Wednesday, March 9, 2011

Poemas de Lucha por la Mujer y su Festejo


Alfonsina Storni (Argentina, 1892 - 1938)
Van pasando mujeres...

Cada día que pasa, más dueña de mí misma,
sobre mí misma cierro mi morada interior;
En medio de los seres la soledad me abisma.
Ya ni domino esclavos, ni tolero señor.

Ahora van pasando mujeres a mi lado
cuyos ojos trascienden la divina ilusión.
El fácil paso llevan de un cuerpo aligerado:
Se ve que poco o nada les pesa el corazón.

Algunas tienen ojos azules e inocentes;
Van soñando embriagadas, los pasos al azar;
La claridad del cielo se aposenta en sus frentes
y como son muy finas se las oye soñar.

Sonrío a su belleza, tiemblo por sus ensueños,
el fino tul de su alma ¿quién la recogerá?
Son pequeñas criaturas, mañana tendrán sueños,
y ella pedirá flores... y él no comprenderá.

Les llevo una ventaja que place a mi conciencia:
Los sueños que ellas tejen no los supe tejer,
y en manos ignorantes no perdí mi inocencia.
Como nunca la tuve, no la pude perder.

Nací yo sin blancura; pequeña todavía
el pequeño cerebro se puso a combinar;
Cuenta mi pobre madre que, como comprendía,
yo aprendí muy temprano la ciencia de llorar.

Y el llanto fue la llama que secó mi blancura
en las raíces mismas del árbol sin brotar,
y el alma está candente de aquella quemadura.
¡Hierro al rojo mi vida! ¿Cómo pude durar?

Alma mía, la sola; tu limpieza, escondida
con orgullo sombrío, nadie la arrullará;
Si en música divina fuera el alma adormida,
el alma, comprendiendo, no despertara ya.

Tengo sueño mujeres, tengo un sueño profundo.
Oh humanos, en puntillas el paso deslizad;
Mi corazón susurra: me haga silencio el mundo,
Y mi alma musita fatigada: ¡callad!...


Alfonsina Storni

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Carlos López Dzur
A BLANCA CANALES

A Blanca Canales (1906 – 1996), patriota puertorriqueña

Llegan
a pueblos soñadores,
ante la gente
(para quien la libertad tiene un sentido
y la identidad, orgullo básico),
llegan
con sordo eco de amenaza,
con muecas
y empecinado desdén.

Se meten a las villas, donde hay hambre,
pero aún la esperanza sobrevive
y el corazón no se vende por raciones.

Días hay en que izar tu propia bandera está prohibido.
Días para sitiar a los pueblos y vigilarlos
desde aviones artilleros, días cuando tu nombre, Blanca,
es temible, grandioso como la gran voz de tu líder,
Pedro Albizu, y días hay... tú también agigantas
tu voz dulce, detienes la vocinglería de los delatos,
cortas líneas telefónicas del pueblo,
subes al balcón más alto y declaras la República
(desafías a los que están vendiendo
al precio de las sangres de tu pueblo,
el proyecto sagrado, protegido de Betances a Albizu).

Días hay como el año en que escuchaste
al Maestro, al único capaz de hacer su voz la tuya,
pero lo van a enjaular, quienes llegan
triunfalmente mercenarios, nuevos amos que se quedan
con tu pueblo, esquilmándolo en lento proceso
de colonia y mansa obediencia envilenciente.

Y tú no eres así. Así no es Nemecio, socialista,
así no es Elio Torresola, tu hermano,
así no era tu padre ni tu madre, así no es
Lolita Lebrón ni Carlos Irizarry.
¡Son la gente despierta mientras
los otros duermen y se humillan!

Días se asoman para proclamar la Gran Mentira.
El Estado Libre Asociado vendrá para salvar
a todos, vendrá con pan y tierra
(y la libertad que se la metan saben dónde,
porque el Amo viene, con largas cadenas
a esparcir nuestro espíritu de patria en lagos
subterráneos de lágrimas, en alegrías lujuriosas
de jactancia enemiga y en complicidades
conseguidas en violencia desde el aire).

Vienen por tí, Blanca Canales.
En Jayuya dijeron que atacaste los cuarteles,
que izaste la bandera proscrita,
que viajabas en auto cargado de revólveres,
que cortaste los cables de la telefonía,
que incendiaste los correos federales.

Ahora el pueblo está sitiado por tu culpa.
Van a empezar a hablar de lo que tienes en el pecho,
no un corazón, una araña peluda, estrella
conspiradora, anárquica, feroz como un lobo
sediento de la sangre en mansedumbre.

Van a olvidar que leías desde niña sobre héroes
y pueblos sojuzgados; te dirán soñadora, sí,
alucinada en la desobediencia, empero,
sueñas con furia, y van a encerrarte
donde está Lolita, otra que es como tú,
brava, indeteniblemente revolucionaria,
perpetuamente inconforme.

Llegan a Jayuya, tres días libre por causa
de tu voz, llegan al poblado donde no se mueve
ni la hoja de un árbol, sin que tú seas el empeño
de una diosa en la tierra, una diosa entusiasmada
con el árbol de tres días, zarza ardiente
de tu pasión de mártir.

Los aviones lanzan bombas desde el aire.
La Guardia Nacional dispara lo mejor de su artillería.
E irán por tí. Te arrestan, te acusan, te insultan
y decretan 60 años de prisión para tus canales
de blancos, tibios huesos, de calidez
y amor organizador, de patria.

12-12-1996 / De «El hombre extendido»

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Graciela R. Montenegro (Argentina)
¿Quiénes es quién?


¿Quién es esta mujer que no conozco,
que te recorre el cuerpo y busca
entre tus pliegues sus inicios?
¿Quién es esta perdiz acervatada,
que huyendo a cada instante no comparte su aliento
ni ve salir el sol desde su propia mata florecida?
¿Quién es esta enlutada negadora
de la felicidad que dan las calesitas,
que ha escondido su risa en las hamacas
y no sabe de arañas ni de ranas?
¿Quién es esta odalisca resignada,
que olvidó sus destellos de princesa?
¿Quién es esta tristísima y lejana pordiosera
de amor almibarado,
que no acierta a mirarse en los espejos
por temor de espantarse ante sus brillos?
¿Quién es esta impostora arrepentida,
que se viste en mil rostros inventados
y espera ansiosamente tener uno
para amarlo con fuerza de volcán,
con constancia de ola, con fruición de cereza,
con violines y gasas, con jazmines y tules?
Esta mujer me trae algún recuerdo...
Es quizás su mirada encabritada
en la que tintinean sus dorados,
los mismos juguetones cascabeles
que entre serios cristales enjaulados
suele ocultar la mía.

[Graciela R. Montenegro, poeta, docente, coordinadora de talleres para coordinadores literarios, ex presidenta de la SADE).

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Yolí Fidanza (Argentina)
Por ella, por ellas


Por ella la niña violentada, el vestidito negro
el corazón, latido de temprana esperanza.
Por ella la nacida bajo aciago signo,
la sin ángel custodio, la burlada de amor,
la abandonada bajo la cara en sombras de la luna.
Por la muchacha de falda desgarrada
abultado el prematuro vientre, temprano de desesperanza.

Por ella y por las asesinadas en ancestrales ritos
condenadas a los dardos en las lapidaciones
al filo de la navaja, la sangre íntimamente derramada.

Por las crucificadas en maderos de injusticia
mendicantes en esquinas de opulencia
Por quienes esconden ojeras teñidas de violeta,
y pétalos morados en golpeadas mejillas,
como ríos de lava las lágrimas hollando el surco de la herida.

Por las compradas a precio vil en burdeles de hipocresía.
Por la inocencia inmolada a la prepotencia de los vencedores
Por las malhadadas que engendran frutos de la fuerza
y olvidadas de sí los besan y amamantan
Por las rehenes en albergues sin luz
con ventanas tapiadas y puertas con las llaves perdidas.
Por las muertas sin nombre, sin corona de martirio, sin cruz.

Yo no quiero llorarlas con lágrimas inútiles
Intento darle mi voz a sus silencios, que no baste el monótono rezo
que caiga de los ojos el velo que el drama atormente la memoria

Sea nuestra palabra viento en el monte, grito en la selva
eco que golpee la montaña , agua en los salitrales
llama que derrita la dureza de corazones como témpanos,
que ruja en el vaivén de las olas y sobre la playa duela
que repique hecha terca llovizna en las techumbres
que desarme la mano que se alaza, borre del lenguaje el insulto.

No calle la boca ante el neón que vuele perversión la desnudez
ni ante la mesa de rico mantel si la blancura oculta otras esclavitudes.
Que no se pierda el llanto Que nuestro oído atienda
Que en la página la ignorancia se borre y el conocimiento detenga la infamia.
Como gota que orada la piedra, persistente el reclamo
piedad para sus llagas, medicina para sus heridas,
azúcar para la hiel de sus bocas.
Por ellas y por la niña de Chihuahua hecha símbolo
en procesión las vivas y las muertas.

Triste el fraterno gesto, cubiertas las cabezas con velo de duelo,
unas con encendidos cirios, otras en sus urnas de cenizas.

Firme el paso, elocuente el silencio,
tomadas de las manos por las calles del mundo.
Ved, delante de nosotras, anda la Guadalupe, toda vestidita de negro.

Yolí Fidanza / Buenos Aires, 2011
De Y Dios dijo, serás mujer ( inédito)
Día Internacional de la Mujer

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Nechi Dorado (Argentina)
Mujer


Somos obras perfectas de la naturaleza
Que no logre el olvido asesinar nuestra esencia.
Somos fuente de vida, somos fuente de historia,
Volamos con el viento dejando la semilla
Como brote de sueños
de amor y de esperanza.
Vamos juntas con “ellos”, nuestros padres, hermanos,
Compañeros, los hijos, a sembrar madrugadas,
Germinando en la tierra la esperanza y la gloria.
Somos obras perfectas de la naturaleza
Si logramos que nunca nos disfracen la historia
Con máscaras perversas.

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