Aniversario de la caída en combate de Un 23 de octubre de 1965
A las montañas subieron
para darnos libertad,
sólo sus nombres volvieron
desde el campo a la ciudad.
J. G. Rose
En Amaybamba, departamento del Cuzco, murieron en combate Luis de la Puente Uceda y los guerrilleros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) del Frente Pachacútec, quienes se inmolaron por una sociedad más justa y solidaria.
El MIR se fundó en 1963 como respuesta generacional al desencanto que producían los partidos tradicionales, los mismos que prometieron resolver la situación del campesinado y defraudaron a su militancia. Surge de un desprendimiento del Partido Aprista, liderado por Haya de la Torre, caudillo que enarboló las banderas de la reforma agraria antifeudal y antioligárquica, y traicionó su programa inicial aliándose con la oligarquía terrateniente. No obstante, las bases apristas tenían una historia nutrida de heroísmo y clandestinidad; un legado de martirologio, exilios y persecuciones. Luis de la Puente Uceda, Máximo Velando, Gonzalo Fernández Gasco y otros notables militantes de la Juventud Aprista insurgieron, en un primer momento, como el APRA Rebelde contra la degradación moral de sus dirigentes. Paralelamente, el triunfo de la revolución cubana demostraba que se podía alcanzar la redención de los trabajadores a través de la lucha revolucionaria. Es así como nace el MIR, con una línea marxista-leninista y se propone iniciar la lucha armada construyendo el partido en el campo.
Otros esfuerzos coincidían, como la formación del Ejército de Liberación Nacional (ELN), nacido de la juventud comunista y de jóvenes voluntarios que se inspiraron en la revolución cubana. Pero el MIR, a diferencia del ELN, no concibió su accionar desde el foco guerrillero. El foquismo –tan de uso en los sesenta- no contaba con tributarios miristas, quienes a pesar de haber hecho su aprendizaje en Cuba, tenían una concepción distinta de la guerra. Por eso el MIR se propuso fundar tres frentes guerrilleros, donde lo más importante sería la captación del campesinado y la formación de cuadros. Ante la propuesta de una guerrilla sin partido, los miristas respondían: guerrilla y partido al mando. Un Perú semifeudal y sometido a los rigores del neocolonialismo, justificaba la elección del campo como escenario principal.
Luis de la Puente Uceda destacó entre los cuadros del APRA Rebelde como un líder generacional. Nacido en el departamento de La Libertad y siendo pariente de Haya de la Torre, no temió polemizar con su jefatura para que el APRA retornara a los cauces iniciales. Consciente de la necesidad de una reforma agraria en el Perú, dio el ejemplo: distribuyó la hacienda familiar de Julcán, que heredó, entre los campesinos que la trabajaban. Polemista sobresaliente, fue deslindando cada vez con más audacia con el populismo aprista para adoptar como ideología el marxismo-leninismo. Frente a la inoperancia de los Partidos Comunistas, sumidos en las tesis revisionistas soviéticas de tránsito pacífico al socialismo, decidió impulsar un nuevo proyecto marxista-leninista. Con la prédica del MIR y el sacrificio de sus militantes, nació en el Perú aquello que hoy llamamos la izquierda revolucionaria. El Movimiento de Liberación 19 de Julio (ML-19) es tributario de esa tradición histórica de lucha de nuestros pueblos y del legado imperecedero de Luis de la Puente Uceda.
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Bosque de palabras / Juan Víctor Alfaro y Carmona / 22. La moral descuartizada /23. Peor que un matrimonio mal lleva'o
El MIR se fundó en 1963 como respuesta generacional al desencanto que producían los partidos tradicionales, los mismos que prometieron resolver la situación del campesinado y defraudaron a su militancia. Surge de un desprendimiento del Partido Aprista, liderado por Haya de la Torre, caudillo que enarboló las banderas de la reforma agraria antifeudal y antioligárquica, y traicionó su programa inicial aliándose con la oligarquía terrateniente. No obstante, las bases apristas tenían una historia nutrida de heroísmo y clandestinidad; un legado de martirologio, exilios y persecuciones. Luis de la Puente Uceda, Máximo Velando, Gonzalo Fernández Gasco y otros notables militantes de la Juventud Aprista insurgieron, en un primer momento, como el APRA Rebelde contra la degradación moral de sus dirigentes. Paralelamente, el triunfo de la revolución cubana demostraba que se podía alcanzar la redención de los trabajadores a través de la lucha revolucionaria. Es así como nace el MIR, con una línea marxista-leninista y se propone iniciar la lucha armada construyendo el partido en el campo.
Otros esfuerzos coincidían, como la formación del Ejército de Liberación Nacional (ELN), nacido de la juventud comunista y de jóvenes voluntarios que se inspiraron en la revolución cubana. Pero el MIR, a diferencia del ELN, no concibió su accionar desde el foco guerrillero. El foquismo –tan de uso en los sesenta- no contaba con tributarios miristas, quienes a pesar de haber hecho su aprendizaje en Cuba, tenían una concepción distinta de la guerra. Por eso el MIR se propuso fundar tres frentes guerrilleros, donde lo más importante sería la captación del campesinado y la formación de cuadros. Ante la propuesta de una guerrilla sin partido, los miristas respondían: guerrilla y partido al mando. Un Perú semifeudal y sometido a los rigores del neocolonialismo, justificaba la elección del campo como escenario principal.
Luis de la Puente Uceda destacó entre los cuadros del APRA Rebelde como un líder generacional. Nacido en el departamento de La Libertad y siendo pariente de Haya de la Torre, no temió polemizar con su jefatura para que el APRA retornara a los cauces iniciales. Consciente de la necesidad de una reforma agraria en el Perú, dio el ejemplo: distribuyó la hacienda familiar de Julcán, que heredó, entre los campesinos que la trabajaban. Polemista sobresaliente, fue deslindando cada vez con más audacia con el populismo aprista para adoptar como ideología el marxismo-leninismo. Frente a la inoperancia de los Partidos Comunistas, sumidos en las tesis revisionistas soviéticas de tránsito pacífico al socialismo, decidió impulsar un nuevo proyecto marxista-leninista. Con la prédica del MIR y el sacrificio de sus militantes, nació en el Perú aquello que hoy llamamos la izquierda revolucionaria. El Movimiento de Liberación 19 de Julio (ML-19) es tributario de esa tradición histórica de lucha de nuestros pueblos y del legado imperecedero de Luis de la Puente Uceda.
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Bosque de palabras / Juan Víctor Alfaro y Carmona / 22. La moral descuartizada /23. Peor que un matrimonio mal lleva'o
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