LA VISION POLITICA DEL TEXTO MEMORIAL DAYS
Por Vinoba BHAVE y Paula SAINI NOORI
A su regreso de la India, en charla dictada a estudiantes de Montana State University, Bozeman, Carlos López Dzur, poeta, educador y periodista, dijo que durante su viaje y estadía de tres años por la India completó «una gran parte» del trabajo reflexivo que había iniciado con su libro Tantralia. * .
El poeta, que es profesor invitado en MSU, escribió además un poema descrito «como el más bello que me fue posible» sobre las Grandes Diosas, o Devis, las Guerreras Kali y Durga.
El poema a que se refiere es «Memorial Days», reflexión preambular en torno a la intervención de EE.UU. en Iraq y en Mediano Oriente durante el gobierno Bush-Cheney y poema que nos presenta el perfil de un veterano con traumas de guerra que busca, con «durga / energía lunar / shakti», la presencia protectora de tales diosas en sí para combatir los demonios de la guerra. El poema es parte de El Libro de la guerra, «Resume, con su mensaje, el propósito de ese libro».
Tuve permiso del poeta para grabar su conferencia y su lectura del texto «Memorial Days», y, respuestas de la experiencia abrumadora de oírlo, cuano medita lo que muy profundamente fue explicado por él y comentado en Bozeman, discutí con mi compañera estas ideas. Son un somero análisis con la conclusión de que algunos de los conceptos que López Dzur desarrrolla sobre lo que es el mito de las guerreras y su ética, el por qué de su literatura que redefine como l«de pretensión épica y lo que, como tal, captar del mundo. «La mundanidad ética despliega dos cosas: una épica, una esencialmente de confrontación y aún con una dosis enorme de heroísmo; pero, todo en medio de mucho dolor. No hay guerras ni labores punitivas que no duelan aunque se peleen de buena fe por ideales o por legítima defensa de la propia vida. No es comn que alguien se deje matar por no acudifr a la violencia en virtud de sus principios. Y es que la violencia, como instinto, vive en la criatura humana; lejos de animarse a la cultura trabajar por paz, tolerancia, erradicación de las expresiones violencia, se exacerban».
Confeso pacifista, anarquista y librepensador, López Dzur dice:
«La literatura no tendría, para mí, ningún sentido, si no se volcara políticamente hacia el lector. Yo no hago proselitismo religioso; yo no pretendo hermenéuticas ni filosofías puras. Cuando he tomado el tema de Durga, la idea es dar un poema sobre los veteranos y, en particular, el caso de los soldados que exhíben el desencanto personal con visiones dizque patrióticas y solemnizadas durante la época de Bush. La Doctrina de Seguridad Nacional que se establece, tras el 9-11, es la verdadera declaración de guerra contra el espíritu de la Gran Madre, si la valoraras como América la Hermosa. Bush autorizó al FBI y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a espiar las comunicaciones telefónicas y electrónicas de ciudadanos estadounidenses sin el permiso del tribunal especial que maneja esos casos y el director del FBI, Robert Mueller, no viendo el 'sustento legal prometido' por el fiscal general de EE.UU., John Ashcroft, para autorizarlo, produjo que Mueller en marzo 2004 escribiera una carta de renuncia».
A sus estudiantes, oyentes y lectores, sorprende con la dureza verbal con que presenta sus mensajes.
«Con la guerra como actividad de agresión por lucro, con el militar en servicio, no se debe ser sentimental a la hora de hacer juicio político. Los patriotismos y patriotas en los imperios se cuentan con los dedos de la mano. Son muy pocos. Un soldado, entrenado para la obediencia, un ejército nacional en servicio del aparato bélico-industrial, es un criminal uniformado y un cuerpo de personeros con la misión asignada de matar. De hecho, no educa a ninguno sobre lo que es labor del combatiente y lo que es defensa patriótica real de un país que yo, como cualquier poeta o creador, romantice y trivialice este hecho. Un soldado contemporáneo, sea mercenario o miembro del ejército formal, legalmente constituído y organizado, es una bestia suelta... Es como la Durga transformada en su opuesto, quien imita al demonio, Gigante Raktavija, cuando éste atacara a los dioses y a la Gran Madre. Si Durga pretende la defensa eficaz, Durga (como la gran madre que es y que se llama a proteger a otros), debe actuar de modo diferente, no como la que vemos con su transformación. Ella toma la forma de una feroz diosa negra, esto es, se transforma en Kali... Y la guerra, siempre que Durga se vuelve Kali, resulta en ésto: Que cada vez que se hiere a Raktavija, a los aparatos de Maldad e Injusticia, de cada gota de su sangre, surgirán mil demonios más, tan poderosos como el primero... Quiero decir, la guerra es el cáncer que difícilmente se cura cuando comienza a crecer y, en realidad, más que manifestaciones de la esencia de Durga, los soldados en guerra se representan con Kali, violencia que multiplica violencia, células enfermas del cuerpo social llamado Humanidad, que se multiplican por mil como en el Mito de Raktavija».
Los mitos como éste, el arte escultórico e imágenes, de leyendas hinduístas y védicas fascinan a López Dzur. «Son abrumadoramente violentas, eróticas, sinceras, coloridas, dinámicas y místicas, por lo que nos pasean por la representación de la brutalidad más cruel del existir y sentir a la radiancia de la Devi, al dominio y victoria del Bien sobre el Mal; con este maravilloso mundo de entidades, ángeles y demonios conceptualizados en su arte y mitología, nadie se engaña, a menos que se fíe de soluciones fáciles o iluminaciones mágicas, de golpe y porrazo».
La visión propuesta del símbolo de Durga es interior, arquetípica, pero hay una circunstancia que se cuenta en el poema, que es histórica y con signación política. Lo que López divulga como anécdota puede valerse de fotografías y al poema lo ilustrará para que aprendamos la significación que ofrece en torno a Durga.
Lo que visualmente CLD presenta con la foto que abre su poema es un soldado, sobrecargado de equipo militar. El peso que lleva en sus espaldas son demasiadas libras de vituallas y ertrechos. El soldado parece que examina, con «solemnidad», o en oración / meditación, la tierra que pisa en un campo de batalla; o el lugar en donde se han enterrado a sus compañeros. «El poema, cada parte y cada línea de verso, expresa la paradoja. En el campo de batalla, el soldado se enfrenta a su propia 'durga'. La Durga de mis textos es la 'conciencia'. Ese es el auténtico espacio de combate'. Entonces, sucede que el gigante-demonio Raktavija nos ataca. Sume esos espacios de oscuridad y amenaza. Raktavija intensifica la soledad del soldado, ese miedo a morir, que lo sobrecarga de implementos de sobrevivencia porque descubre la vulnerabilidad ante los demonios que se multiplican».
La segunda imagen que López Dzur utiliza es la de Durga, su aspecto benévolo, 'energía personalizada' que los devotos invocan como protección y con la cual hay un diálogo a través del poema. Con la imagen nos recuerda el triple aspecto de esta deidad.(Durga, Kali, Chandi). Durga, la Gran Madre, protectora; Kali, la bebedora de sangre (quien lame de las heridas del enemigo) y Chandi, la remataora, quien. pudo dar muerte al monstruo y a sus huestes.La triple diosa se acompaña con un perro de tres cabezas.
Desde la primera estrofa y repetidamente, el militar se involucra en diálogo interrogativo con la Luna. Como hablante-narrativo del poema, se describe en dolor y condena.
¿A quién diré que irrumpas,
luna de la tarde, madre de la noche
si dueles como granada rompedora
caída en mis collejas, azotada
sobre nervios que clamaron por amor
ante mi largo día que condena?
El interrogatorio a la Luna se extiende a la estrofa 2 cuando se queja: «¿Qué me dijíste, Luna raída / en el harapo biótico de la duenda vaca, / qué me dirás...?» El tono escrutinativo, crítico y lamentativo del hablante, que acusa y lamenta el embrutecimiento de las voces que recibe de Durga / cómo «chillan como cigarras» se enlaza a la tercera parte. Esta «intrusión del lamento» deja atrás una etapa temprana de inocencia infantil. En la tercera foto, un niño juega / ajeno al verdadero dolor / dspreocupado de que el campo está sembrado de banderas estaodounidenses que representan a los caídos en guerra. Ls sucesivas fotos son una Luna ensngretada / la fadsinación exploratoria del hablante-soldado con su 'durga interior', «ella, desnuda en su conciencia» y hay una sexta foto que ilustra una reunión de pariente que conviven en el Día de la Recordación, fecha que se festeja cada lunes final de mayo, pretende honrar a los militares fallecidos en acción o lesionados en guerra.
En la estrofa tercera del poema, el hablante pregunta a Durga:
«¿Qué vas a decir al niño
que la muerte llamó a las filas de la Armada
(do) a contar banderas de muerte
de tu imperio en tanganillas,
qué diras ante la ríada de sangre
que acaudala mi marcha de recuerdos
a tu ambición de patria,
qué dirás, paloma, que no pierda
inocencia, si no que en el cielo te posaste
como el lamento de la Moksa cercenada,
qué dirás si darías la piel y alma
porque cese la hoguera
y el cuchillo que nos pega a la pared
y al alarido que subviene por la vía
de la navaja cabritera y el mortero?
Esta lamento de los reclutamientos a jóvenes, casi niños, es comparado, a tronchar flores, perder la raíz de la madre y ofrendar a «hijos, palomas duendas» al sacrifico, una pira de falsas causas, «incendio amargo, complicidad en muina». La Guerra es la «perra malparida» que López Dzur describe en la cuarte parte de Memorial Days
Después de la foto de la celebración de madres en el Desfiile del Memorial Day en Annapolis, López extrapola imágenes que exploran el significado de Durga como energía. Ella es habitante del «lugar de difícil acceso». Durgatinashini, lo que explica que el hablante, en la quinta sección, 5. El ocultamiento de Durga, pregunte:
¿Dónde estuviste, lunita mía,
que te escondíste en maya / malla
de jubete y mácula, en pecho de bronce,
en corsette de olvido y tu atadura
fue mi luto y lluvia roja y sangre?
Describe la vestimenta del soldado antiguo y compara la guerra con la 'maya'., que es la oscuridad interior y la ignorancia espiritual, segúmn explica con un epógrafe citado en el poema. La Maya es el mismo espacio de guerra, «Nube», desde el cual el hablante trata de explicarse la Durga oculta y el eclipse de la esencia.
Traté de verte tras la nube
(luna de esa guerra de Germania)
y la hiel me brotó como chijate
y me sepultó, know unto God...
pasé al abismo del polvo y la anonimia,
a la tumba de los buitres,
y me besó la muerte.
[5. El ocultamiento de Durga]
Vista la importancia que CLD concede a ese tránsito de la tarde a la noche y que repite como estribillo en las primeras seis partes del poema («luna de mi tarde, / madre de mi noche»), sabemos que el drama épico del poema se da desde el ocultamiento de Durga, su eclipse.
El hablante lo comprende y lo dice:
¿Cómo saberlo? ... no llegaste.
Te escondíste, luna de mi tarde,
madre de mi noche.
En el poema es obvio que López Dzur sigue un canon de fabulación, en que «el cuerpo penco, orondo, tosco» corresponde a dos cosas, la fortaleza y carácter sumiso del Buey. Comentando el poema en Bozeman, decía:
Los organizadores y mercaderes de guerra prefieren una recua de bueyes que seres espirituales y pensantes. Los bueyes son la salud, la fortaleza, la iniciativa de energía y potencial de productiva de los jóvenes. Eso es lo echamos al Corral de Minos de las ideología de patria y sacerdocio, los jóvenes y obreros del mañana. ¡Qué estúpida manera de entender el decoro de una nación o comunidad.
... te entregué las cuencas de mis ojos,
yo te bendije en las chicharras del ruido
del amor objetivado y del libreto nacional
del patriotismo, yo fui gusano y plaga,
el prusiano gesto, el épico sustento
de tu Maya, y dije, Luna mía,
por tu esperanza el futuro trasciende,
la democracia es pura, el lanzallamas
te invoca, la corneta me anuncia,
con granadas de mano te saludo.
Por lo general, el poder convocador de la propaganda del Estado crea enemigos donde no los hay. Eso es lo que conflagra la hermanidad de los seres humanos, en todas las naciones y las pone a unas contra otras. Se construye así al gigantesco Demonio Raktavija, que es ese tipo de ideología que no reconoce el estatus fundamental de hijos y hermanos, todos nacidos de la diosa madre del universo y de todo cuanto existe ya sea visible o invisible, tangible o intangible, positivo o negativo».
La séptima y octava foto ilustran las consecuencias de esa construcción de Raktavija por el aparato militar-industrial y político que utiliza a los más saludables jóvenes para prostituir la paz, la democracia y la búsqueda de sentido. Aunque los jóvenes son quienes deben ser guiados a comprender a Durga / Kali / y toda energía de la creación, en su paso por el poder aniquilador del Tiempo, la Maya y su disolución, «no se le educa así, como guerreros espirituales contra la ignorancia». CLD concluye que se les educa para el miedo y el desamor, para matar por lucro de unos poderosos, «dueños de prostitucuó armamentaria».
La reflexión lopezuriana sobre Durga, diosa de la victoria del bien sobre el mal, la Devi radiante, que porta una flor de loto y cablga sobre el león y el tigre, significándose el dominio sobre las bestias más agresivas, tiene que ver con la enseñanza de que Maha Devi o la Gran Diosa madre es totalizadora. «La nación / la patria / la comunidad / no es sólo el discurso tribal o de un particular clan, o de un género impuesto sobre el otro. Del mismo modo, el tema de la defensa o del restablecimiento de lo justo y correcto / Darma / no es sólo concierne a varones. Al guerrero(a) espiritual, como al soldado institucional de una causa, debe formarlo el Sentimiento / Shakti / y entonces la Compasiva Fiereza entra en juego. Es parte del convenio, así como serán otras esencias o cualidades que lo femenino tiene».
Durga es la misma Shakti, Uma, Parvati, Gauri, Chamunda, Kali, Saraswati, Lakshmi, Lalita, Tara, etc. y la convivencia armonizadora es el «Bindu», como punto central de cualquier círculo o espacio sagrado (yantra) de convivencias y resoluciones. Durga es importante en la muerte, en los eventos destructivos, porque es la misma Kali y, «en cuanto tal, como energía femenina pura, energía kundalini, ella enseña la regeneración y que la nueva vida se logra muchas a costa de otros sacrificios».
Como un poeta que festeja lo tántrico, lo que el mundo tiene de sensual y de la encarnación del amor activo y voraz, López Dzur festeja a Kali. Cree que las guerras oficialistas y políticas son un «cuento de cuentos» y que sólo conduce a «la muerte innecesaria y torpe». Hay que dejar, a cuanto mayor prisa, la hecatombe, huir de los eclipses de la esencia y cambiar el tradicionalismo celebratorio de la prostiución armamentaria, como dice los poema noveno y decimotercero, en compensaciones de amor, «objetividad verificada» en el «mutuo acopio, la cosecha», el erotismo gratificador y la productividad.
El hablante del soldado, creyéndose desoído por la Luna, en realidad, es sólo un representante de varones heridos por el Gran Demonio de los aparatos bélicos y mediáticos de la Guerra. Vive el dolor moral durante un «largo día que condena» y en que como un Buey o Caballo (símbolo de guerra y mayor dinamismo este último) sólo lame «incertidumbre y desaliento y nada» (cf. #1). «Ni buey ni caballo serán eficientes en sociedad sin dirección, sin la servicilidad definida y asignada por una jerarquía militar, a tenor de organización por rangos, fuerza y capacitaciones», explicó López Dzur al menionar el Mito de Cécrops, «el brote, con patadas en tierra, del caballo exaltado como arma o mecanismo para la guerra y el fallo de los Jueces que premiaron a su competidora Atenea, quien presentó la útil invención del cultivo del olivo y unz propuesta de vida para vivir en paz».
Con la explicación, el filósofo y poeta preparaba a sus oyentes para entender la guerra desde su perspectiva reflexiva y el por qué de la frustración de este varón, «a quien se le cambiará la ética; el buey que obedece y trabaja, con cierta mansedumbre, abre la época del caballo y su uso en la guerra provocará la ausencia y desamor a la vida, comenzando con un relevo e la vida pacífica matriarcal-naturalista y pacífica hasta entonces, al entronizarse una orientación patriarcal»
El «largo día que condena» es referencia al fallo de Neptuno que sanciona a la hembra victoriosa, con ello la paz, el conenso negociado y la invención del agro) como modo de aplacar a Neptuno, dios de la Guerra. En este momento: arranncan los Nuevos Paradigmas, «Exento sea del podio quien no admita / los Nuevos Paradigmas y su noción del riesgo. / La guerra es lo sagrado, han repetido». En términos más actuales, CLD aprovecha para presentar, en la Gran Tarima, del Día Solemene, día memoriosopor el «nubarrón de luto», al Gran Discursador:
El Gran Discursador, rey-sacerdote,
nos ataba la lengua; él bebía sangre.
...
El presidente estaba allí,
perfecto guachinango con los ojos
fijos en escarabajos de la orilla.
El jefe de la CIA, el jefe de los jefes
del Pentágono, el Gran Estado
allí todos llegaron, solemnemente
vestidos, aderezados, circunspectos,
para ver a los deudos del Quebranto,
a los que necesitan la bendición
de autoridades temporales
y disputas rituales con lo Eterno.
Otros personajes que él poema presenta son:
El día fue llamado Solemne.
Bush estaba allí, y la pobre Condolezza,
figurón marginal de la sombra,
y Colin Powell, el Neandertal
más ocre de la cueva, y Cheney,
quien buscaba su mirada
para hacerlo portavoz
de otra mentira, porque ambos,
uña y mugre, óxido de uranio tienen
por hemoglobina.
Visto que el tema general del poema es la frustración del soldado o de un varón como militar, en trechos históricos en los que se marcan hitos por la suplantación de sistemas, CLD se interesa en los momentos que cambian la ética y las transiciones del orden matriarcal pacífico al patriarcado. El eje temático de la Durga Lunar / Corazón / Sentimiento/ es el evento que el poeta describe como encarnado en el varón cuando «su corazón ha dejado de entender el conocimiento. El hígado del guerrero se impone sobre el corazón».
El varón necesita este aspecto de Luna, o «madre sabia», espíritu activo que ha sido desplazado y perdido en el «monte oscuro», desde que se privilegiara el «rayo». El rayo es símbolo del patriarcado con el que se ha impuesto sobre el espíritu. moviendo un cerebro, que representa «el super-Yo interpuesto, guardián moralizante», con aquello cuyaética, todavía muscular y visceral golpea el cráneo
«y en medio de la suaca de los días
exije mucho, rispa, malhumoradamente».
CLD hizo extrapolaciones entre las parejas de Arquetipos Eva / Adán, Durga y Raktavija, Atenea y Neptuno.
«Decía el Rabí Avraham Ibn Ezra que «Eva es el secreto del corazón, el Dar como generosidad, ofrendar la vida de la formación inicial de lo humano, proteger el feto; Adán es el secreto del cerebro y los hígados. El es quien, en un principio, debe recibir y ayudar a cuidar lo recibido. Adaón sabía que Eva era más lista, aunque físicamente pareciera más delicada. Lo que se ha perdido, con el nacimiento de una sociedad patriarcal, es la contemplación del corazón de Eva. No se ha querido respetar sus habilidades ni su rol creador... Ella es como Atenea, la que enseña que la Tierra y la Comunidad son como madres, aguas que unen diversidad de sustancias, aguas que llevan vida en sí... En términos sociales, lo femenino, sea con Eva o sea con Durga, simboliza la Fuente de Sabiduría y la plenitud del trabajo. Desde tal perspectiva, la mujer es comparada con los Manantiales de Agua, con las Fuentes, con el útero, con los viñedos y el jugoso y sabroso fruto de la vid y el Alma es una corriente, con la sustancia de vida, que fluye como origen de sabiduría... Esta es la manera de juzgar a Atanea, po
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