Monday, August 4, 2008

Racial profiling again: Bajo consideración


En los Estados Unidos, según data incompleta del Censo del 2000, hay más de 1.23 millones de árabes estadounidenses. El Instituto Arabe Americano, lleva la cifra a una población de 3.5 millones. El acosamiento en base a su perfil racial y religioso puede volver y más duro que nunca.

«Nuestro país fue fundado en sólidos principios constitucionales que nos protegen de abusos de poder... Los estadounidenses no deben tolerar ningún modo de perfilamiento basado en la raza, la religión, la etnicidad, o el origen nacional»: Kareen Shora, directora ejecutiva nacional del Comité Arabe-Americano contra la Discriminación

«Hay millones de estadounidenes quienes, bajo los nuevos parámetros, pueden converitirse sujetos al perfilamiento racial, con arbitrarias y subjetivas acusaciones por razones étnicas y religiosas»: Dr. James Zohby, presidente del Instituto Arabe-Americano


WASHINGTON, D.C.:
La Administración Bush hará todo cuanto esté en sus manos y sea posible para asegurarse de que el gobierno tenga todas las herramientas para combatir el terrorismo antes que un próximo presidente se instale en Casa Blanca. Mas su propuesta parece estar muy lejos de garantizar protecciones a la privacidad de los ciudadanos. Aún así, el Fiscal federal de la Nación, Michael Mukasey, anunció desde el pasado 9 de julio que lo que el Departamento de Justicia y entregará como otra de sus herramientas es fisgonear en base al perfilamiento racial («racial profiling»).

Grupos de derechos civiles, líderes de la comunidad islámica y árabe-estadounidense, ya han protestado el impacto potencial de lo propuesto. «Concentrarse en árabes, islámicos y grupos étnicos como sospechosos, en vez de en evidencia relevante de algún delito, es una base prejuiciosa y vana, que no garantizará la protección de los derechos privados».

Muskey se negó a dar detalles, cuando el Senador Russ Feingold (Demócrata de Wisconsin) le preguntó en una vista del Comité Judicial del Senado, si además de el perfil racial, se tomará en cuenta los hábitos de viaje, si posee un arma registrada, o si el sospechoso tiene un apellido árabe, adquirido por matrimonio/ «La naturaleza de la evidencia reunida y la manera cómo ha aido recopilada, o adquirida, estará sujeta a revisión».

El presidente del Comité Judicial del Senado, Patrick Leahy (Demócrata de Virginia) dijo que el Presidente Bush ha utilizado ya bastante el Departamento de Justicia para espiar impropiamente a ciudadanos estadounidenses y que «convertir a una nación como la nuestra en un Estado Policíaco es mala propaganda ante el mundo; pero, sobre todo, una práctica injusta para la nación. Esta adminisración ha hecho que el espionaje durante el Caso Watergate
luzca como un juego de niños».

«No podemos dejar que el Departamento de Justicia aplicar selectivamente la presunción de inocencia»,
dijo Caroline Frederickson, de la Unión Civil de Libertades Americanas. Ella añadió: «Tratar a todos los árabes e islámicos como sospechosos, no sólo es ilegal; es también una manera inefectiva y contraproducente de conducir las investigaciones sobre el terrorismo».

En octubre del 2000, durante un debate presidencial, George W. Bush, dijo que los árabe-estadounidenses han sido sujetos de perfilamiento racial como sospechosos [«racially profiled and targeted unfairly by secret evidence laws»] y la confesión fue tan sensitiva para ellos que muchos de ellos árabes e islámicos en los Estados Unidos emitieron sus votos para él como si tratara de un sentimiento hostigador que es contrario a Bush.

Los ocho años que han seguido han sido difíciles para los árabe-americanos. La administración Bush no es amigable. Se la fallado a los principios de inclusión y tolerancia [«all-American principles of inclusion»] y hoy son, como los inmigrantes indocumentados del Sur de la Frontera: vistos como enemigos y enfatizados como tal por el Partido Republicano.

En noviembre pasado, el Departamento de Policía de Los Angeles propuso un plan de mapear las comunidades islámicas en las ciudades. El plan fue abandonado por una fuerte presión opositiva de grupos de derechos civiles e islámicos, alegánodse la preocupación por el perfilamiento racial.

Un reciente estudio del Departamento de Policía de Nueva York sobre la radicalización interna de los ciudadanos dijo que la señal más típica es el uso de vestimentas tradicionales, dejarse crecer la barba, dejar el cigarro, la bebida y el juego. El estudio fue criticado y desacreditado.

Inmediatamente después del ataque del 9 / 11, cientos de árabes e islámicos fueron arrestados, deportados y monitorados, mientras el gobierno buscaba urgentemente información que pudiera evitar otro ataque. A pesar de los esfuerzos por reparar y fortalecer las relaciones con los grupos árabes e islámicos, éstos se quejan de que son «culpados y señalados como sospechosos» por las agencias policíacas locales y federales.

En términos generales, a lo largo y ancho del país, se han dado convicciones que terminan canceladas por las cortes. «El perfil raial es una violación de los derechos civiles», dijo el ex-Procurador General de Justicia, John Ashcroft en 2001, reprendiéndola como «una privación anticonstitucional de iguales protecciones bajo la Constitución».

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