Por Arturo Cardona Mattei / Escritor boricua
Pues, dice la Biblia que un ángel, criatura de Dios, se hizo Diablo cuando quiso para sí todo el poder que había en Dios. Olía a traición. Otros muchos ángeles le siguieron, convirtiéndose así en puros diablitos. Pero, aquí en los niveles terrenales tenemos muchos diablos, y sus seguidores son abundantes como las aguas de los mares. Estos hablan mucho, piden demasiado y viven envueltos en todos los vicios que la naturaleza humana pueda proveer. Y tienen amigos en todos los niveles de poder. Políticos y comerciantes se juntan en contubernio a esos Diablos y sus diablitos. Y son muchas las diabluras que tejen día y noche…sin descanso. Unos se distinguen por sus largas sotanas, otros por sus cuellos clericales. Y todos ellos dicen ser los representantes de Dios en la Tierra. ¿Delírium trémens, acaso?
Quienes no somos tan confiados siempre estamos esperando algo nuevo de este gremio tan amparado por una enorme pléyade de hombres y mujeres que ponen sus cuellos en el picador por estos seres tan estúpidamente adorados. Son muy dados a los espectáculos faranduleros y a los desórdenes morales y espirituales. Estos líderes religiosos de la cristiandad viven engañando a la humanidad y robándole a Dios, al mismo que ellos dicen representar. Crecen en la mentira y viven en el pecado. Viven engañando y siendo engañados. En ese girar tormentoso se pasan la vida. Y una humanidad muy grande va arrastrando un cúmulo de enseñanzas que son como los árboles torcidos.
En estos pasados días salió a flote otro escándalo donde religiosos de alto calibre quedan retratados en un esquema muy bien fabricado y guardado. Desde el año 2001, se dedican a usar los diezmos de sus feligresías para apoyar políticos muy bien escogidos. Formaron una cosa llamada Comité de Acción Política –CAP-, donde el dinero recaudado se usa para respaldar aquellos políticos que “han mantenido una trayectoria de responsabilidad y defensa de nuestros valores cristianos. ¡Vaya manera de hablar de valores cristianos! Estos mercaderes de templos están amarrados en yugo irrompible con las cosas terrenales. Luego dicen que son seguidores de Jesús, el Hijo de Dios. Entonces, ¿por qué dijo Jesús de sí mismo y de los apóstoles que no eran parte de este mundo? Esa ética y esa virtud no van en el equipaje espiritual de estas aves de rapiña. Viven eternamente apegados a las cosas del César.
Las escrituras postulan que no se puede ser amigo de Dios y del mundo a la misma vez. Pero estas alimañas no sienten el llamado de ese principio cristiano. Predican el cielo día y noche, pero se arropan con todas las buenas cosas que salen del mundo terrenal. Pretenden estar en ambas mesas a la vez, en la de Dios y en la del Diablo. Así de juguetonas y puériles son sus diabluras.
En ese certificado de incorporación se delinea como objetivo inmediato generar y orientar acción política entre el electorado de Puerto Rico que es cristiano. Y ya sabemos, a ciencia cierta, que las feligresías religiosas son corderos marchando cabizbajos hacia el cementerio de los engaños. El líder habla, y los seguidores cierran sus ojos y pierden su sentido común. Juego perfecto para que unos pocos engorden mientras los muchos enflaquecen. Se ceban de la ignorancia del conocimiento bíblico.
¿Cuánto dinero ha pasado de unas manos a otras? Eso es algo difícil de saber. Pero desde el año 2001, va un largo trecho. Sabemos que ese matrimonio entre Iglesia y Estado va muy atrás en la historia. Nos viene de los tiempos de Babilonia. Y de allí también nos llegó toda una enorme cantidad de enseñanzas que lograron infiltrarse tempranamente en el nuevo credo enseñado por Jesús. He ahí el origen de tanto paganismo enseñado por los líderes de la cristiandad. Estos no son maestros ni modelos a seguir para conseguir una vida espiritual que le pueda ser mostrada a Dios en su santo recinto. Con engaños y mentiras, aunque ocupen menos espacio que una tilde, no se puede construir un camino recto que nos lleve a la salvación.
Estos falsos maestros ya no se interesan por la llegada del mal llamado Rapto. Ellos están muy cómodos y contentos con las riquezas terrenales. Las celestiales las balbucean para pescar en el mar grande de la ignorancia que habita en una humanidad muy grande. Tampoco les importa si el final del mundo es mañana o el próximo año. Lo de ellos es gozar y amasar riquezas terrenales hasta el último dia antes de su muerte. Se declaran investidas con la dignidad de los apóstoles, pero su maldad los delata. Como dicen las Escrituras: todo lo escondido vendrá a la luz. Esa es la razón de tanto escándalo tras escándalo. Ya les llegará el punto final. Andan, duermen y sueñan en un perpetuo valle de mentiras. Ese es su vicio y su fuerza. Y aún así juran y perjuran que somos una tierra bendecida. No entienden las verdaderas bendiciones de Dios para todas sus criaturas. No para unos pocos. La maldad venda los ojos.
A estos poderosos sequoyas –los líderes religiosos- les llegará el día en que serán derribados, talados y quemados. El hombre inicuo no puede vivir por siempre. En la Tierra nueva prometida por Dios no tienen cabida. Con certeza dijo Jesús: Así ustedes, también, por fuera realmente parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de desafuero. Nada más con el testigo.
Mientras tanto, diablos y diablitos seguirán con sus diabluras. La hierba mala se tala hoy, y mañana vuelve por sus fueros. Ni aun el fuego puede erradicarla para siempre. Pero los días de la falsa religión están anotados en el libro de Apocalipsis. De allí no pasarán.
Caguas, Puerto Rico
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Saturday, October 2, 2010
De diablos y diabluras
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