Por Arturo Cardona Mattei / Escritor puertorriqueño
Este fenómeno del espejismo, donde la realidad se desdobla, suele ocurrir con mucha frecuencia. Las personas dedicadas al arriesgado deporte del alpinismo en muchas ocasiones son atrapadas por este fenómeno visual. La realidad se distorsiona. Imágenes en la lejanía lo atraen, pero no son otra cosa que realidades inexistentes. Este mismo fenómeno, esta ilusión óptica, también ocurre en los desiertos a personas que se han extraviado. Ya perdidos, sin agua ni comida, sus mentes empiezan a imaginarse cosas que no existen.
En el campo político el fenómeno del espejismo es uno recurrente. Unos episodios son de corta duración, pero en su gran mayoría son de larga y penosa frustración. El campo de los negocios no queda fuera de este fenómeno. Y el campo religioso, en verdad, está saturado por estas imágenes distorsionadas.
En el campo político, el independentismo ha sufrido muchos de estos episodios. Una imaginación fantástica lo lleva a ver nuevas y cercanas oportunidades para el logro y gozo de una independencia muy merecida. Esa desdoblez de la realidad puede llevar a la locura. Una imagen distorsionada logra poner gigantes donde solo hay molinos. Y si no se está bien agarrado a las riendas del caballo, una caída dura sí podría ser una realidad incuestionable. Hay que acerle caso a Sancho. La intelectualidad tiene que congraciarse con la humildad. Recordemos que por cada intelectual hay otros muchos que no lo son. El buen vendedor es el que vende, no el que pregona sin conseguir resultados positivos. Claro, no podemos olvidar las duras realidades a que ha sido sometido nuestro pueblo. El miedo a la libertad siempre ha subido a la tribuna enemiga del independentismo. El miedo es una emosión muy fuerte que logra someter a pueblos enteros a una condición de inferioridad. El miedo, la persecución y el encarcelamiento han sido armas poderosas usadas contra el independentismo puertorriqueño. Esa es historia escrita de muy fácil corroboración.
El llamado Estado Libre Asociado también se ha sometido a los espejismo engañadores. En un principio creyeron que habían puesto el punto final a nuestra realidad política. La historia los ha juzgado y declarado culpables de unas ambiciones sumamente ambibalentes. Los nuevos líderes del estadolibrismo han perdido la realidad y el enfoque que tuvieron en aquellos viejos comienzos de muchas décadas atrás. Y lo más feo y cruel de toda su trayectoria política es que fueron ellos los mismísimos que empezaron a meterle miedo a este pueblo con la independencia. Crearon una ley de la mordaza. Prohibieron el uso de la palabra patria y el uso de la bandera monoestrellada. Ese veneno hoy baja por sus propias gargantas. Una ola de pensamiento soberanista ha irrumpido dentro de ese organismo político.
Quién no recuerda aquella bandera con la efigie de nuestro hombre de campo –el jíbaro blanco- con aquel mensaje tan atrayente, que decía: Pan-Tierra-Libertad-. Ese mensaje con propósitos tan humanistas arrasó campos y pueblos. Puerto Rico comenzaba así a levantar su honra y su espíritu. Un pueblo diferente iba tomando forma. Lamentablemente, aquel empeño de superación fue cayendo en el olvido. Ahora, el Pan nos llega como ayuda federal para más de un 50% de la población. Así no se construyen sueños ni se alcanzan ambiciones legítimas. Yo creo en las riquezas producidas por el propio pueblo. Las ayudas son favores que hay que pagar con la espina dorsal encorvada y las rodillas dobladas. Hoy la Tierra, por medio de la ley impostora, le está siendo arrebata al pobre para cedérsela a los nuevos magnates de las riquezas. Poco a poco nos están llevando hacia una privatización infame. Y la Libertad, necesaria para que nuestro pueblo pueda sentarse a la misma mesa con los demás pueblos soberanos del planeta es apaleada en cuanto foro se plantea. Los viejos miedos inculcados aún siguen vivos y caminando.
Pero es el anexionismo el rey de los espejismos. Desde los mismos días de la invasión militar por las playas de Guánica esa ideología militante comenzó unos esfuerzos tremendos para entregarnos totalmente a la nueva soberanía acabada de llegar. Un nuevo imperio joven y bien armado desplazaba a otro imperio viejo, débil, cansado y con hambre. Así lucía el cambio de soberanía entre Estados Unidos y España. La fiebre de los espejismos presentaba sus primeras imágenes. Cuando nos concedieron / impusieron la ciudadanía –en el 1917- el pueblo anexionista se retorció de alegría, pues creyeron que ese era un paso ineludible e impostergable para añadirnos a la Unión. Muchas olas han llegado a nuestras playas provenientes de diferentes mares, pero la tan amada estadidad sigue en la lejanía. Esa ha sido la distorsión mayor dentro de todos los espejismos sufridos por el enexionismo puertorriqueño.
Viendo todo ese mar de espejismos, donde la realidad no se cuaja, los políticos de todas las ideologías han optado por vivir del cuento. Todos encantados con que el problema del status político nuestro no se resuelva. Pero siempre lo tienen sobre la mesa, pues ese es el oxígeno que necesitan todos ellos para vivir felizmente. ¿Y el pueblo? Que siga viviendo de las ayudas federales. Moriremos como el pez: por la boca. La idiotez muy bien pudiera ser nuestra tabla de salvación.
Caguas, Puerto Rico
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/ De la época de oro del muñocismo / El magisterio en el Pepino en el siglo XIX / Los tipos folclóricos / Unionismo y Anexionismo / Parte I / El comercio y la industria / Convocatoria / Ortizal / Homenaje a Hebe / Reseña de Libro / Miguel López Ortiz / Reseña de libro de Cecilio R. Font
Este fenómeno del espejismo, donde la realidad se desdobla, suele ocurrir con mucha frecuencia. Las personas dedicadas al arriesgado deporte del alpinismo en muchas ocasiones son atrapadas por este fenómeno visual. La realidad se distorsiona. Imágenes en la lejanía lo atraen, pero no son otra cosa que realidades inexistentes. Este mismo fenómeno, esta ilusión óptica, también ocurre en los desiertos a personas que se han extraviado. Ya perdidos, sin agua ni comida, sus mentes empiezan a imaginarse cosas que no existen.
En el campo político el fenómeno del espejismo es uno recurrente. Unos episodios son de corta duración, pero en su gran mayoría son de larga y penosa frustración. El campo de los negocios no queda fuera de este fenómeno. Y el campo religioso, en verdad, está saturado por estas imágenes distorsionadas.
En el campo político, el independentismo ha sufrido muchos de estos episodios. Una imaginación fantástica lo lleva a ver nuevas y cercanas oportunidades para el logro y gozo de una independencia muy merecida. Esa desdoblez de la realidad puede llevar a la locura. Una imagen distorsionada logra poner gigantes donde solo hay molinos. Y si no se está bien agarrado a las riendas del caballo, una caída dura sí podría ser una realidad incuestionable. Hay que acerle caso a Sancho. La intelectualidad tiene que congraciarse con la humildad. Recordemos que por cada intelectual hay otros muchos que no lo son. El buen vendedor es el que vende, no el que pregona sin conseguir resultados positivos. Claro, no podemos olvidar las duras realidades a que ha sido sometido nuestro pueblo. El miedo a la libertad siempre ha subido a la tribuna enemiga del independentismo. El miedo es una emosión muy fuerte que logra someter a pueblos enteros a una condición de inferioridad. El miedo, la persecución y el encarcelamiento han sido armas poderosas usadas contra el independentismo puertorriqueño. Esa es historia escrita de muy fácil corroboración.
El llamado Estado Libre Asociado también se ha sometido a los espejismo engañadores. En un principio creyeron que habían puesto el punto final a nuestra realidad política. La historia los ha juzgado y declarado culpables de unas ambiciones sumamente ambibalentes. Los nuevos líderes del estadolibrismo han perdido la realidad y el enfoque que tuvieron en aquellos viejos comienzos de muchas décadas atrás. Y lo más feo y cruel de toda su trayectoria política es que fueron ellos los mismísimos que empezaron a meterle miedo a este pueblo con la independencia. Crearon una ley de la mordaza. Prohibieron el uso de la palabra patria y el uso de la bandera monoestrellada. Ese veneno hoy baja por sus propias gargantas. Una ola de pensamiento soberanista ha irrumpido dentro de ese organismo político.
Quién no recuerda aquella bandera con la efigie de nuestro hombre de campo –el jíbaro blanco- con aquel mensaje tan atrayente, que decía: Pan-Tierra-Libertad-. Ese mensaje con propósitos tan humanistas arrasó campos y pueblos. Puerto Rico comenzaba así a levantar su honra y su espíritu. Un pueblo diferente iba tomando forma. Lamentablemente, aquel empeño de superación fue cayendo en el olvido. Ahora, el Pan nos llega como ayuda federal para más de un 50% de la población. Así no se construyen sueños ni se alcanzan ambiciones legítimas. Yo creo en las riquezas producidas por el propio pueblo. Las ayudas son favores que hay que pagar con la espina dorsal encorvada y las rodillas dobladas. Hoy la Tierra, por medio de la ley impostora, le está siendo arrebata al pobre para cedérsela a los nuevos magnates de las riquezas. Poco a poco nos están llevando hacia una privatización infame. Y la Libertad, necesaria para que nuestro pueblo pueda sentarse a la misma mesa con los demás pueblos soberanos del planeta es apaleada en cuanto foro se plantea. Los viejos miedos inculcados aún siguen vivos y caminando.
Pero es el anexionismo el rey de los espejismos. Desde los mismos días de la invasión militar por las playas de Guánica esa ideología militante comenzó unos esfuerzos tremendos para entregarnos totalmente a la nueva soberanía acabada de llegar. Un nuevo imperio joven y bien armado desplazaba a otro imperio viejo, débil, cansado y con hambre. Así lucía el cambio de soberanía entre Estados Unidos y España. La fiebre de los espejismos presentaba sus primeras imágenes. Cuando nos concedieron / impusieron la ciudadanía –en el 1917- el pueblo anexionista se retorció de alegría, pues creyeron que ese era un paso ineludible e impostergable para añadirnos a la Unión. Muchas olas han llegado a nuestras playas provenientes de diferentes mares, pero la tan amada estadidad sigue en la lejanía. Esa ha sido la distorsión mayor dentro de todos los espejismos sufridos por el enexionismo puertorriqueño.
Viendo todo ese mar de espejismos, donde la realidad no se cuaja, los políticos de todas las ideologías han optado por vivir del cuento. Todos encantados con que el problema del status político nuestro no se resuelva. Pero siempre lo tienen sobre la mesa, pues ese es el oxígeno que necesitan todos ellos para vivir felizmente. ¿Y el pueblo? Que siga viviendo de las ayudas federales. Moriremos como el pez: por la boca. La idiotez muy bien pudiera ser nuestra tabla de salvación.
Caguas, Puerto Rico
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/ De la época de oro del muñocismo / El magisterio en el Pepino en el siglo XIX / Los tipos folclóricos / Unionismo y Anexionismo / Parte I / El comercio y la industria / Convocatoria / Ortizal / Homenaje a Hebe / Reseña de Libro / Miguel López Ortiz / Reseña de libro de Cecilio R. Font 
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