Thursday, October 3, 2013

SINOPSIS HISTORICA DE LA AGRICULTURA Y EL IMPACTO DE LA INVASION




SINOPSIS HISTORICA DE 

LA AGRICULTURA Y EL IMPACTO DE LA 

INVASION ESTADOUNIDENSE


Por ELSA TIO / POETA Y ESCRITORA BORICUA


La invasión americana destrozo la economía agrícola que existía en P.R. causando una miseria que no existió en tiempos de España, el plan dividir el país en 4 zonas azucareras. Miles a lo largo de décadas perdieron sus tierras. Primero porque los americanos impusieron contribución sobre las tierras que no existía en tiempos de España y porque devaluaron la moneda de P.R. que teníamos . Interesante leer este Fragmento de la tesina e investigación de mi hijo Salvador Coleman Tió aprobada con excelencia en la Universidad de Córdoba en Baeza .España sobre la agricultura ecológica . Aquí algunos datos históricos que hablan por 


 "El proceso mediante el cual llegamos al punto crítico de deterioro político, social y económico en donde hoy nos encontramos es complejo. Pero para propósitos de está investigación sin embargo, no es posible dar al traste con los problemas de la agricultura en Puerto Rico y mucho menos presentar verdaderas alternativas sin que comprendamos – o al menos tengamos una noción clara - de nuestra historia y de las grandes transformaciones y procesos por los cuales el país atravesó a lo largo de todo el siglo XX hasta llegar al Puerto Rico de hoy.


Porque los problemas que enfrenta la agricultura en Puerto Rico son en esencia los problemas que enfrenta el país, y las alternativas que se propongan para bregar con la desintegración económica, y deterioro socio-cultural y síquico que atraviesa el país, sólo podrán ser útiles y efectivas si coinciden con un despertar de la conciencia nacional que nos permita compenetrarnos colectivamenrte con nuestra historia y nuestra identidad puertorriqueña, cuya esencia se encuentra en la figura del jíbaro. Nuestra comprensión del proceso histórico mediante el cuál se ha desposeído política, económica y culturalmente a la sociedad puertorriqueña, poco a poco desnaturalizándola de su herencia y orgullo (jibaro), es fundamental para poder redefinirnos como pueblo y construir un país en el que los puertorriqueños podamos reaprender a vivir en armonía productiva con la tierra.

En momentos en los que la población de Borinquen se encontraba en pleno proceso de formación de su identidad nacional puertorriqueña, y se consolidaba el desarrollo de una economía agrícola puertorriqueña, Estados Unidos invade a Puerto Rico, y España le cede a Puerto Rico como botín de guerra. Con la invasión comienza un proceso masivo de confiscación de la tierra que cultivaba el jíbaro puertorriqueño. El nuevo gobierno militar estadounidense devalúa la moneda puertorriqueña a 60 centavos del dólar americana, lo que permite que el capital estadounidense se apropie de una cantidad enorme de las riquezas del el país , entre ellas 1/3 parte de sus propiedades. 

La sociedad agrícola del siglo XIX atravesó una trasformación traumática. Se le privo a muchos agricultores de su principal medio de producción - la tierra - lo que produjo una migración masiva de campesinos hacia las ciudades, a vivir en los cinturones de pobreza de la ciudad.

El cambio de un sistema de agricultura diversificada a uno de monocultivo fue tanto político, como ambiental y social. Según el censo del 1930, se deforestó el 97% de los bosques en Puerto Rico, se arrasó con casi la totalidad de los bosques primarios, lo que causó gran erosión y sedimentación de nuestros cuerpos de agua, para sembrar monocultivos. Se consolido una economía agrícola de sobremesa , para satisfacer las necesidades del capital estadounidense y de un mercado de mayor valor adquisitivo en otras partes del mundo.

El cambio social que trajo consigo la profundización del monocultivo azucarero fue traumático. La organización económica del país en el siglo XIX giraba principalmente entorno a la industria cafetalera que tenía una estructura social distinta a la industria cañera. En el café había diversidad – se sembraba también tabaco, cacao, plátano, cítricos, etc. y se trabajaba durante todo el año; en la caña imperaba el monocultivo y el trabajador agrícola se quedaba sin trabajo durante el tiempo muerto de la caña. Este nuevo arreglo socio-económico precipitó la situación de pobreza e de inseguridad económica del trabajador agrícola puertorriqueño.

Con el monocultivo, entró el dominio de las Centrales Azucareras, la mayoría de capital absentista norteamericano que llegó a controlar del 80 al 85 % de la manufactura del azúcar en Puerto Rico. Se desplaza al capital local y a los agricultores criollos, lo que crea condiciones de extrema desigualdad e injusticia social que desatan una miseria hasta entonces desconocida en Puerto Rico, y que empeora de 1920 al 1940.

Los siguientes datos históricos que ofrece el Dr. Feagle ilustran el panorama:

“En 1897 según demuestra Don Cayetano Coll y Toste en su obra Reseña Histórica de Puerto Rico publicada en 1899 había en nuestro país 894,302 habitantes. La riqueza agrícola consistía de 2,095,221 cuerdas, valoradas en $48,694,584.00 y distribuidas en 60, 953 fincas. Entonces se dedicaban al cultivo de la caña de azúcar 61, 561, al tabaco 4,267, el café 122,358, a pastos 1,127,086, a frutos menores 93,508; a otros cultivos 17,176 y a montes y malezas, 664,270. Nuestra riqueza pecuaria consistía de 395, 792 cabezas de las cuales 303,612 eran ganado vacuno y todas tenían un valor de $8,365,515.

En el año 1927, había mas de 240,000 cuerdas del mejor terreno dedicadas al cultivo de la caña y 85, 000 cuerdas al cultivo del tabaco.

Estos dos ejemplos sin suficientes para demostrar con números la realidad palpable de que Puerto Rico, en perjuicio de sus necesidades domesticas, dedica sus esfuerzos a suplir las necesidades del mercado americano.

Ahora bien ¿qué se ha hecho de las 60, 958 fincas rústicas que servían de medio de vida a los habitantes, en 1897 a 394, 302 habitantes? El censo del 1920 nos da una idea de la situación. En esa época el número de fincas se había mermado a 41, 078, mientras que la población que necesariamente ha de vivir del producto de la agricultura, como fuente principal, había ascendido a 1,299, 809. En la actualidad el número de fincas es alrededor de 30,000"

Y las fincas siguieron reduciéndose. Y se redujeron porque los americanos dividieron la isla en 4 zonas azucaras con capital absentista, Y los jíbaros perdían sus tierras por no poder pagar dos dólares de contribuciones. Y esa realidad fue la que creo una nueva miseria y del campo, el jíbaro emigró a la ciudad y se fueron formaron bolsillos de pobreza como el Fanguito y La Perla etc. que servían de trampolín para marchar a E.U. y otras ciudades.”

Por eso no deben extrañar las palabras de Luis Muñoz Rivera, que tan temprano como el 1904 expresó:

De las ciudades y los campos se alza el rumor de un descontento sordo y profundo o el clamor de una protesta que ya no cabe en los moldes de nuestra mansedumbre legendaria. La agricultura paga jornales exiguos porque la producción no basta para compensar al trabajador; el comercio no era ya refraccionista porque perdió inmensas sumas en la crisis que le agobia; no hay crédito, los negocios marchan con lentitud abrumadora, el hambre, que no existió nunca en nuestra isla, existe dondequiera, en el litoral lo mismos que en el interior. Las fincas que representaban valores inmensos representan valores ridículos. Familias que en el 1898 vivían en la opulencia , en 1904 mueren sobre harapos de indigencia. El malestar engendra la emigración y a Hawai, a Yucatán, a Cuba y a Santo Domingo van los infelices braceros buscando el trozo de pan que P.R. les rehúsa.
Es importante que se conozca está historia porque muchos puertorriqueños que desconocen su historia piensan equivocadamente que los Estados Unidos llegaron a Puerto Rico a salvar a los puertorriqueños. La realidad es que esta transformación de nuestra economía agrícola impuesta por el poder militar, político y económico estadounidense, que arrasó con nuestros llanos y montes para sembrar monocultivo de caña bajo condiciones de extrema explotación y marginación, fue la que creo ese escenario de pobreza y miseria social agrícola nunca antes vista en Puerto Rico. Fue un capítulo de nuestra historia que dejo una gran huella en la psiquis de la población puertorriqueña, y sin el cual no se hubiese sido posible despoblar los campos en Puerto Rico, de campesinos que no les quedaba más remedio que ir en la búsqueda de mejores condiciones de vida en la ciudad. ... etc. etc. " Salvador Coleman Tió

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