La muerte es la que dice que hay cosasLa muerte es una forma de amor,
Dicho de Doña Fita,
pero no perdona:
espiritista, exmaestra y vecina de mi casa en Pepino (fallecida)
que no tienen perdón. No es el crimen.
No es la guerra. La muerte es quien primero
te da todas las memorias olvidadas
de lo que hicíste o te falta por hacer.
Te habla en los recuerdos
para que tú perdones lo que es perdonable
y recibas la noción de que algunas cosas
que, voluntaria y desfachatamente,
hace el hombre y no tienen perdón.
Se aprende a perdonar. Y la paciencia
se aprende. Con mucho dolor, sin embargo.
Por eso es que antes de que vengan
los desastres irremediables,
la muerte organiza tantas convocatorias.
Antes de meter su mano de hueso y llama,
su mano de trágico desenlace
la muerte vaga por el mundo y a menudo
es con su mensaje de amor y recuerdo,
con muchas lágrimas de confraterna
misericordia, pero un día ella misma
da fin. Se calla y deja que la cosa sea
como quiere el albedrío del hombre.
Hay gente que no quiere
los remordimientos, gente que no quiere memoria,
que no quiere cambiar porque el amor
es menos valioso que lo que la muerte advierte
cuando habla dulcemente.
Entonces, cansada de alertar, rompiendo
expectativas de paciencia, la muerte
se muestra, como no quiso ser,
porque la muerte es más generosa
que los impiadosos, los egoístas,
los indiferentes, los cómplices,
los envilecedores y los mentirosos.
03-03-2003
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