Por CARLOS LOPEZ DZUR / De La Naraja de OC
Todos los sábados, desde las 8:00 a.m., mi vecino / el Señor X / escandaliza el área. Parece que él quiere que sepan que su familia está en la onda de los «Emprendedores». Son una familia de inmigrantes que sueñan con riquezas y no pierden el tiempo. El viernes en la noche se van en su auto a las «conferencias» en español con otros adictos a que les predique, no ya religión, no amor al prójimo, sino lo que ahora se predica, distinto al evangelio viejo. El nuevo «marketing social» no es aquel que iniciara San Pablo cuando se echó el peregrinaje hacia Asia Menor, Grecia e Italia, y a fundar iglesias.
Convencido de una necesidad de divulgar su apostolado a la nueva religión de Jesús, el Cristo, Pablo de Tarso inventó de paso la propaganda. Mi vecino es sólo un continuador, pero su evangelio es: «Yo un día seré rico». Para que lo sea, en español, lo adoctrinan a que piense en Riqueza / Abundancia / Capitalismo / cada vez que pueda. Que comience los viernes después de las 5:00 p. m. y se reúna con los Emprendedores, que se surten de cassettes, folletos, vídeos y esa camaradería con sus iguales. Al próximo día, fortalezcan el mensaje. Oigase otra vez. Ha sido grabado, se les ha dado a módico precio; todo lo que se vende allí, o se comparte es sabiduría para que el inmigrante del futuro no sea un tarado, empleado de quinta, sino un jefe, un Señor Empresario... Hay que ir practicando el orgullo de ser Emprendedor. Hay que internalizar repetitivamente. Programarse, enfocado, en ese mensaje grabado. Entonces, los Cassettes de esos pericos / expertos en Blá Blá Blá motivacional / son la nueva Biblia magnetofónica y se activa a todo volumen desde una habitación conveniente de la casa. Se difunde para todo el vecindario.
No hay por qué tener contemplaciones. Que lo oigan, por igual y gratis. Se está haciendo un país fuerte y exitoso cuando los inmigrantes entran a la onda de los Emprendedores. Se fortalece el Sueño Americano, el libre-empresarismo y la fe en el capitalismo. Con este marketing social de Nuevos Emprendedores, no se comete delito. Las 8:00 a.m. es buena hora. El ciudadano trabajador debe estar despierto; usted sabe más ruido hacen los carros del servicio de patrullaje policíaco, junto a las ambulancias; más ruido hace el tren de Amstrak cuando avanza pitando y los altoparlantes de la escuela en la esquina. Eso se oye en la ecología sonora de todo el vecindario.
El Señor X y su familia elige su sábado a las 8:00, día de reposo para muchos, en horas matutinas y, con este servicio, sólo desea que prevalezca el mensaje aprendido y que influya en el sistema de valores de otros ciudadanos: «Hay que ser Próspero; hay que aprender a Vender. Ser exitoso es Vender algo». El día que Norteamérica deje de vender se jodió el país y se jodió el mundo. La sencillez de este mensaje es crucial. No utiliza coersiones; el que habla, el Perico Blá Blá Blá (de las grabaciones) utiliza un tono persuasivo con el fin de que otros se adhieran a la causa.
Desde fuera, el discurso grabado parece monológico; pero siempre terminan en un venga, únase. Este es el recurso inductivo del anuncio. «Hay que vender Algo, tocar puertas. Nosotros tenemos lo que usted debe Vender». En el movimiento de los Emprendedores se les enseña que todo se puede vender, hasta lo que no hace falta. Se puede Vender propaganda. Lo importante del Vender es la alta carga emocional que se pone en ello para ser exitoso y, si se apela apropiadamenter a la afectividad, en especial a sentimientos patrióticos, si se apela a argumentos emocionales más que racionales, usted la tiene ganada.
Hasta donde yo conozco al Señor X, no es un tipo muy listo. Inteligente ni culto es. Es trabajador y es ambicioso; pero es un hombre crédulo. Sus Jefes de Emprendedores lo han llenado más de orgullo que de humildad. Cada vez siento cuán propenso es a que se le integre a una causa de promoción de odio. Por causa de que se le repiten intensamente muchas cosas y preconceptos, él no piensa. Ni consulta. El cree. El no distingue lo que pueda ser una mentira y se convence de que son realidad. El Señor X me da la impresión de que se siente infalible.
A sus hijos los cría como si fuesen funcionarios activos de las Juventudes Hitlerianas. Son unos piquitos de oro. Conversan autoritariamente. Ellos no harían un favor a nadie. Debe sacarse provecho siempre. Da la impresión de que gritan; prefiero oír la grabación escandalosa que a ellos. Cuando regañan a una mascota por echar sus ladridos, uno prefiere que el perro siga ladrando. Dentro de esa familia, hay mucho sinsentido. Mientras oyen los cassettes en español, echan maldiciones en inglés. A veces la verbalización de un Fuck you! de una hermanita adolescente para un hermano más pequeño entra por mi ventana. Ese curso es broza / no transforma a nadie. Ellos tienen que oír esos cassettes en español, no están diseñados para ellos, que hablan inglés y son más listos que su padre... cassettes que poco falta para que les explique rutinas tan sencillas como quitarse los calzones antes de darse una ducha, amarrarse los zapatos sólo después de ponerse calcetines, cepillarse los dientes como algo indispensable. Han de pensar que el Latino es estúpido hasta para eso... Ese entrenamiento, o lavado cerebral, es un juego de nunca a acabar. Venta de ilusiones por dosis de cassettes y folletines motivacionales, gráficas de agarrapendejos... A mí me parece que está hecho por listillos para tontos.
A veces esos niños, a quienes sólo conozco por sus ruidosas voces, martirizantes voces más indeseables que los ladridos del perro, esos niños que nunca dicen «Hola, Vecino», y que en el futuro han de llamarse los nuevos-emprendedores, vendedores de algo, han arribado hasta mi balcón como una turba, pidiendo donativos, siempre una causa justa, caridad de esas a la que nadie osaría negarse. «Un ataúd para un Emprendedor, el traslado y enviarlo a México».
Quizás, por guardar en mi mente algunas lecturas e imágenes mixtas sobre el rol de Goebbels, pionero nazi de la propaganda, y de las Juventudes Hitlerianas, huchas en mano, a fin de recaudar donaciones, ese «movimiento emprendedor», que nada tiene que ver con otra cosa que no sea propaganda moderna y sus principios, me da mala espina.
El Señor X es salvadoreño y, al parecer, vino bastante joven a los EE.UU. Un día le pregunté, cuán consciente o claramente conoció la historia del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y las guerras civiles del decenio de 1980, más o menos cuando vino y él tendría la edad de 20 años. Ni aún en fecha tan reciente, como cuando por conversar un poco se lo pregunté, El Señor X sabe que el Frente Farabundo y el FMLN son la misma cosa; no sabe que la Guerra Civil en su país produjo 75,000 muertos, por cálculos conservadores. Hasta un 80% de las víctimas puede que hayan sido civiles. Siempre los peores armados, o los desarmados, son los que sufren más.
El Señor X asociaría a una conspiración soviético-cubano-nicaragüense el que en El Salvador haya habido una guerra, como la que le explico. Según él, las armas de los guerrilleros salvadoreños fueron enviadas desde Nicaragua y los sandinistas dejaron sus hogares de Nicaragua para meterse a El Salvador y combatir, en una tierra que no es suya. El mero hecho de ser salvadoreño le da domonio sobre la verdad. Lo que él dice es cierto. Sin embargo, él fue uno de los que se huyó a California y no quiso ver ni participar.
Recuerda que utilizó una visa para llegar a los EE.UU, y se quedó, como inmigrante ilegal. El abandonó todo y se reinventó su mundo. De Centroamérica lo único que se trajo es su odio al sandinismo. Norteamérica le ha dado el Sueño Americano: lleva casi 30 años, semilográndolo. Tiene al menos un empleo, un coche, una mujer, tres hijos y una casa de alquiler. «Mal que vienen comen y se sostienen porque ambos, su esposa y él, trabajan jornadas dobles y aún les sobra los viernes, en la noche y sábados para las tarea del Emprendimiento».
El Señor X es uno entre los primeros 500,000 salvadoreños que llegaron y no piensa volver. El no quiere tener historia ni memorias de su país. El Salvador, a consecuencia de las millares de armas de fuego, que quedarían en manos de la población civil, se volvió la Tierra de Nadie, sin ley, salvaje plaza de muerte y pillaje. Entonces habla de las «maras», dedicadas a la delincuencia y al tráfico de drogas, y que tales «maras» se han mudado aquí y, cuando los EE.UU., las deporta y regresan allá, a El Salvador, convierte lo que quedara de la nación en una de las más violentos del mundo.
Entre los últimos recuerdos del Señor X está una matanza ocurrida en las gradas de la Catedral el 8 de mayo de 1979. A él no se le puede hablar de los gobiernos de Molina y Romero, historia que él pudo conocer, pero no lo hizo. El no quiere conocer la represión ejecutada contra la izquierda por los cuerpos de seguridad y el el grupo paramilitar ORDEN. Es mejor ni mencionar los Escuadrones de la Muerte. En Emprendimiento le enseñan que lo que vale, siquiera es el pasado y el futuro, o si algo existió o no existió. Vale el Hoy, ese esfuerzo con el que él se integra coauxiliativamente a la expansión, diseminación y multiplicación rápida del Movimiento Emprendedores.
Pero él no entiende que está sirviendo a una propaganda. Su definición de propaganda es negativa. «La exageración, la falsedad y el abuso» es la propaganda de Hugo Chávez y los políticos de El Salvador, hoy como ayer, que hablaban sobre asesinatos selectivos de maestros, dirigentes campesinos y sindicales y estudiantes universitarios y represión de manifestaciones públicas, durante los decenios de '70 y '80, eso es «propaganda». Lo que él difunde no. El prefiere «no conocer, para no pecar». El no quiere ser parte de la MARA salvatrucha, pero tampoco parte de ninguna Izquierda ni ninguna Derecha. Tan nuevo y renacido quiere ser que es parte de los Emprendedores, un grupo en cuya ética no hay una maligna intención de desinformar y censurar.
... pero, yo le digo que esos grupos que exhortan a que se «piense con el corazón», son peligrosos. Están llenos de propaganderos que ilusionan y engañan. Ya comenzaron quitándole la patria, él la ha renunciado, dizque que voluntariamente, no porque nadie se lo pida. Si uno pensara con el corazón sobre lo que sucede, políticamente, con la violencia y la injusticia, uno no olvidaría la patria. El Señor X, quien vino un poquitico después de 14 de mayo de 1980, a la edad de 20 años o más, tuvo que haber sabido de lo que hicieron los soldados de la Guardia Nacional en las orillas del Río Sumpul en Chalatenango. Allí asesinaron a aproximadamente 300 campesinos. Ya estando él, campesino de Chalatenango, como él mismo dice, «pasando mi primera Christmas en el Condado de Orange», entre 10-11 de diciembre de 1981, el batallón Atlacatl de la Fuerza Armada de El Salvador masacró a más de 1,000 campesinos en los cantones El Mozote, Los Toriles y La Joya del departamento de Morazán.
«Está bien. Usted no es de Morazán. Por miedo, por no sufrir, vino a los EE.UU., escapó a la guerra y las matanzas siendo que usted supo sobre la de Chalatenango... pero no me diga que no le duele el crimen más horroroso de toda la guerra, o que no leyó sobre ella. Me refieron a la Masacre de El Mozote. Estamos hablando de la muerte de miles por el gobierno».
El Señor X me ha pedido que no le hable sobre política ni guerras. Ni como un izquierdista ni asuma que él pueda tener simpatía por la izquierda, los campesinos o los estudiantes muertos en marchas o represiones gubernamentales. Y yo lo entiendo, porque las guerras y sus memorias son penosas; pero también yo le he pedido que no hable de su forma de entender el lenguaje, no político, no dialógico, de emprendimientos del corazón. La gente que censura la memoria del sufrimiento para limpiarse de culpas posiblemente no sabe lo que significa el corazón como metáfora. Corazón significa Servicio, dar Consuelo al que sufre, mostrar lo profundo, no esconder. El corazón es la memoria del dolor, reprocesando la sangre venenosa, en sangre oxiginada y áurica.
Como el señor X, con sus cassettes y secretividades, no me transmiten ese mensaje, cuando nos damos la cara, mirada con mirada, yo lo considero un papagallo que se entretiene con la propaganda del Vender y el escapismo. Vende, sobre todo, su consciencia y su autenticidad. Se ha quedado en el limbo porque todavía no califica como Ciudadano Naturalizado en la Tierra de los Sueños o Nunca Jamás. El dice que el aprendizaje del inglés se le ha hecho tan duro que, con sus hijos «piquitos de oro», se siente incomunicado. Ellos sí serán Emprendedores, porque hablan el inglés y desean ser la generación de ricos de la familia del Señor X. Yo le digo que él está incomunicado de veras porque no entiende qué es el corazón.
Y es una pena, porque es trabajador, fiel a sus hijos y esposa, un proveedor sacrificado; pero, ciertamente, en términos de su puñetita mental de los Emprendedores funciona como un nazi gobbealiano. El aplica el principio de la simplificación. La verdad del Dolor Social es su enemigo. Lo simplifica entonces. El enemigo es el Socialismo y las caras del enemigo son Castro, Ortega, Chávez, como antes en su país de origen Schafik Handal, Joaquín Villalobos, Cayetano Carpio y siga sumando. El reúne a los diversos adversarios en una persona o en una idea o categoría o suma individualizada. Cuando no se puede negar la mala noticia del Dolor Social, se distrae con el Progreso y la Magia del Vender.
Ahora yo soy parte de quienes contradigo el principio goebbeliano de la unanimidad. Soy como un enemigo que rehuye. Conmigo ha descubierto que no soy ni pienso «como todo el mundo». A mí no me ha podido vender la falsa impresión de unanimidad. El «todos en el Movimiento Emprendimiento piensan como yo», como criterio de verdad, ha fracasado.
«Pues, fíjese, no me gustaría pensar como su grupo y mucho menos como usted».
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