PELIGROSO VOLCÁN BAJO YELLOWSTONE
El maravilloso Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos, puede parecer tranquilo, pero lo que muchos no saben es que está situado sobre un violento volcán. Ahora, los geólogos han identificado las aéreas del parque con más posibilidades de volver a entrar en erupción.
Según un nuevo estudio, lo más probable es
que la próxima gran erupción de Yellowstone tenga lugar en una de las tres
zonas de fallas paralelas que atraviesan el parque de norte a noroeste.
Dos de estas zonas produjeron grandes ríos
de lava la última vez que se activó el supervolcán (hace entre 174.000 y 70.000
años), mientras que la tercera protagonizó los temblores más frecuentes en los
últimos años.
Saber esto ayudará a los científicos a
determinar qué aéreas del parque hay que vigilar más de cerca, como afirma el
director del estudio Guillaume Giraud, catedrático invitado de la Universidad
del Estado de Michigan, en East Lansing (Michigan, Estados Unidos).
Normalmente se habla de la región de
Yellowstone como de un «supervolcán», pues expulsó más de mil kilómetros
cúbicos de ceniza y lava en una sola explosión. La más reciente de estas
explosiones tuvo lugar hace unos 640.000 años.
Según Girard, las erupciones pequeñas son
más frecuentes, pero hay menos de una posibilidad entre diez mil de que sucedan
en un año determinado. Describe estas erupciones como ríos de lava, que no son
explosivos: «Son muy viscosos y discurren con gran lentitud».
Corrientes similares alimentaron la cúpula
de lava del Monte Santa Helena años después de su mayor erupción, pero los ríos
de lava de Yellowstone tienen lugar a una escala mucho mayor.
«Algunos de estos flujos recorrió hasta 32
kilómetros», afirma Girard, cuyo estudio fue publicado en el número de
septiembre de GSA Today. «No hemos visto una erupción de riolita de esta
magnitud en toda la historia».
El origen de la lava
de Yellowstone
Al estudiar el contenido de titanio de las
corrientes de lava, el equipo de Girard determinó que estos flujos surgieron
rápidamente de la cámara de magma a una profundidad de entre 6 y 12 kilómetros.
La cantidad de titanio contenida en los
cristales de cuarzo de la lava señala la profundidad a la que se formaron éstos
en el magma que se va enfriando lentamente. Así, si el magma se detuvo en
niveles intermedios durante su ascenso, el contenido en titanio de cada cristal
variaría desde su centro hasta los límites exteriores, como las capas de una
cebolla.
Sin embargo, Girard afirma que los
cristales no reflejan esas características, lo que significa que el magma llegó
rápidamente a la superficie, sin detenerse lo suficiente en niveles intermedios
como para que se formaran los cristales.
«Rápidamente en términos geológicos, en
cualquier caso. En términos humanos probablemente es bastante despacio, pues
necesitó cientos o miles de años».
¿Sugiere esta relativa rapidez que Yellowstone
podría experimentar pronto más erupciones?
«No es un peligro inminente», señala
Girard. «Todos los estudios concluyen que no hay magma listo para entrar en
erupción en un futuro cercano».
Sin embargo, los patrones de erupción
pueden cambiar inesperadamente, según afirma Ben Ellis, vulcanólogo del
Instituto de Geoquímica y Petrología de Zurich, Suiza.
El experto hace referencia a una serie de
erupciones que inicialmente tuvieron lugar a lo largo de unas zonas lineales
similares a las encontradas en el estudio de Girard, pero «cambiaron
repentinamente a una nueva ubicación fuera de esa zona lineal».
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