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Por María Rosa Rodríguez Araya
En pleno siglo XXI, con los 30 artículos de los derechos humanos en plena vigencia, nos encontramos con casos de niños y jóvenes que son utilizados para lucrar a las mafias que tienen multimillonarias ganancias con el comercio sexual clandestino.
¿Cómo es posible que aceptemos que haya congéneres nuestros que estén recibiendo un trato infrahumano, porque unos pocos se creen capaces, por el vil billete, de hacer lo que se les de la real gana a vista y paciencia de las autoridades, que se suponen, están en el poder para salvaguardar nuestros derechos y más encima que se persiga y se desacredite a quien busca la verdad. Aquí en Chile, se dio el caso bullado de Claudio Spiniak Vilensky: conocido primero, como empresario en el ámbito de la ciudad de Santiago de Chile y luego Con el tiempo, por las fiestas denominadas como carrete del Club de Toby, a la que asistían los íntimos de Spiniak; muchos personajes connotados del ambiente social y político (salieron a la palestra, pero se escabulleron como jabón mojado); Carrete cotidiano, en que participaban jóvenes y menores de vulnerabilidad social, ubicados en los círculos de contacto; y los carretes sofisticados, donde predominan actos sexuales sadomasoquistas conformes a las instrucciones de Spiniak.
En las fiestas se practicaba sexo oral, penetración normal o anal con o sin objetos, masturbación, coprofagia, simulación del acto sexual anal, utilización de elementos de castigo como la fusta y de inmovilización como cadenas y esposas. En ciertas ocasiones los adolescentes eran filmados y fotografiados.
La organización funcionó entre 1988 y 2003 y gastó 400 millones de pesos en los excesos a los que fueron cientos de personas.
Una periodista chilena, como hay pocas, se dedicó a investigar y producto de esto, publicó un libro.
Esta es su presentación.
PRESENTACIÓN “LA VERDAD DEL CASO SPINIAK / EL SABOR DE LA IMPUNIDAD
«Es difícil hablar hoy de un tema que muchos han dado por muerto. El caso Spiniak». Sin embargo, se hace necesario aclarar que un tema tan escabroso, tan bullado, tan criticado y también muy investigado por los distintos medios de comunicación, esté enterrado cuando las sentencias dictadas por el ministro Manuel Valderrama, se circunscriben a un código penal anacrónico. También porque no es posible pensar siquiera que es normal en un país con una constitución que dice claramente que somos todos iguales y tenemos los mismos derechos, que la justicia haga oídos sordos y busque tecnicismos para dejar en desamparo quitándole derechos a niños y jóvenes que viven en estado de vulnerabilidad, principalmente los que se esconden bajo puentes o en las calles santiaguinas, dejando protegido a un personaje que actuó con los más bajos instintos abusando así de jóvenes y niños, como demuestra la baja sentencia aplicada a Claudio Spiniak Vilensky.
Este libro ha significado muchas cosas para mí. Me tocó vivir situaciones que, terminé por asumir como costos. Estar más de 20 días con protección policial, estar más tiempo en el trabajo que con mi hijo, encerrarme para escribir, tomando más café que de costumbre, fumando más que de costumbre terminó por pasarme la cuenta y el estrés fue de marca mayor. Quedar sin empleo y tener que tomar terapias para lograr pararme optimista ante tanta maldad y basura humana vienen a formar parte de los costos de este trabajo. Así como también recibir mails con amenazas, utilizando un vocabulario soez que sólo hicieron darme cuenta que mi trabajo ya estaba causando preocupación para algunos personajes públicos y que, con el poder que les confiere la ley se ocultan para amedrentar. Pero no digo esto con el fin de provocar lástima, es una mirada que comparto con ustedes y la convicción más clara de que los que trabajamos en esta profesión comprobamos a diario que hemos hecho de nuestra labor un “apostolado en comunicaciones”.
Este ha sido un libro que ha tenido de dulce y agraz. Hay tantas historias que fueron y siguen siendo anecdóticas. El mismo hecho que acercándome a una verdad, el SENAME me declaró oficialmente visita non grata para la institución. O que cada 15 días, cuando salía publicado un nuevo reportaje mío, en The Clinic, medio para el cual trabajaba en ese entonces, el Ministro Muñoz que llevaba la causa, inmediatamente me llamara a declarar, sólo para saber de dónde obtenía la información cuando en los mismos reportajes estaban citadas las fuentes, esto ocasionaba risas y también tensión, era como estar permanentemente vigilada.
Para la risa también fue, enterarme por un diario de circulación nacional, que yo era una «mina despechada porque estaba enamorada del ex sacerdote Artiagoitía», palabras de la gran testigo clave del caso, Gemita Bueno, tratando con ello de desviar la atención y sacarme del caso de alguna manera e instalando la duda sobre mi trabajo y bautizándome con el seudónimo de “la mami”. Finalmente, Gemita terminó reconociendo que estaba enamorada del cura Jolo, dando paso a que yo titulara un nuevo reportaje como “este amor no tiene cura”.
Me he preguntado ¿cómo podría llamar esta experiencia? Escribir un libro no es fácil, menos aún sin aportes económicos. Ha sido un parto, pero de esos extenuantes, cansadores, muchas veces agobiantes, doloroso, definitivamente ha sido un parto con fórceps. Pero acá estamos, acá estoy, entregando a ustedes el lado B de esta historia, que a nadie dejó indiferente, a algunos porque siempre apostaron a que se hizo justicia y a otros que nunca se tragaron esa justicia con sentencias que fueron tan dilatadas en el tiempo y tan marginal a los acontecimientos que se relataron y que hoy entrego a ustedes.
En el libro encontrarán, según ya lo comentado por mi colega, Jorge Molina, detalles del caso en 12 capítulos. Intercalando la investigación directa con entrevistas y situaciones que no fueron publicadas en ningún medio. Por ejemplo, cómo se gestó la caída del primer ministro en visita designado, Daniel Calvo, o por qué la iglesia guardó silencio por mucho tiempo para después quitarle respaldo al ex sacerdote José Luís Artiagoitía. ¿Cuál fue el rol del SENAME en todo el proceso? ¿Qué pasó en estas situaciones y en muchos otros más? Son preguntas que muchos se hicieron y que no encontraron respuestas.
Agradezco a todos los que se han dado el tiempo de asistir a este evento, un gran evento en mi vida profesional, mi primer libro y si sobrevivo… tendré tiempo de escribir otro libro más. Espero que este trabajo sirva para discutir, para discrepar, para analizar, para estar atentos, ser críticos y mirar a nuestro alrededor, pues pasan tantas cosas que no siempre analizamos para tener una opinión propia, una visión más amplia, simplemente aspiro a que este trabajo permita a todos ustedes disipar dudas, cuestionar para reclamar quizá, para exigir que se aplique justicia y no en la medida de lo posible, sino de manera igualitaria a quienes cometen delitos tan deleznables en nuestra sociedad.
Con impunidad no avanza un país.
Gracias nuevamente, Claudia Molina B.
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El sabor de la Impunidad. La verdad del caso Spiniak / Blog de Claudia Molina / Sin famosos se lanzó libro sobre caso Spiniak
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