Por Jeremy R. Hammond (de Foreign Policy Journal)
El día que el Senado de EEUU aprobó la resolución S.RES.10 «reafirmando el fuerte apoyo de Estados Unidos a Israel en su batalla contra Hamás» (8 de enero de 2009), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) publicó una declaración exigiendo que se le permitiera asistir a quienes necesitaban atención médica porque los militares israelíes habían bloqueado el acceso para auxiliar a los palestinos, un crimen de guerra bajo el derecho internacional. También ese mismo día, el secretario general de la ONU Ban Ki-Moon publicó una declaración condenando al ejército israelí por atacar a un convoy de ayuda humanitaria de Naciones Unidas destinada a la población desesperada de Gaza, otro crimen de guerra, así como la masacre, en otro incidente separado, de dos miembros del personal de la Agencia de Asistencia y Trabajo de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por su sigla en inglés).
Al día siguiente, la Cámara de Representantes aprobó su propia versión de la resolución H.RES.34, mientras la UNRWA anunciaba que había tenido que paralizar sus esfuerzos humanitarios debido a los numerosos incidentes en que su personal, convoyes e instalaciones habían sufrido ataques de las fuerzas israelíes.
La resolución del Senado fue divulgada por las agencias de noticias extranjeras. El Jerusalem Post publicó una nota, al igual que Reuters. En EEUU fue difundida por el diario judío Forward y mencionada en fuentes mediáticas alternativas por Stephen Zunes, Roberto Naiman, y varios otros. El primero que atrajo mi atención fue Foreign Policy in Focu (www.fpif.org), cuyo texto estaba disponible en el sitio web de AIPAC (sigla en inglés del lobby israelí en EEUU, American Israel Public Affairs Committee). Pero en mi conocimiento no fue divulgada en los grandes medios.
Es apenas un secreto que EEUU tiene una “relación especial” con Israel, pero la extensión completa de la ayuda estadounidense para los crímenes israelíes es una cuestión resuelta con el silencio absoluto de los grandes medios de información, y no fue ninguna excepción el apoyo del Congreso a los crímenes de guerra y agresiones de Israel contra la población de Gaza. Cuando los grandes medios llegan a informar emplean eufemismos o repiten mecánicamente la línea oficial del gobierno de EEUU, como que los asentamientos son un “obstáculo a la paz” o ciertamente “ilegales”, etc.
EEUU apoya financieramente a Israel con más de 3 mil millones de dólares anuales. Este dinero es entregado con poco o ningún descuido, pero incluso si no se utiliza directamente en financiar los asentamientos ilegales y la ocupación de Israel, permite que el gobierno israelí libere otros fondos y los divierta de ese propósito con fines militares.
EEUU apoya militarmente a Israel. En su asalto en Gaza, por ejemplo, Israel empleó jets F-16 y helicópteros Apache tipo cañoneras manufacturados en EEUU. Las bombas made in USA fueron lanzadas en Gaza durante 22 días de violencia, con el resultado de más de 1.300 muertes palestinas, donde un tercio fueron niños, entre otras víctimas civiles.
EEUU también apoya diplomáticamente a Israel. Por ejemplo, EEUU retrasó la aprobación de una resolución de la ONU que pedía un alto el fuego durante el asalto en Gaza, según diplomáticos extranjeros.
El Presidente Obama ha expresado palabras fuertes en apoyo de un estado palestino y contra los asentamientos israelíes. Empero, incumbe al pueblo estadounidense aplicar presión sobre el gobierno de EEUU para asegurarse de que la retórica sea seguida por la acción, por ejemplo terminando con el apoyo financiero, militar y diplomático a los crímenes israelíes.
Ésta es una de las razones de por qué es tan importante que se den a conocer al público las noticias como el apoyo del congreso de EEUU a la Operation Cast Lead de Israel contra Gaza. Y este hecho explicaría las razones de por qué tal información es ocultada por los grandes medios corporativos de información.
Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)
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