Destruir a las mujeres para desgarrar a la sociedad siria: Meta del intervencionismo fascista
http://www.unitedexplanations.org/2014/02/21/destruir-a-las-mujeres-para-desgarrar-a-la-sociedad-siria/
Ni los asesinatos, ni las detenciones arbitrarias ni la tortura. Un informe del International Rescue Committee (IRC) publicado hace ahora un año desvelaba que “los refugiados sirios consultados por el IRC citaban la violación como la primera razón por la cual sus familias escaparon del conflicto”. La guerra en Siria estalló hace poco menos de tres años, cuando en marzo de 2011 la sociedad civil protestó en la calle contra las políticas de Assad en plena Primavera Árabe y el poder reprimió con dureza estas movilizaciones. En la actualidad, el conflicto se encuentra enquistado y ha provocado la muerte de 140.000 personas, según estimaciones recogidas por The Guardian (100.000 verificadas por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU hasta julio de 2013), y la huida de unos dos millones de personas.
Las negociaciones de paz de Ginebra a finales de enero, que tuvieron como único logro el sentar en la misma mesa a los bandos contendientes, no han contribuido a avanzar hacia la paz y, además, no han contado con la visión de las organizaciones de la sociedad civil y ni de mujeres sobre el conflicto, como denunciaba la Liga Internacional de Mujeres por la Paz (WILPF). No son pocas las organizaciones defensoras de los derechos humanos que ponen el acento en la necesidad de tener en cuenta la perspectiva de las mujeres en Siria. La Red Euromediterránea de los Derechos Humanos (EHRMN) no dudaba en afirmar en un informe publicado en noviembre del año pasado que “desvelar los casos de violaciones y violencia sexual es una de las tareas más necesarias aunque arduas y complicadas, en el contexto de Siria”.
La violación sexual sobre el mapa de Siria
El uso de la violación sexual como arma es común en todos los escenarios de guerra y el caso de Siria no es una excepción. La EHRMN estimaba en el informe ya indicado, que más de 6.000 mujeres han sido violadas desde el principio del conflicto. Para documentar los casos y facilitar su persecución, la organización Women’s Media Center ha puesto en marcha el proyecto Women Under Siege (Mujeres bajo Asedio) que recurre a mapas para poner sobre la mesa casos de violaciones en el país. En este proyecto sobre Siria colaboran epidemiólogos de la Universidad de Columbia, la Sociedad Médica Sirio-Americana y activistas y periodistas sirios. En el mapa, que se puede consultar aquí, figuran casos de violaciones que la organización ha conocido por testimonios, por mensajes en Twitter, por informes y noticias de diversas fuentes o incluso, mediante un formulario que está colgado en su web. Lauren Wolfe, directora del proyecto, señalaba en una entrevista para VICE en marzo de 2013, la importancia de recoger información lo antes posible sobre casos de violación porque:
“El 20% de las mujeres [que han sido violadas según aparece] en nuestros informes han sido encontradas muertas o asesinadas, así que sabemos que estamos perdiendo pruebas todos los días. En el pasado, se ha intentado medir el alcance de las violaciones en conflictos a posteriori y eso siempre ha sido muy complicado y difícil”.
Wolfe insiste en la web del proyecto en que “las atrocidades son inevitablemente silenciadas cuando las víctimas mueren y los criminales lo saben” y concluye que esa es “una de las razones por las cuales hemos optado por investigar en vivo la violencia sexual en Siria”. En el mapa de la web aparece información de 228 casos “no verificados”, pues Wolfe confiesa que, como no pueden comprobar la veracidad de la información por medios propios, han optado por calificar de este modo todos los datos, incluso aunque provengan de fuentes muy fiables como Human Rights Watch, el IRC o la BBC. Los objetivos de este proyecto, indica Wolfe, son tres: “llamar la atención sobre los casos de violencia sexual, señalar dónde tienen lugar los abusos y dónde necesitan ayuda las víctimas y recoger pruebas para eventuales juicios por crímenes de guerra”.
Siria: una nación de supervivientes traumatizados
Los datos del proyecto indican que el 75% de las violaciones contra mujeres y el 95% de las violaciones contra hombres han sido perpetradas por las fuerzas gubernamentales o por milicias aliadas. Los datos demuestran que la violación responde a una estrategia clara de desmoralización y destrucción del enemigo. Más allá de lo aterrador de los casos recogidos (mujeres violadas frente a sus familias, líderes religiosos leales a Assad, autorizando que los militares violaran a mujeres de los rebeldes, testimonios de voluntarios de las fuerzas de Assad cuyo cometido es secuestrar a mujeres que luego eran violadas o víctimas de violaciones continuadas por varios soldados en centros de detención, tal y como documenta EMHRN), todos los expertos llegan a una conclusión:
“Siria se está desgarrando. Las mujeres y las jóvenes sufren violaciones y vejaciones, lo que inflige un daño inmenso a sus familias”, afirma el presidente del IRC George Rupp en el citado informe. Lauren Wolfe lo expresa así en su entrevista con VICE: “En un lugar como Siria, en el que se hace mucho hincapié y se considera un orgullo la noción de pureza, especialmente la pureza de las mujeres, la violación no solo avergüenza a la mujer que ha sido víctima, sino a toda su familia e incluso a toda la fuerza rebelde”.
Women Under Siege recoge casos de mujeres que se suicidaron o que fueron abandonadas por sus maridos tras sufrir una violación. El IRC indica que han aumentado los casos de matrimonios forzados y precoces como medio para proteger a mujeres y niñas de violaciones o para restaurar el honor familiar después de una violación. El IRC incluso se hace eco del caso de un padre que mató a su hija cuando un grupo armado se aproximaba, con el objetivo de evitar el deshonor de que su hija fuera violada. El miedo a la reacción familiar o social, hace que muchas mujeres callen el hecho de haber sido violadas. Lauren Wolfe señala que las violaciones y el estigma que se asocia a ellas están creando “una nación de supervivientes traumatizados”.
Construir la paz en Siria: no sin sus mujeres
Sin embargo, no debemos limitarnos a presentar a las mujeres como víctimas desvalidas de una violencia contra la que nada pueden hacer, porque sería injusto. Podríamos decir que si las mujeres son el objetivo principal de la violencia más temida en el conflicto es también porque, como afirma Lakdar Brahimi, enviado especial de la ONU a Siria, “las mujeres sirias de la sociedad civil han constituido una fuerza mejor organizada que los partidos de la oposición”. Caroline Ayoub, una activista siria subraya que las mujeres “tuvieron un papel protagonista en el inicio de la resistencia, porque podían atravesar los puestos de control, llevar leche a las familias, ir a sitios asediados y transportar a enfermos. Eran un grupo organizado”. Atacar a las mujeres implica rasgar directamente los hilos con los que se ha ido tejiendo la sociedad siria, para así desgarrarla. Por eso, visibilizar la violencia contra las mujeres y darles voz en las negociaciones de paz, son dos de las tareas más fundamentales a llevar a cabo, si se pretende construir la paz en Siria.
Reivindicar la participación de las mujeres en las negociaciones de paz es el objetivo de un vídeo de ONU Mujeres y Foro de Mujeres Sirias por la Paz, una conferencia celebrada en Damasco en enero de 2014 que reunió a mujeres de todos los espectros de la sociedad siria. En el vídeo, que se puede ver aquí, diferentes mujeres sirias expresan su opinión sobre el conflicto en su país y manifiestan sus deseos de paz. Una de las mujeres, profesora, confiesa que, para ella la paz es “que no haya miedo en los ojos de los niños y que [los sirios y las sirias] recuperasen su derecho a soñar”.
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