Tirando y esquivando

Por Arturo Cardona Mattei / Escritor puertorriqueño

Ya llevamos una año en este juego. Hace un año que el gobierno del Partido Nuevo Progresista tomó el poder político de nuestra isla. Aquellos aguaceros han traído los lodos que hoy arropan a Puerto Rico. Aquella arrolladora victoria electoral se ha encargado de transformar negativamente la vida de los puertorriqueños. Aquel triunfo del anexionismo dejó a la oposición política desnudos de poder. El Partido Popular Democrático quedó arrinconado en la legislatura. Su representación en Cámara y Senado es ínfima. No cuenta con los suficientes votos para poder detener los desmanes que está llevando a cabo el PNP. El anexionismo republicano está gozando de su mejor momento político.

Desde la legislatura un republicanismo agresivo y abusivo está violentando todos los buenos principios que dan cohesión a una vida democrática y de respeto para todos los ciudadanos. Esta administración republicana se burla de la oposición política y de todo el pueblo puertorriqueño. Aprueba leyes que no van a vistas públicas, demostrando con ese hecho que no le importa lo que otros sectores de la sociedad puedan aportar. Con el contundente mandato que recibieron en las pasadas elecciones se han envalentonado a tal grado que hoy el pueblo puertorriqueño vive una verdadera pesadilla. Aquel enorme triunfo electoral lo han transformado en un estilo de gobierno canalla. Quieren acabar con la idiosincrasia misma de este pueblo. Por eso están desmantelando todas las agencias del gobierno para privatizarlas. Buscan entregar el alma y cuerpo de nuestro pueblo a los grandes intereses económicos.

Estamos viendo un pueblo indignado, engañado y brutalmente traicionado. La prueba más palpable y dolorosa es la inhumana ola de despidos. Son muchos los miles de padres y madres de familia que están siendo tirados a la calle. Y para hacer más agria la situación, no hay verdaderas oportunidades en la empresa privada que pueda aliviar este desastroso golpe. El gobierno del republicano Luis Fortuño solo hace promesas sin bases sólidas. Y detrás de cada una de esas promesas descansa una mentira. Así llegó al poder, así continúa luego de un año en la gobernación. La mentira dulce es su característica más notable como político. Aquí se rompieron todos los parámetros del maquiavelismo. Nadie esperaba tanta maldad y tanto desatino.

Tirando y esquivando, así va nuestra vida de pueblo. El gobierno tira con todo lo que tiene a su disposición y el pueblo trata de esquivar los golpes a como mejor pueda. Los primeros tienen todo el poder en sus manos y el pueblo oprimido tiene que inventar mañas para no ser pisoteado del todo. Pero un pueblo conciente de los nubarrones que están sobre nuestro horizonte se está apertrechando de valor y está en pie de lucha. Todos los días lo vemos en las calles haciendo desobediencia civil. La misma que enseñó Mahatma Gandi y Martin Luther King. Pero el gobierno torpe y ciego de Luis Fortuño continúa con sus funestos planes de seguir con los despidos en las esferas gubernamentales. No tiene oídos para los reclamos del pueblo. Sólo muestra su mollero político. La fuerza bruta de la ley injusta en su norte y su meta.

Vientos de una huelga general están soplando cada día con más fuerza. Todo indica que ese será el próximo paso de los trabajadores de todo el país borincano. Hacia allí lo están empujando las circunstancias. La lucha de los trabajadores va a ser fuerte durante los próximos tres años del gobierno inepto de Luis Fortuño. Este quiere desmantelar el gobierno y los trabajadores quieren permanecer en sus trabajos. El trabajo es vida, el ocio es muerte. Un pueblo con plenitud de hombres y mujeres trabajando es sinónimo de progreso. Un pueblo sin trabajo para sus ciudadanos es uno condenado a vivir del mantengo perpetuo. La situación es de tal naturaleza que yo creo que el Congreso y la Casa Blanca van a tener que intervenír en todo este asunto isleño. En nada le beneficia a los Estados Unidos tener a un pueblo como el nuestro en un estado de crisis como la que llevamos a cuesta. Y la escalada de esta enorme crisis nadie la puede prever.

El poder absoluto que tiene Luis Fortuño durante este cuatrienio -2009 a 2012- es un arma muy peligrosa para toda la vida del pueblo puertorriqueño. Los pobres y los trabajadores han sido los primeros en saborear la píldora amarga proveniente del recetario fortuñista. El gobierno republicano de Luis Fortuño seguirá tirando todo su pesado arsenal contral el pueblo, y el pueblo tendrá que estar alerta y combativo para no ser aniquilado por tan amenazante fuerza política. Tirando y esquivando será el libreto diario de los próximos tres años. Entonces, en el 2012, el pueblo tendrá en sus manos la formidable oportunidad para masacrar en las urnas el nefasto republicanismo de Luis Fortuño. Una nueva aurora, un nuevo camino se abrirá ante los ojos del pueblo puertorriqueño. Y por muchos años el republicanismo torpe e inhumano tendrá que lamer el polvo de la derrota. La venganza política será en el paladar del puertorriqueño algo tan dulce como una piragua de frambuesa y coco.

Caguas, Puerto Rico

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