Presentan el Canto del hermetismoA página completa sale en la prensa un fuerte ataque por parte de las llamadas iglesias cristianas al sistema que quiere implantar el gobierno de Puerto Rico tratando de evitar el enorme hoyo de la evasión contributiva. Dice, en parte: «Las denominaciones cristianas aquí representadas declaran, categóricamente, su oposición al proyecto de gobierno conocido por el IVU-Loto, por entender que es un atentado que violenta los principios éticos y valores cristianos». También dicen: «Es mejor obedecer a Dios antes que a los hombres».
Por Arturo Cardona Mattei
Del dicho al hecho hay un buen trecho. Nos jactamos con el pecho hinchado y las rodillas callosas de que somos un país totalmente cristiano. Pero lo que se ve a vuelo de pájaro dista mucho de la realidad. Fango es lo que hay depositado en el fondo de esas aguas tan llamativamente claras.
La historia de la cristiandad es de muchos siglos. Este es el monstruo religioso que ha formado un fuerte yugo con los poderes terrenales. Se ha enlazado en perpetuo concubinato con el mundo hipócrita de la política. Se ha acostado en la misma cama con el corrupto mundo de los negocios. Y ha sido una fiel seguidora de las inhumanas guerras del hombre por todo el planeta Tierra. Esas páginas negras no pueden ser negadas. La historia es muy amplia y ha sido repetida a lo largo de muchos siglos. Ella es parte de la falsa religión que es culpable de mucha sangre, de mucho dolor y de mucha injusticia. Hoy pretenden lavarse la cara con un cono de agua y un pequeño y gastado jabón. Vano esfuerzo, pues ese cuerpo religioso está totalmente plagado de oscuras manchas.
Su servicio a Dios es inaceptable porque son cómplices del enfermizo materialismo que arropa a todos los pueblos del mundo. La idolatría los lleva derechitos al blanqueado sepulcro. La inmoralidad esta muy atada a sus elegantes púlpitos. Su tibieza espiritual es de tal índole que induce al vómito. Y su sectarismo apóstata es de grado superlativo. Son ciegos guiando a otros muchos ciegos. La ceguera espiritual es de negrura espesa y grandes proporciones.
Precisamente son esos comerciantes cristianos los que abusan del pueblo en momentos de crisis. Esconden los productos e inflan los precios. Son precisamente esos comerciantes cristianos los que buscan todas las avenidas posibles para no pagar al fisco lo que religiosamente debieran pagar. Son los mismos que en fuerte contubernio con los poderes políticos buscan afanosamente todo tipo de legislación que les proteja sus grandes intereses. Esos son los mismos cristianos que dan al traste con el mandamiento que dicta el amor al prójimo. En el libro de Apocalipsis vemos claramente su final desastroso.
La falsa religión va montada sobre una gran montaña de hipocresías y pecados que llegan hasta los mismos cielos de Dios. Es poseedora de incontables riquezas materiales, negando los vicios de su adquisición. Por milenios ha vivido en lujos desvergonzados. Por milenios ha mantenido a pueblos esclavizados con falsas ideas de premios y castigos. Ha vivido dando traspié día y noche tratando de unir cielo y tierra para ganar adeptos para sus filas. Se ufana de sus grandes obras y de contar con el don de hacer milagros. Todo es un falso descaro. Si contaran verdaderamente con el favor de Dios, entonces seríamos bañados con las bendiciones del Dios verdadero. Más bien juegan con las reglas del dios de este mundo; el mismo que tiene atrapado a toda la humanidad. En el libro de Apocalipsis también encontramos el trágico final de toda esta falsa religión. Su caída será estrepitosa, vergonzosa y se irá para siempre. Ya no existirá jamás.
La cristiandad es un monstruo de muchas cabezas y muchas lenguas. Sus divisiones y antagonismos son insuperables. Cada pastor va con sus ovejas por su propio camino. Sus contradicciones, en materias de enseñanzas, la llevan recíprocamente a la destrucción. Dios no pone su verdad infalible en manos de hombres que destruyen los excelsos principios que salen de su palabra. Todo su esfuerzo mental está guiado por la avaricia y el egoísmo. No dan nada de gratis. Olvidando el precioso principio que dice: «Y cualquiera que tenga sed, venga; cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida». Por eso es que los cantores cristianos se han proliferado alrededor del globo terráqueo. La palabra de Dios llevada a los escenarios públicos se ha convertido en un magnífico templo de riquezas. Ese es un mensaje fatuo y engañoso.
Sí señores, este es el mismo pueblo cristiano que se desvive por ganar el premio grande semanal de la lotería electrónica. Este es el mismo pueblo cristiano que pone sus esperanzas en los caballos y jinetes de nuestro emocionante hipódromo El Comandante. Y este es el mismo pueblo cristiano que llena día y noche los casinos de nuestros atrayentes hoteles.
Y este es el mismo pueblo cristiano donde sus líderes religiosos venden todo tipo de literatura para hacer sus arcas más pesadas. Ya el falso diezmo no es suficiente.
Apocalipsis dice: «Afuera están los perros y los que practican espiritismo y los fornicadores y los asesinos y los idólatras y todo aquel a quien le gusta la mentira y se ocupa en ella».
Caguas, Puerto Rico / 23 de mayo de 2011
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