Viernes 5 de febrero de 2010
Extracto de la carta
La situación general en Haití sigue siendo caótica para los más pobres. Todos siguen durmiendo, comiendo y haciendo todo lo demás a la intemperie. Los afortunados duermen en su patio o en el de sus amigos y viven incómodos pero con decencia, mientras que los demás invaden las calles, los parques y cualquier otro espacio abierto. Es una escena triste. Se estima el movimiento migratorio en 1.5 millones de los que 1.2 millones van de Puerto Príncipe a otras ciudades dentro de Haití y los restantes 300.000 han abandonado el país rumbo a EE.UU., Canadá, Francia y la República Dominicana. La comida empieza a escasear y es cara, en pequeñas regiones que no tienen capacidad para absorber una gran población y no reciben donaciones. Acabo de ver eso en Camp-Perrin. El tejido social está cambiando ante mis ojos, y lo mismo sucederá con la seguridad de muchas áreas que se consideraban seguras incluso en tiempos de conmociones. Han escapado 4,600 prisioneros de la prisión nacional de Puerto Príncipe.
De todos modos, en este momento observo una calma general y una actitud de serenidad: la gente hace su duelo y algunos siguen enterrando sus muertos, mientras que muchos, casi como zombis, dan la impresión de soñar despiertos. Sin embargo no logro dejar de pensar en el momento en que la gente despertará de su duelo y, por lo tanto, no me siento cómodo, sabiendo que cada vez que cambia el paradigma de mi país, ¡eso sucede de manera violenta! Predigo problemas y tiempos difíciles por delante. Esta sensación es tan fuerte que casi puedo tocarla. [...]
Este viaje de dos días en Camp-Perrin fue una bendición. La aldea está intacta en un 99%, aunque la gente sufriera un shock fuerte. Creo que la distancia del epicentro y la naturaleza del suelo que es rocoso, sumado a la abundancia de vegetación, junto con construcciones residenciales pequeñas y no pesadas, pudo haber ayudado a que así sea. [...]
Mientras tanto, escribí una carta esta mañana a Oxfam Quebec-Haití, pidiendo una estación desde la cual trabajar, dado que he estado respondiendo a esta crisis desde mi patio o desde mi auto con una laptop. También estoy permanentemente llamando por teléfono a otras ONG por lo mismo. Estoy aguardando ansiosamente su respuesta y la de ustedes. YMCA Haití no tiene posibilidades de dar respuesta a sus empleados y miembros juveniles ni a sus obligaciones centrales y responsabilidades. La razón por la que ustedes tienen la impresión de que la YMCA Haití existe es que yo estoy aportando a ello todos mis recursos personales.
En cuanto a noticias sobre el personal y los voluntarios de la YMCA que no tuvieron tanta suerte como nosotros, la madre de Roges Lamothes finalmente fue encontrada muerta y ayer sus familiares y amigos realizaron una ceremonia funeraria para ella. Frantzi Germain sigue bajo los escombros. Hasta ayer, los técnicos estaban tratando en vano de llegar al lugar donde él y muchos otros quedaron atrapados.
Gracias,
Gwenael Apollon *
* Secretario general de la Asociación Cristiana de Jóvenes en ese país, en una misiva que envió a sus pares del mundo
Traducción: Gabriel Zadunaisky
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