A 62 AÑOS DE SU ASESINATO
Por Addhermar Sierralta / Escritor peruano
En este mes de enero se cumplirá 62 años del asesinato de Mahatma Gandhi, el líder de la India que logró la independencia de esa nación en agosto de 1947. Tenía 78 años y su exequias fueron multitudinarias. Su pueblo lo recuerda con inmenso cariño porque dedicó su vida a liberarlos del imperialismo británico.
Tomé contacto con las realidades de la India con ocasión de escribir en 1964, a la muerte de su Primer Ministro Jawaharlal Nehru, la página en su homenaje que se hizo en el principal diario del Perú. Dichas honras fúnebres fuero igualmente espectaculares.
Hoy, tantas décadas después, quiero recordar a estos grandes hombres que han representado tanto para su país como para el mundo. Gandhi, el filósofo de «la no violencia», quien logró todo gracias a su inteligencia, bondad y buena voluntad y sigue siendo un ejemplo de acción. Por su parte Nehru –padre de Indira Gandhi quien fuera también Primer Ministro de la India- fue el iniciador del pensamiento tercermundista y murió dejando como herencia que se debía sacar lo mejor del socialismo y del capitalismo para gobernar, patrocinando lo que llamó «socialismo democrático».
Precisamente estas dos corrientes una de paz y no violencia y la otra de centro inteligente es lo que sigue influyendo, por lo menos en mi pensamiento, de lo que denomino «capitalismo social», tal vez influenciado también por la doctrina social de la Iglesia Católica.
Gandhi creyó toda su vida en la tolerancia racial y religiosa. Lamentablemente los musulmanes se separaron con Pakistán y un intolerante le quitó la vida. La enseñanza de huir de los fundamentalismos religiosos y raciales está vigente en el mundo actual por lo que es pertinente recordar el lúcido pensamiento de Mahatma.
Por su parte los esfuerzos de Nehru, quien fuera su discípulo, amigo y continuador de su obra, ya como gobierno, estuvieron siempre orientados a lograr lo mejor para su pueblo.
En este mes que se recuerda a Gandhi debemos también hacerlo con su pensamiento pacifista y de buena voluntad: «los ingleses deben pensar que nosotros también somos sus amigos», decía y realmente su ideal llegó al alma de los sajones.
La no violencia y buscar los acercamientos entre las izquierdas y derechas, sin fundamentalismos de ningún tipo deben ser las pautas a seguir en los próximos años y dejarnos de los extremismos
LEGISLACIONES PERMISIVAS: RIESGO PARA LA SOCIEDAD
La cobardía innata de mucha gente en nuestra comunidad internacional, muchas veces por la influencia de ciertos medios o de políticos más interesados en los votos que en el bienestar del género humano, derivaron en las últimas décadas en aceptar a los fumadores y consumidores de bebidas alcohólicas como algo natural socialmente. En forma similar se viene legislando acerca de matrimonios entre seres humanos del mismo sexo, del aborto, la legalización de las drogas y la adopción de niños por parejas homosexuales.
Suena muy natural que la gente siga muriendo por causa del cigarro, el alcohol y las drogas. Que los accidentes, asesinatos y altos gastos de salud pública atenten seriamente contra la economía de los pueblos como consecuencia de estas prácticas aberrantes.
Y más lamentable es todavía que –contra toda práctica del derecho a la vida- se legalice abortos no terapéuticos. Que contra la unión natural se den leyes reconociendo matrimonios entres seres humanos del mismo sexo y más grave aún se pretenda permitir adopción de niños por padres homosexuales sin considerar para nada los derechos de los pequeños a tener un desarrollo psicológico normal dentro de la sociedad.
Si alguien desea fumar, tomar, drogarse, tener prácticas abortivas ilegales, ser homosexual y unirse en parejas del mismo sexo, creo que el ser humano está en libertad de hacer lo que le plazca mientras no perjudique al resto. Cuando choca con los derechos de las mayorías entra en conflicto y no pueden pretender reconocimiento legal para ello. Lo que es inconcebible es la adopción de niños por parejas homosexuales.
Es probable que algunos digan que en pleno Siglo XXI estas ideas o planteamientos son arcaicas. Pero si se detienen a pensar se darán cuenta que no se está argumentando puntos de vista religiosos sino consideraciones médicas, de protección a la salud, protección al no nato y a los niños, de control de inseguridad ciudadana y de gastos que inciden sobre los hombros de la sociedad en su conjunto. La confusión sexual se aprecia cada día más, por ejemplo, vía de influencia de los medios que –como gracia o rating- patrocinan programas con homosexuales escandalosos en sus programas.
Casos como de seres humanos que han recibido reasignación de sexo, con adecuados tratamientos quirúrgicos y psicológicos, y que llevan vidas normales en su nueva situación, sin escándalos y aportando a la sociedad como estudiantes, artistas o prefesionales liberales, están fuera de discusión y a ellos si se les debe dar ciertos derechos y todo el respeto.
Ahora bien, la presencia, cada día mayor, de travestis –activos y pasivos a la vez- o de gays escandalosos están generando problemas por su promiscuidad y vida de riesgo. Estos seres no deben imponer derechos sobre la sociedad.
___
Alicia Fontecilla / Carlos Daminsky / Entrevista a Carlos López Dzur
En este mes de enero se cumplirá 62 años del asesinato de Mahatma Gandhi, el líder de la India que logró la independencia de esa nación en agosto de 1947. Tenía 78 años y su exequias fueron multitudinarias. Su pueblo lo recuerda con inmenso cariño porque dedicó su vida a liberarlos del imperialismo británico.
Tomé contacto con las realidades de la India con ocasión de escribir en 1964, a la muerte de su Primer Ministro Jawaharlal Nehru, la página en su homenaje que se hizo en el principal diario del Perú. Dichas honras fúnebres fuero igualmente espectaculares.
Hoy, tantas décadas después, quiero recordar a estos grandes hombres que han representado tanto para su país como para el mundo. Gandhi, el filósofo de «la no violencia», quien logró todo gracias a su inteligencia, bondad y buena voluntad y sigue siendo un ejemplo de acción. Por su parte Nehru –padre de Indira Gandhi quien fuera también Primer Ministro de la India- fue el iniciador del pensamiento tercermundista y murió dejando como herencia que se debía sacar lo mejor del socialismo y del capitalismo para gobernar, patrocinando lo que llamó «socialismo democrático».
Precisamente estas dos corrientes una de paz y no violencia y la otra de centro inteligente es lo que sigue influyendo, por lo menos en mi pensamiento, de lo que denomino «capitalismo social», tal vez influenciado también por la doctrina social de la Iglesia Católica.
Gandhi creyó toda su vida en la tolerancia racial y religiosa. Lamentablemente los musulmanes se separaron con Pakistán y un intolerante le quitó la vida. La enseñanza de huir de los fundamentalismos religiosos y raciales está vigente en el mundo actual por lo que es pertinente recordar el lúcido pensamiento de Mahatma.
Por su parte los esfuerzos de Nehru, quien fuera su discípulo, amigo y continuador de su obra, ya como gobierno, estuvieron siempre orientados a lograr lo mejor para su pueblo.
En este mes que se recuerda a Gandhi debemos también hacerlo con su pensamiento pacifista y de buena voluntad: «los ingleses deben pensar que nosotros también somos sus amigos», decía y realmente su ideal llegó al alma de los sajones.
La no violencia y buscar los acercamientos entre las izquierdas y derechas, sin fundamentalismos de ningún tipo deben ser las pautas a seguir en los próximos años y dejarnos de los extremismos
LEGISLACIONES PERMISIVAS: RIESGO PARA LA SOCIEDAD
La cobardía innata de mucha gente en nuestra comunidad internacional, muchas veces por la influencia de ciertos medios o de políticos más interesados en los votos que en el bienestar del género humano, derivaron en las últimas décadas en aceptar a los fumadores y consumidores de bebidas alcohólicas como algo natural socialmente. En forma similar se viene legislando acerca de matrimonios entre seres humanos del mismo sexo, del aborto, la legalización de las drogas y la adopción de niños por parejas homosexuales.
Suena muy natural que la gente siga muriendo por causa del cigarro, el alcohol y las drogas. Que los accidentes, asesinatos y altos gastos de salud pública atenten seriamente contra la economía de los pueblos como consecuencia de estas prácticas aberrantes.
Y más lamentable es todavía que –contra toda práctica del derecho a la vida- se legalice abortos no terapéuticos. Que contra la unión natural se den leyes reconociendo matrimonios entres seres humanos del mismo sexo y más grave aún se pretenda permitir adopción de niños por padres homosexuales sin considerar para nada los derechos de los pequeños a tener un desarrollo psicológico normal dentro de la sociedad.
Si alguien desea fumar, tomar, drogarse, tener prácticas abortivas ilegales, ser homosexual y unirse en parejas del mismo sexo, creo que el ser humano está en libertad de hacer lo que le plazca mientras no perjudique al resto. Cuando choca con los derechos de las mayorías entra en conflicto y no pueden pretender reconocimiento legal para ello. Lo que es inconcebible es la adopción de niños por parejas homosexuales.
Es probable que algunos digan que en pleno Siglo XXI estas ideas o planteamientos son arcaicas. Pero si se detienen a pensar se darán cuenta que no se está argumentando puntos de vista religiosos sino consideraciones médicas, de protección a la salud, protección al no nato y a los niños, de control de inseguridad ciudadana y de gastos que inciden sobre los hombros de la sociedad en su conjunto. La confusión sexual se aprecia cada día más, por ejemplo, vía de influencia de los medios que –como gracia o rating- patrocinan programas con homosexuales escandalosos en sus programas.
Casos como de seres humanos que han recibido reasignación de sexo, con adecuados tratamientos quirúrgicos y psicológicos, y que llevan vidas normales en su nueva situación, sin escándalos y aportando a la sociedad como estudiantes, artistas o prefesionales liberales, están fuera de discusión y a ellos si se les debe dar ciertos derechos y todo el respeto.
Ahora bien, la presencia, cada día mayor, de travestis –activos y pasivos a la vez- o de gays escandalosos están generando problemas por su promiscuidad y vida de riesgo. Estos seres no deben imponer derechos sobre la sociedad.
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Alicia Fontecilla / Carlos Daminsky / Entrevista a Carlos López Dzur
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