LA NARANJA / EL RUMBO DE MI LITERATURA / CONVERSACION ESPIRITUAL CON OSCAR LOPEZ RIVERA / VISION DE ANACAONA / ENTREVISTA / INDICE DE CUENTOS / BIOGRAFIA DE LOPEZ DZUR / SEQUOYAH / ARTE KILTRO / Tristes, indeseados y heridos / La palabra mágica y poética / aporrea / A Gloria Trevi / A Jacinta / LA TENTACION DE MARTA / CARLOS LOPEZ DZUR / HEIDEGGERIANAS / ME VOY A PARAR ENCIMA DE TU CABEZA / LA NOVIA / COMO SI FUERAS LA ULTIMA DE LAS CARITES / ARROJAMIENTO (Geworfenheit) / DESAZON Y ERRANZA / FACEBOOK / Bendición del Acto Creador / CARLOS LÓPEZ DZUR • ESTETA CARIBEÑO / Carlos López Dzur: Méiker del Mapoe y el Tocuen / Carlos López Dzur: Entre la narrativa y la poesia / Obra y poesía de Carlos López Dzur: Una Introducción
Por CARLOS LOPEZ DZUR
Es cierto que el Club Altrusa ha rescatado en Pepino, desde hace casi 4 decenios, una fiesta que tiene visos de la vieja sociedad rural, ese Pepino que fuimos y donde la carreta, la novilla y las comparsas de negritos, tenían sentido... mas ésto se transformó en otra cosa con el tiempo. Hay que recordar que Pepino antes de ser una sociedad agrícola fue hatera y, aún después de la economía hacendataria de los Carmona, Alers, Rodón, Echeandía, Cabrero, Serrano, etc,, hubo una dependencia de la carreta para el trasiego de mercancías, fanegas de café, melao, caña y cualquier otro producto, incluyendo maderas para hacer casas. Fue así hasta que llegaron el tren cañero y los primeros camiones con el auge de La Plata... En 1825, ya había 53 trapiches en el pueblo para moler caña y extraer melao y, por consiguiente, la CARRETA y la NOVILLA eran símbolos de vida económica.
Había también un sector del que poco se habla: la población afro-descendiente y mucha etnia de Islas Canarias que fue el sustrato mayor de la gente trabajadora con trapiches y pequeñas fincas. Esta gente, en su rumbo a las plazas de mercado y ferias ganaderas dentro de la comarca, en la isla, especularía yo fue la que por primera vez realizó lo que pudiera ser la proto-mítica Fiesta de la Novilla. El modelo original fue español. Puede que alguna de las Ferias de Ganado, como la más famosa y concurrida, celebrada en la Gran Canaria, aunque en anos recientes la Feria del Ganado de Huertas del Rey del barranco del Municipio de Gáldar, en que se celebran fiestas patronales en honor a Santiago Apóstol, le quitó preponderancia a la primera...
Que sea una 'fiesta' o evento de exhibición o traslado de ganado, no quita si juzgamos la fecha elegida para institucionalizarla como fiesta que sea parte de una tradición carnavalera y lo que ello implica, para una sociedad como fue la pepiniana, fuertemente estructurada por el cristianismo, y la devoción al Mártir San Sebastián / el Patrón. Hay, por ésto, algo que me está muy curioso cuando se describe a la Muñeca Titina, diciendo que representa «una dama antigua, de tipo alegre y cara risueña, adornaba su cabellera con flores y cintas de muchos colores».
Perdón que lo pregunte así: ¿Es la Titina una alusión a una DAMA DE VIDA ALEGRE, una ramera, y convertida por magia de informal carnavalería en muñeca pizpireta y acicalada, para agregar a la celebración el toque de mascarada ritual, en que se disfraza la represión a la sexualidad y una crítica a la severa formalidad litúrgica de la Cuaresma? ¿O la represión de la que hablamos es política? ¿Y es Titina la caricatura de la reina de España?
Cuando escribía mi «Épica sobre San Sebastián» al divagar en el poema «Los años venideros del post-Grito» (aludo al coraje del fracaso de Lares, en 1868 en adelante y el furor represor de los gobernadores), pensé en Titina:
José Laureano Sánz, émulo
de Pavía Lacy, sofocador del Grito,
ha vuelto y ha dicho al niño de tus siglos,
madura ya, pichón de pueblo;
a las perratas de ayer, ponles olvido.
La ira de '68 a nada os conduce,
Pepino, y no habéis logrado nada,
ví en cárceles vuestro dolor amargo
y seguís tonto y terco y pobre...
Los marqueses vienen y van
de Fortaleza y todos traen retazos
de compontes y la pregunta subsiste:
¿Qué queréis de España, Vuestra Madre,
cómo complaceros, si sóis infieles,
anárquicos, ignorantes, caprichosos?
Estuvo aquí el Conde de Caspe
y el Marqués de Irún, pero ninguno
tan mezquino y tal por cual
como Palacios González.
¡Aquel Romualdo criminal
del Año Terrible del Componte!
Y pensé en la población negra de la que nadie hablara, pero que estaba bien descontenta / por no decir, encojonada en 1878 cuando, tras la Proclamación de la Abolición de la Esclavitud, y la negativa del Cura Claudio González a bendecirlos y unirse a su fiesta de celebración, lo emplazaron a que se largara del pueblo, O quemaban la iglesia.
Separado ya fue el grano de la paja.
¡Ahora sí que se ha largado el negrerío!
En tus montes permanecen tan ufanos
los señores del café, Font y Echeandía,
Orfila y Mercadal, Laurnaga, Jaunarena,
Cabrero, Domenech, Hernández,
Pons, García-Mantilla, Serrano.
Luis Pratts tiene en Perchas, su poquito,
Evaristo Echevarría, en Saltos,
Braulio Caballero, en Calabazas,
Juan Bautista Medina, en Piedras Blancas.
En El Guayabal, hay vestigios de Rabell
y de Cabreros y, en Guatemala,
de Domingo y Bautista Serrano.
Cecilio y Getulio Echeandía,
son ricos en Bahomamey y Magos.
López Oronoz en Perchas siembran
y los Rodón y Luiggi,
del nuevo Mirabales, son amos.
Estos elementos de la comparsa de negritos es lo más bello que yo valoro de nuestro Festival de la Novilla porque describe / o alude a un tiempo en que, bajo el dominio español, a negros y blancos había que segregarlos en las escuelas. Tras que habían pocas escuelas primarias, aún para blancos y pobres, si se hacía alguna para esclavos, sin blancos en ella, se decía «para negros y pardos». Esto es parte de ese fragmento en que digo: «Separado ya fue el grano de la paja. / ¡Ahora sí que se ha largado el negrerío!» Se quedó la clase rica dando su imagen al pueblo y el negro, escondido. Como si ellos se vengaran estéticamente del anonimato, del menosprecio que le hizo el párroco Claudio Gonzalez, en este Festival de la Novilla salan a bailar, a reclamar presencia en la historia...
Aquí para lo carnavalero, se pudiera pensar en el modelo cubano y el colombiano, ya que hay un antiquísimo «Carnaval de Negros y Blancos», en Colombia, declarado patrimonio cultural por la UNESCO y en La Habana y Santiago de Cuba, otros carnavales con influencia en todo el Caribe que antes, durante el fuero colonial español, eran menospreciados y,que, sin embargo, por celebrarse gustara o no a las autoridades, a los esclavos y desfavorecidos de la vida les ayudó a preservar su dignidad de hombres contra la servidumbre o la miseria. De este modo, el Festival de La Novilla es Pepino es también como se observa en este cartel un homenaje a los negros invisibles del Pepino de ayer. Por eso lo comento.
Ver en internet
Por CARLOS LOPEZ DZUR
Es cierto que el Club Altrusa ha rescatado en Pepino, desde hace casi 4 decenios, una fiesta que tiene visos de la vieja sociedad rural, ese Pepino que fuimos y donde la carreta, la novilla y las comparsas de negritos, tenían sentido... mas ésto se transformó en otra cosa con el tiempo. Hay que recordar que Pepino antes de ser una sociedad agrícola fue hatera y, aún después de la economía hacendataria de los Carmona, Alers, Rodón, Echeandía, Cabrero, Serrano, etc,, hubo una dependencia de la carreta para el trasiego de mercancías, fanegas de café, melao, caña y cualquier otro producto, incluyendo maderas para hacer casas. Fue así hasta que llegaron el tren cañero y los primeros camiones con el auge de La Plata... En 1825, ya había 53 trapiches en el pueblo para moler caña y extraer melao y, por consiguiente, la CARRETA y la NOVILLA eran símbolos de vida económica.
Había también un sector del que poco se habla: la población afro-descendiente y mucha etnia de Islas Canarias que fue el sustrato mayor de la gente trabajadora con trapiches y pequeñas fincas. Esta gente, en su rumbo a las plazas de mercado y ferias ganaderas dentro de la comarca, en la isla, especularía yo fue la que por primera vez realizó lo que pudiera ser la proto-mítica Fiesta de la Novilla. El modelo original fue español. Puede que alguna de las Ferias de Ganado, como la más famosa y concurrida, celebrada en la Gran Canaria, aunque en anos recientes la Feria del Ganado de Huertas del Rey del barranco del Municipio de Gáldar, en que se celebran fiestas patronales en honor a Santiago Apóstol, le quitó preponderancia a la primera...
Que sea una 'fiesta' o evento de exhibición o traslado de ganado, no quita si juzgamos la fecha elegida para institucionalizarla como fiesta que sea parte de una tradición carnavalera y lo que ello implica, para una sociedad como fue la pepiniana, fuertemente estructurada por el cristianismo, y la devoción al Mártir San Sebastián / el Patrón. Hay, por ésto, algo que me está muy curioso cuando se describe a la Muñeca Titina, diciendo que representa «una dama antigua, de tipo alegre y cara risueña, adornaba su cabellera con flores y cintas de muchos colores».
Perdón que lo pregunte así: ¿Es la Titina una alusión a una DAMA DE VIDA ALEGRE, una ramera, y convertida por magia de informal carnavalería en muñeca pizpireta y acicalada, para agregar a la celebración el toque de mascarada ritual, en que se disfraza la represión a la sexualidad y una crítica a la severa formalidad litúrgica de la Cuaresma? ¿O la represión de la que hablamos es política? ¿Y es Titina la caricatura de la reina de España?
Cuando escribía mi «Épica sobre San Sebastián» al divagar en el poema «Los años venideros del post-Grito» (aludo al coraje del fracaso de Lares, en 1868 en adelante y el furor represor de los gobernadores), pensé en Titina:
José Laureano Sánz, émulo
de Pavía Lacy, sofocador del Grito,
ha vuelto y ha dicho al niño de tus siglos,
madura ya, pichón de pueblo;
a las perratas de ayer, ponles olvido.
La ira de '68 a nada os conduce,
Pepino, y no habéis logrado nada,
ví en cárceles vuestro dolor amargo
y seguís tonto y terco y pobre...
Los marqueses vienen y van
de Fortaleza y todos traen retazos
de compontes y la pregunta subsiste:
¿Qué queréis de España, Vuestra Madre,
cómo complaceros, si sóis infieles,
anárquicos, ignorantes, caprichosos?
Estuvo aquí el Conde de Caspe
y el Marqués de Irún, pero ninguno
tan mezquino y tal por cual
como Palacios González.
¡Aquel Romualdo criminal
del Año Terrible del Componte!
Y pensé en la población negra de la que nadie hablara, pero que estaba bien descontenta / por no decir, encojonada en 1878 cuando, tras la Proclamación de la Abolición de la Esclavitud, y la negativa del Cura Claudio González a bendecirlos y unirse a su fiesta de celebración, lo emplazaron a que se largara del pueblo, O quemaban la iglesia.
Separado ya fue el grano de la paja.
¡Ahora sí que se ha largado el negrerío!
En tus montes permanecen tan ufanos
los señores del café, Font y Echeandía,
Orfila y Mercadal, Laurnaga, Jaunarena,
Cabrero, Domenech, Hernández,
Pons, García-Mantilla, Serrano.
Luis Pratts tiene en Perchas, su poquito,
Evaristo Echevarría, en Saltos,
Braulio Caballero, en Calabazas,
Juan Bautista Medina, en Piedras Blancas.
En El Guayabal, hay vestigios de Rabell
y de Cabreros y, en Guatemala,
de Domingo y Bautista Serrano.
Cecilio y Getulio Echeandía,
son ricos en Bahomamey y Magos.
López Oronoz en Perchas siembran
y los Rodón y Luiggi,
del nuevo Mirabales, son amos.
Estos elementos de la comparsa de negritos es lo más bello que yo valoro de nuestro Festival de la Novilla porque describe / o alude a un tiempo en que, bajo el dominio español, a negros y blancos había que segregarlos en las escuelas. Tras que habían pocas escuelas primarias, aún para blancos y pobres, si se hacía alguna para esclavos, sin blancos en ella, se decía «para negros y pardos». Esto es parte de ese fragmento en que digo: «Separado ya fue el grano de la paja. / ¡Ahora sí que se ha largado el negrerío!» Se quedó la clase rica dando su imagen al pueblo y el negro, escondido. Como si ellos se vengaran estéticamente del anonimato, del menosprecio que le hizo el párroco Claudio Gonzalez, en este Festival de la Novilla salan a bailar, a reclamar presencia en la historia...
Aquí para lo carnavalero, se pudiera pensar en el modelo cubano y el colombiano, ya que hay un antiquísimo «Carnaval de Negros y Blancos», en Colombia, declarado patrimonio cultural por la UNESCO y en La Habana y Santiago de Cuba, otros carnavales con influencia en todo el Caribe que antes, durante el fuero colonial español, eran menospreciados y,que, sin embargo, por celebrarse gustara o no a las autoridades, a los esclavos y desfavorecidos de la vida les ayudó a preservar su dignidad de hombres contra la servidumbre o la miseria. De este modo, el Festival de La Novilla es Pepino es también como se observa en este cartel un homenaje a los negros invisibles del Pepino de ayer. Por eso lo comento.
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