Monday, October 20, 2008

La danza de los millones

Por FRIDA MODAK / Agencia Latinoamericana de Información

Las cifras que se manejan en relación a la crisis que afecta a Estados Unidos son impresionantes. No sólo se trata de lo que costaría inyectarle dinero a las empresas que están en dificultades sino también de los miles de millones que el gobierno estadunidense destina a sus aventuras políticas y militares. Así como la administración Bush gasta 10 mil millones de dólares al mes en su guerra de nunca acabar en Irak y destina otros miles a Afganistán y a la extensión de la guerra a territorio pakistaní, hay que considerar además de lo relativo a las hipotecas el impacto que a nivel local tiene el problema sobre los préstamos a estudiantes universitarios y las deudas de las tarjetas de crédito.

El analista Iván Auger señala que se estima que la cantidad de dinero involucrada ascendería a 62 billones de dólares (trillones dicen allá), cifra que lleva 12 ceros. Para entender lo que eso significa hace algunas comparaciones: el presupuesto estadunidense para este año es de 3 billones de dólares. La deuda pública del país del norte, que es la más grande del mundo, asciende a 9. 85 billones. El Producto Interno Bruto, que también es el más grande del mundo, fue de 13. 8 billones el año pasado y el Producto Mundial Bruto fue en 2007 de 54. 3 billones.

El plan de Bush contempla destinar 700 mil millones de dólares para frenar la crisis y el presupuesto de defensa asciende a lo mismo. Ante tantos miles de millones de dólares cabe preguntarse si ese dinero existe físicamente y si existiera ¿podría solucionar el problema?. El Director del Fondo Monetario Internacional, el francés Dominique Strauss-Khan dice que no y lo advirtió en enero de este año. Ya en su discurso en el cierre del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, afirmó que en Estados Unidos “habrá una seria desaceleración que requiere una respuesta seria” y agregó ”no creo que se pueda arreglar la crisis con instrumentos monetarios”.

La “cleptocracia”

Michael Hudson es un economista que trabajó en empresas de Wall Street. Ha asesorado a políticos demócratas y a los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, México y Letonia, así como a organismos de Naciones Unidas. Es profesor investigador de la universidad de Missouri y entre sus libros se cuenta Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire. Sobre la crisis actual escribió un artículo titulado “El rescate de todos los rescates: golpe de Estado cleptocrático en EE. UU. ”

Allí, al referirse a la propuesta de la administración Bush señaló:

“Antenoche, el Tesoro de los EE. UU. y la Reserva Federal cambiaron radicalmente el carácter del capitalismo norteamericano. Se trata, ni más ni menos, que de un coup d’etat a favor de la clase que Franklin Delano Roosevelt llamaba los “bancgsters”. Lo que ha pasado en las últimas dos semanas amenaza con alterar el curso del siglo que ahora rompe, y de alterarlo de manera irreversible si se salen con la suya. Pues de lo que se trata es de la mayor y la más inequitativa transferencia de riqueza desde que se regalaron tierras a los barones de los ferrocarriles en la era de la Guerra Civil”.

Sostiene que “una clase cleptocrática ha tomado el control de la economía, a fin de reemplazar al capitalismo industrial” y que “las máquinas computarizadas han llegado a hacerse con el control del mundo, o al menos, del mundo de la Casa Blanca”. Se refiere así al hecho de que funcionarios y ejecutivos sólo se preocupaban de programar transacciones rápidas y sin mayor estudio con el fin de hacer fortuna. Esa forma de actuar, a la que describió como” capitalismo de casino” nunca estuvo regulada porque nunca fue autorizada.

Repercusiones

Las consecuencias de la crisis estadunidense se empezaban a sentir en otros lugares después del rechazo que recibió la propuesta de la administración Bush en la Cámara de Representantes y tanto en América Latina como en Europa se realizaban reuniones de análisis y surgían algunas propuestas. El presidente francés Nicolás Sarkozy, que preside la Unión Europea en este período, buscaba unir a los países del viejo mundo a raíz de los problemas que se habían suscitado en su país, en Gran Bretaña, Bélgica y Luxemburgo, donde los gobiernos habían intervenido para salvar a un banco y a instituciones financieras.

El mandatario galo se había pronunciado desde un comienzo por aprovechar los acontecimientos para crear un nuevo sistema financiero mundial y convocó a los países europeos del Grupo de los 8 a una reunión en París, a la que asistirán el presidente de la Comisión Europea, el del Banco Central Europeo y el presidente del Eurogrupo. El propósito es crear las condiciones para una reunión más amplia que se realizaría a fin de año para que Europa “hable con una sola voz”.

En América Latina se habían producido dos reuniones. Una de ellas se realizó en Estados Unidos, en el marco de la Asamblea General de la ONU, y a ella asistieron los presidentes de los países que tienen tratados de libre comercio con Estados Unidos y el Presidente Bush. Al término del encuentro emitieron una declaración en la señalan las bondades que tendrían esos tratados y abogan por la aprobación de los que se encuentran pendientes, los de Colombia y Panamá.

En contraste, en la localidad brasileña de Manaos el presidente Lula se reunía con sus colegas de Bolivia, Ecuador y Venezuela con un propósito totalmente distinto. Los cuatro países confluyen en la región amazónica y se proponen concretar un proyecto de integración que una los Océanos Atlántico y Pacífico desde la ecuatoriana Manta hasta Manaos y desde Manaos a La Paz y Caracas. Esto tiene una enorme importancia, porque va más allá de la apertura de una vía terreste y fluvial.

En Manta está instalada la base militar estadunidense a la que el gobierno del Presidente Correa no le renovará la autorización y debe irse el próximo año. Las conexiones entre las cuatro ciudades mencionadas implican un grado de integración que también es política y económica, porque cualquier intento de intervención o desestabilización de un país repercutirá en todos y porque los cuatro países tienen recursos petroleros y gasíferos importantes, sin contar los de la Amazonia.

Brasil, por su parte, acaba de descubrir en estos días dos nuevos yacimientos petrolíferos en sus costas y si recordamos que el gobierno de Lula ha adquirido submarinos atómicos para custodiarlos, este proyecto integracionista de carácter regional adquiere otras dimensiones. En esta cumbre se planteó también la necesidad de impulsar el desarrollo del Banco del Sur, que ya existe en el papel y que en la actual coyuntura internacional cobra más importancia.

Las teorías que en el último tiempo se han planteado en libros o ensayos acerca de la pérdida de hegemonía de Estados Unidos se han ido cumpliendo y la crisis financiera puede convertirse en el factor que impulse el cambio político en las relaciones internacionales.

Tomado de
Alainet
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