Wednesday, January 20, 2010

Haití ocupada y los Estados Parias


La policía huyó de su cuartel, cerca de la capital haitiana, después de recibir informes de que ex soldados rebeldes planeaban atacarlo, dijeron el domingo las nuevas autoridades que derrocaron al ex presidente Jean Bertrand Aristide.

Los seis agentes del pueblo de Thomazeau fueron desalojados el sábado, informó Jean Joras Sydne jefe de la policía local, mientras el autoproclamado comandante de las Fuerzas Armadas disueltas en Haití declaraba que sus hombres no se echarían para atrás en una lucha por el poder con el gobierno interino de la isla. Los agentes regresaron al cuartel el domingo por la mañana cuando los soldados brasileños entraron al pueblo para proporcionar protección a los policías. Pero dichas fuerzas se fueron al mediodía y los policías están considerando la posibilidad de volverse a retirar.

Las fuerzas militares de ocupación y la policía haitiana combatían a ex soldados rebeldes ya ciudadanos armados en tres pueblos del interior, donde al menos dos milicianos resultaron heridos.

Civiles armados bloquearon un camino el sábado con neumáticos prendidos fuego en el pueblo de Petit Goave en el sureste del país un día después de que dispararon al aire y arrojaron piedras a fuerzas de paz de Siri Lanka, que intentaban recuperar un cuartel de policía en poder de los rebeldes; dijo Elisse Sincere -periodista de la radiodifusora local Radio Visión 2000- que fue testigo de la confrontación. Las fuerzas de ocupación de la ONU se vieron forzadas a retroceder, señaló.

Hasta el momento no se ha podido contactar a las autoridades del organismo mundial para obtener sus comentarios sobre la situación en Petit Goave y se desconoce si hay heridos. Sin embargo las fuerzas de Siri Lanka si lograron recuperar otro cuartel de policía en las afueras del pueblo donde los rebeldes no ofrecieron resistencia.

En estos grupos hay integrantes del ejército que derrocó a Aristide por primera vez en 1991 así como acusados de homicidios, violación y tortura durante el régimen militar de 1991 a 1994.

En el pueblo sureño de Miragoane la policía recuperó el control del cuartel el viernes después de un tiroteo donde dos rebeldes quedaron heridos. Tres insurgentes fueron arrestados incluyendo a dos lesionados informó radio Visión 2000. En el pueblo de Mirebalais también hubo tiroteos el viernes por la noche aunque las fuerzas de ocupación de la ONU recuperaron el control dijo el representante del gobierno provisorio local.

Los ex soldados exigen ser reconocidos nuevamente como la fuerza de seguridad de Haití y reclaman diez años de salarios impagos.

Haití se aproxima a una instancia de guerra civil y lamentablemente el gobierno a solicitud de los Estados Unidos ha enviado soldados uruguayos al conflicto. La historia de las intervenciones armadas de los Estados Unidos directas o indirectas en los países del continente americano es casi dos veces centenaria. Solo en los últimos cincuenta años pueden citarse además de otras participaciones más o menos discretas en numerosos golpes de estado las siguientes invasiones.

ANTECEDENTES DE INVASIONES: Estados Unidos invadió Guatemala en 1954 desde la vecina Honduras encabezada por el general Castillo Armas y promovida por la empresa norteamericana de la United Fruit, equipada y financiada por los Estados Unidos.

Después en el año 1961 Estados Unidos fracasó en su intento de invasión a Cuba en abril de 1961, financiando y equipando a los gusanos cubanos exiliados en Miami y otros países de la región.

En 1965 Estados Unidos invadió la isla de Santo Domingo.

Los documentos desclasificados de la CIA confirman la participación de los Estados Unidos en el golpe de estado contra el presidente Salvador Allende en Chile en 1973.
En el año 1983 los Estados Unidos invadieron la isla de Grenada y asesinaron al presidente Maurice Bishop.

Desde Honduras financiando y entrenando y aprovisionando a los contras de Nicaragua con bases en Honduras durante la década de los ochenta.

En 1989 Estados Unidos invadió Panamá derrocando al presidente el general Antonio Noriega a quien secuestró para luego ser juzgado y condenado, en los Estados Unidos por las leyes norteamericanas.

Estados Unidos participó también en el primer golpe de estado en Haití en 1991 y ahora en el nuevo derrocamiento del presidente Jean Bertrand Aristide.

Estados Unidos invadió Panamá donde probó sus armas más modernas y desconocidas hasta ese momento, como el avión invisible bombardeando durante la noche el barrio popular de los Chorrillos, un cantegril de ranchos”de madera y cartón, mientras dormía la población trabajadora.

Recientemente se ha vuelto a editar un libro de la invasión a Panamá en el que se demuestra que aquellas heridas de los trágicos acontecimientos no han cicatrizado aún.

Fue el mayor crimen y el más cuantioso en víctimas y daños cometidos por Estados Unidos en Panamá, y no pueden sanar porque aún los panameños sufren sus consecuencias. Este es un ejemplo claro que demuestra las razones por las cuales los países realmente libres, democráticos y soberanos no deben involucrarse en las invasiones y golpes de estado del imperialismo norteamericano.

No existen justificaciones para los demócratas y pueblos libres de nuestro continente que expliquen que hay que participar al lado de las tropas invasoras lejos de la patria, para imponer gobiernos favorables a los Estados Unidos por la fuerza de las armas.

En Haití pasará lo que ahora pasa en Panamá, donde después de la invasión norteamericana se instalaron regímenes con careta democrática que obedecen ciegamente a los dictados de Washington en especial al programa económico establecido en el llamado Convenio de Donación de julio de 1990 el cual constituyó uno de los objetivos de la invasión.

En Panamá las víctimas de la invasión y sus familias siguen clamando justicia y el esclarecimiento de los hechos. Hubo posteriores y crímenes de guerra en los sucesivos gobiernos panameños y donde el sistema judicial panameño pretendió oscurecer. En Panamá se ha seguido negando el esclarecimiento de los crímenes sobre la invasión de 1989.

Las fosas comunes continúan sin abrirse, los nombres de los muertos siguen sin pronunciarse, los daños materiales fueron pagados de las finanzas públicas de Panamá y el autor material de la invasión el imperialismo norteamericano sigue allí riéndose de todos los panameños saqueando y repitiendo sus crímenes en Irak, Afganistán, Somalía, Serbia, Colombia y ahora invadiendo Haití.

¿Qué sabemos los uruguayos de Haití?

¿Qué se sabe de lo que pasó en esa isla para participar de una invasión armada contra un pueblo soberano que no nos mandó a buscar?

¿Quién nos pide que vayamos a Haití?

Se dirá la ONU, en realidad se debe decir Estados Unidos de Norteamérica.

Panamá fue el primer país donde Estados Unidos inauguró su nueva doctrina político militar conocida ahora como Guerra preventiva. Aunque todavía los conceptos de países granujas, naciones del eje del mal, o conceptos de estados parias, no habían sido pronunciados por George W. Bush, el gobierno que presidió su padre aplico en Panamá las duras tácticas de las sanciones económicas, las presiones políticas y militares y finalmente la agresión directa.

Por primera vez se experimentó la guerra quirúrgica y Panamá fue el país de experimento.

Allí, en 1989 se probaron las bombas inteligentes dirigidas por laser y el avión fantasma, ahora convertidos en armas permanentemente usadas en las guerras del Golfo contra Irak. Lo mismo ocurría en 1989 en Panamá, con el nuevo equipo militar incluidas las mirillas infrarrojas y los vehículos Hummer de los cuales ahora se quejan tanto los soldados norteamericanos por su debilidad en el blindaje contra las bombas de fabricación casera.

Esto es lo que debemos ver los uruguayos cuando se nos habla de una intervención armada en otro país y nos parece que por carecer de información no pasa nada. Cuando por desconocer su historia o su lucha estamos lejos.

¡Siempre aquellos polvos trajeron estos lodos!

Parecería para cualquier persona desinformada que nada tiene que ver la invasión de Panamá con las dos guerras del Golfo contra Irak. Sin embargo todas las desgracias que hoy sufren los pueblos iraquí o afgano las sufrieron los panameños en carne propia durante la invasión de 1989. Las víctimas civiles al menos la mitad de los 500 muertos oficialmente contabilizados por la Iglesia Católica. Los más de dos mil heridos los cinco mil prisioneros políticos arrestados en el campo de concentración de Nuevo Emperador todos ellos acusados por ser militantes del PRD, los 18.000 desplazados de sus casas en el Chorrillo cuyas viviendas fueron incineradas por las tropas norteamericanas la mañana del 20 de diciembre. La imposición de un gobierno títere con un regente militar yanqui en cada ministerio fiscalizando lo actuado por los civiles panameños y el embajador Dean Hinton actuando como verdadero procónsul en Panamá, como hace hoy Paul Bremmer en Irak.

Los títeres panameños desayunaban cada jueves con el Embajador Guillermo Endara para revisar los actos de gobierno.

La sombra de los crímenes sigue y sus cómplices internos se continúan proyectando sobre los panameños aunque en apariencia se hayan retirado sus bases militares el 31 de diciembre en 1999 y el Canal de Panamá esté ahora administrado por panameños. Pero existe un nefasto tratado de neutralidad, que es una amenaza velada de que en el futuro los panameños pueden volver a sufrir ocupaciones y nuevas invasiones. Generaciones de panameños lucharon valientemente contra el sistema colonial desde 1903 en adelante y ahora ¿qué les queda?

Les queda un pacto de neutralidad, el acuerdo de Salas Becker, el acuerdo entre Alemán Zubieta y el servicio de guardacostas y la llamada agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos y van camino a celebrar el Tratado de Libre Comercio el ALCA con Estados Unidos otra forma de colonialismo económico.

Cuando el presidente Aristide asumió el gobierno en Haití en 1991, propuso aumentar el salario mínimo de uno a tres dólares por día. Pero la Agencia para la Inversión y el Desarrollo de los Estados Unidos se opuso a esta propuesta diciendo que significaría una grave distorsión del costo de la mano de obra.

Muchas de las sociedades y empresas estadounidenses de ensamblado radicadas en Haití -es decir la casi totalidad de las declaraciones extranjeras- concordaron con el análisis de la Agencia para la Inversión y el desarrollo de los Estados Unidos contra Aristide.

El embargo internacional, el caos interno paralizaron los trabajos de las sociedades estadounidenses en Haití, las tropas de ese país con el aval del Consejo de Seguridad restablecieron a Aristide en el Gobierno y aseguraron al mismo tiempo la impunidad y un retiro cómodo a los jefes militares golpistas, que son los que ahora se volvieron a alzar y reclaman el poder.

Este nuevo golpe militar dado por los Estados Unidos en Haití mediante la intervención de tropas latinoamericanas al mando de Naciones Unidas, es una variante de acciones armadas directas con el aval de Francia y un pacto del Consejo de Seguridad de la ONU.

En el norte de la isla de Haití los grupos armados están compuestos en su mayor parte por bandas responsables que masacraron civiles, muchos de ellos al servicio hasta hace poco de Aristide. Bandas que están bien armadas y mejor entrenadas y que ofrecerán una fuerte resistencia a las tropas de ocupación extranjera.
Probablemente sus bases de entrenamiento hayan estado instaladas en la vecina República Dominicana.
En octubre del 2002 el canciller haitiano Joseph Antoine y el comisario de la Policía Nacional Haitiana realizaron una visita a la República Dominicana para expresar al Gobierno dominicano su preocupación por la actividad conspirativa de los refugiados haitianos en territorio dominicano.

A partir de ese entonces, el gobierno de Aristide tuvo un giro autoritario y represivo, a lo cual se le sumó la gravísima situación social a la que contribuyeron decisivamente las políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional exacerbando la crisis política y dando mayores elementos de confrontación a la oposición pacífica.

A último momento Aristide hizo algunas concesiones aceptando dialogar con la oposición civil y les ofreció participación en el gobierno pero chocó con la inflexibilidad de ésta que exigía que Aristide se fuera del Gobierno.
En ese tiempo, grupos armados surgidos de las condiciones favorables para desatar la lucha armada de los combatientes por la libertad, según expresiones utilizadas por los antiguos contras nicaragüenses.

Finalmente Aristide fue derrocado y embarcado por los marines norteamericanos en un avión estadounidense que lo trasladó hasta la república centroafricana. A las pocas horas, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución de tomar nota sobre la renuncia de Aristide y autorizando el despliegue de una fuerza internacional en Haití, una vez que los “marines” ya se habían instalado allí y habían echado al presidente.

Como será la cosa, que hasta el candidato demócrata de los Estados Unidos Jhon Kerry, ha criticado al gobierno de Estados Unidos por su política respecto a Haití.

Jhon Kerry sabía muy bien de qué hablaba, porque había dirigido el Subcomité de Relaciones Exteriores sobre Terrorismo, Narcóticos y Operaciones Internacionales que dirigía el senador Jhon Kerry. Este subcomité hizo público un informe el 13 de abril de 1989, donde se documentaba que el Gobierno de los Estados Unidos había reclutado narcotraficantes, utilizaba sus aviones para aprovisionar a la contra nicaragüense y que esos aviones iban a Centroamérica con armas y regresaban con drogas.

En la ocupación de Haití se niegan a participar las Fuerzas militares de la Comunidad del Caribe, CARICOM, en las fuerzas multilaterales internacionales de Naciones Unidas que intervienen en esa isla.

En un comunicado difundido por la cancillería se informó que el actual presidente del CARICOM, el señor Patterson explicó en profundidad al enviado de la ONU para Haití, Reginald Dumas, los esfuerzos del bloque regional por solucionar la grave situación en la ex colonia francesa.

De acuerdo con la declaración el premier jamaicano expresó su disconformidad con la evolución de los acontecimientos en Haití y explicó que CARICOM tomó varias decisiones incluída la no participación en la fuerza multilateral desplegada en ese país antillano.

A raíz de la salida del poder del presidente Jean Bertrand Aristide en febrero y ante las acusaciones del ex sacerdote católico acerca de que había sido víctima de un “golpe de estado moderno” orquestado por Estados Unidos, Patterson exigió una investigación seria sobre el asunto.

El presidente del CARICOM recalcó entonces que no se podía encontrar ninguna excusa al retiro anticonstitucional de cualquier dirigente, al tiempo que advirtió que lo ocurrido en Haití constituye un precedente muy peligroso para todos los dirigentes democráticamente electos y los gobiernos del mundo.

El 9 de marzo la Unión Africana ha estimado que la partida de Aristide del poder es inconstitucional y que constituye un precendente peligroso para toda persona elegida en condiciones regulares.

¿Qué quiere decir todo esto?

Ni los países del CARICOM centroamericano ni la Unión Africana convalidaron el golpe de estado en Haití.

Por eso Estados Unidos presionó a Uruguay para enviar soldados a Haití.

Veamos lo que dice por ejemplo la Agencia de noticias internacionales France Press, el 9 de marzo de este año:

«Los Estados Unidos se esfuerzan por conseguir un remplazante para el Primer Ministro haitiano Yvon Neptune, afirmó el lunes a la noche el Secretario de Estado americano Colin Powell. Neptune, quien conserva sus funciones, era allegado del ex presidente Aristide que partió hace más de una semana a la República Centroafricana». Una vez más como en muchos otros países Estados Unidos se comporta en Haití como en un territorio conquistado que les pertenece y sus tropas ya han comenzado a reprimir a ciudadanos haitianos.

Esta gravedad de la situación señala el acierto del CARICOM de las naciones centroamericanas y de la Unión Sudafricana para no integrar las tropas de ocupación por que además de violar el derecho Internacional y borrar de un plumazo la Carta Democrática Interamericana de 2001, supuestamente destinada a preservar la estabilidad institucional de los Estados del continente no ha provocado reacción alguna de los Gobiernos latinoamericanos.

Más bien dicho, los gobiernos latinoamericanos se han prestado a ocupar la isla de Haití para reprimir a ese pueblo soberano en un antecedente sin precedentes a no ser que nos remitamos a la Guerra genocida y traidora contra el Paraguay la Guerra de la Triple Alianza.

La guerra donde Brasileños, Argentinos y Uruguayos asesinaron a 166 mil paraguayos y cuyos archivos secretos se negó a abrir recientemente el actual presidente Luis Ignacio Lula Da Silva.

Chile ha enviado hasta el momento 328 militares y Brasil varios cientos más, así como Argentina y Uruguay que acaba de aprobar con el voto de los legisladores progresistas el reforzamiento de ese contingente. Brasil se ofreció, y lo logró, comandar el contingente igual que en la Guerra de la Triple Alianza olvidando que dicho comando ya lo ocupa Estados Unidos. No olvidemos que en la tristemente célebre guerra del Paraguay, Brasil perdió cincuenta mil efectivos, argentina 18 mil soldados y Uruguay casi cuatro mil.

Nadie puede ignorar que este episodio forma parte de la política estadounidense de colonialismo militar y económica del continente. Por tanto quien interviene en Haití está haciéndole los mandados a Estados Unidos en el continente. A través de las intervenciones militares instalación de bases militares, realizando ejercicios conjuntos, apoyando el Plan Colombia, iniciativas regionales como el andino, el plan puebla, el de Panamá, el proyecto del ALCA, los tratados bilaterales, el tratado centroamericano de libre comercio etc.

Cuanta tristeza el comprobar tanta injusticia y retroceso, tanta ignorancia y pasividad complaciente, tanta irresponsabilidad con cara de responsable.
Debería formarse una comisión latinoamericana y centroamericana para estudiar sobre el terreno y en profundidad quien entrenó y armó a las bandas haitianas de rebeldes y alzados.
¿En qué terminó el gobierno progresista del sacerdote Aristide y en que condiciones dejó la presidencia?

Los gobiernos de América Latina deberían tomar el ejemplo de los países de Centro América y Africa y cambiar de actitud retirando las tropas de Haití aunque Estados Unidos se enoje y se ponga cabrero.

Si quieren invasiones y ocupaciones que sigan invadiendo y ocupando con sus marines y sus espías de la CIA pero no nos dejemos dominar para realizar los mandados y las tareas sucias del imperialismo en nuestro continente o cualquier otra parte del mundo.

Para pensar así libre y democráticamente ya no se necesita ni siquiera ser de izquierda sino solamente patriota y verdaderamente progresista.

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El soplón más grande del mundo: En: El Librepensador / Los giros serpentinos: Entrevista en El Librepensador

1 comment:

Felipe Velásquez S. said...

Desde mi niñez recuerdo las masacres que en nombre de la democracia realizaron en Guatemala, tropas americanas. La información mediática que recorrió todo el mundo preparado por Holywood, llevaba la intención de culpar al "comunismo" de todas las atrocidades que los mercenarios del imperio llevaron a cabo; así han tenído el pueblo estado-unidense, dormido con tantas mentiras, mientras tanto invaden a toda Centro América con drogas sintéticas con el fin de acabar con la juventud; proyecto de la C.I.A. F.B.I. y El cártel dee la D.E.A..
Haití solo representa una oportunidad para continuar sembrando bases militares con el fin de mantener la hegemonía imperial en toda Latinoamérica, ccuantimás ahora que se les está cayendo el jueguito deee la democrácia, aunqu son capaces de acabar con todo el planeta con el fin de continuar con sus sueños de poder.
Creo sin temor a equivocarme, que ha llegado el momento en que los ciudadanos de U.S.A. tomen el control deel Gobierno y le apliquen todo el peso de la ley a esos criminales que se escudan detrás del uniforme.
Buen artículo.
Un abrazo fraaternal.