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Desde Argentina
No sé porque se obstinan en llamarlo El escritor, Usted, yo, Él sabe que usted es Otra Cosa, coasí Profeta, coasí el que me vio Nacer, el que me parió por su Letra, el que dio vida a mi vida por la Palabra su palabra la mía. Quien se obstina en llamarlo el escritor, no sabe diferencias fabula, cuento, de existencia.
Carlos Lopez Dzur, si Dios es la Verdad de las verdades, la flama florífera en la llama, usted es la llama, la combustión y el Aire que me falta si no le leo, Su potencia le viene de afuera, así el encontronazo tras lo social social, mas su voluntad le es propia.
Quien sabe conservar a los Seres de pluma cuyo recuerdo conservamos para que nos conserven.
Quien lee el centelleo de los Astros en sueño y ensueña y nos relampague el alma, reconociendo en la escritura la facultad suprema, así bajó a su muerte, y la subió, escalón tras escalón del alefh bet, para transformar al mundo; entonces toda marcha fue premeditada, la Corona estaba en sus dedos y el sol oculto en su mirada, encandilado él, el que nos encandila, el sol de sus ojos que a rasguños alguna vez me dio del dolor del calor el parto entre sus piernas.
Quien supo caminarme, a quien me permití seguir tras su lazarilla mano amiga Hacia...
Donde la línea prolonga el pliegue, sean sus Palabras la marca que no me haga nunca cerrar el libro tal sabiduría tal la Vida.
Si el Hombre es el tiempo del hombre, y Dios el espacio precioso, sea Bendecido más allá de Todo, seas la sin frontera que me obliga a abarcarte en Infinito.
En este día tan hermoso, así tan tal shabat el del descanso, me descanso en tu nacimiento eterno.
Para cumplir, hay que ser feliz.
Se feliz, te abrazo en Luz;
Sensiblemente, Fany
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