Tuesday, June 2, 2009

Había una vez en que lo posible era factible


Por Jorge de Mendonça / desde Argentina

No importa en la posición social o ideológica que esté un habitante de nuestro País, siempre tiene un pasado mejor sobre el cual identificarse. Ese momento del tiempo lo siente, confundido, pero lo posee como verdadero.

En realidad, no estoy seguro de que en 100 años haya existido un instante en que una verdaderamente amplia mayoría pueda pararse y decir, al unísono, que aquel efímero instante fue realmente mejor en sentido amplio.

Pero, armemos ese instante maravilloso, ese que existe en el ideario deseado de un pasado que, creemos, fue realidad.

Hubo un tiempo en el que a las obras de infraestructura bastaba con idearlas para que, al tiempo, se convirtieran en realidad. Hubo un tiempo en el que poner una PyME o toda una Industria tenía certeza de éxito. Hubo un tiempo en el que ser campesino era garantía de progreso. Hubo un tiempo en el que ser gran hacendado era garantía
inequívoca de éxito hasta para sus nietos.

Hubo un tiempo en el que hubo amplitud de pensamiento y era moneda común encontrar el espacio de debate y lucha por las nuevas ideas. Hubo un tiempo en el que las ideas podían ponerse en marcha. Hubo un tiempo en el que las ideas construyeron un determinado modelo de Estado.

Hubo un tiempo en el que la Democracia parecía posible. Hubo un tiempo en el que la Democracia se expandió hasta a los partidos más verticalistas.

Hubo un tiempo en el que estudiar en la Secundaria era garantía de buen trabajo y ascenso social. Hubo un tiempo en el que ser Profesional Universitario era garantía de crecimiento social y económico. Hubo un tiempo en que no cumplir con la Escuela, el Colegio o la Universidad era una absoluta vergüenza, fuera uno alumno, docente, directivo, funcionario o portero.

Hubo un tiempo en el que salir a la calle no era un tema siquiera planteado. Ni se hablaba como que fuera algo excepcional.

Hubo un tiempo en el que el Dirigente Político, Empresarial o Barrial solo cumplía con el objetivo ideológico que prometía y para el que había sido encumbrado. Hubo un tiempo en que nadie saltaba a los escaños sin una lucha y militancia previa. No podía ser ni dirigente de barrio si no había juntado adeptos fehacientemente registrados.

Hubo un tiempo en el que quisimos hacer algo. Algo multifacético, algo posible. Una Nación - País - Estado. Ese instante no coincide en un mismo momento cronológico según quien lo exprese, pero sentimos como que realmente hubiera existido.

Hubo un tiempo que aniquilamos porque siempre pensamos en cuan bueno fue nuestro pasado.

Hubo un instante, un efímero instante en que ya no miramos hacia atrás para referirnos mientras nuestro caminar avanzaba hacia un futuro posible. En aquel efímero instante, comenzamos a mirar hacia atrás sin realmente ver, mientras nuestro cuerpo ya caminaba de espaldas hacia un futuro que no nos atrevemos a creer como posible.

Como no queremos creer en un futuro posible, tampoco importa que transformen a una elección en una farsa de mentiras verdaderas de candidatos ganadores que nos aseguran que no van a asumir.

Jorge de Mendonça, jorgedemendonca@ gmail.com
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