SANTA ANA: Casi una decena de candidatos compiten para representar a las áreas de la ciudad y las familias que en ella viven en la Junta Escolar de Santa Ana. Las familias, cuyos hijos asisten a las escuelas públicas del Distrito Escolar Unificado (DEUSA, siglas en español) de la ciudad, se sienten en algunas de estas áreas mal representadas, lo que es grave en el contexto de que el Distrito Escolar, como tal, pasa por una crisis de bancarrota (que le viene costando $31 millones, a la fecha); hay indicios de corrupción e ineptitud. Con enojo y frustración, se ha decidido el despedido de 400 ayudantes de maestros y personal clasificado. El déficit presupuestario del DEUSA para el próximo año se calcula en $13.5 millones y los programas escolares de verano (que suelen ser la base y promesa de ayuda a estudiantes en riesgo) están en la cuerda floja como lo primero que desaparecerá. Los fondos para financiar la Educación Especial han sido reducidos por $1.3 millones; pero la burocracia administrativa permaneció intocable. La intención original fue despedir a 500 maestros; lo que no sucedió, gracias a la unidad y el manejo efectivo del sindicato que los representa.
Nos acercamos a Gloria Alvarado, una de las candidatas a integrar la Junta Escolar de Santa Ana, y persona que se educó, desde niña, en el sistema educativo público de la Ciudad, experiencia que comparte con sus hijos, educados exitosamente en las escuelas del DEUSA. Son muchas las preguntas que se pueden hacer a una admirable organizadora que lleva 20 años trabajando con la Ciudad y, quien por los últimos 8 años, dirige el Centro de Personas de la Tercera Edad (Senior Center) de Santa Ana, con sede entre la Calle Tercera y Ross.
Gloria Alvarado es dirigente nata y, como tal, sabe reconocer y salir a rescatar esos potenciales de conexión, participación y trabajo desinteresado en otras gentes para solucionar problemas. No es sólo una persona designada, o elegida para un comportamiento burocrático. Hacer, organizar, enfrentar desafíos y solucionar los problemas encontrados, requiere energía y preparación que, en 20 años en la vida pública, ella ha desarrollado. No sorprende que ella haya sido la persona a la que muchas familias, a través de tres distintos portavoces, invitaran a que compita por un escaño en la Junta Escolar de Santa Ana. Alvarado ha aceptado el reto y dice: «Y voy a ganar».
Nacida en el Distrito Federal (México), en una familia de tres hermanos, hoy todos en los EE.UU., Gloria vino pequeña a California. Hoy ella no tiene familiares en México. Fue madre soltera. Terminó su preparatoria en la escuela nocturna en Santa Ana. No desfiló, al graduarse, junto a la clase de promoción de su año. No fue permitido por las normas prevalescientes, por ser una madre soltera. Sin embargo, la responsabilidad ante su hijo fue lo que desató el potencial para sus logros, lo que proveyó sus ánimos de triunfo y la estámina moral permanente que la ha llevado a cumplir con muchas contribuciones al bienestar de las comunidades locales.
Lo que Gloria Alvarado afirma que es su mayor logro es la familia ejemplar que ha criado. Pese a un matrimonio que terminó en divorcio: «Tengo 4 hijos, el mayor de 26 años. Cada uno de ellos, hasta mis gemelos, varón y hembra, es una luz. Son activos en la comunidad, excelentes como estudiantes. Saben lo que quieren. En mi familia hay diálogo, comunicación, disciplina. Uno estudió Artes Liberales y pedagogía y ha comenzado una Maestría en Finanzas en Chapman University. Otra de mis hijas, Denise, es sargento en la Marina. Los más pequeños, adolescentes de 14 años, destacan en la música; cantan, brillan y son ambiciosos. Aspiran a educarse, pues, son excelentes estudiantes… Cuando decidí que aceptaría este reto, competir para un escaño en la Junta de Educación, les tuve en mente. Consulté con ellos y fueron los primeros que me dijeron: Eso son más juntas para ti, más tiempo sin verte en la casa; pero, adelante. Compite».
¿QUE ES UN LIDER?
Si una persona que compite [por representar una comunidad en la Junta de Educación] no ha reflexionado sobre el papel de liderazgo que corresponde al cargo que desea, no podrá ser un buen líder. «A veces, los representantes fracasan. Es que no han tenido el tiempo para conocer cuál es su función. No se han interesado de veras en los problemas y en ayudar a resolverlos. Un dirigente no está para que le rindan honores… El líder se forma cuando otra persona lo inspira y lo hace adueñarse de todo su potencial y lo motiva para que aprenda su verdadero ‘jale’. Un líder se adueña de su área, el lugar donde vive, para dar lo mejor y enseñar a otros a hacer lo mismo; pero todos los dirigentes, hombre o mujer, necesitan de un impulso que los ilumine, los ubique y los abra. Si son los adultos y lo necesitan, ¿qué no será un niño con menos experiencia de la vida»?»
«Recuerdo a un profesor que fue uno de mis primeros héroes, el maestro San Román, y quien todavía está enseñando. Yo, desde adolescente, he sido bocona, peleona, ‘grande’ según mi opinión y porque tenía buenos grados, desobedecí cuando me dijo: Mañana, te quiero en la escuela a esta hora. Creí que bastaba con ser buena estudiante. Como no fui y me quedé por terca a descansar, el profesor San Román se apareció en mi casa; me hizo vestirme e ir para así darme una lección de labor social y no se fue de mi casa hasta que no me alisté ese sábado, para ir a donde él nos dijo, que fue impiar la escuela y sus alrededores… Necesitamos maestros así. Que nos digan … esta es tu escuela. Esta es tu ciudad… Fue él, San Román, quien me enseñó a organizar. Organizar mi tiempo, en primer lugar y luego ver que nos falta amor y comprensión por los demás. Nos falta hacer labor social y reclamar con bondad la comunidad en que vivimos. Esa es una gran lección», recordó ella.
Cada tarea que Gloria Alvarado emprende para dar servicio a la comunidad ha exigido preparación y consulta. Rememoró que una vez se graduara como cosmetóloga, por ocho años, administró exitosamente su propio negocio de un salón de belleza. Una vez se decidió por trabajar con la Ciudad de Santa Ana, organizó su tiempo y halló las horas para ingresar al Santa Ana College y estudiar cuantos cursos de sociología fueran necesarios para un certificado en Desarrollo Humano; al nombrársele directora del Santa Ana Senior Center, se matricula en el Coasline Community College y estudia Gerontología. Entendía que sólo un conocimiento en los asuntos que conciernen con los ancianos y sus problemas la haría exitosa en su misión. «Este es el tipo de persona que soy. Estoy siempre estudiando, yendo a colegio, y estoy siempre aprendiendo de la gente con la que entro en contacto, especialmente, de quienes llamo «héroes», los inspiradores, los que te enseñan a trabajar juntos y te dan conexiones con lo mejor que hay en el alma de los demás».
GLORIA ALVARADO Y LAS ESCUELAS
El liderazgo de Gloria Alvarado es algo que recuerdan, agradecen y se materializó creativamenente desde la labor que ella y otros grupos del gobierno de la Ciudad de Santa Ana, hicieron en el sector vecinal de Minnie, cuando el tráfico de drogas, el hacinamiento de las viviendas, la suciedad del sector y otros problemas, infestaban el área. Fue allí que comprendió que hay necesidad de educar para crear líderes dentro de las propias comunidades y tal tarea es posible, aún siendo dura.
En Minnie, colaboró para crear el programa Weed and Seed («Desyerbar y Sembrar») que, con la ayuda de la Policía de Santa Ana, hizo las primeras limpiezas de calles y callejones, así como de los apartamentos mismos, destartalados y habitados hasta por cinco o más familias. Allí ayudó a la creación de la primera Asociación de Vecinos en Corner Stone y de un Centro de Recursos Familiares, centros de tutoría para estudiantes y otros programas. «Allí conocí a otra de mis heroínas: Victoria Zaragoza», nos dijo.
Para 1994, residentes, personal de la Ciudad como Gloria Alvarado, y la División del Sureste de la policía comenzaron a revitalizar el vecindario Minnie / Standard que históricamente había sido uno infestado por la venta de narcóticos y la actividad pandillera. Esta tarea, en la que Alvarado fue pieza clave, produjo una reducción general de crimen. Y es un ejemplo de cómo se promueven «conexiones participativas» de comunidad, en cooperación con una política comunitaria en que la policía cumple un rol de orientación y diálogo amistoso, no meramente represivo, con la juventud del área.
De la misma manera, Gloria Alvarado nos cuenta los milagros sociales que un proyecto de rescate de una calle cerrada, abandonada y utilizada como vertedero de basura, se convierte en un parque en Myrtle, que más tarde se repavimenta; sirve como un área de murales para una artista profesional y devuelve el orgullo a la comunidad. «Allí en Myrtle buscamos a los líderes fuertes que sacaran la cara por un vecindario caído en apatía, sin organización. Y ellos fueron David Benavidez y Román Reina». Hoy Benavidez es uno de los consejales de la Ciudad de Santa Ana.
Gloria Alvarado se ha integrado a la Asociación de Padres y Maestros (PTA, por sus siglas inglesas) y cree que es una organización de conexión «que puede funcionar muy bien y hacer diferencias, porque de lo que se trata es de hacer equipo con la administración de la escuela, profesores, estudiantes y sus familias». Mas, por su experiencia con la PTA, es que ella se ha dado cuenta de que muchas cosas en la relación entre la escuela y la comunidad no están funcionando bien y que hay representantes en la Junta de Educación que tampoco funcionan bien.
Para fortalecer el rol de las Asociaciones de Padres y Maestros, el miembro en la Junta de Educación tiene que hacer su trabajo. Todo comienza oyendo a los padres y estudiantes. «Cuando no hay esa conexión, posiblemente, se trata de funcionarios en la Junta de Educación que siguen cómodamente un calendario. Que no se preocupan por la comunicación. Que no saben su función… Yo creo en visitar las escuelas; en caerles de sorpresa, no hacer cita ni que me digan, este es el salón que visitarás en esta escuela. Una previamente preparada con estudiantes, disciplinados, estudiosos y sin problemas. No. La supervisión debe ser efectiva… Muchos padres les tienen miedo a enfrentarse a los directores escolares, porque, desde la secretaria en la recepción es poco colaborativa, les alza la voz a los padres y niños que vienen por ayuda. La actitud es prepotente. ¿Cómo quieren que los padres se sientan en confianza de ir? ¿Cómo tener una Asociación de Padres y Maestros que sea fuerte?»
La señora Alvarado abundó en casos que conoce. Uno es el de un niño que estuvo siendo abusado sexual y físicamente en una familia disfuncional. La madre aterrorizada por las golpizas del esposo, por demás alcohólico. Este, como padre, maltrante e irrespetuoso. El niño, a punto de la deserción escolar, tuvo que ser disciplinado, «con horas de servicio», por orden de la escuela, en consideración de sus faltas. Iba alcholizado a la escuela., «pero eso era una mínima parte del problema, no la causa». Emocionalmente, estaba destruído, avergonzado, sin que nadie se diera cuenta de la experiencia que vivía.
«Hay servicios de orientación sicológica en el Distrito Escolar; pero ni los padres ni el niño lo sabían. Ni los maestros ni los administradores, por las razones que sean, promocionan estos servicios ni los hacen disponibles. Es cierto que hay que pedirlos; pero no se pide lo que no se sabe si existe… Hay un problema grave de deserción escolar y de niños que se van de pinta y no van a la escuela... ¿Por qué?... Un dirigente, miembro de la Junta de Educación, uno que quiera dar verdadero liderazgo, tiene que preguntarse por qué y trabajar para que el comportamiento de esos niños cambie y ésto es sólo posible con la aceptación, con estímulos y por hacer que él se sienta bien. Un niño es fácil de guiar si una les toca el corazón».
LA DESERCION ESCOLAR Y EL EXAMEN DE SALIDA
Durante la entrevista con Gloria Alvarado, ella reconoció los graves problemas por los que pasan las escuelas: la tasa de deserción escolar es alarmante, hecho que fue reconocido recientemente por el Superintendente Estatal de Instrucción Pública, Jack O’Donell. «Uno de cada 4 niños abandona la escuela en los grados de preparatoria», dijo O’ Donell. La brecha de aprovechamiento académico es aún más crítica entre afroamericanos, latinos y estudiantes de bajos ingresos. El Distrito Escolar Unificado de Santa Ana es una parte de este problema.
Este ritmo de abandono de la escuela por los estudiantes tendrá efectos catastróficos en la economía. Según el proyecto California Dropout Research Project, cada ola anual de desertores escolares costarán a California $46 billones por aumento de gastos y contribuciones. Alvarado está consciente de los recortes de persupuesto, de las necesidades que quedan sin financiamiento por lo que ocurre en Sacramento. Para operar el Centro de Personas de la Tercera Edad, ella tiene que dar luchas de cabildeo en Sacramento. En las escuelas del DEUSA, hay y habrá clases que ya no pueden ofrecerse, ni servicios estudiantiles y otros programas de impacto. Los números alumnos por clase sigue siendo un problema. El alto índice de abandono escolar («dropout rate») son el viejo legado de lo poco que California invierte en financiar la educación pública por cada alumno («per-pupil funding»).
HAY RECURSOS DISPONIBLES
Otra de las organizaciones que Alvarado considera «heroínas, hechas con voluntarios interesados en ayudar», es ABRAZAR. Desde el nombre mismo se mienta la actitud quen le da sentido y filosofía. Abrazar, Inc. proveyó en Santa Ana y Westminster servicios que incluyeron programas después de la escuela, consejería, nutrición, educación, referencias para servicios de salud mental, rehabilitación, transportación de ancianitos y beneficencia.
La diversidad de agencias, voluntarios individuales, iglesias y grupos, que aportan sus recursos, es una riqueza en la comunidad y es excitante oír a Gloria Alvarado entusiasmarse ante este hecho; pero «es importante coordinar y promocionar; tan importante como el que tiene necesidad lo diga y pida». Su actitud personal es tan positiva que los malos vaticinios y los pesimismos con que mucha gente juzga la juventud escolar en deserción, el crecimiento de las pandillas y la crisis estructural del Distrito Escolar Unificado, pasan a un segundo plano. Toma, por ejemplo, los temas de las pandillas y la corrrelación de aprovechamiento académico y la conducta de estos niños en la escuela. Nos da ejemplos de niños rebeldones y problemáticos, cuyas vidas ha visto cambiados cuando se le da un motivo y un sentido de labor social y participación.
«La pandilla, como es también irse de pinta y faltar a la escuela, son escapes. Esos niños dan un mensaje. Expresan que ni en la escuela ni en el hogar se están atendiendo sus necesidades emocionales o físicas. No se les está oyendo y ellos dicen: ‘Háblame y mírame. Y cuando me hables, mírame’… Muchas escuelas, maestros y directores escolares, fracasan en la tarea de tratar con ellos. Es fácil ignorar y devaluarlos que dedicarles un rato. No es sólo tarea de los maestros. Es tarea de los padres y de la comunidad por entero… ¿Te imaginas el caso de aquel niño traumado que iba ebrio a la escuela, por la vergüenza de ser abusado sexual y físicamente por su padre? Y otro caso que conocí, la de una niña que no iba a la escuela, por estar embarazada… pero, no siempre es obvio para los maestros que se quejan y tienen que atender a muchos alumnos en una clase. No todos están ahí para oírlos. No todo el personal de la escuela tiene la paciencia ni la actitud de ayudar… De eso es que se trata ser un miembro de la Junta de Educación, o ser miembro de una Asociación de Padres y Maestros», dice Gloria.
Ella elogia las Escuelas Fundamentales y explica que muchas normas y medidas que hay en ellas se pueden «copiar» y aplicarlas en las escuelas tradicionales. Ejemplo: el sistema de valet en los estacionamiento. No hay que cambiar todo un sistema. «Lo que hay que cambiar es la actitud. Los padres deben aprenden a participar. Los funcionarios escolares ponerse en la actitud de oír y el niño. El niño aprender a decir: ‘Ayúdame’. Todos en la actitud de decir: Sí se puede».
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