Monday, January 17, 2011

La UPR, bagazo. ¿Y ahora qué?


Por Marcos Reyes Dávila / Escritor puertorriqueño

El mundo de la academia universitaria está regido por el virus nefasto de la contemplación inerte. Es esa anulación de efecto vinculante que se califica ordinariamente con el término de académico y que parece significar en Puerto Rico, quizás por su origen en el idealismo platónico, lo que no tiene utilidad práctica. Es un virus de autoderrota, espejismo de errata terrible, un dislate. Nada más contrario a la significación verdadera del término, a la pedagogía hostosiana –por no renegar de los amores consabidos–, a la tradición de una educación fundada en la realidad, a la práctica y la praxis, al propósito de transformar el mundo dado, el reino de este mundo donde nuestra acción es lo que cuenta.

De la contemplación no renegamos. Ningún poeta ni ningún estudioso puede darle la espalda al intento de aprehender la otredad. Pero de eso a implicar que el estudio es pura teoría desvinculada de la práctica, inconsecuente y pompa de jabón, hay una gran distancia. Estudiamos y educamos para conocer la realidad y comprender cómo transformarla. Ese deber se impone ahora como siempre.

Finalizado el semestre pasado, e instalándose como de hecho se instala a pesar de los vientos contrarios el semestre que corresponde a los meses próximos, ¿cuál será la agenda y la estrategia de lucha de aquellos que defienden la universidad verdadera? Hay que partir del reconocimiento de que el campo de lucha del año pasado ha cambiado. Estamos frente a una situación nueva cuyos factores se han desplazado y reacomodado.

Al anuncio sobre la probable pausa a imponerse en el Departamento de Estudios Hispánicos y otros departamentos le sucederán otros anuncios conducentes al progresivo desmantelamiento de la UPR, toda, y a la reducción de la oferta y las condiciones de trabajo. Por otra parte, la política impositiva, gerencial, exógena, amordazante y lacerante crecerá. Es muy probable que contemplemos atónitos la aprobación de una nueva ley universitaria dirigida a instrumentar el control dictatorial –o neofeudal– de la UPR. Seremos materia inerte, parásita, avasallada, la nueva versión del bagazo –desecho– de Abelardo Díaz Alfaro. No hay que soñar con chapulines colorados respecto a un posible nuevo presidente.

¿Cómo enfrentarán los estudiantes la nueva situación? ¿Cómo los profesores? ¿Cómo los no docentes?

¿Cómo enfrentará el pueblo de Puerto Rico la carísima construcción de su pobreza, arruinado ya, en el fondo del mundo según The Economist?

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