Por Limarys Suárez Torres / lsuarez1@elnuevodia.com
La jueza asociada del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Sonia Sotomayor, expresó ayer en una mesa redonda con los medios del País que su meta, al final de sus días en el máximo foro, es que todos la recuerden como la juez que escuchó todos los reclamos aunque haya tomado decisiones contrarias a las distintas voluntades.
«Me gustaría que al final de mi vida como jueza todas las voces que vinieron ante mí y esperaron ser escuchadas, por lo menos, puedan decir que las escuché aunque no haya fallado a su favor», dijo Sotomayor.
En un espacio íntimo en el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico en Santurce, Sotomayor compartió parte de sus experiencias tras ser nominada y nombrada al Tribunal Supremo en Estados Unidos y expresó que se siente puertorriqueña aunque no se haya criado en la Isla.
«Tengo el alma latina con el orgullo americano. Para esos que dudan si soy puertorriqueña, yo como arroz y habichuelas, crecí comiendo lechón, pasteles de Navidad y los domingos pasaba el día con mi tía viendo a Cantinflas. Vi a mi familia cómo bailaba merengue y mi primera lengua fue el español... Cuando pienso en mí pienso en una puertorriqueña de Nueva York. No me crié aquí, pero me llevé de aquí la iden tidad de quien soy», expresó.
La jueza asociada del Tribunal Supremo respondió a preguntas de El Nuevo Día que al llegar al máximo foro recibió una cálida bienvenida de parte de los demás jueces asociados y en sus primeros tres meses de trabajo siempre la han tratado con igualdad y respeto.
«La primera llamada que recibí cuando me confirmaron fue del Presidente (Barack Obama) y la segunda del juez presidente (del Supremo) que me dijo que una vez aquí ya era parte de ellos. Cada uno de los jueces me llamó y me dieron la bienvenida», dijo.
«Estoy viviendo un mundo surreal. Todavía no tengo mis emociones conectadas con mi cuerpo. Sentada aquí frente a ustedes viendo al mundo mirarme: ¡qué extraña reacción! Es imposible describir lo que han sido todas estas experiencias», añadió. Sotomayor hizo hincapié en que sus logros alcanzados fueron producto de haber soñado desde que era una niña con el sitial que ocupa, pero que fue una meta que trabajó dando un solo paso a la vez hasta alcanzarlo.
Indicó que está muy positiva que algún día un latino o un puertorriqueño se convierta en presidente de Estados Unidos. «Estoy bien positiva, pero no sería yo. Pero hay otra niña de nueve años por ahí, si no de Nueva York, de Los Ángeles o de cualquier sitio de Estados Unidos, que está soñando como yo soñé y que uno de estos días voy a estar ahí viéndola a ella o a él siendo nombrado Presidente de Estados Unidos. Sí creo que cualquier sueño es posible», aseguró. Asimismo, indicó que aún está acostumbrándose a su nueva vida, pero extraña salir de su casa sin ser reconocida por las cámaras. «¡Oh, extraño el anonimato! Extraño levantarme un domingo por la mañana y salir afuera de mi casa con una taza de café en camiseta», sostuvo.
«Eso lo podría hacer ahora excepto que cuando salga van haber cámaras por donde quiera y tengo que estar segura que mi pelo esté cepillado. La realidad es que no puedo ir a ningún sitio sin ser detenida calurosamente. Me di cuenta que perdí la vida que tenía y tendré una nueva que será muy distinta», apuntó.
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