La Descolonización de Puerto Rico

Por Santiago Maunez Vizcarrondo / Escritor puertorriqueño

Una vez más vuelve a mi mente la parodia de la profecía Comité de Descolonización tendrán la oportunidad de reafirmar el derecho de Puerto Rico a su libre determinación e independencia.

Dentro del breve espacio disponible haré una «divagación» sobre los más 500 años de colonización española y los sobre 100 años de colonización norteamericana de Puerto Rico.

Aparte de habernos enseñado su idioma, el castellano, al que llamamos español y haber construido fortificaciones como El Morro, etc., los españoles establecieron en México dinero que llamaban situado para satisfacer las necesidades económicas de su tropas en Puerto Rico y mantener feliz al pueblo llenándoles la barriga por aquello de «barriga llena, corazón contento» y «el pueblo que NO tiene hambre no se revela».

Al final de la guerra entre España y los Estados Unidos, en 1898, Puerto Rico pasó a ser «propiedad» de USA como botín de guerra; nada se nos consultó. Inmediatamente los norteamericanos trataron de «enseñarnos su idioma inglés pero fracasaron. Gentilmente nos regalaron su ciudadanía el mismo año en que entraron a la Segunda Guerra Mundial y, por coincidencia, nesecitaban voluntarios para la guerra. En el 1932 nos dieron el primer mantengo llamado la PRERA, comida gratis para el pueblo humilde, las masas, que ha continuado hasta el presente con variado nombres. Una vez más aquello que dijo Napoleón Bonaparte: «el pueblo que no tiene hambre no se revela».

Por fin surgió un líder llamado Luis Muñoz Marín, convencido de lo que nos pasaba, y se fue por todos los pueblos y campos, jalda arriba y jalda abajo educando al pueblo sobre algo que llamó PAN, TIERRA y LIBERTAD, lo que eso sea. Al triunfar políticamente, con un grupo de personas sumamente inteligentes, estableció un programa que llamó Manos a la obra y hubo trabajo paratutilimundi, digo para los que deseaban trabajar porque la mayoría de vagos ya estaban acostumbrados a vivir del cuento y un abogado brillantísimo, graduado de Harvard, que NO quiso trabajar en el Tribunal Supremo de USA dijo algo así: «Con vagos como estos no se puede hacer una Patria Libre», su nombre Pedro Albízu Campos, que nombró a una norteamericana para que ocupara una silla en la hoy llamada Naciones Unidas. La silla aún está vacía.

Pero allá para el 1953, cuando murió la conciencia humacaeña llamada Padre Rivera, llegó a Puerto RicoMr. Meyer Lansky, el ruso-americano representante de la General Motor. Observó el tren que circunvalaba toda nuestra isla, con estación hasta en Humacao, las guaguas y los carros públicos que prestaban servicio económico al pueblo y convenció a nuestros líderes que lo mejor era salir (vender el tren y sus vías y «darle la oportunidad a cada familia de tener su propia transportación. Y nos llenamos de autos nuevesitos con buenas deudas. Y llegó el tren urbano y más deudas. ¿Quién quiere la independencia si se puede vivir pegao de la teta de mamá? Aristóteles lo sabía.

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