Por Carlos LOPEZ DZUR
1. El folclor que yo respeto es el que honra mi animalidad, esto es, mi zorrez, mi doble, o mi guenda. Dicho poéticamente, mi zorrez significará vitalidad y resistencia, poder y sigilo.
2. Entanto tenga consciencia a partir de la carne y mis huesos, tendré la memoria latente del animal que somos. Yo bendeciré a mi bestia.
3. Si la educación servirá para algo iiluminador y conscientivo que sea para reconocer cuando, o por qué, o si es cierto que la inteligencia animal dejó de ser útil.
4. Las exaltadas subjetividades nos acercan al animal bravo y violento; las profundas, al animal tranquilo.
5. Todo lo que castre a un animal. o lo acose o provoque en aras de asesinarlo, debe ser considerado lo que llamamos «civilización».
6. Si la cultura fuese zorruna, en el sentido poético de amparar la vitalidad y abrir los prospectos de resistencia al hombre, yo admitiría públicamente la plenitud de mi zorrería y podría ser el más sociable de los hombres.
7. En las condiciones que valoro, presentes en mi ambiente, el zorro me enseña lo que ya no puede el hombre.
8. Lo mejor de mi soledad es zorruno. Y es ética en sí y para sí.
9. El zorro, si cumplió bien con su gramática parda, una vez que medita, muerde.
10. Callar es una forma de saberse con los dientes molidos a palos y ser cómplice, una modadlidad de anemia moral.
11. Cada vez que me siento valiente, en lo más oscuro de la condición humana que amenaza, el silencio de un zorro me anima.
12. Las valentías públicas son más alarde que consciencia.
13. El callar del zorro es más profundo que la cultura parlanchina.
14. Para conocer el guenda, o ese animal que somos, hay que sentirse rechazado y verse en el espejo de cada criatura amenazada o en peligro de extinción.
15. A menudo el ruido de los poetas tiene poco que ver con poesía, así como el ruido de los educadores, poco o nada con la tarea de hacer el mundo vivible y cognoscible.
16. Más vale la grámatica parda del hombre zorruno que el intelecto de los nihilistas posmodernos.
17. Si soy zoolátrico, es por gratitud. Mas honestamente dicho no soy zoolátrico. Sólo observador.
18. A muchos de los animales domesticados los sojuzgó por siglos nuestra propia maldad y para conveniencia dominialista.
19. Mi zorrez no me pertenece como una cosa. Es memoria de amistad pura e indomesticada. Viene a decir que resista y, si es necesario, que muerda.
20. Nunca pedí una mascota. Yo tenía un zorro dentro.
21. No sólo en la infancia, durante la vida entera, uno necesita un zorro. Si los niños, en cualquier rincón del Tercer Mundo. volviesen a orar pidiendo el fin de atropellos y el castigo a los explotadores, como cuando se escuchó a los niños de Tebas, los dioses enviarían su versión del zorro Teumesio, el incapturable.
22. La infancia es el tiempo de prueba para la zorrez; en necesidad de sucesivas y pequeñas victorias en las pruebas, se me armó de carlancas.
23. Como ciclo inicial, la infancia nos embellece con dulzura e indefensión. La belleza es un collar con pinchos, hirientes e inhabilitadores, alrededor del cuello. Una carlanca.
24. Si a la mansedumbre se domestica, como se domeña al perro para que obedezca, la dulzura se pierde.
25. Todos hemos vivido la desagradable sensación de estar indefensos y recibir el primer trago amargo que nos lacta. No siempre viene una bicha apiadante a darnos de su leche más dulce en los derredores de las colinas de Roma.
26. Para protegerme de los depredadores, el zorro me puso una carlanca en el corazón.
27. ¿Quién es el ser más depredatorio sino el hombre?
28. A la edad de 8 años, en la Escuela Ramón María Torres, dos zorritas curiosas, meras cachorrillas, quisieron divertirse con mis vulnerabilidades. Una me metió su dedo del corazón en la boca, con un gesto humillante. «Este es un niño bobo», dijo. Mas, antes que lo intentara otra vez, el zorro me había puesto una carlanca y se hizo zorrera en mi corazón y la segunda vez, el dedo de ella salió corrido de mi boca con pánico. El zorro me dijo: «Múerdela» y lo hice. «Que nadie te vea la cara de pendejo dos veces».
29. Un día, sin tu permiso, te meten el dedo en la boca; si lo permites como burla de tu dignidad, mañana puede que te metan el dedo en el culo.
30. Tarea de poeta: elaboración de carlancas.
31. En antaño, carlanco equivalía a lobo selvático y agresivo.. Cuando más temible que el lobo es ya el hombre mismo, una lobera es una protección, no contra los lobos, o los cánidos depredadores. La carlanca o lobera es la protección contra los hostigados, su virtud y su vitalidad. Las carlancas mientan la resistencia en defensa de los buenos instintos que sofoca el hombre con su civilización.
32. Tengo una lobera por espíritu y una carlanca por canción.
33. Del viejo folclor egipcio, no queda un animal o entelequia capaz de comunicarse con ángeles o demonios. O el Thaloc, que roba robar alma humana, es una civilización petrolera. De la vieja Europa precristiana, ya no hay adoraciones durante los solsticios de primavera e invierno para el zorro. Hay aniquilamientos en nombre del dominio de un Don Nadie más bestial que los perros más bravos y los zorros más sagaces. Los dioses de los bosques, montañas y verdes praderas, ya no tienen aliados humanos. Se ha dejado de creer en la fertilidad y sólo hay dioses de la ganancia y el estupro hedónico y consumista.
34. Cuando escuchen truenos y relámpagos, digan el poeta, como un zorro de fuego, se acerca.
35. En las noches, mis ojos brillan como auroras boreales.
36. La única mujer peligrosa y seductora que daña al género humano no una zorra ni un zorro que se transforma en ella; es la mujer humana que daña al hombre-zorruno.
37. Hay una prostitición colectiva que en nada concierne a un zorro: el instinto de manada de casi todas las bestias. A diferencia de los casi todo los cánidos y de los seres humanos, los zorros rehuyen las manadas. Son solitarios al cazar su alimento y su presa.
38. Un hombre genuinamente solitario, precavido ante sus semejantes, es más zorro que hombre.
39. En el capitalismo, la inmensa mayoría de los seres humanos se adapta como mascota a la burocracia, la forma de manada más sofisticada.
40. Cuando te inviten a las manadas, ténlo por seguro, te exhortan a tu aniquilación. Te entrampan.
41. El único partido en que creo es mi fenotipo. La única tradición, la de Faustolo.
42. Ningún zorro, que se precie como tal, se alimentará del alma de los seres humanos. Esos son cuentos chinos. No lo hará ni por extender su breve vida más allá de los tres años que dura. Bendita sea la zorra-madre que lo parió y la cautela zorreada que lo salva. El no necesita nada más.
43. El lenguaje de un zorro-poeta tiene su propio pantano nutricio y forja sus pezuñas con sus pisadas de vulpeja. Estas son sus verdades y la arcilla de lícuos pezones, su sustento.
44. ¿Quién te coloca al cuello una carlanca protectiva? Díme quién te da el verso, si no es quien te ama...
45. Cuando sales del territorio natural de tu pantano nutricio, prepárate para conocer la hostilidad, la burla, la intolerancia y la escasez.
46. Bendice tu zorreada en la cercanía de tu pantano, aunque huelas a zorrillo.
47. Más vale el perfume de lo propio, que la exquisita sobaquina de los extraños.
48. Hay una mansa dulzura en la indefensión cuando te acuna quien te ama.
49. Bendito sea el ser salvaje que me da naturaleza. Y la cueva entre malezas que llamé mi casa y el olor de pelambre, que he llamado mi refugio.
50. El rostro de lo bello nos los dio la mansa dulzura de la indefensión; pero, a menudo. Dulzura e indefensión se van con los años y la ausencia. En el peor de los casos, queda la indefensión.
51. Cuando no tienes a qué llamar casa o madriguera, quedas en manos de extraños. Tu cotidianidad se vuelve indefensión y vulnerabilidad.
52. Extraño: El que desfigura tu belleza y no siente por tí ninguna simpatía.
53. Depredador: El extraño que te extingue.
54. Los gozos no son promesas verbalizadas. Son triunfos de la maña sobre el músculo.
55. Ser lobo es tan fácil. Los músculos y la violencia te facilitan el camino a la sobrevivencia. Entre los depredadores, junto al león y al tiburón, pueden jactarse de su omnipotencia; pero, la victoria que depende de sabiduría, habilidad e ingenio, es zorruna y tiene su proceso peculiar, que no es el mero ataque sangriento ni la complicidad en manadas.
56. Poder: El disfrute de la autenticidad.
57. Instinto: Armonizarse con la carlanca protectiva.
58. Sigilo: Preservar la carlanca.
59. El problema de las bestias es que cualquier rival depredador le engaña, accediendo ellas a que les pongan un cascabel como estrategema para devorarlas, domesticarlas y sujetarlas a esclavitud.
60. ¿Quién pondrá el cascabel gato? Que la carlanca que te pongan no sea manifestacióm visible, cualquiera sea el genotipo. Mantén tu caralanca en invisible silencio. Que sepan de tu morfología observable; pero no de tus propiedades bioquímicas. Evita al que explora en tu fisiología, con mano intrusa y házlles tu comportamiento impredecible.
61. Carlanca: En un determinado ambiente, los cazadores dominialistas están pendientes a cada expresión del genotipo y si husmean el fenotipo del zorro negligente, como el de cualquier otra bestia, te tendrán en sus manos agresoras.
62. Es inevitable que se conozcan los rasgos físicos; pero una carlanca fenotípica es también la conducta. Cuídala como un tesoro. Proteje la oreja y el cuello de cualquier cascabel. El hombre tatuado y cascabelero es prácticamente un castrado.
63. Haz tu espíritu como una carlanca: enzima que nadie observa de tu fenotipo.
64. Guárdate los secretos como la identidad de tus alelos. Sé mágico y polifénico en la medida que puedas. Los castrados, plenamente identicados por sus fenotipos, no tienen gramática parda. Escribe sus textos predecibles en el ambientes de sus adversarios y el ego social los atrapa.
65. El rostro de lo bello que hay en tí lo da la mansa dulzura de la indefensión; el tesoro callado de tu fenotipo. Si una bicha zorruna te dio las carlancas, no dejes que el bisturí del castrador, o el pincel del tatuador, te rotule. Tener un cascabel al cuello y la muerte del gato.
66. Un zorro sin carlancas es un zorro genotípico. Un Don Nadie.
67. Por desgracia, ya no abundan los hombres zorrunos. Los fenotipos de los zorros son productos observados y extendidos. Hoy el astuto y el inteligente carece de magia. Se mezcló con la manada de los entes genotípicos. Ya no es viajero en las sombras del crepúsculo. Hay cualquier listillo se llama Zorro y niega el pantano nutricio y a la madre zorra que lo parió.
68. La poesía de la conformidad suele ser un pastel muy decorado, con muy poca dopamina por azúcar. Un producto pegajoso. Con razón, hay tantas moscas sobre él. Y los presuntos sagaces son zorros en el banquete.
69. El zorro verdadero prefiere alimentarse de un saltamontes.
70. En un pastel decorado, con el nombre de poema, se oculta un rata pudrida.
71. ¿Quién prefiere una rata saprógena por alimento si la puede cazar viva?
72. La decadencia del zorro comenzó cuando fue llamado el «gran intermediario» entre el mundo de los espíritus y el mundo material. O comunicador entre las almas de los vivos y las de los muertos.
73. La fama de listillo necesario se consumó como símbolo lo de la vida salvaje y la diplomacia.
74. Está bien que el hombre sea ágil y encantador en la selva verdadera; pero en la selva de la civilización, si el hombre es zorruno, la diplomacia es una trampa y lo encantador una debilidad del carácter.
75. Maniobrar en la oscuridad, o en las horas crepusculares del amanecer, ¿para quién es útil cuando se va en compañía de una manada de depredadores y se le ha vendido a ella el alma por monedas?
76. El espíritu, cuando se escapa, por su propia dicha, hacia construcciones intelectivas, necesita de un jalón de cuello.Un párale. Y siempre no los da una bestezuela profunda, una bella criaturilla del aliento, que son como raíces naturales que avisan que caminamos juntos. La idea es que comparte esa dicha con el mundo, con las cosas / personas / criaturas sustanciales, que nos dan el cimiento. Yo tengo un zorro dentro, o lo que es igual, su carlanca protectora.
77. Si algo mi zorro se roba son mis distracciones. El zorro es el educador profundo que pide atención y alerta. Para completar cualquier misión que tenga el hombre, cuando quiere ser bueno y útil, vea su bestezuela desde adentro.
78. ¿Que hay un espíritu maligno llamado Kyûbi o Zorro de nueve colas? ¿Que Naruto lo tiene dentro de sí? Sabrá Naruto y su autor que del zorro que hablo, como dentro de mí, él sabe poco. No hay vícunculos. Tampoco creo en Zorras con dos rabos.
79. La Naturaleza, o sus pantanos nutricios, son los que ponen límites a la fantasía y creo que hay criaturas esencialmente nocturnas, alma de zorro, por ejemplo; pero, ¿qué necesidad real hay de un zorro / kitsune / de nueve colas? ¿O de un hombre con diez penes en la espalda y otros tantos vulvas en el estómago o las rodillas?
80. En el furry fandom, todo capricho se elucubra. No en la naturaleza.
81. En mi experiencia, mi presa es un poema que puedo cazar en la soledad.
82. La técnica de salto sobre el poema la aprendí desde edad muy temprana, pero, perfeccionarla, me ha llevado a estrellarme de pecho sobre la palabraría.
83. Una intuición es la capacidad de aprehender y matar a una presa raudamente. Sólo puede ser veloz en la soledad. Demasiada luz deslumbra y enlentece.
84. Por fortuna, me puedo identificar con un zorro. Para ser, lobo, chacal o un perros de caza son demasiado pequeño.
85. Prefiero comer frutas y bayas a clavar mis dientes sobre mi prójimo; pero no renuncio a morder en defensa propia.
86. Hocico fino mis labios para el poema; espesa cola, mi memoria y collar con pinchos o agujas punzantes para evitar los mordiscos, mi carlanca fenotípica, el acervo.
87. Más vale maña que fuerza; más vale zorro que matarife armado.
88. Más vale zorro flaco, que mastodonte idiota.
89. Aunque mi primo sea un coyote (que pueda cruzarme allende a mi fronteras); prefiero viajar solo que mal acompañado.
90. En un hemisferio en crisis, los coyotes son los banqueros de Londres y las líneas ferroviarias de Meiggs que han entrado a los Andes. Todo sueño de progreso que pueda tener un zorro queda en suspenso por acción de su primo, el Coyote listo del imperialismo.
91. Zorrez, como sabiduría, es una consciencia de que somos una vasija biológica que lo contiene todo. Esta totalidad es una unidad posible de geografía, vegetación, aguas y criaturas vivientes. Es la Vasija de las interrelaciones perfectas en el proceso del Deseo.
92. Quien no cree en «interrelaciones perfectas», más que un realista, es un pesimista. Los pesimistas no formulan ni inventan nada nuevo y no olfatean la pista la verdad. Una verdad que es simple: el mundo de la recepción ilimitada.
93. Para comprender la lucha por la supervivencia, hay que entender el sentido de lo creado, de lo que está contenido en la vasija que somos. Somos vida que desea recibir placer. Todos los zorros son hedónicos.
94. Contener es ser vasija: Maravillosa metáfora es el Kli hebreo. A la vasija suele llamársele Adam HaRishón, alma viviente, creada expresamente para el Deseo de recibir placer por quien lo otorga de manera infinita.
95. Vivimos en un mundo de supervivientes, es cierto. Hay, sobre todas las hambres, entre las almas famélicas, carencia del deseo de infinita recepción. La mayor parte de los seres humanos son anti-hedónicos, carroñeros, poquiteros, migajeros, apáticos y parasitarios. No en balde buscan la manada, que es la más míope visión de solidaridad de grupo.
96. En la Tradición de Faustolo, me dijo la intuición zorruna, hay uno que se ríe despectativamente de la vasija sagrada (el alma, Kli) de las interrelaciones perfectas en el proceso de Deseo. A éste podríamos llamarlo el puteador.
97. El puteador cava un pozo («puteus»), hueco sin agua y entra a él para ultrajar a su víctima, depredarla espiritualmente. En los pozos o fosas de los antiguos esclavistas, el principal puteador era el dueño del pozo, el Cavador y, entanto que propietario, entraba gratuitamente a satisfacerse con el castigado, sea con azotes o con sexo. La relación entre un prisionero y el dueño o arrendador del pozo de escarmientos o de placeres mezquinos es una relación de puteo.
98. La manada es el pozo donde se echa al zorro. Toda manada es, en su esencia, carcelaria y prostituyente. La Tradición del Puteador es la manada y el jefe de la horda sanciona al disidente, no sólo privándolo de escape en el foso («puteus»), sino golpeándolo o cometiendo actos de lascivia en su víctima.
99. En el origen de toda desesposesión, hay una risa envidiosa.
100. Cuando Rómulo y Remo crecieron, conocieron a un Puteador, el cruel Amulio, tras un viaje a Albalonga, quien tenía secuestrado y cautivo a su abuelo. De regreso a los deltas del Tíber, fundaron lo que hoy se llama la Ciudad de Roma. Fue un hecho acaecido 753 años antes de Cristo.
101. Remo no pudo medir la periferia de una nueva ciudad, como hizo Rómulo en la Colina Palatina, basándose en la multitud de pájaros. El envidió la iniciativa de su hemano y se burló de las marcas fronterizas que daban perímetros a la futura ciudad. Esta fue la razón para que Rómulo lo matara, estableciendo el dictum: «Quien insulte el nombre de Roma que muera».
103. Este evento, envidia que a Remo mata, también es una parábola de desobediencia. Las órdenes que Rómulo diera fueron muy específicas. Un decreto contra los transgresores. Sin su permiso, nadie debía pasar o establecerse en la nueva Ciudad; pero el alma puteadora de Remo creyó que no hablaba en serio y que sería posible transgredir a gusto. Entonces, el Rómulo zorruno lo mordió, aniquilándolo.
104. En la actualidad, ¿cuál es la Colina Palatina de quienes nos sentimos amamantados por una bicha, la hembra zorruna , tal cual Rómulo y Remo en las leyendas? La Vasija. El alma que es capaz de constituirse con unidad posible de geografía, vegetación, aguas y criaturas vivientes. Es la Vasija de las interrelaciones perfectas en el proceso del Deseo. Mas nuestra Roma en la colina, aún sagrada, es un proceso que Rómulo con su crimen enturbió. Aún así, el valor simbólico de lo que hizo tiene un mérito: echó al intruso.
105. En la risa envidiosa del hermano (Remo), que no pudo fundar una ciudad, pero se mofa con transgresiones a la Ley / el trámite de entrar a Roma y habitarla, debe contar con la autprización del fundador, están representados todos los intrusos. La Roma de la leyenda es socio-sicológica y, en rigor, un símbolo del alma.
106 En la Tradición de Faustolo, el hermano insolente se convierte en el intruso. El arquetipo esencial se perfecciona con el Puteador. Rómulo actuó a prisa ante éste; pero él pudo haber sido el asesinado porque la envidia es germen de violencia e intrusión. No es una simple carcajada.
107. Así como la guerra es una depredación sin control de unos contra otros, la intrusión individual es el germen del adversario, el que desafía sin mérito. Como adversario, el intruso puede ser dos cosas: un cómplice del puteador, individual o colectivo, o el puteador mismo.
108. Los puteadores son predatorios. De hecho, entre todos los animales, el más predador es el hombre; pero, como enseña la Tradición de Faustolo y que me comunica mi zorro interior, la actividad predatoria más sacrílega es aquella praticada contra la esencia misma del Alma:, que es el Deseo.
109. Desgastar ese Deseo es más infame que matar. El dolor moral es, igualmente criminal, que la supresión física.a modalidad predatoria que mortifica a un zorro es la que daña esa unidad biológico animística que el alma tiene. Los útiles de uso cotidiano, si se rompen o se destruyen, se tiran. O se rehacen; pero las mutilaciones espirituales y morales son difíciles de reparar, porque lo que se daña es un vínculo del alma con todos los elementos del mundo natural (montañas, ríos, el cielo, la tierra).
110. El puteador desacraliza no sólo la ciudad de Roma, sino sus plantas, animales, árboles, etc. Cava agujeros en el Alma. Es como una carie inflama la raíz del diente y lo destroza. Como horadación en un tonel de vino es la fechoría del puteador.
111. El puteador poda tus árboles. Asiste a todas las podas; pero, para deforestar y dejar estériles tus bosques. De hecho, hay más nobleza en el significado latino de «puta» (esto es, del que derivamos «poda») que en las putadas del puteador.
112. El puteador, agujerador de tu vasija, antes de hacerlo, se roba tus protecciones. Quita de cada perro, o cada animal, sus carlancas; pero, a esta altura del símbolo del alma, estas carlancas son collares espirituales, no meros articulejos de fierro. Y una vez, cuando la víctima está en medio de manadas, sin sus carlancas de protección, mayor es el riesgo de que el puteador lo tire a uno de los fosos que ha cavado.
113. El puteador nos quiere en el pozo. En puteus, desnudos, friolentos, hambreados, podemos ser como la «putta», o chicuela callejera, que lo divierta. El puteador suele ser laxo e irrestricto en materia de agujeros, ano de zorra o de zorro le da lo mismo.
114. Si has pasado por el «puteus» y allí han caído los puteadores a sacar ventaja de tí, a la salida, serás un gato ornado con cascabeles con los que los ratones se divierten. Harán la burla, o caricatura, en los Estudios Disney.
115. En un la sociedad panóptico-disciplinaria moderna, el puteador es el domesticador de toda fiera, siendo la fiera misma. Es el Hombre-Bestia que Thomas Hobbes llamara el Lobo que, siéndolo, es lobo para sus semejantes. Homino hominis lupus est.
116. Por todo lo dicho, en las condiciones de aprovechamiento económico del cuerpo, una vez se ha domesticado , se apertrecha el Lobo.
117. Considerados como a priori histórico de nuestra época, Rómulo y Remo se separan afectivamente al surgir la Ley / Roma es sagrada y castigo a su desacralizador / y se convierten en paradigmas de leyenda en la historia de las actitudes. Cuando ambos eran hermanos en actitudes, uno no presentó la actitud lobuna ante el otro. Les mancomunó el deseo de recobrar la libertad del Abuelo, pese a que ya existía la apropiación política de los cuerpos, previar a la utilización económica de los mismos.
118. Edificar una Ciudad Sagrada es un esfuerzo por invertir la misma palabra Roma, convirtiéndola en Amor, a fin de volver a una ética originaria. Ni aún en la lógica e inferencias de su mito, Rómulo es quien inventa la anatomía política del cuerpo. El sistema de sujeción, que convertía al cuerpo en instrumento predecible y manejable con fines económicos, ya existía.
119. En la Tradición de Faustolo, fue el modo de producción esclavista el que desencadenó la apropiación de las personas. Este modo de producción esclavista es el que encumbra al Puteador, al cavador del «puteus» de deshonra. Más tarde, el feudalismo despótico estableció el sistema de castigo corporal que subsistirá en el modo de producción mercantil que instituye los trabajos forzados y en el modo de producción capitalista que impondrá el sistema disciplinario.
120. Entre los objetivos que el Cavador de Deshonra desearía subvertir, en el 'acaecer de la mala conciencia' (Nietzsche), siendo que es un resentido, es su propia admisión de culpabilidad y mofa. Rómulo, su hermano, se convierte ante Remo en un acreedor que le acusa y ante el que siente culpa. Esta envidia será la fuente de su violencia.
121. Mas en la Tradición de Faustolo, el Cavador-Puteador no produce un crecimiento orgánico en el interior del hombre ni un catalizante racional que sirva a alguna necesidad histórica. Los Remo(s) del Mundo son perpetuadores de simulacros y verdades instituídas, cada vez más desgastadas. El lobo y los perros (aún los domesticados) continuarán como los enemigos mayores del Rómulo-zorruno y lo que éste tiene de astucia.
122. Los puteadores entran en la Fiesta de los Niños y rompen las piñatas que se confeccionaron para ellos. Mas como intrusos no tienen otro gozo que frustrar la alegría de los niños. No esperan que de las piñatas caiga una lluvia de dulces o regalos. Entran obsesivamente donde no los llaman porque cada piñata que golpean a palos representa la ideología que odian: «el proceso del Deseo», del Otorgamiento en la medida de la cantidad de voluntad para recibir («Aviut»: deseo de recibir algo que está más allá de su propio cuerpo («Guf»).
123. Cuando los puteadores golpean las piñatas, golpean las Vasijas sagradas (el alma, Kli) y esencia de Aviut.
124. En el acaecer del acontecimiento de la Bestia con subjetividad, capaz de exhibir cierta sabiduría, como el anhelo de ética originaria, se centra Rómulo, el legendario fundador de Roma.
125. No habrá ética originaria sin la hazaña iruptiva de precomprensión del Alma, o Neshemá. Nietzsche, uno de los Zorros que admiro, dice que esta tarea comienza como una «disgregación, azar, coacción, o separación o vilentación». La voluntad crítica, la visión de la contradicción, el desprecio por lo sacrílego y la posibilidad de la belleza, surgen con la violentación ante la contradicción, de este modo es que se construyen los valores.
126. Puede que ésto parezca cruel: Rómulo asesina a su hermano envidioso, así como en las leyendas cristianas, el hermano envidioso (Caín) mata a Abel. Nietzsche dice algo escalofriante, si no lo entendemos: «Hasta el placer del abnegado reposa en la crueldad. Pues únicamente el placer del propio maltrato puede generar el valor del no-egoísmo o, dicho de otra manera, el altruismo como valor positivo».
127. Si viese que en la historia se operan cambios sin lucha o sin resentimiento, sucede por excepción. El dolor es siempre la constante. Por fortuna, o para menor vergüenza del hombre, el que sufre perdona y el más fuerte entre esos perdonadores, pulsa el cambio con un ejemplo de martirilogio.
128. Mas no se puede ser mártir sin una precomprensión del mensaje de la Vasija y el proceso del Deseo / Deleite. El mensaje de la vasija es tan simple y a la vez profundo: En Kli se configura un diseño de recepción de placer.
129. Tanto Deleite está configurado en tí como tejida está tu voluntad por Deseo con tu entorno.
130. El Puteador confunde la voluntad de Deseo con la voluntad de dominación.
131. El aprendizaje histórico filtra o sirve en la vasija una cierta cantidad y calidad del Deseo de Recepción. Los hombres-zorros lo mismo olfatean el Ruaj que el Neshemá; pero, la lucha por la sobrevivencia y el servicio, los mantiene en las madrigueras del mundo, con limitado deseo de regresar al Mundo del infinito o de la recepción ilimitada («Olam Ein Sof»).
132. Hay una precomprensión de lo creado, o lo dado, así como una prehistoria de ésto resumida en el proceso del Deseo o de su recepción.
133. Los africanos fueron los primeros en conceptualizar el vínculo entre todos los seres animados. A esta fuerza vital universal la llamaron magara. En rigor, se trata de la misma enseñanza contenida en El Libro del Zohar cuando dice: «Todos los mundos, los Superiores y los inferiores, se encuentran dentro del hombre. Todo lo que está creado en el mundo es para el bien del hombre, y todo vive y se desarrolla debido al hombre».
134. En la Tradición de Faustolo, la magara existe. Una Loba te puede alimentar con su leche como si fuera tu madre, siendo que «lo que está creado en el mundo es para el bien del hombre».
135. Hay una Diosa Madre coexistente en todas las cosas y su manifestación es la fuerza vital sustancial presente en todos los seres animados. Los hinduístas llevan el concepto de Aditi, como la diosa-madre, a la simbolización del vínculo infinito de lo terrestre con el espacio ilimitado.
136 La leyenda del anciano pastor Faustolo («il porcaro di Amulio») y Acca Larenzia, su esposa, es una historia sobre dos cosas: el altruísmo y el animismo como sistemas de creencias. Ambas cosas tienen que ver con la analítica genealógica del poder, o la dominación y con la etapa ética, que Foucault, asociara a la «genealogía del hombre de deseo».
137. Utilizo esta leyenda, con mi análisis hermenéutico, convencido de que el l conocimiento no es axiológicamente neutro, y que antes de hablar de solidez epistemológica o estructuras subyacentes del conocimiento o búsqueda de la verdad, hay que reconocer una historicidad concreta de las condiciones del ser que se juzga. En el entramado de la historia están los valores concretos, los que se atesoran y los que hay que revalorar; en ese entramado vital, se pelea la gran epopeya de la violentación de la que surgió la voluntad con su gramática parda (cf. Núm. 125). En este sentido, la verdad no es atemporal.
138. En regímenes con falsos valoresperpetuados, enmarcados en simulacros, «somos los que conocemos» (Nietszche) como a priori el mundo moral en que estamos, o en el que se ha vivido por milenios. La historia, con todas sus mentiras sobre la continuidad progresiva y sus truncos heroísmos, es el plexo de la moral y, por tanto, tiene también su genealogía. Genealogía que deja mucho que desear cuando la analítica se centra en las relaciones de poder, tan torvas y oscuras. Es la razón por la que que Federico Nietzsche en La Genealogía de la moral, si bien intuye muchas sutilezass sobre el a priori del ser que conoce y rompe Tablas de Valores, se aparta de la visión platónica del devenir humano.
139. Como Foucault después, en la primera etapa teórica de una arqueología de la verdad, Nietzsche dice que la verdad no es posible, que la reminiscencia platónica no ayuda y que no hay un origen fundante que oriente a la humanidad en la tarea de ganar su libertad y superas las trabas al conocimiento de la verdad y la ética originaria.,
140. Al negarse el nivel de la transmundanidad, confundiéndo con la Nada, ambos autores (Nietzsche y Foucault), socavan la noción de Otorgamiento. Desdivinizada el alma, convertida en mera subjetividad histórica, la noción de Hombre-Bestia en el sentido hobbeano queda intocada. El barniz moral que ambos le aplican no borra esta idea.
141. El hombre-bestial, o animal político que cava puniciones, es el posibilitador del Estado; pero, a menudo y ésto es casi siempre, no es capaz de forjar un contrato social que como pacto sea justo para todos y haya sido validado de otro modo que no sea la coacción y avasallamiento.
142. Los puteadores se encarrilan hacia el Estado como antes hacia las hordas y la jefatura de los rebaños.
143. Puteadores (libres del «pozo» de la autocontención, más deshonradores del prójimo) o su víctima, el empozado, todos necesitamos del sujeto como alimento, porque no somos meros cuerpos. Foucault define el sujeto / o la vasija / como «un pliegue de la exterioridad».
144. El filósofo-zorro, como el artista, define la Vasija como su Yo para el Deleite, el receptáculo para sus placeres y convivencias (interacciones infinitas y perfectas). La vasija / el alma / o el yo / no es una Tábula Rasa que sólo se ha llenado, o medio llenado, del «afuera del que procede» (Foucault).
145. Lo filósofos o sicólogos que habla sobre el Alma / Klit / del Neshamá / como si se tratara de un cacharro en el que se echa cualquier líquido son cavadores de pozos. Funcionan de la misma manera y con el mismo conocimiento que el limpia un albañal, o el pozo de una letrina. Sacan mierda de un hoyo. Cavan un pozo séptico.
146. Decir como Foucault que «el pensamiento no encuentra en sí mismo nada con qué alimentarse», o que lo impensado reside solamente fuera del sujeto, es trabajo chapucero de albañalero.
147. Nietzsche fue más sutil al expresarlo. Existe una interiorización con muchos contenidos que han debido y deberían ser exteriorizados. «Todos los instintos que no se desahogan hacia afuera, se vuelven hacia adentro, esto es, lo yo llamo una interiorización del hombre: únicamente con esto se desarrolla en él lo que más tarde se denomina el alma».
148. Ahora bien, visto que es posible que haya pensamientos neutralizados o castrados vitalmente para pensar algo nuevo, pensamiento que son como árboles podados por los piuteadores y que han sido «desarraigados de lo otro», lo externo / geografía / animales / semejantes / relaciones amplias de libertad y convivencia con otros cuerpos / y aún con dimensiones anímicas y energéticas /, ¿qué explica sus carencias y anomalías? ¿O la queja foucaultiana sobre las subjetividades inhabilitadas para pensar lo nuevo, lejano y distinto, y producir o participar de una moral?
149. Después de todo, pensar definido como «bosquejar en el adentro los rasgos del afuera» o «plizar lo exterior en lo interior» es una buena idea; pero, es sólo una de las posibilidades del acto de pensar.
150.Hay una estructura del pensar que enriquece la inversión foucaltiana de Yo / o sujeto / como «coágulo del exterior». Los coágulos son malas plataformas para fundar una moral
151. Esta es una estructura que Foucault no examina y que, sin embargo, la llama dispositivo de asttucia no encaja en su noción de «proceso sin sujeto», que sirve como conciliador de las relaciones de fuerzas vigentes en el curso del desarrollo y el mantenimiento en la red del poder.
152. Cuando M. Foucault dice que «el poder produce sexualidad, o individualidad, o deseo, no sólo en la densidad de la red del poder, sino también en sus zonas más laxas», esta genealogia para el hombre del deseo (cf. Núm. 136) no mienta otra cosa que una ilusión de erotismo y libertad. Un placer de simulacro.
151. Hoy por hoy, los hombres-rebaños son los que dicen: «Soy un ser ético» y, sin embargo, no establecen relaciones consigo mismos que sean diferentes al de su manipulador. Ese dispositivo astuto del «proceso sin sujeto», arguido por Foucault es el que crea la falsa noción de ser libre, cuando no se es. «Libre de relacionarme con mi interior mientras me relaciono con el exterior».
152: Cuando me planteo la problemática de la sabiduría animal (cf. Parte Una), mi meditación poética describe la crisis de la cultura externa e histórica como una incapacidad para producir una espiritualidad activa y auténtica que es la que puede enlazarnos a la ética originaria.
153. La ética originaria es la que bendice y la que mira «a la cara y con la frente bien levantada» (sic. Nietzsche) el sufrimiento. En ésto consiste la madurez humana. El zorro-niño de Nietzsche se acerca a la sabiduría animal con una añoranza del juego. Madurar tiene que ir en acorde a «a la seriedad con la que jugaba cuando era niño».
154. Esto me recuerda, en la Tradición de Faustolo, al anciano que evoca el encuentro de los dos niños (Rómulo y Remo) que criará, junto a Laurenzia, como suyos. En el bosque, cerca de un río, en una oscura tarde, tras días de lluvia, testificó que los niños se alimentaban de las ubres de una enorme loba. Escondio tras un árbol, observa la escena. Lo que procederá después es que estos niños selváticos crecerán muy fuertes a su lado, con un carácter juguetón y amable, cada vez con mayores búsquedas de aventuras en medio de los bosques..
155. Este es el tipo de vida, natural y libre, que Nietzsche admira cuando valora el intelecto animal aplicado en la vitalidad humana y que inspira su reflexión siguiente: «Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz».
156. Cuando hablo sobre zorrez, me refiero a este sano intelecto animal: que en los niños Rómulo y Remo es evidente. Los no tocados por el temor a una Loba, niños movidos por el espíritu juguetó como ardillitas alrededor de una bestia mayor.
157. El hombre zorruno o selvático es capaz de amar y jugar. Es un animista natural, no cultivado por el miedo. O por lo que no existe. Es un evocador nato de lo infinito, esto es, la relación con un todo. Su verdadera madre es el Aleph, Aditi, la cardinalidad. Desde su nivel terrestre presiente los conjuntos infinitos, su esencia presente en todo el Universo.
158. Este hombre zorruno y selvático el que tomó seriamente el juego de la vida porque muy claramente Nietzsche, sin negar el dolor, filosofa: «No hay razón para buscar el sufrimiento». Por desgracia, hay sufridores profesionales, llorones de carrera. Y son la mayoría.
159. Puede que en el destino de la criatura humana haya muy pocos momentos felices, pero, la vida tiene esos momentos dichosos para quien sabe buscarlos. No hay épocas felices, o sociedades y civilizaciones que lo hayan sido, mas hay individuos que sí saben de ese sabor de la vitalidad. Son como hombres-niños que se regocijan ya con seriedad de lo que vivieron. Seriedad madura que no dejaron que su alma (vasija / Kli) fuese echada a un pozo profundo por los puteadores, cavadores de deshonra..
160. El niño-sabio-lúdico de Nietzsche busca la esperanza y el placer, pero, al mismo tiempo, es uno que «evalúa, como ser que ama por excelencia» (Nietzsche). Su espiritualidad no es pasiva y dependiente y, como explica el rabino Yehuda ben Israel, no se ata a «algo externo» que no mejora al hombre como persona o ser espiritual.
161. Hay adultos, en el sector de los educadores, jueces y sicólogos dizquie, expertoas y maduros en sus disciplinas, que piensan que ser niño es ser un tontarrón baboso, un pendejo transitorio y que ha dejar de serlo, con los años y lo coscorrones.
162. Estos puteadores de la ingenuidad y la inocencia no comprenden la naturaleza libre que el niño expresa y que ellos se encargarán de quitar y enmalecer, a tono con la cordura de la «gratitud».
163. Es realmente estúpido enseñar a ser agradable, hermoso y feliz, a quien ya lo es. La niñez ya contiene su innata libertad y tiene una carlanca divina, con estrellas animísticas y angélicas. A los niños hay que dejarlos ser y estimularles la esperanza. No se trata de dejarlos a su suerte, en el sentido material, sino que hay que darles la esperanza de que con su libertad descubran su propio destino y la ética originaria. «La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte», meditaba Nietzsche.
164. Para describir la sabiduría animal que preconiza el Zorro, uilizo los elementos o presupuestos, ya aprendidos de Nietzsche. Cuando seas niño, o los tengas a tu lado, cuídate y cuídalos de los puteadores.
165. La pedofilia del puteador es chantaje y engaño. Estos vienen en nombre de las «convicciones» y los Valores Familiares Tradicionales ha echarte al fondo «puteus», donde te sodomizan. Nietzsche advirtió: «Las convicciones son más peligrosos enemigos de la verdad que las mentiras», o lo que es igual: «Toda convicción es una cárcel».
166. Con la infancia de sus naciones, ¿qué han echo los grandes pedófilos de la Fosa Pútida que se llama la Milicia, el Servicio a la Patria? Reclutarlas en sus tribus predatorias y llevarlas, como carne de cañón, a la matanza.
167. El resultado está muy bien descrito por Nietzsche: «La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido».
168. Cuando el tipo de cultura e instituciones tradicionales (incluyendo familia, escuela e iglesia), se han aliado como tribus en favor de tantas fosas pútida, controladas por puteadores, más vale nacer de una zorra en medio del bosque o de una loba en los derredores de Roma.
169. No siempre se es tan afortunado de tener a Faustolo por padrastro.
170. No dudo que Rómulo habría dicho lo que yo digo con respecto al Zorro. «Una loba me lacta. Es mi amiga y mi madre putativa. Tomaré a ella como mi doble, sombra de mi alma y guenda»
171. Precisaré un poco más sobre estas cosas para indagar el por qué de mi zorrez. La necesidad de descubrir el animal que nos inviste con su sabiduría, con el «sano intelecto animal», como Nietzsche postulara, tiene una larga trayectoria de documentación histórica. Un ejemplo: el Prólogo de la Epopeya de Gilgamesh con la noción de una hembra animaluna, «la doncella que chilla constantemente», que es llamada Lila, identificada con Lilith (la Eva-Bestia, primera esposa de Adam), en otra tradición que la asimila. Su compañero es descrito como quien alegra todo corazón y, al parecer, es pájaro o Dragón.
172. Todos los animales, sea la hiena, el zorro o el hombre, tienen una percepción sensual potencial y activa («Anschauung») y la fisiología instintiva que procesa los estímulos que percibe. Con este equipo es que se visualiza la externalización, lo natural de las formas, incitaciones y estímulos físico-orgánicos. Este es el «Geist für sich» hegeliano encarnado en los animales lo mismo que en el género humano.
173. Cuando valoro la nobleza de todo lo natural y salvaje, de todo lo animal, que todavía no se proyecta con el concepto («Begrirff») o el método lógico, es porque admito que los reinos con esta cualidad («Anschauung»), sensualidad y resistencia, tiene el valor de almas vivientes. Pasan por el mismo proceso que el hombre y provienen de la misma esencia.
174. Es cierto que cada animal tiene una guarida que le es propia. En cuanto espacial, la guarida es toda la Naturaleza («el afuera»); en cuanto, almática y animística, tal guarida es el Anschauung.
175. Hay una diferencia entre la guarida o madriguera que el animal se elabora con la sabiduría de su Anschauung. o percepción sensual y la jaula y el foso que cava el puiteador que deshonra.
176. Cuando cohabita en libertad y sin coacciones, todo animal elabora su nidaje, su guarida, marca una territorialidad, sagrada para sí, el espacio acorde a su sabiduría sensual y protectiva. Un animal aprende más que lo que suponemos. Aprende lo necesario y maximiza el potencial de su Anschauung en la geografía, flora y fauna que pisa y percibe.
177. Con el hombre, aún con su mayor evolución intelectual y fisiológica y para su mayor desgracia, la maximización de los potenciales que, en su entorno, le brinda su Anschauung, no ha sido posible. Es que el puteador más grande de los animales es doblemente enorme contra el hombre.
178. Aunque los animales, no lo conceptualizan como el hombre son almas sintientes que reconocen al puteador.
179. Sin embargo, precisemos algo que ocurre con el hombre, más dotado de Luz («Or») para la recepción de sus interrelaciones perfectibles de infinito. En el proceso del Deseo y el otorgamiento (cf. Núm. 122), que opera acorde a la cantidad de voluntad para recibir («Aviut»: deseo de recibir algo que está más allá de su propio cuerpo («Guf»), el hombre se autodepreda y con ello sufre más que el animal.
180. Este sufrimiento concierne al desaprovechamiento de su luz. La mala administración de su Anschauung. El género humano es el único que, aún conociendo que posee un alma sintiente, con niveles mayores (de mayor apetencia de luz), la niega y la sabotea.
181. El hombre que derrocha su energía animal y su percepción sensual termina haciéndose deudor («Schuld»). Ningún animal se siente deudor o se humilla ante sus acreedores.
182. Ser deudor incentiva la agresión, la envidia y el resentimiento. La envidia incontrolada pasa de la mofa al resentimiento y el resentimiento incontrolado a la agresión. La agresión del resentido se extiende a sus semejantes y a su entorno.
183. La agresión es anti-ecológica y anti-erótica. Es un paulatino suicidio en vida.
184. La depredación innecesaria surge de la envidia. Es una sed y hambre de Luz / Deleite / que responde a una vasija permanente rota, que ya no puede contener ni deseo de recepción ni otorgamiento.
185. Regresar al Mundo del Infinito o de la recepción ilimitada («Olam Ein Sof»), según vimos en el aforismo Núm. 131 es cuestión de aprendizaje histórico, que es el hábitat o madriguera de nuestra resistencia.
186. Para el zorro-espiritual, el lugar de nuestra resistencia es pantano nutricio, que es la Vulva del Neshamá. Esa esa es la cima orgásmica del Deleite, desde la cual hay que continuar el Canto Invocativo del Deseo o Voluntad por Deleite fuera de los dominadores o puteadores. Hay que espantar a los intrusos desde el Ruaj evitando que agujeren o violenten nuestro pantano nutricio.
187. La Doncella Lila en el Prólogo de la Epopeya de Gilgamesh es la Sabiduría Animal. La Lilith de Adam. El / la / Guenda. Nuestro doble en el reino de Ruaj. Tomarla, como aliada, para fortalecer la Guarida (cf. Núm. 171..
188. Una vez, con la resistencia, podemos avanzar a las aventuras que brinda la Naturaleza e investidos con dones de Neshemá, seguir hasta colmar la Vasija con nueva Luz. El arribo al Olam Ein Sof.
188. Todos los seres humanos debemos buscar la Doncella Lila. Evitar que se convierta en la hija de Havvah. En la prostituta para la noche del stop-club.
189. La sana sabiduría animal revela que hay alma viviente, olor a propia madriguera de Ruaj, en los árbolos y en las plantas. La creencia animista en los tótems proviene de la esencia de utilidad y belleza que reside en estos cuerpos de la Naturaleza.
180. Un animal vivo es un alma sintiente. Deja su olor / vapor / y su saliva, como un perro en los lugares útiles de su protección. Si usted cree que los árboles son mera materia prima para fabricar un mueble usted es espiritualmente míope y no tiene un guenda. Su percepción sensual es pobre o inexistente.
181. Si usted cree, aunque parezca un paganismo supersticioso, que un árbol es un alma sintiente, puede que lentienda la adoración del hombre antiguo por las deidades maternas, o espíritus forales. Esto lo hace animista, en el mejor sentido, el espiritual.
182. Aún cuando el árbol, o el animal que será sacrificado para uso humano o alimento, muera, antes merece el respeto. Los antiguos druídas, así como los leñadores paganos, antes de talar de talar un árbol, lo bendecían y le pedían perdón. Esto es sana sabiduría animal.
183. Puede que, ante la opinión de los modernos, ésto parezca anacrónica herejía o superstición; pero yo creo en el alma femenina de los árboles. Me encanta la visión de las dríadas del folclor griego y el sacerdocio druída que adoraba la esencia de los árboles.
184. Cuando yo valoro el concepto de Otorgamiento divino (que se desprende de las enseñanzas kabbalísticas), en realidad, precomprendo el hecho de que la Naturaleza (sus ríos, sus árboles, las bestias menores al hombre) son almas vivientes que se nos ofrendan. Son las fuentes del Otorgamiento.
185. Mi zorrez es el primer obsequio que se me da por otorgamiento.
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