Don Luis, 1933
Usted está siendo observado por expertos.
Tiene un estilo compasivo, soñador,
no en balde es hijo de un poeta.
Usted conoce bien nuestro lenguaje
y sabe que establecemos requisitos.
Es graduado en Georgetown University
y es blanco, quizás un poco guandajo,
bohemio de Greenvich Village.
Los expertos asesoran: «Candidato
idealmente calificado es él»,
Y si es separatista, hay que seguir
trabajando con éso. Mr. Muñoz).
De la Coalición, aún del anexionismo agendado,
el Gobierno Federal no confía en ninguno.
En estos años de Depresión, hay que ser
cauteloso, exigente, compasivo.
La PRERA no la vamos a entregar a ladrones,
a codiciosos de La Mogolla, a anexionistas
de La Colchoneta. «Usted es el hombre, don Luis,
usted y su gente. Usted con tal de que sea
responsable ante Washington».
¿Quiere usted forjarse como hombre
dándose en confianza y con buena obra por su isla?
¿Quiere que su nombre en Norteamérica
(lo mismo que en sus campos borincanos)
signifique respeto?... hoy que el hambre es intensa
y los partidos no sirven al pueblo en lo mínimo...
Oiga bien lo que Washington le manda por recado.
Ponga a un lado su izquierdismo, su ideal
de independencia, sálgase de ese grupo de inútiles
del Partido Liberal y atrévase a ser más que su padre,
poeta bizco, ex-Comisionado residente,
aquel viejo sin voto, callado, como el pájaro bobo.
Piense en este año, 1933, y lo significante
que ha de ser para sus campesinos
si aprobamos el dinero de la PRRA.
En Puerto Rico será fácil que se diga adiós
al decenio de los Hungry Thirties.
Usted puede ser nuestro hombre de confianza.
Don Luis, 1940
Cuando FDR visitó tu islilla, Nuestra Mirada
estuvo sobre tí. Tú eras el hombre que él,
Franklyn D. Roosevelt, se planteó conocer en 1934.
El Dr. Guening sobre tí hablo maravillas
y el único reparo de Chardón fue cuando dijo:
«Pero es independentista»; pero los padres
de los niños enfermos en el barrio Monte Llanos
de Morovis lo aman; las madres de la infancia
lombricienta, anémica, plagada de parásitos
no sólo en Sierra Baja, Guayanilla, dice
su nombre ¡Muñoz, Muñoz, el de la Pava!
como si fuese santo que da salud,
dios en la tierra. Dígase a Washington
que es de barrio a barrio que ocurre su milagro.
A García Méndez sólo un grupillo de élite
lo llaman «El Pitirre», el campo lo nombra
vividor y sinvergüenza, enemigo del pobre.
¿Para qué sirve Miguel Pitirre electo
presidente a la Cámara, ese buscavotos,
vendepatria en tres [partidos], mogollero?
Pencas pelotas le faltan para enfrentar
al Gobernador que se impone desde Washington:
y es Blanton C. Winship?
Y la Mirada del Poder de Washington
quiere un pueblo fascinado con administradores,
gobernadores que no maltraten a la ciudadanía
y dijeron a García Méndez, «usted puede que sea
brillante, Miguel Pitirre, pero es un usurero
ante el pobre; en San Germán voló la mirada
sobre el Banco Caja de sus Economías
y la PRRA no la pondríamos en sus manos
y no es sólo tecnocracia lo que mira
este ojo allende su pobre Capitolio,
allende sus candenas...
Buscamos alguien «Grande» / «Heroico»
que sepa a cotidiana lucha con demonios:
alguien que no sea como Tacho Somoza
en Nicaragua, ni Trujillo en la isla dominicana,
alguien que no tenga visos de franquismo,
pero que no mate coroneles que enviamos
como ya hicieron con Riggs
los partidarios de Albizu.
Usted no puede ser nuestro hombre de confianza,
Miguel Pitirre. ¿De qué le vale un galardón de Princenton
si en derecho constitucional usted vende colonias
por un poco de avances industriales, con qué nexo
ganará el amor de jibaritos, intensidad
que nos ofrezca el triunfo?
Mire ese pueblo masacrado en Ponce,
mire a Winship yéndose con toda
la risa y el desprecio de la gente
y esta Miranda Nuestra que busca calma,
democracia, pueblos callados y contentos.
Usted no puede ser el hombre.
Pitirre malo, guaraguao de canto siniestro.
Don Luis, 1950
Quien puso su mirada sobre tí y te oyó que pidieras
el voto femenino y hablar de jibaritas con versos
de Lloréns y de De Diego, quien te oyó
fundar la patria, en Pan y Tierra, prerrequisitos
de otras libertades, dijo desde los días
del Plan Chardón y la PRRA, «Ese es el hombre»
y el Dr. Chardón y García Mendez unieron voces
y dijeron: pero él es independentista
y buscamos más hábiles y experimentadas voces
que dijeran algo bueno sobre tí, Don Luis,
y Antonio R. Barceló nos dijo: «El es el hombre,
pero es cochino; ¿cómo rayos ha de soportar
como a tribuno / esos higiénicos burócratas de Washington /
ese olor de sobaquina / sus axilas peludas /
y casi mocos de mota colgados del mostacho /
cuando él se afana en las campañas, va pueblo a pueblo,
y no se baña y ni le importa; él fuma marihuana
hasta la mañana, buenos toques ante del almuerzo
y se junta a leer versos con Samuel R. Quiñones,
Ribera Chevremont, Archilla, Géigel Polanco,
se desmadruga y no oye razones».
A veces lo sigue una gringa y se acuesta con ella;
a veces es Inés Menndoza, una maestra que lo ama
como a un Cristo y lo obliga a bañarse
para que el amor y la patria sean sexo...
Pero la mirada está desesperada.
El mundo entero emplaza a esa mirada.
Hay que elegir al Hombre.
Hay que enterrar la sombra de aquel Gran Genocida
que bombardeó a la Ciudad de Ponce y asesinó
en los cuarteles un par de nacionalistas.
Y las Naciones Unidas han sonado las campanas.
Albizu Campos dice que la colonia es fascista
y la gobiernan generales policíacos
o federales burócratas que tratan con ladrones
en la Puerta de Fango de la Legislatura.
Y el oído consultó con la mirada
y la mirada se puso en tí. Muñoz. Te dijo:
«Mr. Muñoz, you're our man here in Porto Rico».
Eligieron entre Albizu y usted; pero Albizu no se vende.
Es más rígido. El es un hombre negro con frac
y chaleco; tú, don Luis, guandajo, te doblas
y la mirada lo sabe, lo consulta con expertos
y por eso, desde Tugwell, han dicho:
«La PRRA que sea para lo que digas.
Pónle destino y proyectos, véte en campañas,
hediondo, mariguano, lleno de versos,
visita montes que hiedan a mierda de puerco,
allá en Eneas, por Pepino, véte al barrio Las Tetas,
andurriales de Jayuya, tierra rebelde,
vete a Monte Llanos, Tierra Baja, Collores,
Barranquítate los Calzones, bigotón,
y cuenta con la PRRA porque de veras
la Mirada que te observa, sabe del ojo examinador
el tuyo que da cuenta de la escasez
de alumbrado eléctrico en cada ruralía,
que los pueblos están llenos de arrabales
de La Perla a El Fanguito, que hay más parásitos
en barrigas de la niñez que bilaharzia en los ríos
y hormigas en los hormigueros.
Tú eres el hombre, Muñoz Marín».
<>
Don Luis, el selecto
Desde el 1937, después de la Masacre
(aquel Domingo de Ramos en el Pueblo de Ponce),
la Mirada te admira. Vio cuando sacaste agallas
y fundaste el grito de la Pava, «Pan, Tierra, Libertad»,
nos trataste de viles yankees coloniales«¡y a pan y tierra,
carajo libertad!» y te grabamos. Lo tenemos en archivo.
Un expediente de tu socialismo y conducta anti-americana.
Pero... nos lavaste la cara. Norteamérica no es facha.
El error de Blanton Winship que sea cosa del pasado.
Vé, don Luis, sudoso poeta que hueles
a madre enferma y culo cagado, ve a Luquillo
y dí ante el pueblo que «el Partido Liberal cayó en desgracia»
y a Antonio R. Barceló que haga maletas o se vaya
a joder la pita a otro lado y con él, Miguel Pitirre
y, además, todos los García Méndez
y botellas, hambreadoras del Fisco.
<>
Don Luis, cuenta con la PRRA
Lávame los ojos, don Luis;
yo te lavo las axilas, yo hago que te bañes
en dólares y sólidas promesas por tu misericordia.
Y, para 1940, te garantizo la presidencia del Senado.
Vas a tener dinero, don Luis.
Haz esa fábrica de cemento.
Un día se harán muchas escuelas, caseríos,
residenciales, aceras, edificios públicos
y hay que tener millones de toneladas cementeras.
Lleva postes de luz y acueductos al campo,
aún a los arrabales, don Luis.
Washington pone PRRA, fondos, lo que cueste.
Que no haya hambre en la Isla del Encanto.
Tú pide, ojeroso poeta, lo que requiere el desarrollo agrícola.
Si hay que expropiar centrales cañeras a los gringos,
expropia, don Luis. Tú eres el hombre y por amor a tí,
concedimos el sufragio femenino y las tenemos
votando y en la costura. La agujita industrial del bordado.
Haz algo por Nilita Vientós «pa' que se calle».
La bruja pepiniana, ateneísta. Saca a los García Méndez
de las judicaturas, defienden hambre y patrones
en centrales azucareras. Pón a Nilita, primera fiscal,
batalladora de monopolios y de tierra inútil
en manos de privilegiados y ausentistas.
Ella, feminista, es loca de tu misma estampa.
Llévatela suave, sin embargo,
porque si no... Albizu se crece,
te alborota la patria,
y ni se acaba el hambre y la miseria
ni se acaba el dominio del yankee.
Has ese Banco Guurnamental de Fomento,
don Luis, ¿recuerdas que Miguel Pitirre lo quiso?
No. Házlo tú. Los buscones son muy parejeros.
¿Recuerdas al negrito Barbosa, otro que igual
que Albizu, desde bandos opuestos,
pide el fin de la colonia? El con plenas asimilaciones.
Te diré una cosa sobre la Mirada de Aquel
que te ha seleccionado: prefiere a los guandajos
como tú, honestos en el alma, pobres y malvestidos.
El hábito no hace al monje, lo sabemos;
pero no nos gustan los que visten con fajas y chalecos,
con levitas y frac, demasiado apretados por su ropa,
asfixiados en negro, bajo ese sol antillano,
cuando días vienen para echarse a correr,
días para andar sin pose, sin perfume,
sin los guardarropas, días de premura son,
de huída y trote, al natural, sudosos días,
días de quemarse en los montes
como si hubiera guerra
o nuevas invasiones de corsarios.
07-25-2002
<>
Don Luis, 1960
sigue
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* * * /
Usted está siendo observado por expertos.
Tiene un estilo compasivo, soñador,
no en balde es hijo de un poeta.
Usted conoce bien nuestro lenguaje
y sabe que establecemos requisitos.
Es graduado en Georgetown University
y es blanco, quizás un poco guandajo,
bohemio de Greenvich Village.
Los expertos asesoran: «Candidato
idealmente calificado es él»,
Y si es separatista, hay que seguir
trabajando con éso. Mr. Muñoz).
De la Coalición, aún del anexionismo agendado,
el Gobierno Federal no confía en ninguno.
En estos años de Depresión, hay que ser
cauteloso, exigente, compasivo.
La PRERA no la vamos a entregar a ladrones,
a codiciosos de La Mogolla, a anexionistas
de La Colchoneta. «Usted es el hombre, don Luis,
usted y su gente. Usted con tal de que sea
responsable ante Washington».
¿Quiere usted forjarse como hombre
dándose en confianza y con buena obra por su isla?
¿Quiere que su nombre en Norteamérica
(lo mismo que en sus campos borincanos)
signifique respeto?... hoy que el hambre es intensa
y los partidos no sirven al pueblo en lo mínimo...
Oiga bien lo que Washington le manda por recado.
Ponga a un lado su izquierdismo, su ideal
de independencia, sálgase de ese grupo de inútiles
del Partido Liberal y atrévase a ser más que su padre,
poeta bizco, ex-Comisionado residente,
aquel viejo sin voto, callado, como el pájaro bobo.
Piense en este año, 1933, y lo significante
que ha de ser para sus campesinos
si aprobamos el dinero de la PRRA.
En Puerto Rico será fácil que se diga adiós
al decenio de los Hungry Thirties.
Usted puede ser nuestro hombre de confianza.
Don Luis, 1940
Cuando FDR visitó tu islilla, Nuestra Mirada
estuvo sobre tí. Tú eras el hombre que él,
Franklyn D. Roosevelt, se planteó conocer en 1934.
El Dr. Guening sobre tí hablo maravillas
y el único reparo de Chardón fue cuando dijo:
«Pero es independentista»; pero los padres
de los niños enfermos en el barrio Monte Llanos
de Morovis lo aman; las madres de la infancia
lombricienta, anémica, plagada de parásitos
no sólo en Sierra Baja, Guayanilla, dice
su nombre ¡Muñoz, Muñoz, el de la Pava!
como si fuese santo que da salud,
dios en la tierra. Dígase a Washington
que es de barrio a barrio que ocurre su milagro.
A García Méndez sólo un grupillo de élite
lo llaman «El Pitirre», el campo lo nombra
vividor y sinvergüenza, enemigo del pobre.
¿Para qué sirve Miguel Pitirre electo
presidente a la Cámara, ese buscavotos,
vendepatria en tres [partidos], mogollero?
Pencas pelotas le faltan para enfrentar
al Gobernador que se impone desde Washington:
y es Blanton C. Winship?
Y la Mirada del Poder de Washington
quiere un pueblo fascinado con administradores,
gobernadores que no maltraten a la ciudadanía
y dijeron a García Méndez, «usted puede que sea
brillante, Miguel Pitirre, pero es un usurero
ante el pobre; en San Germán voló la mirada
sobre el Banco Caja de sus Economías
y la PRRA no la pondríamos en sus manos
y no es sólo tecnocracia lo que mira
este ojo allende su pobre Capitolio,
allende sus candenas...
Buscamos alguien «Grande» / «Heroico»
que sepa a cotidiana lucha con demonios:
alguien que no sea como Tacho Somoza
en Nicaragua, ni Trujillo en la isla dominicana,
alguien que no tenga visos de franquismo,
pero que no mate coroneles que enviamos
como ya hicieron con Riggs
los partidarios de Albizu.
Usted no puede ser nuestro hombre de confianza,
Miguel Pitirre. ¿De qué le vale un galardón de Princenton
si en derecho constitucional usted vende colonias
por un poco de avances industriales, con qué nexo
ganará el amor de jibaritos, intensidad
que nos ofrezca el triunfo?
Mire ese pueblo masacrado en Ponce,
mire a Winship yéndose con toda
la risa y el desprecio de la gente
y esta Miranda Nuestra que busca calma,
democracia, pueblos callados y contentos.
Usted no puede ser el hombre.
Pitirre malo, guaraguao de canto siniestro.
Don Luis, 1950
Quien puso su mirada sobre tí y te oyó que pidieras
el voto femenino y hablar de jibaritas con versos
de Lloréns y de De Diego, quien te oyó
fundar la patria, en Pan y Tierra, prerrequisitos
de otras libertades, dijo desde los días
del Plan Chardón y la PRRA, «Ese es el hombre»
y el Dr. Chardón y García Mendez unieron voces
y dijeron: pero él es independentista
y buscamos más hábiles y experimentadas voces
que dijeran algo bueno sobre tí, Don Luis,
y Antonio R. Barceló nos dijo: «El es el hombre,
pero es cochino; ¿cómo rayos ha de soportar
como a tribuno / esos higiénicos burócratas de Washington /
ese olor de sobaquina / sus axilas peludas /
y casi mocos de mota colgados del mostacho /
cuando él se afana en las campañas, va pueblo a pueblo,
y no se baña y ni le importa; él fuma marihuana
hasta la mañana, buenos toques ante del almuerzo
y se junta a leer versos con Samuel R. Quiñones,
Ribera Chevremont, Archilla, Géigel Polanco,
se desmadruga y no oye razones».
A veces lo sigue una gringa y se acuesta con ella;
a veces es Inés Menndoza, una maestra que lo ama
como a un Cristo y lo obliga a bañarse
para que el amor y la patria sean sexo...
Pero la mirada está desesperada.
El mundo entero emplaza a esa mirada.
Hay que elegir al Hombre.
Hay que enterrar la sombra de aquel Gran Genocida
que bombardeó a la Ciudad de Ponce y asesinó
en los cuarteles un par de nacionalistas.
Y las Naciones Unidas han sonado las campanas.
Albizu Campos dice que la colonia es fascista
y la gobiernan generales policíacos
o federales burócratas que tratan con ladrones
en la Puerta de Fango de la Legislatura.
Y el oído consultó con la mirada
y la mirada se puso en tí. Muñoz. Te dijo:
«Mr. Muñoz, you're our man here in Porto Rico».
Eligieron entre Albizu y usted; pero Albizu no se vende.
Es más rígido. El es un hombre negro con frac
y chaleco; tú, don Luis, guandajo, te doblas
y la mirada lo sabe, lo consulta con expertos
y por eso, desde Tugwell, han dicho:
«La PRRA que sea para lo que digas.
Pónle destino y proyectos, véte en campañas,
hediondo, mariguano, lleno de versos,
visita montes que hiedan a mierda de puerco,
allá en Eneas, por Pepino, véte al barrio Las Tetas,
andurriales de Jayuya, tierra rebelde,
vete a Monte Llanos, Tierra Baja, Collores,
Barranquítate los Calzones, bigotón,
y cuenta con la PRRA porque de veras
la Mirada que te observa, sabe del ojo examinador
el tuyo que da cuenta de la escasez
de alumbrado eléctrico en cada ruralía,
que los pueblos están llenos de arrabales
de La Perla a El Fanguito, que hay más parásitos
en barrigas de la niñez que bilaharzia en los ríos
y hormigas en los hormigueros.
Tú eres el hombre, Muñoz Marín».
<>
Don Luis, el selecto
Desde el 1937, después de la Masacre
(aquel Domingo de Ramos en el Pueblo de Ponce),
la Mirada te admira. Vio cuando sacaste agallas
y fundaste el grito de la Pava, «Pan, Tierra, Libertad»,
nos trataste de viles yankees coloniales«¡y a pan y tierra,
carajo libertad!» y te grabamos. Lo tenemos en archivo.
Un expediente de tu socialismo y conducta anti-americana.
Pero... nos lavaste la cara. Norteamérica no es facha.
El error de Blanton Winship que sea cosa del pasado.
Vé, don Luis, sudoso poeta que hueles
a madre enferma y culo cagado, ve a Luquillo
y dí ante el pueblo que «el Partido Liberal cayó en desgracia»
y a Antonio R. Barceló que haga maletas o se vaya
a joder la pita a otro lado y con él, Miguel Pitirre
y, además, todos los García Méndez
y botellas, hambreadoras del Fisco.
<>
Don Luis, cuenta con la PRRA
Lávame los ojos, don Luis;
yo te lavo las axilas, yo hago que te bañes
en dólares y sólidas promesas por tu misericordia.
Y, para 1940, te garantizo la presidencia del Senado.
Vas a tener dinero, don Luis.
Haz esa fábrica de cemento.
Un día se harán muchas escuelas, caseríos,
residenciales, aceras, edificios públicos
y hay que tener millones de toneladas cementeras.
Lleva postes de luz y acueductos al campo,
aún a los arrabales, don Luis.
Washington pone PRRA, fondos, lo que cueste.
Que no haya hambre en la Isla del Encanto.
Tú pide, ojeroso poeta, lo que requiere el desarrollo agrícola.
Si hay que expropiar centrales cañeras a los gringos,
expropia, don Luis. Tú eres el hombre y por amor a tí,
concedimos el sufragio femenino y las tenemos
votando y en la costura. La agujita industrial del bordado.
Haz algo por Nilita Vientós «pa' que se calle».
La bruja pepiniana, ateneísta. Saca a los García Méndez
de las judicaturas, defienden hambre y patrones
en centrales azucareras. Pón a Nilita, primera fiscal,
batalladora de monopolios y de tierra inútil
en manos de privilegiados y ausentistas.
Ella, feminista, es loca de tu misma estampa.
Llévatela suave, sin embargo,
porque si no... Albizu se crece,
te alborota la patria,
y ni se acaba el hambre y la miseria
ni se acaba el dominio del yankee.
Has ese Banco Guurnamental de Fomento,
don Luis, ¿recuerdas que Miguel Pitirre lo quiso?
No. Házlo tú. Los buscones son muy parejeros.
¿Recuerdas al negrito Barbosa, otro que igual
que Albizu, desde bandos opuestos,
pide el fin de la colonia? El con plenas asimilaciones.
Te diré una cosa sobre la Mirada de Aquel
que te ha seleccionado: prefiere a los guandajos
como tú, honestos en el alma, pobres y malvestidos.
El hábito no hace al monje, lo sabemos;
pero no nos gustan los que visten con fajas y chalecos,
con levitas y frac, demasiado apretados por su ropa,
asfixiados en negro, bajo ese sol antillano,
cuando días vienen para echarse a correr,
días para andar sin pose, sin perfume,
sin los guardarropas, días de premura son,
de huída y trote, al natural, sudosos días,
días de quemarse en los montes
como si hubiera guerra
o nuevas invasiones de corsarios.
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Don Luis, 1960
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