PUERTO ESPAÑA: El presidente Barack Obama ofreció el viernes, 17 de abril, una asociación en igualdad de condiciones a América Latina y el Caribe y dijo que Estados Unidos deseaba un nuevo comienzo con Cuba, cuyo retorno a la integración regional se convirtió inesperadamente en el tema dominante de la V Cumbre de las Américas.
«Sé que hay un largo camino por recorrer para superar décadas de desconfianza», dijo refiriéndose a los casi 50 años en que los dos países no tienen relaciones diplomáticas ni comerciales. «Hay pasos críticos que podemos dar para los nuevos días, sobre cambios en la política cubana que creo ha fracasado en el avance de la libertad y oportunidades para el pueblo cubano».
Los comentarios siguieron a las intervenciones de los presidentes de Argentina, Cristina Fernández y Nicaragua, Daniel Ortega, quienes no solo pidieron el retorno de Cuba al sistema interamericano sino que criticaron acrimoniosamente «la forma traumática», según Fernández, en que el presidente George W. Bush, antecesor de Obama, condujo las relaciones con la región.
«Hombres y mujeres concurrimos a esta Cumbre de las Américas con la esperanza cierta de poder ser este el primer paso para un nuevo orden regional», dijo Fernández, uno de los cinco oradores de la jornada inaugural de la reunión que congrega a 34 gobernantes.
Ortega dijo que "me da vergüenza" estar en esta cumbre y llamarla cumbre de las Américas debido a que no sólo porque estaba ausente Cuba, suspendida de la OEA hace 47 años, sino también Puerto Rico que seguía siendo una colonia de Estados Unidos en el Caribe desde hace más 100 años.
El dirigente sandinista dijo que había estrechado poco antes la mano de Obama, convirtiéndose así en el cuarto presidente norteamericano que conocía desde Ronald Reagan, cuyo gobierno se involucró en un escándalo al proveer armas a grupos armados que trataban de derrocar a Ortega, que había llegado por entonces al poder luego de la derrota de la dictadura de Anastasio Somoza.
Obama dijo que había venido a esta reunión para ofrecer una «asociación en igualdad de condiciones, donde no haya grandes socios, ni medianos socios, ni pequeños socios sino un simple compromiso de respeto mutuo, intereses comunes y valores compartidos».
«Para avanzar no podemos seguir siendo prisioneros de desacuerdos del pasado», agregó.
Fernández dijo que el bloqueo que Washington continuaba con Cuba era anacrónico y pidió su levantamiento para el retorno del país, suspendido de la OEA por su gobierno marxista-leninista, al sistema de la integración interamericana.
La inauguración empezó prácticamente con una hora de retraso y aun cuando los oradores disponían solamente de unos 10 minutos para su intervención, ambos pasaron ese tiempo y Ortega se acercó incluso a una hora.
Obama dijo al llegar a la cumbre que estaba dispuesto a tener contacto con el gobierno del presidente Raúl Castro. Pero, explicó que su gobierno no sostendrá conversaciones con el simple objetivo de dialogar. Antes de su viaje eliminó las restricciones a los viajes y ciertas inversiones en Cuba.
Castro ha dado indicios a su vez de estar dispuesto a conversar con la nueva administración estadounidense.
Poco antes el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, había dicho que pedirá a la asamblea general de la organización derogar la resolución que suspendió a Cuba, una gestión que de resultar exitosa llevaría al retorno de ese país a la institución.
Antes de que comenzara el encuentro, que concluirá el domingo, seguía la controversia sobre su declaración final y el contenido del texto sigue siendo un misterio.
Ortega dijo que los presidentes de Venezuela, Nicaragua, República Dominicana, Bolivia y Honduras encontraban la declaración como «insuficiente e inaceptable» porque no encaraba el tema de Cuba ni de la crisis financiera que estaba afectando severamente a varios países de la región.
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«Sé que hay un largo camino por recorrer para superar décadas de desconfianza», dijo refiriéndose a los casi 50 años en que los dos países no tienen relaciones diplomáticas ni comerciales. «Hay pasos críticos que podemos dar para los nuevos días, sobre cambios en la política cubana que creo ha fracasado en el avance de la libertad y oportunidades para el pueblo cubano».
Los comentarios siguieron a las intervenciones de los presidentes de Argentina, Cristina Fernández y Nicaragua, Daniel Ortega, quienes no solo pidieron el retorno de Cuba al sistema interamericano sino que criticaron acrimoniosamente «la forma traumática», según Fernández, en que el presidente George W. Bush, antecesor de Obama, condujo las relaciones con la región.
«Hombres y mujeres concurrimos a esta Cumbre de las Américas con la esperanza cierta de poder ser este el primer paso para un nuevo orden regional», dijo Fernández, uno de los cinco oradores de la jornada inaugural de la reunión que congrega a 34 gobernantes.
Ortega dijo que "me da vergüenza" estar en esta cumbre y llamarla cumbre de las Américas debido a que no sólo porque estaba ausente Cuba, suspendida de la OEA hace 47 años, sino también Puerto Rico que seguía siendo una colonia de Estados Unidos en el Caribe desde hace más 100 años.
El dirigente sandinista dijo que había estrechado poco antes la mano de Obama, convirtiéndose así en el cuarto presidente norteamericano que conocía desde Ronald Reagan, cuyo gobierno se involucró en un escándalo al proveer armas a grupos armados que trataban de derrocar a Ortega, que había llegado por entonces al poder luego de la derrota de la dictadura de Anastasio Somoza.
Obama dijo que había venido a esta reunión para ofrecer una «asociación en igualdad de condiciones, donde no haya grandes socios, ni medianos socios, ni pequeños socios sino un simple compromiso de respeto mutuo, intereses comunes y valores compartidos».
«Para avanzar no podemos seguir siendo prisioneros de desacuerdos del pasado», agregó.
Fernández dijo que el bloqueo que Washington continuaba con Cuba era anacrónico y pidió su levantamiento para el retorno del país, suspendido de la OEA por su gobierno marxista-leninista, al sistema de la integración interamericana.
La inauguración empezó prácticamente con una hora de retraso y aun cuando los oradores disponían solamente de unos 10 minutos para su intervención, ambos pasaron ese tiempo y Ortega se acercó incluso a una hora.
Obama dijo al llegar a la cumbre que estaba dispuesto a tener contacto con el gobierno del presidente Raúl Castro. Pero, explicó que su gobierno no sostendrá conversaciones con el simple objetivo de dialogar. Antes de su viaje eliminó las restricciones a los viajes y ciertas inversiones en Cuba.
Castro ha dado indicios a su vez de estar dispuesto a conversar con la nueva administración estadounidense.
Poco antes el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, había dicho que pedirá a la asamblea general de la organización derogar la resolución que suspendió a Cuba, una gestión que de resultar exitosa llevaría al retorno de ese país a la institución.
Antes de que comenzara el encuentro, que concluirá el domingo, seguía la controversia sobre su declaración final y el contenido del texto sigue siendo un misterio.
Ortega dijo que los presidentes de Venezuela, Nicaragua, República Dominicana, Bolivia y Honduras encontraban la declaración como «insuficiente e inaceptable» porque no encaraba el tema de Cuba ni de la crisis financiera que estaba afectando severamente a varios países de la región.
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