Wednesday, March 31, 2010

El caso cubano: Perversidad capitalista y derechos humanos


Por Luis Arce Borja (especial para ARGENPRESS.info)

Un preso de conciencia muerto en Cuba ha desatado una tormenta de denuncias y condenaciones a través del aparato publicitario de los imperios. Sin embargo en Perú, Colombia y otros países latinoamericanos hay decenas de prisioneros políticos que mueren cotidianamente no a causa de huelgas de hambre sino más bien por las condiciones infrahumanas de las prisiones.

Por ejemplo en Perú en sus cárceles de exterminio hay cerca de mil prisioneros pertenecientes a Sendero Luminoso y al Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). La mayoría de esos presos tienen más de 20 años de reclusión, y muchos de ellos padecen graves enfermedades por las extremas condiciones carcelarias. De esta situación nadie, ni siquiera Amnistía Internacional dice una sola palabra. En Europa mismo, las prisiones son tumbas mortales para los reclusos políticos. En España, se aplica una política penitencia de muerte similar a la que se aplicaba durante el franquismo. Su objetivo es eliminar a los presos del ETA y de los GRAPO. En Francia la desesperanza y suicidio en las prisiones es corriente. El año 2008, fueron 115 presos los que se quitaron la vida, y en el 2009, esta cifra aumentó a 122. Desde enero 2010 a la fecha, se contabilizan cerca de 30 presos que prefirieron el suicidio antes que seguir en presión. Estados Unidos, la matriz de la libertad y democracia del mundo capitalista, cuenta con una población penal de 1.8 millones de personas. En este país, el sistema carcelario tiene rasgos de las prisiones feudales. Las corporaciones privadas pueden utilizar a los prisioneros para hacerlos trabajar en condiciones de semiesclavitud. Los detenidos están sometidos a violencias y represión cotidiana. Muchos están encadenados y están excluidos de cualquier derecho civil. Se les prohíbe hacer reclamos, declararse en huelga o simplemente protestar. ¿Qué dices de estos los llamados defensores de los derechos humanos?.

La muerte de Orlando Zapata Tamayo

La defensa de los derechos humanos en el sistema capitalista hace parte de la estrategia mundial del imperialismo para dominar los países pobres. Para este fin cuenta con un gigantesco aparato publicitario, medios de comunicación, millonarias organizaciones no gubernamentales (ONG), tribunales internacionales, y otras instituciones de fachada como la ONU, la OEA, Amnistía Internacional, etc., que a nombre de los imperios proponen una hipócrita defensa de los derechos humanos, sin cuestionar en lo mas mínimo el injusto sistema social capitalista. En esta práctica se deja de lado cualquier expresión de carácter ético o humanista. Tanto la moral, la política, la religión, el derecho y la filantropía forman parte de los mecanismos de alineación y opresión que utilizan los imperios para someter a pueblos y trabajadores. Históricamente, el discurso en torno a la defensa de la vida en el sistema dividido en clases sociales, ha constituido una perversidad que ha servido para ocultar gigantescos y brutales crímenes contra la humanidad.

En la historia hay muchos ejemplos que muestran que los más grandes asesinos de la humanidad se han presentado como profetas de la paz, la justicia, la democracia, el derecho y la libertad. España exterminó a más de la mitad de la población latinoamericana para apoderarse de las tierras y riquezas de los indígenas. Estados Unidos pudo convertirse en el gran imperio gracias a la sangre de los indios americanos asesinados masivamente y con el sufrimiento de millones de esclavos africanos. Entre los siglos XVI y XIX, según diferentes fuentes, 60 y 100 millones de africanos fueron comercializados como esclavos en las metrópolis industriales. El 50% de estos africanos vendidos para trabajar en condiciones infrahumanas hasta su muerte, murieron en el transporte o al momento de capturarlos. Gran Bretaña, España, Portugal, Francia, Países Bajos, Dinamarca, Estados Unidos, y otros fueron los que se enriquecieron con el negocio de esclavos, y son estos países los que ahora dictaran normas de moral y defensa de los derechos humanos en el mundo.

Ahora mismo, el gobierno de los EEUU, con la complicidad de la Unión Europea (UE), y demás países ricos, son los responsables del brutal genocidio que se impone a Irak, Palestina y Afganistán. Solo en Irak, desde la invasión en 2003, hasta el 2006, las fuerzas militares americanas y británicas han sido responsables de la muerte de 655 mil civiles. Y desde el 2003 hasta la actualidad los muertos a causa de la invasión militar a Irak suman cerca de un millón de personas, entre los que se cuentan niños, ancianos; mujeres y campesinos. Sin embargo son estas potencias las que tienen la patente de los derechos humanos a nivel mundial. Incluso de les otorga galardones sobre la paz, como es el reciente caso del Premio Nobel otorgado al presidente Barack Obama. Estos países controlan la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la OEA, tribunales internacionales, consorcios de los derechos, humanos y miles de organizaciones no gubernamentales (ONG) cuyo rol es encubrir el crimen y los genocidios de los imperios.

La incompatibilidad entre los derechos humanos y los intereses imperialistas está expresado por el clásico humanismo que manejan los grupos de poder, cuya esencia se resume en la lucha entre el bien y el mal. Los buenos son los que defiende la propiedad privada, la exploración, la decadencia, la acumulación de capital, y el sistema de guerras imperialistas. Los malos, los que provienen del extremo del sistema, los terroristas” y subversivos, y a ellos se les extermina al margen de cualquier indicio de derechos humanos. En este cuadro la muerte de un individuo, es tributario de la preponderancia de los intereses inmediatos de los imperios. Si un cadáver sirve al imperialismo entonces ese muerto es importante para la publicidad, pero si ese cadáver o millones de muertos, perjudican al sistema, entonces hay que ignorarlos, dejarlos en el olvido y encubrir a sus asesinos.

Un muerto útil

Un caso reciente, de inmoralidad capitalista en la defensa de los derechos humanos, se refiere al prisionero cubano Orlando Zapata Tamayo muerto (23 de febrero) en una prisión de Cuba a causa de una huelga de hambre que llevo a cabo durante 85 días. En el 2004 Zapata Tamayo, fue adoptado preso de conciencia por Amnistía Internacional (AI), y era parte de un grupo de 75 opositores encarcelados en 2003 que mantienen vínculos financieros y políticos con los disidentes cubanos (gusanos) en Miami quienes como se conoce están ligados a la CIA americana y reciben cada año millonario financiamiento del gobierno de Washington. Solo para el año 2011 tienen asegurado un presupuesto de 20 millones de dólares asignado por la administración de Obama «para promover la democracia en la isla». Zapata Tamayo tenía antecedentes penales por delitos comunes. En 1990 fue condenado por haber cometido estafa asalto a mano armada, agresiones a ciudadanos y daños a la propiedad pública. Su transformación de delincuente común a opositor político, como lo han señalado diferentes medios, se realizó gracias a las relaciones (sobre todo económicas) de sus familiares con la Fundación Nacional Cubano Americana que actúa desde los Estados Unidos.

Frente a este hecho un abanico de defensores de los derechos humanos, incluido Amnistía Internacional, medios de comunicación de los países ricos, ONG, intelectuales de derecha, altos representante del gobierno de los Estados Unidos, y de la Unión Europa (UE) se han puesto al frente de una campaña mediática y política para hacer de Zapata Tamayo, un mártir de la lucha por la libertad en Cuba. El parlamento Europeo (11 de Marzo de 2010) condenó a Cuba por la «evitable y cruel muerte de un disidente en huelga de hambre», y exigió la libertad inmediata de todos los prisioneros políticos de la Isla. Dentro de esta hipocresía hilarante de los representantes de la burguesía internacional se ha prenunciado Hillary Clinton en nombre del gobierno de los Estados Unidos (el gobierno más criminal y violador de los derechos humanos del mundo). Ella señaló que Zapata Tamayo, «preso de conciencia muerto en Cuba era un luchador de la democracia y la libertad». José Luis Rodríguez Zapatero del gobierno de España, exigió que la administración cubana libere a los “presos de conciencia y respete los derechos humanos». Luis Yáñez-Barnuevo, un eurodiputado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) dijo que con la muerte de Orlando Zapata Tamayo, «heroico luchador de la libertad, el estalinismo caribeño ha muerto, pero ellos, como nosotros, aún no nos damos cuenta. Cuando se abran las grandes alamedas de la libertad para Cuba, Orlando Zapata será honrado como el mártir que dio la vida por su pueblo».

Ni a los Estados Unidos, ni a la Unión Europea, ni ninguna institución, o personalidad ligada al sistema imperialista mundial, le puede importar algo la muerte de una persona, salvo si el cadáver de este prisionero sirve a sus intereses como es el caso Orlando Zapata Tamayo. ¿Hillary Clinton y Barack Obama defensores de los derechos humanos? Los gobernantes de los Estados Unidos, beberían ser juzgados por crímenes de guerra, sobre todo por las masacres que comenten diariamente las tropas americanas en Irak y Afganistán. ¿La Unión Europea (UE) conmovida por la muerte de un prisionero?. La UE participa con los Estados Unidos en las actuales y sangrientas guerras en medio Oriente. Son cómplices de las operaciones encubiertas de la CIA americana en Europa para secuestrar y desaparecer personas sindicadas como terroristas. ¿El gobierno español escandalizado por la suerte de un prisionero muerto?. Ni Zapatero ni el eurodiputado socialista Luis Yáñez, han dicho una sola palabra para liberar a los 750 prisioneros vascos recluidos en cárceles de Francia y de España. Muchos de estos presos están sometidos a un sistema carcelario de infamias y de torturas.

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