a tiranos
o Emperadores que no trabaje ni coma.
Además, fuiste anti-bonapartista,
sustentaste el NO y claramente revolucionaria
y por palabra de vanguardia
el vector microbiano que proscribe tiene miedo
de tu ser y tu nombre. Luisa Michel.
... Te recuerdan, Luisa, porque hiciste caridades
con el más pobre y doliente.
Durante la Comuna de París,
enfermera en las barricadas,
y eras consoladora del herido...
A más de un siglo de tu muerte,
redefino la hermosura
y ser bueno y ser sagradamente memorable.
Hay que darse una idea de lo que fuiste
porque a se te recuerda desde la eternidad
lo mismo que al presente concreto
y pienso en cómo te viera con amor
Théophile Ferré, ejecutado,
y tú que conmovidamente lo recuerdas en poemas
o textos, y él que te recordará;
tú, como a él, a mí, me lates bondadosamente
y cómo Victor Hugo te recuerda, te recuerdo.
Imagino que toda la Comuna recuerda
como viste como soldado uniformado
a lo macho, armada
y pidiendo el derrocamiento del Gobierno
y, después de desafiar, serías tan dulce,
femenina, lúcida, sin imaginerías de fantoche,
así te recuerda Henri Rochefort,
tu amigo hasta tu muerte y Nathalie Lemel
(acaso de quien aprendiste el anarquismo
propiamente) después de haberte ilusionado
forjación de la República, el socialismo,
el obrerismo, la ciencia, cosas
que el poder corrompe.
7.
Una mujer indignada es cualquiera.
Hoy son tantas y sus causas son frívolas
(el cuerno que le pegan, el abandono,
el no ser consideradas, o el serlo, sex-symbol)
y resulta, a la postre, que tú, Luisa fea,
ni complejos de serlo, y mira que eras fea
como pasar un susto al borde del abismo.
Mas en virtud , no hay parangón
que te haga sombra. Hoy que hay muchas mujeres
ni a un medio por ciento de lo que hiciste
se atreven, o lo toman por riesgo,
entiendo que se ha entrado en lides de los prestigios
por repetir más o menos tus palabras,
parafrasear tus causas,
pero no poner el cuero, la cabeza al asador,
porque cambió la época y son simulacros
de tolerancia lo que nos entretiene
100 Top Powerful Women
of the World, poder vacuo y nominal
(no hacen otra cosa que ruido
en revistas y componendas reformistas
para el ego)... si supieras
que ahora el imperialismo te prepara feministas,
rediseña los revolucionarios,
categoriza a quienes uno mismo enviaría
a los manicomios porque son locos airados
al servicio del egotismo sicológico
y la propaganda que se burla
de la esencia y todo lo da por permisible...
gente infame, si acaso célebre,
por el exceso de mierda en sus cabezas…
si vieras este mundo de hoy, seguro
que vendrías más rabiosamente armada,
con magnitudes de pensamiento
jamás vistas y emuladas...
¡Tanto me asombrarías, Luisa!
23-09-1983 / CARLOS LOPEZ DZUR
[Luisa Michel, maestra y militante anarquista, organizó la atención a los heridos en las barricadas de París, y sufrió cárcel, destierro y persecuciones.]
Como Marzo 8 es el Día Internacional de la Mujer, aquí un poema a una de las mujeres que más admiro. El texto se incluye en mi libro LAS ZONAS DEL CARACTER...
CONVERSACIONES CON
LA VIRGEN ROJA DE MONTMARTRE
A Louise Michel (1830–1905)
«Ya que parece que todo corazón que late por la libertad no tiene derecho a otra cosa que a una pequeña descarga de plomo, yo demando mi parte. Si me deja vivir, nunca cesaré de gritar por venganza»: Louise Michel
Para romper el hielo de mi conversación,
te digo que me lates un resto,
que yo no busco a nadie que no comprenda.
A ti puedo dialogarte, ¿sabes?
Una cosa que me gusta de ti es que eres clara.
Hay mucha gente con la mente dispersa, fragmentada.
Juegan a las adivinanzas. Te hacen perder el tiempo
con eso de hacerse misteriosas,
inasibles, pluscuanperfectas,
con rollos que no tienen sentido.
Creen que no ha llegado el tiempo de romper
los hermetismos, de señalar el Claror de la Montaña.
Pero tú eres directa y pagarías el precio
de equivocarte al soñar. Erras haciendo, activa
y eso me late. Sí. Tú me lates un resto.
2.
Sé que eres hija de una criada, bastarda,
pero aunque no te quisiera tu padre,
que no lo sé, te amaron tus abuelos,
te educaron liberalmente, consignada
a que seas valiente, decidida
y no los defraudaste.
Que seas la Virgen Roja me late
y todo lo que piensas y epigrafas
con tu alias de Clemencia, lo disfruto.
Bueno, aprendo algo que confesaste.
Aún el revolucionario, odiador y combatiente
contra opresiones, dará su espacillo a la misericordia.
La misericordia la merece hasta el perro
que está siendo apaleado y el caballo
bajo el látigo del jinete.
«El origen de mi rebelión contra los poderosos»,
dijiste, fue tu horror «por los sufrimientos infligidos
a los animales».
A ti confiaría sobre
el perro y el gato que más amo.
¿Ves cómo todas tus casas me laten un resto?
Supongo que mucha de tu ternura viene de observar
ambos lados de las cosas.
Al terrateniente Charles Demahis,
tu abuelo, debiste quererlo; yo conozco a bastardos
llenos de amargura, a madres solteras y pobres
que terminan siendo abofeteadas por los hijos,
pero tú amaste y ese lado misericordioso,
perdonador, lo veo.
Hay cosas que valen más que tenerse
lástima e ir por la vida, culpando a otros
de X amores negados, de X faltas de apellidos.
Cuando tu padre Laurent se casó dejaste la casa.
¿Para qué vivir junto a ellos: dos seres tan mezquinos,
tan distintos al abuelo? Ella, tu futura madrastra,
te dijo 'bastarda', pues mándala al carajo
o dile --gracias, pero es mejor no vivir un segundo
a su lado.
Hiciste bien, amiga.
Una madre como ésa será una permanente
pateada de culo.
3.
¿Sabes que más me gusta de ti?
¡Que eres apasionada, así como deben ser
los poetas de verdad! Yo, que como tú, he deseado
ser poeta, escritor o lo que sea, odio esa literatura
fría y cerebral que es como la gente fragmentaria
de la que te hablé, imposibles para el comunicarnos:
ellos ven el mundo haciéndose pedazos
y miran al cielo, se cuelan en el limbo,
y te juro
me cae tal cosa en los cojones.
Ellos no escribirán como Hugo,
Los miserables (es que a los miserables
los originan ellos, o son ellos mismos,
pese a su riqueza, miserables;
no escribirán El jorobado de Nuestra Señora de París,
pueden que vivan en París y no lo saben
y el jorobado no existe, nunca miran
al pobre y al deshecho.
Están en su mundo color de rosa,
en su miopía cotidiana,
en su cerebralidad de mierda.
No tú. Eres apasionada en lo que escribes.
Apasionada en lo que haces,
apasionada en tu labor de maestra,
apasionada al cartear a Victor Hugo o Paul Verlaine
o a tanto loco suelto que te gusta,
quiero decir, científicos y anarquistas,
alcohólicos y seres amados.
4.
«No se pueden matar las ideas a cañonazos,
ni ponerles las esposas»: Louise Michel
Volviendo a lo que no me gusta del mundo,
sobre lo que merece cambio, es cómo
la gente con poder y estorban el libre albedrío
y a quienes no son meros seres caprichosos.
Otros a cada paso producen el capricho de quitar
la oportunidad a que otro cumpla con lo suyo
o el karma y dharma al que tienen derecho
y lacten por sus aprendizajes necesarios.
Cuando aprendo de tu vida, Luisa,
mujer que ha sufrido tanto, me sorprende
cómo tu espíritu rebelde se extiende
a los últimos 30 años
de tu vida, sin autocompasión ni lamento,
sin cejar en lo mínimo, sin tedio ni cansancio
y sé que te han condenado a muerte,
te han metido en mil prisiones,
te han forzado a mil clandestinajes
y no paras, mujer... no te doblas.
[¿Ves por qué te digo que me lates y fascinas?]
Así eres, o habrás sido, para el amor y el odio,
tenaz, cuando repruebas la moral de los opresores,
sea la de Napoleón III (que si lo piensas dos veces,
seguro que lo matas) o sea Adolphe Thiers,
el «monstruoso gnomo» y «Tom Thumb parlamentario»,
del que Marx se burlara (¡ay, apasionada odiadora,
si durante el Sitio de París y la invasión prusiana,
ante que rendirse, te ofreciste... yo mato
a ese traidor... una pistola y yo misma
mato al vendepatria...
5.
No eres una virgen lacrimosa,
o tallada en los templos sobre nichos de mármol.
Te llaman Loba Roja, o la Buena,
así te califica la prensa de Versalles
cuando viviste tus 20 meses de prisión
antes de verte deportada, ¡ay, Bonne Louise.
Louve rouge, y no paras!
¿Quién doblega a una loba,
quién a una consciencia libre de la Comuna de París,
educadora popular,
amada del obrero, quién entiende mejor
que moralizar a los trabajadores se cumple
al ayudarlos, quitando el desespero
de los hijos del pueblo?
Su pobreza es la causa de los vicios.
Ni la segunda condena a cautiverio
por seis años te quitará el cetro:
¡Loba roja y buena para siempre!
6.
... porque te recuerdan (y si vivieran todavía)
quienes alguna vez desde 1866 fueron tus niños
de primaria, o hijitos de deportados,
supe que volviste al magisterio en el exilio
y eras la Loba a quien el Gobierno le negó
oportunidad de enseñanza
en escuelas públicas del Estado
porque si no jurara lealtad a tiranos
o Emperadores que no trabaje ni coma.
Además, fuiste anti-bonapartista,
sustentaste el NO y claramente revolucionaria
y por palabra de vanguardia
el vector microbiano que proscribe tiene miedo
de tu ser y tu nombre. Luisa Michel.
... Te recuerdan, Luisa, porque hiciste caridades
con el más pobre y doliente.
Durante la Comuna de París,
enfermera en las barricadas,
y eras consoladora del herido...
A más de un siglo de tu muerte,
redefino la hermosura
y ser bueno y ser sagradamente memorable.
Hay que darse una idea de lo que fuiste
porque a se te recuerda desde la eternidad
lo mismo que al presente concreto
y pienso en cómo te viera con amor
Théophile Ferré, ejecutado,
y tú que conmovidamente lo recuerdas en poemas
o textos, y él que te recordará;
tú, como a él, a mí, me lates bondadosamente
y cómo Victor Hugo te recuerda, te recuerdo.
Imagino que toda la Comuna recuerda
como viste como soldado uniformado
a lo macho, armada
y pidiendo el derrocamiento del Gobierno
y, después de desafiar, serías tan dulce,
femenina, lúcida, sin imaginerías de fantoche,
así te recuerda Henri Rochefort,
tu amigo hasta tu muerte y Nathalie Lemel
(acaso de quien aprendiste el anarquismo
propiamente) después de haberte ilusionado
forjación de la República, el socialismo,
el obrerismo, la ciencia, cosas
que el poder corrompe.
7.
Una mujer indignada es cualquiera.
Hoy son tantas y sus causas son frívolas
(el cuerno que le pegan, el abandono,
el no ser consideradas, o el serlo, sex-symbol)
y resulta, a la postre, que tú, Luisa fea,
ni complejos de serlo, y mira que eras fea
como pasar un susto al borde del abismo.
Mas en virtud , no hay parangón
que te haga sombra. Hoy que hay muchas mujeres
ni a un medio por ciento de lo que hiciste
se atreven, o lo toman por riesgo,
entiendo que se ha entrado en lides de los prestigios
por repetir más o menos tus palabras,
parafrasear tus causas,
pero no poner el cuero, la cabeza al asador,
porque cambió la época y son simulacros
de tolerancia lo que nos entretiene
100 Top Powerful Women
of the World, poder vacuo y nominal
(no hacen otra cosa que ruido
en revistas y componendas reformistas
para el ego)... si supieras
que ahora el imperialismo te prepara feministas,
rediseña los revolucionarios,
categoriza a quienes uno mismo enviaría
a los manicomios porque son locos airados
al servicio del egotismo sicológico
y la propaganda que se burla
de la esencia y todo lo da por permisible...
gente infame, si acaso célebre,
por el exceso de mierda en sus cabezas…
si vieras este mundo de hoy, seguro
que vendrías más rabiosamente armada,
con magnitudes de pensamiento
jamás vistas y emuladas...
¡Tanto me asombrarías, Luisa!
23-09-1983 / CARLOS LOPEZ DZUR
[Luisa Michel, maestra y militante anarquista, organizó la atención a los heridos en las barricadas de París, y sufrió cárcel, destierro y persecuciones.]
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