Por Santiago Maunez Vizcarrondo / Escritor puertorriqueño
Entre los muchos filósofos y científicos reconocidos mundialmente que hablaron sobre la infinita estupidez humana está Albert Einstein que dijo algo así: «Creo que el universo es infinito como también es la estupidez humana, de lo primero tengo mis dudas pero de los segundo, la estupidez humana, ninguna duda tengo».
Vean un ejemplo: Guillermo Giacosa, el lunes 29 de diciembre de 2008 escribió un artículo del que citaré sólo parte y dice: «El artículo que citaré y comentaré hoy es patético. No porque nos cuente nuevos males sino por la descripción del comportamiento humano dentro de una sociedad, la estadounidense, que ha hecho del dinero su valor supremo. Los límites de estupidez y miseria a los que pueden llegar los cultores de este estilo de vida produce pesar y no precisamente por el dinero que han perdido sino por la comprobación de que lo único real que han tenido en sus vidas era solo ese dinero».
Pueden leer el resto del artículo en Internet pero voy a presentarles algo que está sucediendo aquí en Puerto Rico en nuestras propias narices y, aparentemente, nuestros llamados intelectuales, miembros de instituciones religiosas, cívicas, sociales, fraternales o como deseen llamarlas hasta políticas, lo están ignorando. Es sencillo pues se trata de una compañía extranjera que ha tratado de establecer una colonia de monos en el pueblo de Guayama diz que para hacer experimentos científicos para descubrir la cura de las enfermedades que afectan a toda la humanidad. Esta colonia de monos propuesta por esta compañía extranjera ha sido rechazada por todos lo países pensantes del mundo excepto en Israel donde han logrado establecerse en muy pequeña escala. Pero aquí, en la llamada Isla de Encanto donde todo se acepta bajo el iluminado agnus dei o sea el cordero de Dios de nuestro escudo, están construyendo los edificios que albergaran al personal que manejará la colonia de monos.
Hace muchos años se estableció en un islote cerca de Punta Santiago, la playa de Humacao, una colonia de monos para los mismos propósitos científicos. Estos monos sabían nadar y, eventualmente, han llegado hasta el hermoso y fructífero valle de Lajas donde han hecho estragos a las siembras de nuestros agricultores y aquí no ha pasado nada. Imagínense lo que sucederá con esos monos que “hospedarán” en el pueblo de Guayama. Porque sabemos, por experiencias previas, que muchos se escaparan portando las enfermedades que los científicos les han inyectado buscando la solución a los problemas de las enfermedades que atacan a la humanidad. Esto es una evidencia más de la “Infinita estupidez humana”.
Le pregunto a nuestra sociedad civil: católicos, evangélicos, cristianos, musulmanes, judíos, etcétera, rotarios, masones, Caballeros de Colón, Opus Dei o los que sean ¿Qué sugieren que se haga? Me parece que más importante que el dinero, y acepto que es importante, es nuestra salud física y mental.
Divagaciones2002@yahoo.com
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Wednesday, July 22, 2009
La infinita estupidez humana
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