Por Eva Golinger / Investigadora
Para el año 2009, el Departamento de Estado de Estados Unidos invertirá aproximadamente 520 millones de dólares en el Plan Colombia. Más de la mitad de ese dinero va a contratistas privadas norteamericanas encargadas de desarrollar, promover e impulsar la guerra irregular en territorio colombiano y latinoamericano; así lo denunció la abogada e investigadora Eva Golinger a la Agencia Bolivariana de Noticias.
“Esto constituye la privatización total de la guerra en Colombia, a través de la utilización y financiamiento de transnacionales mercenarias que no tienen la obligación de responder legalmente a ningún sistema judicial del mundo. En otras palabras, gozan de total inmunidad”, condenó Golinger.
Explicó que en unos documentos gubernamentales desclasificados encontró una lista de 31 contratistas estadounidenses que guardan relación con el Departamento de Estado. Esta lista contiene los montos de los financiamientos otorgados por la administración de Washington para potenciar la guerra en Colombia.
«Llama la atención sus áreas de responsabilidad y la cifra de dinero que reciben para un período de doce meses».
No obstante, expresó que a pesar de ser empresas estadounidenses contratadas por el Departamento de Estado, no están sujetas a ninguna ley pública de EEUU.
«Como parte del acuerdo binacional, en Colombia tienen inmunidad total, es decir, no le responden a nadie por sus crímenes, acciones y operaciones», enfatizó.
Si bien la lista es de 31 empresas, Golinger se limitó en esta oportunidad a mencionar las de mayor importancia y aquellas que ya tienen un largo historial bélico en el mundo.
Transnacionales de la guerra
La primera de ellas es Lockheed-Martin, una de las más grandes del complejo industrial militar de Estados Unidos. Se dedica a fabricar armamento, tecnología y hasta aviones de guerra.
«Su contrato prevé un financiamiento para el período de un año de 53 millones de dólares, destinados a suministrar apoyo logístico y asistencia técnica a la policía nacional de Colombia, además de facilitarle personal humano para sus operaciones especiales”, añadió.
Otra empresa es Dyn Corp International, perteneciente también al complejo industrial militar. El Departamento de Estado la financia con 164 millones de dólares para proveer de pilotos, técnicos y apoyo logístico al ejército colombiano.
«Igualmente, la empresa Arinc, contratista privada del complejo industrial militar, recibió 8 millones de dólares para mantener, manejar y formar a la policía nacional de Colombia en los procesos de recolección de señales y otros equipos asociados con el espionaje”», señaló.
En tanto, Oackley Network recibió 5 millones dólares para la provisión de software de monitoreo de Internet y para asistir en los programas de espionaje conducidos por la división de crímenes de la policía nacional de Colombia.
«Seguramente, estas últimas dos compañías se encuentran detrás de las famosas y supuestas computadoras encontradas en el campamento bombardeado de Raúl Reyes, en marzo de 2008», destacó la investigadora.
Asimismo, se encuentra la ITT, transnacional de las telecomunicaciones que participó en el golpe de Estado contra el chileno Salvador Allende.
«En 2007 percibió unos 7 millones de dólares para operar un sistema de radar hemisférico, apoyo logístico y provisión de equipos a radares en territorio colombiano y que son operados vía satélite», indicó Golinger.
Espionaje Echelon
Otra empresa de gran envergadura es el Grupo Rendón, que adquirió un contrato de 3.4 millones de dólares para dar apoyo comunicacional al Plan Colombia y el plan contra el narcotráfico.
«El Grupo Rendón es uno de los más conocidos grupos de expertos en operaciones psicológicas por ser una empresa del Pentágono, dedicada a diseñar este tipo de campañas (....) Es quien maneja gran parte la campaña mediática contra Venezuela y Ecuador», argumentó la abogada.
Además, sostuvo que en el contrato se estipula el uso del sistema Echelon, el sistema de espionaje más grande conocido, inventado en los años 70 por la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de EEUU).
«Es un sistema satelital que tiene la capacidad de monitorear todas las comunicaciones en el mundo. Ellos introducen palabras específicas en el sistema y éste se enlaza con el resto de los sistemas de comunicación. Si encuentran que alguien utilizó esa palabra por teléfono, celular o computador, la atención se dirige hacia ese lugar, da la ubicación exacta y permite monitorear la conversación», comentó.
En conclusión, Golinger manifestó que este financiamiento implica que continuará la escalada ofensiva y agresiva imperial contra la región.
«Ya vimos el golpe de Estado en Honduras, el recrudecimiento del conflicto colombo-venezolano y la preocupación por parte de los países de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América Alba (Alba) por el tema de las bases militares (...) Este no es el final», puntualizó.
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