Por Damian Uhrbach
Entre los poetas de tradición judaica y profética contemporánea, encontramos la reacción de uno, C. López Dzur, quien publicara, en Israel, una meditación sobre la exoneración y liberación de John Demjanuk, sentenciado a muerte en 25 de abril de 1988 por los crímenes de guerra cometidos en dos campos de concentración de Treblinka. Fue acusado de ser un guardia notorio conocido como Iván el Terrible por los sobrevivientes y absuelto en 1993. Por segunda vez, John Demjanuk es absuelto.
En 1977, habia sido condenado a muerte en Israel, pero luego se le condonó la pena ya que ex guardias del Campo de Treblinka dijeron que el apellido de Iván El Terrible era Marchenko y no Demjanjuk. Suponer que se cambió el nombre es complicado. Nacido en Ucrania, el 3 de abril de 1920, es ciudadano estadunidense naturalizado, fue acusado de cometer crimes de guerra durante la segunda guerra mundia, en los campos de concentracion de Sobibor y de Treblinka, durante el periodo de marzo y septiembre de 1943. Siendo ya ciudadano estadounidense, es embarazoso suponer que es un criminal nazi. En su defecto, es defendido sobre la base de que es muy joven para ser criminal en el ejército.
El asunto de nombre y edad se convirtió en una lucha retórica, ante lo cual no se podia comprobar fehacientemente que John Demjanjuk [tambien conocido como Iván Demjanjuk] era Iván El Terrible. El acusado siempre negó la responsabilidad y dijo que pertenecio a las fuerzas soviéticas y que los alemanes lo habían detenido y llevado a un campo de concentración. Hay como parte del proceso sicológico tras la guerra: juegos de denegación para formar el olvido, olvido personal e histórico. ¿Sufre John de la misma denegación, o su defensa / de robo al tiempo / es la triquiñuela de los grupos extremistas del nihilismo?, grupos que niegan el holocausto y visten ropas de KKK...
Pero viendo las fotos del Iván (sea el Iván Marchenko o Iván Demjanjuk, o Iván el Terrible) es obvio que hay gato encerrado. El parecido y la evidencia del sentenciado a muerte (y, al fin y al cabo liberado) es sorprendente).
Este fue posiblemente el Nazi John Demjanjuk, Ivan The Terrible, guardián de un campo de concentración Nazi en Sobibor, localizado en Polonia, el mismo que fue arrestado con su uniforme nazi y deportado a Alemania. Años más tarde sopesádose los cargos por la muerte de 29,000 judíos allí. Un observador ha dicho: «Uno viendo las imagenes de un pobre viejo convaleciente, enfermo, casi sin poder moverse, tal ve le venga lástima, piedad, compasión, pero al mismo tiempo uno recuerda, cuando en otra epoca 29, 000 judios pasaron por sus manos y sin piedad cometió las peores bajezas y vejaciones contra otros seres humanos. ¿Que dirán aquellos que han sobrevivido al verlo, concederian ellos la extradicion o tendrian la compasion para que muera en su casa con su familia?»
Sin embargo, en un tribunal de apelación de la familia Demjanjuk, en Cincinnati, esto es, la peticion de su hijo, tuvo defensores y que no se produzca la extradicion, se le ha concedido. «Salió en sillas de rueda, debido a su estado de salud delicado, el pasado 5 de abril iba a ser deportado, pero la familia gano una instancia de alegación diciendo que el llevarlo a Alemania producidira un riesgo en su salud delicada: insuficiencia renal y anemia, problemas de salud». [«Postponed at the last minute deportation to Nazi Germany’s “Ivan the Terrible»: Ver
El establecimiento ultraconservador, encabezado por Pat Buchanan, estuvo vigilando su caso. Este es uno de los wanna-be del patriotismo que Buchanan defiende. Este hombre, sin duda, va a escapársele al Diablo Castigador por entre medio de las patas.
Lo que parece preocupar al autor del poema que reproduciremos, Juan medita sobre el perdón, no es si John Demjanuk tiene o no una coartada para eximirse de responsabilidad, sino algo más crucial. El poema antecede a esta segunda oportunidad de evasión montada por las cortes y la manipulación de propaganda en defensa de un presunto asesino de lesa humanidad.
«Cuesta entender cómo, después de solo 60 años, hay quienes niegan la verdad del holocausto, que fue el proyecto más importante de los 12 años de dictatura nazi. Para Hitler, el acabar con los judíos europeos era la meta más importante, más aún que ganar la guerra. Negar el holocausto es negar un importante hecho histórico. Nunca antes se había propuesto acabar con todos los miembros de una comunidad utilizando métodos industriales de gran eficacia (arrestos, transportes ferroviarios bien organizado, campos de exterminación, usando los métodos más modernos: gases mortales. Incinerar los cadáveres después de haberles despojado de todo lo que podían llevar de valor, incluso dientes en oro. Lo que más horror causa es la organización, la eficacia, la industrialización de la muerte. Los iranios deberían invitar a algunos sobrevivientes [que milagrosamente los hay todavía] para que les relaten lo que vivieron. El holocausto no debe olvidarse. Es una lección para toda la humanidad. Y es terrible constatar como ahora mismo sigue habiendo ejemplos de genocidio (Darfur, por ejemplo, y hace poco, Srebenitsa). La humanidad sigue siendo muy salvaje». Pero, además de salvaje cínica.
En la Segunda Guerra Mundial se calcula que murieron aproximadamente 55 millones de personas. De éstas, casi 25 millones murieron en combate y 30 millones fueron civiles que murieron por diferentes causas. Si usted toma en consideración los números, la peor parte la llevaron los rusos. Se calcula que murieron 13, 600.000 combatientes y 7,700.000 civiles. En segundo lugar de la ciifra sioniestra estaría China que tuvo 3.500.000 militares muertos y 10.000.000 civiles. En tercer lugar están los polacos con 120.000 combatientes muertos y 5.300.000 civiles. En las cifras de civiles rusos y polacos están incluídos los judíos.
Treblinka fue un campo de exterminio construido por los nazis como parte del Holocausto, el aniquilamiento sistemático de judíos y otros grupos. Estuvo funcionando desde julio de 1942 hasta octubre de 1943 en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Algunas estimaciones actuales dicen que 850.000 personas fueron asesinadas en ese lugar.
Treblinka fue uno de los tres campos de la Operación Reinhard. Los otros dos fueron Belzec y Sobibor. El campo de Chelmno fue construido originalmente como un proyecto piloto para los otros tres campos. La Operación Reinhard fue concebida por Heinrich Himmler (alto oficial del gobierno nazi y comandante de las Tropas de Seguridad-Schutzstaffel, mejor conocidas como las SS). A diferencia de otros campos de concentración, los campos de la Operación Reinhard informaban directamente a la oficina de Hitler (la Oficina de Cancillería del Reich) en Berlín. Hitler mantuvo el control del programa muy cercano a él pero delegó el trabajo a Himmler. La Operación Reinhard utilizó el programa de eutanasia (T-4) para la selección del lugar, construcción y entrenamiento del personal .
En 1965, después de un informe del Dr. Helmut Kraunsnick, director del Instituto para la Historia Contemporánea en Múnich, la Corte de Casación en Düsseldorf concluyó que el número de personas asesinadas en Treblinka ascendía al menos a 700.000. En 1969, la misma corte, después de tener nueva evidencia revelada en un informe por el experto Dr. Sheffler, elevó el número a 900.000. De acuerdo con los guardias alemanes y ucranianos que estaban estacionados en Treblinka, se cree que el número de víctimas estuvo entre 1.000.000 y 1.400.000. Entre aquellos que perecieron estuvo Lidia Zamenhof, hija del iniciador del Esperanto, L. L. Zamenhof.
El poema titulado Juan medita sobre el perdón, de Carlos López Dzur, dice lo siguiente:
Cuando se vive en el camaleonismo sicológico,
en publicidades del cinismo y de la propaganda,
sólo dos cosas son posibles.
La primera: «Que se protejan los muertos,
en memoria de justicia». Quiere decir
que hay que honrarlos en silencio,
en lo menos doloroso, aunque la burla esté viva
como herida llagada y aún abierta, ¿y se puede
así cerrar el libro del perdón?
... si todo el mundo dice: «Yo no fui, yo no sabía,
otro habrá sido, no yo... si los alemanes aprueban para sí
mismos condición de 100% inocentes desde hoy, 1969,
¿se puede así cerrar el libro del perdón?
... quienes se perdonan por aministía
y expiación colectiva de pecados, ¿informarán que,
si alguno se prefigura asesino, genocida,
lo llevarán a la justicia, no para tortura,
si no para acusarlo y redefinir el perdón?
¿Se puede? o en represalia, infamia y burla, se pedirá
que si hay tal canalla sea eslavo, o ruso,
ya no conscripto
por la Guardia SS de Himmler.
... pero el hecho es que 870, 000 judíos
fueron asesinados en Treblinka,
torturados por verdugos alemanes en Polonia.
Así otros hay que preguntan por los muertos
expuestos, evidentes cadáveres en mano: 29,000 judíos
del exterminio en Sobibor; pero lo hecho es...
Que John Demjanjuk dice: «Yo no hice nada.
Yo no estuve en Treblinka. Yo no estuve en Sobibor».
Pero el hecho es que Rafael Leonidas Trujillo dice:
«Yo no mato haitianos ni mato mariposas».
Pero el hecho es que Augusto Pinochet dice:
«Yo no mato una mosca».
Pero el hecho es que O. J. Simpson dice:
«I am 100% innocent».
Pero el hecho es que Fujimori y Keiko de fotuto
dicen: «Mi padre es inocente. Destruyó
el terrorismo»
Entonces, reactivaron la extradicción del '86
y no sirvió de nada. El sospechoso deviene
como «an American Dreyfus,
another innocent Man up Calvary».
Si es el prospectivo genocida, usted tendrá
quien le huela los pedos y lo convierta en santo,
en héroe y describa la evidencia que lo inculpa
como humo, inmaterial, testimonio perjuro...
Usted es inocente porque el tiempo absolve
lo incierto, el tiempo oculta, pierde la memoria,
modifica a capricho y treinta años han sido suficientes
para que las generaciones del rencor se aquieten
y las víctimas se callen de una vez por todas
con sus deudos controversiales y bocones.
Hay que culpar la OSI (del espionaje precursor),
Office of Special Investigations
y a la KGB de Yuri Andropov, que son sus contraespías
y siempre alegan que el culpable se esconde,
urde y siquitrilla y sigue vivo y se mofa,
¿pero quién es?
... si ya la impunidad transforma en héroe
al enemigo y al asesino cobarde se le dice valiente...
Es como decir que no han matado a nadie.
Que Treblinka es un mito.
Que el holocausto es cine experimental:
paradójico momento del capitalismo que comienza
a llevar cuenta estadística de guerras y daños colaterales.
Que cese ya la tarea persecutoria temeraria y perenne.
Que no se asuma el castigo, que nadie deba,
siendo asesino, declararse culpable,
aunque tenga en sus manos el arma del delito.
Que algo tendrá que a haber
en los archivos moscovitas de Treblinka
que diga: «Es inocente. El no mata una mosca.
Es un patriota pulcro. Y lo haga Dios lo bendice.
Es servicio. Es lealtad. Es maravilloso».
Nadie en culpa si ya es viejo.
Ninguno sea la bestia de Treblinka.
Nadie brutal y sádico como Iván el Terrible,
nadie un guardia que latiga las cabezas
de los niños para golpear los senos de sus madres.
En algún otro lugar debe estar el gordo y viejo
Ivan Marchenko, 'yo sólo soy un chivo expiatorio',
despojo para odiadores; Monstruo fue Mengele,
y lo hizo solo; me hice
ciudadano de la América gloriosa
y ésto es lo que les arde conmigo:
«Un-American persecution that has never been
that of justice tempered by mercy.
It is the same satanic brew of hate
and revenge that drove».
Es preferible que se diga que no hay monstruo vivo
o culpable; ni hubo holocausto, el gas venenoso
de las cámaras letales se evaporó con los nombres
de los presuntos verdugos.
«Yo tenía 23 años en 1943»,
perjura quien no quiere su ficha criminal
[asesinos hay que comienzan desde niños]
pero envejecen diciendo: «Yo no soy responsable,
yo no quiero ser ahorcado como si fuera Mengele,
ahora soy viejito, no me toquen un pelo»
Jerusalén, tén piedad y no me subas a la horca
como a Adolf Eichmann, en 1961.
De: El Libro de la Guerra
Es muy complicado tener una cifra correcta del número real de personas exterminadas, pues muchos testigos fueron asesinados posteriormente durante la guerra (que terminaría dos años después de que los campos habían sido cerrados, en 8 de mayo, 1945). Muchos registros se perdieron o fueron destruidos, especialmente los concernientes a los transportes ferroviarios, los cuales fueron duramente bombardeados por la aviación aliada. Menos de cien sobrevivientes de Treblinka fueron encontrados al terminar la guerra. Lo indiscutible es que de todas esta irregularidades se benefician los asesinos. Y el tiempo va en su favor, como López Dzur, dice en su poema: «Usted es inocente porque el tiempo absolve / lo incierto, el tiempo oculta, pierde la memoria, / modifica a capricho y treinta años han sido suficientes / para que las generaciones del rencor se aquieten / y las víctimas se callen de una vez por todas / con sus deudos controversiales y bocones».
Carlos López Dzur es autor de los libros, de contenido cabalístico y judaico, Teth, mi serpiente y El Libro de la amistad y el amor.
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