Wednesday, September 16, 2009

Fundación Nacional Cubano Americana, la CIA y el terrorismo



Por JEAN-GUY ALLARD

Para Francisco José “Pepe” Hernández, jefe de la Fundación Nacional Cubano Americana, Luis Posada Carriles no es un terrorista. Lo afirmó en una larguísima entrevista difundida desde Miami por la agencia de prensa norteamericana AP, donde este terrorista que pretende asesorar al presidente Obama confiesa que cumplió misiones en varias partes del mundo por cuenta de la CIA.

Es la segunda vez este año que el cabecilla miamense reconoce su vinculación con el torturador, asesino y narcotraficante que, con Orlando Bosch, concibió y ordenó la destrucción en vuelo de un avión cubano en 1976, causando la muerte de 73 personas.

«La opinión pública lo presenta como un terrorista y no lo es», afirmó Hernández. «Igual que yo, siempre quiso derrocar al gobierno cubano, pero no aterrorizar al pueblo de Cuba», dijo él quién el 22 de abril se jactaba de ser un “amigo personal” de los dos terroristas más conocidos del continente.

“Pepe” Hernández dice en la citada conversación con la periodista Laura Wides-Muñoz que el actual mandatario norteamericano Barack Obama anuló las restricciones a los viajes de cubanoamericanos a Cuba por recomendación de la “Fundación”

El actual presidente de la FNCA fue de los primeros directivos de esa organización creada a principios de los años 80 por Jorge Mas Canosa, bajo orientaciones de la Agencia Central de Inteligencia que quiso crearse un lobby cubanoamericano capaz de comprarse un espacio entre los políticos de Washington.

Según Antonio “Toñín” Llama, un ex director disidente de la FNCA, “Pepe” Hernández fue designado, en la reunión anual de la organización en junio de 1992, en Naples (Florida) como jefe de su grupo paramilitar.

En 1997, la Guardia costera norteamericana detenía en las aguas jurisdiccionales de Puerto Rico al yate La Esperanza, propiedad de Llamas, con sus seis tripulantes, que se dirigían a la Isla Margarita con la intención de asesinar al Presidente cubano Fidel Castro, en la Cumbre Iberoamericana. Uno de los fusiles de calibre 50 encontrados abordo pertenecía a Hernández, quien nunca fue acusado gracias a sus conexiones con la CIA.

Con 73 años, este hijo del jefe del cuartel militar de Santa Clara durante la dictadura de Fulgencio Batista, cuenta en la entrevista con AP, como si fueran proezas con las cuales glorificarse, cómo sirvió de agente de enlace de la CIA, en los primeros años de la Revolución, con las tropas mercenarias que operaban entonces en Cuba por cuenta de la agencia yanqui.

Hecho preso en la fracasada invasión de Playa Girón, Hernández se suma a la US Army donde, precisa enigmáticamente el texto, “trabajó con los servicios de espionaje durante la guerra de Vietnam”.

«También realizó misiones para la CIA en el Medio Oriente y en Africa», revela el reporte de AP: «Dice que en una ocasión pasó seis horas escondido en un armario del hotel Hilton de Nairobi durante un intento fallido de golpe en Kenia en 1982». (Casualmente, Kenia es el país de origen del padre del presidente Obama, quien murió en Nairobi ese mismo año en un accidente automovilístico).

Hernández «entrenó gente en Fort Benning», la academia CIA del terror de Georgia, junto con Jorge Mas Canosa y Luis Posada Carriles», precisa el artículo.

LA FNCA DISTRIBUYÓ “MILLONES DE DÓLARES ENTRE POLÍTICOS”

Tremenda confirmación de los procedimientos corruptos que dominan en el país del Tio Sam que tanto predica su forma de democracia, el texto señala cómo la Fundación “llegó a ser una de las organizaciones de cabildeo más fuertes de Washington y distribuyó millones de dólares entre políticos de todo el país”.

Por otro lado, el capo de la FNCA-CIA confirma que este satélite de la inteligencia yanqui «convenció al Congreso de que anulase la prohibición de ayudar a organizaciones paramilitares de Angola» y que estuvo actuando ahí con Mas Canosa «y otros exiliados» quienes pusieron a funcionar «una radio de los rebeldes», término con el cual AP designa las fuerzas mercenarias al servicio de los sudafricanos y de la propia CIA.

«Pepe+ Hernández afirma haberse cambiado a métodos pacíficos para lograr derrocar a la Revolución: "No es que no me gustaría hacerlo, pero soy inteligente, tengo mucha experiencia en estas cosas y sé que no es posible, y que es contraproducente en estos momentos porque el pueblo cubano no lo quiere y no tenemos suficientes recursos».

El actual presidente de la FNCA evita contestar a las preguntas sobre las orientaciones y el apoyo financiero que recibió Posada de la Fundación durante su campaña de terror en Cuba, en 1997, que causó la muerte del joven italo-canadiense Fabio Di Celmo.

Tampoco habla de la presencia de directivos de la FNCA en el complot para asesinar al Presidente cubano en el 2000, en Panamá, donde Posada fue hecho preso y condenado por sus actividades terroristas.

La AP lo parece ignorar pero la CIA e incluso el FBI saben pertinentemente que ese plan de atentado fue orientado directamente por Francisco Pepe Hernández y Alberto Hernández y que los terroristas Gaspar Jiménez y Antonio Iglesias entregaron en América Central el dinero procedente de la FNCA para la compra de armas y explosivos.

La agencia noticiosa no lo interrogó sobre su papel en la evasión de Posada de una cárcel de Venezuela donde se lo detenía en espera de un juicio por la destrucción de un avión civil cubano.

«NUNCA CAMBIARÁ SU TRAJE DE LOBO…»

Para Percy Alvarado Godoy, el Agente Frayle de la Seguridad cubana, a quien Posada enseñó a fabricar bombas, a solicitud de la Fundación Nacional Cubano-Americana, el testimonio de Hernández difundido por AP es una larga sucesión de falsedades.

«Está claro que Pepe Hernández nunca cambiará su traje de lobo, aunque aparente ser oveja ante esta periodista. Muy bien lo sé, pues fue precisamente él quien me atendió como miembro del Frente Nacional Cubano, la célula paramilitar de la FNCA, para realizar una serie de estudios de vulnerabilidad en diversos objetivos sociales, económicos y políticos de la Isla, los que incluían marcajes con GPS, filmación, elaboración de planos y fotografiado, con vistas a realizar posteriores atentados en los mismos. Muchos de ellos, como el hospital CIMEQ y la Clínica Internacional Cira García, no eran objetivos de tipo militar».

«Pepe Hernández me presionó en reiteradas ocasiones para que colocara un poderoso artefacto explosivo en el Cabaret Tropicana, lugar donde se encontraban 1,150 personas entre nacionales y turistas, el 24 de noviembre de 1994. Su objetivo era desestimular el turismo, aunque para ello enlutara centenares de hogares por todo el mundo», recuerda el agente Frayle.

«Hacer algo como eso es fruto de una mente asesina y enferma, no de un supuesto luchador por la libertad de su pueblo», concluye.

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