Estimado señor:
La única legitimidad que tiene usted es la de haber sido designado heredero y rey por un dictador despiadado, que desangró España durante 35 años, y condenó miles de ciudadanos al exilio.
Usted no ha sido elegido con ningún voto por el pueblo español, y mientras no haya una consulta democrática al respecto, le consideraré como ilegítimo.
Usted, además de ser jefe del Ejército, no se queda alejado de los asuntos políticos. Varias declaraciones suyas han respaldado la política neoliberal, entre otras cosas.
Pero usted se calla cuando se trata de buscar a los desaparecidos republicanos de la guerra, de la posguerra, de la dictadura franquista, decenas y decenas de miles de personas... ¿Acaso no son españoles?
Usted se calla sobre el asunto de los miles de niños robados por los franquistas a sus madres republicanas, esos “desaparecidos en vida”. ¿Qué hace para devolverles su verdadera identidad?
Usted se jacta de caridad cristiana, pero se porta de manera contraria a los preceptos evangélicos : nunca se le ha oido condenar a Franco y a la dictadura, que con usted, lo dejaron todo atado y bien atado.
En el momento en que cada vez más españoles aspiran a una república moderna, social, federal, que supere el arcaismo monárquico, usted concede títulos nobiliarios a sus amigotes, títulos hereditarios por si fuera poco. (B.O. 04/02/2011) ¡Cállese, usted, por favor! ¡Usted, sí que tiene por qué callar!
Aunque sea constitucional (Art. 62), esa marquesmanía es una burla y una afrenta a la democracia. Una constitución que permite esos privilegios merece ser desempolvada y renovada. No se trata aquí de poner en tela de juicio los méritos de Vargas Llosa, Vicente del Bosque (entrenador de la selección de fútbol de España, etc.), sino de combatir una excepción feudal. Marqués de Vargas Llosa, Marqués de Del Bosque futbolista, es para morirse de risa, o de vergüenza.
Pero, confieso además que al converso Mario Vargas le sienta muy bien, dado su vuelco ideológico desde hace años, y su defensa del conservadurismo político y del capitalismo más desenfrenado.
Usted es digno heredero de los antiguos monarcas, que al igual que un Carlos V, o un Felipe IV, crea su red clientelar a base de encumbramiento aristocrático. Esos ya no son ideales en nuestras sociedades europeas, huelen a rancias costumbres. Ya se acabó la época del «ideal rentista» español del siglo XVII.
Frente a tales disparates, somos muchos los que coreamos: ¡Viva la República! Es el régimen legal de España, votado por el pueblo en 1931, y confiscado desde entonces por Franco y usted.
Atentamente,
Jean Ortiz,
profesor en la universidad de Pau,
hijo de combatiente republicano y guerrillero.
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Tomada de Bosque de Palabras / Mester de Obrería
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