Sunday, September 6, 2009

Oración de Dudley Brown por el Milagro de las Armas


Para combatir a Satanás y a todos los enemigos
del Ciudadano Bueno, Dios hizo el Santo Rifle,
la benemérita pistola... ¡Qué bueno eres, Dios!
nos díste el evangelio del Derecho a las Armas
cuando las plegarias se quedan en palabras
y los jijosdeputas se crecen, se dan vuelo
apuntando al corazón del Ciudadano,
con una tasa mortal del 84%.

Es que la delincuencia no se cura
con sermones y palabras bonitas. Decir
'comprende,
enmiéndate, sé bueno',
son bobadas
que no entran ni persuaden las almas
de asesinos y ladrones... El Hombre Bueno
en una democracia tiene que tener algo más que susto
y lengua. Debe vivir el milagro...

En su casa debe arder el fuego de Tu Zarza, mi Dios:
la autoridad hecha pistola para volar los sesos
al cabrón delincuente que viene a ultrajar
nuestras hijas, o a robar el sacrificio
de toda la vida, nuestro ahorros...

A mí me han dicho otros seres adoloridos,
sin esperanza, dolientes nihilistas, sin el amor de nadie,
que la pistola es el consuelo de consuelos.
No se debe hablar de Zarzas ardientes
sin la pistola en mano.
El arma de fuego es la zarza y el camino
(te deja salir del desierto y de las perpetuadas angustias
del sinsentido). Gracias entonces por la Zarza
y los gruesos calibres y la mira precisa
y la caja de balas. Y la decencia de quien se quita
la vida lo más rápidamente que puede
antes de usar un cuchillo contra el prójimo.

El año pasado [2004] casi 17,000 almas
(de las que llaman en pena, falsarias, en condena
o en riesgo, las nocivas) vieron
Tu Milagro y fueron salvas
[16,907 almas, cifra para serte exacto,
almas que no serían ya inocentes] y se quitaron la vida
por la vía del suicidio.

La zarza ardiente en una gabeta del ropero
es Dios que llega a casa y da el reposo.
Si un adolescente sufre mucho y está en riesgo,
si su dolor moral es como el del anciano,
lleno de achaques y miserias y dolamas,
sí... es mejor que venga
la expedita zarza de fuego
con su forma de santo
y conclusivo proyectil,
que se vuele los sesos y amén.

Que no se anden otros con vueltas y decires
e inútil sufrimiento, y al que debe morirse,
dígase Amén.

Dios mío, Jehová de los Ejércitos, los incrédulos
se han organizado para atacar tu milagro
y como una Gestapo de camisas marrones hitlerianas
quieren confiscar Tus / Nuestras armas de fuego.
Se reúnen para hablar acerca de la seguridad del ciudadano
y, empero, lo dejan indefenso.

Mira lo que ocurre en Norteamérica, USA,
donde cualquier polaco anarquista
cose a tiros al mismo Presidente y se va silvando
su escarnio por encima de las alcantarillas.
¡Cómo hemos caído, desde el 1901, con el asesinato
de McKinley y este afán de desarmar a los pueblos
(en especial, al Ciudadano Bueno, al que díste
el milagro de una pistola para que derribe
demonios en su senda)...

Y este año, según lo que informa
el Pastor de Nuestra Iglesia, ya van 10,100 homicidios
en una nación santa, Tu Nación, Dios mío,
la gente, en su protervia, quienes hacen daño y matan
no vienen con un palo, o una vara, o un cuchillito casero
o un látigo; ya no es así, como antes, cuando había
moral, rigor y decencia, ya no te empujan o te dan unas patadas
o te asesinan del susto, o te matan de pena con un grito.
No. Las estadísticas son claras.

El 75% de los pecadores,
asesinos empedernidos, hijos de Satán, usan
pistolas de mano / handguns / y del 5 al 6 porciento
se valen de armas automáticas, metralletas y rifles...
y apíadate, mi Señor de los Ejércitos,
los liberales, enemigos de la Asociación Nacional del Rifle,
están pidiendo que andemos desarmados,
Que vayamos por las calles con las manos en alto
para que sepa el criminal que no traemos
otra cosa que los orines mojándonos las piernas.

A donde hemos caído, ya no es el mercado de pulgas
el que te provee la pistola, ni la tienda ni la armería.
La fuente es un amigo, o un familiar, o una venta
en la calle: el 80% de las amas criminales son ilícitas
y, ¿crees que me quedaré con las manos cruzadas
si yo creo que el Milagro de las Armas
es tu divina providencia?...

No. Yo no quiero un registro nacional de Tus Milagros;
que sea mi consciencia mi propia base de datos.
No quiero más requisitos. Me basta ser Hombre Bueno.
No quiero más intervenciones del gobierno federal
con mis derechos. No quiero que se me diga
si soy idóneo o no para ver un milagro.
No yo. ¡Qué va!
Ciudadano bueno, precavido, vale por dos.


Canto al hermetismo

* Dudley Brown es el director ejecutivo de la Asociación Nacional del Rifle.


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