Por Fred Abrahams, Rory McCarthy, Thalif Deen, Saed Bannoura ) y Jeremy R. Hammond
Dejando evidencia de sus crímenes de guerra, Israel lanzó repetida e indiscriminadamente bombas de fósforo blanco fabricadas en EEUU sobre áreas civiles densamente pobladas de Gaza durante su reciente campaña militar, denunció un informe de Human Rights Watch, difundido el 25 de marzo de 2009. El informe de 71 páginas, titulado Lluvia de fuego: Uso ilegal de Israel de fósforo blanco en Gaza, proporciona relatos de testigos sobre los efectos devastadores de las bombas de fósforo blanco lanzadas sobre civiles y sus propiedades en Gaza.
Inmediatamente después que terminaron las hostilidades en enero, en las calles de la ciudad, tejados de viviendas, patios residenciales y en una escuela de Naciones Unidas en Gaza los investigadores de Human Rights Watch encontraron restos usados de “proyectiles shell”, municiones “canister liners” y otras evidencias que contenían fósforo blanco.
Oficialmente, los militares israelíes utilizaron el fósforo blanco para obscurecer sus operaciones en tierra creando densas humaredas. También lo utilizaron como arma incendiaria, aunque tal uso constituye un crimen de guerra. «En Gaza, los militares israelíes no sólo utilizaron fósforo blanco en zonas abiertas como cortina oscurecedora para sus tropas», dijo Fred Abrahams, investigador superior de emergencias de Human Rights Watch y co-autor del informe. «Dispararon el fósforo blanco en varias ocasiones, encendiéndolo sobre áreas densamente pobladas, incluso cuando sus tropas no estaban en el área y aunque disponían de bombas de humo más seguras. Como resultado, murió población civil y hubo sufrimiento”. El informe documenta un patrón o política de uso del fósforo blanco que según Human Rights Watch debe haber requerido la aprobación de oficiales de alto grado del ejército israelí.
Las armas israelíes, cuya devastadora potencia de fuego fue descargada en gran parte sobre civiles palestinos en Gaza durante el ataque de tres semanas que comenzó el 27 de diciembre de 2008, fueron suministradas por EEUU y pagadas con fondos públicos provenientes de los contribuyentes estadounidenses. Washington proporcionó, además, aviones caza F-16, helicópteros Apache, misiles tácticos y una amplia gama de municiones que incluyen proyectiles shell de fósforo blanco y bombas DIME (Dense Inert Metal Explosives, que producen una ráfaga inusualmente potente dentro de un área relativamente pequeña, rociando una micro-metralla sobrecalentada y pulverizada).
Las armas requeridas para el asalto israelí fueron autorizadas por EEUU en junio de 2008 y en septiembre el Congreso acordó la transferencia de 1.000 unidades de bombas anti-búnker guiadas por GPS, de diámetro bajo y del tipo 39, llamadas en inglés Small Diameter Guided Bomb Units 39 (GBU-39). Las bombas GBU 39 fueron entregadas a Israel en noviembre para usarlas en los ataques aéreos iniciales en Gaza, mucho antes de cualquier reclamo de Hamás por violación del cese del fuego.
Los investigadores encontraron en Gaza varios fragmentos de armas después de los ataques. Una de estas piezas proviene de una bomba de aleta Mark-82, teleguiada, de 227 kg, cuyos pedazos conservaban la marca de fábrica de la corporación estadounidense Raytheon [entre las más relevantes proveedoras del Pentágono, Ver Tema Nº 7]. También se encontraron fragmentos de proyectiles de artillería de fósforo blanco M825 A1, fabricados en EEUU.
En las operaciones recientes en Gaza, frecuentemente las fuerzas israelíes hicieron explotar en el aire, dentro y cerca de áreas pobladas, proyectiles de artillería sehll de fósforo blanco de 155 mm. Cada explosión en el aire de un proyectil shell dispersa un racimo de 116 cuñas ardientes de fósforo blanco en un radio que se extiende hasta 125 metros desde el origen de la ráfaga. El fósforo blanco enciende y quema al hacer contacto con el oxígeno y continúa quemando a una temperatura de 816 grados Celsius (1500 grados Fahrenheit), hasta no dejar nada o eliminar la presencia del oxígeno. Cuando el fósforo blanco entra en contacto con la piel provoca quemaduras intensas y persistentes que continúan encendiéndose una y otra vez.
El 15 de enero, varios proyectiles shell de fósforo blanco encendido lanzados por los militares israelíes impactaron en la sede de la Agencia de Asistencia y Trabajo de Naciones Unidas en la ciudad de Gaza, destruyendo medicinas, comida y otra ayuda básica. Un fragmento encontrado en la escena conserva marcas que indican que el proyectil fue fabricado en octubre de 1991 por Pine Bluff Arsenal, en Arkansas.
El Consejo de Seguridad de la ONU, Amnistía Internacional, la Cruz Roja Internacional y otras voces de protesta alrededor del mundo exigieron un alto el fuego. Con todo, y una impactante falta de respeto, ambas ramas del Congreso de EEUU aprobaron de manera aplastante resoluciones de apoyo para que Israel continuara su defensa propia.
Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)
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